LOS NIÑOS SOLDADOS
En la guerra civil de Sierra Leona (1991-2002) estos niños soldados fueron secuestrados, entrenados en el uso de armas, drogados y enviados a matar. |
Si toda guerra de por
sí ya es un hecho cruel e inhumano, la expresión más brutal y perversa de estos
conflictos armados, es la participación
de niños y niñas como soldados. Es por ello que
organizaciones internacionales como Amnistía Internacional AI han calificado
al secuestro y reclutamiento forzado de menores de edad como Crímenes de Lesa
Humanidad.
La participación de
niños en conflictos militares, es una realidad que muchas veces pasa
desapercibida para la prensa y para la opinión pública internacional. Lo
cierto, es que todos los años, miles de niños y niñas son reclutados por
ejércitos regulares, por grupos paramilitares o por guerrilleros para la lucha
armada.
Ahora, cuando hablamos
sobre este tema, solemos relacionarlo inmediatamente con los conflictos que se
desarrollan en el continente africano, pero desde hace muchas décadas en otras
partes del mundo se ha estado dando esta perversa practica, de secuestrar a niños o adolescentes para entrenarlos a
matar.
En América Latina,
durante la larga guerra civil que se vivió en los países de Centroamérica en
los años ochenta, fue una práctica común el uso de niños soldados por ambas
partes de los contendientes. Por otro lado, Sendero Luminoso, la siniestra guerrilla maoísta
nacida en la sierra del Perú, en su periodo más criminal, secuestraba y
enrolaba a la fuerza sin ningún reparo, a niños y niñas para incrementar sus
huestes asesinas. En Colombia durante el auge de las guerrillas y de los grupos de paramilitares, se vivió una situación parecida, según los reportes de Amnistía
Internacional publicados en la época, tanto las guerrillas de las FARC y del ELN, como el ejército
regular colombiano, tenían reclutados en sus filas a menores de edad, violando
toda normativa internacional sobre protección a menores en situación de
riesgo.
Niño recluta de las Fuerzas Patrioticas de Liberación del Congo, grupo terrorista liderado por Thomas Lubanga quien fue condenado a prisión por crímenes contra la humanidad. |
También diversas organizaciones islamistas en Asia, como Abu Sayyaf en Filipinas, el Ejército de Salvación Arakan en Myanmar o los Talibanes en Afganistán, regularmente usaron a niños-soldados como combatientes. Lo mismo pasó en la guerra en Siria, la muy publicitada y cruenta guerra civil que se vive en
este país del Medio Oriente, tenía como reclutas en los grupos insurgentes anti
gubernamentales a niños soldados quienes eran adoctrinados en el fanatismo
islámico, enrolados a la guerrilla y entrenados en el uso de armas. Esta práctica cruel
y brutal se dio ante la pasividad y complicidad de los países occidentales,
quienes a sabiendas de este ilegal reclutamiento de menores, financiaron, entrenaron y armaron a las fuerzas opositoras del Consejo Nacional Sirio.
Tampoco no hay
que olvidar lo que paso en Mali durante la operación militar Serval auspiciada por Francia en el 2012, según informes de AI se confirmó la presencia de niños soldados participando activamente en los
combates que tenían lugar entre las tropas de los grupos islamistas del
norte de Mali y el ejercito maliense, quienes operaban con el apoyo de tropas
francesas. Los islamistas y el ejército regular reclutaron, entrenaron y
usaron a cientos de menores en sus filas desde el inicio de la ocupación militar francesa.
Al tratar este tema, no
podemos dejar de mencionar las traumáticas experiencias vividas en las guerras
civiles que se produjeron en territorio africano, en especial las que se dieron en Sierra Leona (1991 al 2002) y en Liberia (1990 al 2003),
cruentos conflictos armados que involucraron a más de 50,000 niños y niñas
soldados en ambos países. Estos niños fueron secuestrados, abusados
sexualmente, esclavizados, mutilados, entrenados en el uso de armas, en muchos
casos drogados y enviados a matar. Hechos atroces, que pasaron casi
desapercibidos para la prensa mundial y cuyo único objetivo era la explotación
y el comercio de las ingentes reservas de diamantes que poseían ambos países. Más
aún, está confirmado que detrás de este sucio comercio de los llamados “diamantes
de sangre”, estuvieron los intereses de empresas transnacionales y de potencias económicas.
A pesar de estas
dramáticas experiencias, en la actualidad se sigue enrolando a niños soldados
en diversos lugares de África como: en la República Democrática del Congo, Somalía,
República Centroafricana, Sudán y Sudán del Sur, con las mismas traumáticas y
nocivas consecuencias, para los menores involucrados.
Como vemos,
lamentablemente no estamos ante un fenómeno aislado, es una historia que se
repite en cada nuevo conflicto que surge en el mundo, aunque en el África se
presenta con mayor intensidad.
“La participación de niños
en conflictos es una realidad que muchas veces pasa desapercibida para la
prensa y para la opinión pública internacional”
“los conflictos
armados en que participan niños soldados están relacionados con el control de
los recursos naturales”
Hasta hoy nadie sabe
en realidad cuantos menores están siendo utilizados en este momento como
soldados en diversas partes del mundo. Amnistía Internacional –AI- en su último
informe anual, cita un cálculo que hizo las Naciones Unidas en el año 2013, en
donde se hablaba de 350,000 niños y niñas soldados que se encontraban combatiendo
hasta ese año en diferentes conflictos en el mundo.
Solemos utilizar el
término niños soldados pero en la práctica estos menores son utilizados como
cocineros, lavanderos, para mandados o con fines sexuales. Asimismo, hay muchas
niñas que realizan en los campamentos militares, las mismas funciones que los
varones, tomando parte en combates y acciones bélicas, además de ser utilizadas
como esclavas sexuales.
No olvidemos, que este
fenómeno de los niños soldados, surge porque hay guerras y en particular en África, la
mayoría de estos conflictos están relacionadas con el control de las materias primas del
continente, ya sean diamantes (como en el caso de Sierra Leona o Liberia),
petróleo y gas (recursos que enfrentan a Sudán y Sudán del Sur), coltán y
uranio (origen de las guerras en las Repúblicas Democrática del Congo y Centroafricana),
así como pesca, madera y otros recursos.
Además, utilizar niños
o niñas en conflictos armados resulta más barato y eficaz, por el bajo costo que demanda el mantenimiento de los menores, por lo fácil que resulta ser manipulados y lo rápido que pueden ser remplazados.
Niños soldados de los grupos violentistas de la Republica Centroafricana. |
Además, no hay que
olvidar que la existencia de estas guerras está muy unida al tráfico de armas.
Recordemos que los cinco países que son miembros permanentes del Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas y que por tanto tienen como obligación garantizar
la paz y la seguridad en el mundo, son los principales fabricantes y exportadores
de armas en el planeta. Y como dato adicional, habría que añadir que muchas de
las armas ligeras, que están fabricando estas potencias, están diseñadas
pensando en que van hacer utilizadas por niños y niñas, porque los fabricantes
saben que estas criaturas son las que constituyen el grueso de los grupos
guerrilleros que operan en África.
Ante esta dramática situación,
no nos queda otro sentimiento que no sea el de frustración y pesimismo, porque
no existe hasta ahora, voluntad política departe de los gobiernos que podrían hacer
algo para poner fin a este fenómeno. No será porque no existen Convenios, normas,
convenciones, declaraciones, resoluciones a nivel nacional e internacional. La realidad, es que
todos estos documentos terminan siendo papel mojado. Lo vemos en el hecho de
que todavía se siguen utilizando a miles de niños y niñas como soldados en
numerosos conflictos.
Es verdad, que en los últimos
años, gracias al trabajo indesmayable, pero poco reconocido de ONG y
organizaciones humanitarias se ha podido rescatar a muchos menores soldados de esta arriesgada situación. Sin
embargo, no basta sacarlos de la
violencia en una determinada región del mundo, porque al mismo tiempo se inician otros
conflictos en otros lugares, que también echan mano a estos niños soldados.
Detrás del comercio de los llamados "diamantes de sangre" estuvieron los intereses de las grandes transnacionales y de potencias económicas. |
Pero pareciera, que no
todo está perdido, en el año 2012 se han producido avances que podrían frenar
el uso de menores soldados. Dos sentencias cruciales de la Corte Penal
Internacional –CPI- y del Tribunal Especial para Sierra Leona han logrado
progresos importantes contra la impunidad y sentando jurisprudencia para este tipo de delitos.
La CPI condenó, en
marzo del 2012 a Thomas Lubanga líder de la guerrilla
congolesa a 15 años de cárcel, por reclutar y alistar a menores de edad en su ilegal grupo
armado y el Tribunal Especial para Sierra Leona sentenció al ex presidente
de Liberia Charles Taylor a cincuenta años de prisión, por complicidad en la perpetuación
de crímenes de guerra, entre ellos la utilización de menores soldados. Estas dos sentencias
sientan importantes precedentes y sirven para advertir claramente a quienes
hayan cometidos esta clase de crímenes que
sus actos no quedaran impunes.
Esperamos, que estas
acciones judiciales sirvan para evitar que se sigan reclutando niños y niñas
soldados por parte de los diversos grupos armados y para que se pongan en práctica
políticas concretas para garantizar que se cumpla el derecho internacional
humanitario, en especial contra estos brutales Crímenes de Lesa Humanidad.