CLAVES PARA ENTENDER LA VIOLENCIA EN NIGERIA
Por: Javier Fernando Miranda Prieto
"JONATHAN NUNCA MÁS" un cartel de repudio al presidente nigeriano en una de las recurrentes marchas de protesta contra el gobierno, contra el presidente y contra toda la clase política de Nigeria. |
En el informe correspondiente
al segundo trimestre de este año, editado por el Fondo Monetario Internacional
-FMI-, se señala que en el pasado mes de abril Nigeria desbancó a Sudáfrica,
convirtiéndose en la primera economía del continente africano. El país más
poblado de África, es ahora también el más rico, gracias a su producción de
hidrocarburos.
Esta nación tiene una
población de 176 millones de habitantes, dividiéndose esta por mitades, entre
cristiana y musulmana. Su economía desde los años sesenta está basada en el
petróleo, es el primer productor de hidrocarburos de África. Pero existe,
paralela a esta riqueza, una gran concentración del ingreso en un pequeño grupo
social. Como lo reporta Oxfam-África, Nigeria encabeza otra lista en África, la
del índice de desigualdad, con el mayor número de millonarios, frente a más de
100 millones de sus habitantes viviendo con menos de un dólar al día.
La gran riqueza
proveniente de sus ingresos petroleros, no está orientada a cubrir las
necesidades básicas de su población, existiendo un 70% de población pobre; lo
paradójico es que en Nigeria hoy existe más pobreza, que en el año 1,960 cuando
este país se independizó de Inglaterra.
Vista de la ciudad de Lagos, al sur de Nigeria, la capital económica del país. El ingreso de Lagos es 5 veces mayor al de varios Estados del norte musulmán. |
Como vemos, Corrupción
política e incapacidad de los gobiernos de turno a la hora de dar respuesta a
las más primarias necesidades de la población, ha producido en estas regiones
olvidadas una imparable espiral de violencia.
“Nigeria tiene el mayor número de millonarios,
frente a más de 100
millones de sus habitantes
viviendo con
menos de un dólar al día”.
Básicamente, Nigeria es
un país que cada vez se está acostumbrando a vivir en el caos. Es una nación
que tiene pequeños conflictos en muchas partes de su territorio. En este país
conviven: bandas armadas que se disputan regiones enteras; sectas religiosas
muy violentas; grupos étnicos en pugna por cuotas de poder; diversos conflictos
que han rebasado largamente la capacidad de acción del Estado. Lo cual es una
respuesta al fracaso del Estado nigeriano, que a pesar de sus cuantiosos
ingresos, no le da nada a la mayoría de la población.
Hay que tener en
cuenta, que la producción anual de Nigeria llega a los US $500,000 millones
superando a la de cualquier otra nación africana y está previsto para que en el
2050 llegue a situarse dentro de las 20 mayores economías del planeta. Pero
esta riqueza, como ya lo hemos señalado, se concentra de manera muy desigual,
lo cual genera grandes resentimientos, especialmente en el norte, pobre,
musulmán y mediterráneo.
Nigeria encabeza otra lista en África, la de la desigualdad, más de 100 millones de habitantes viven con menos de un dolar al día, principalmente en los empobrecidos Estados del norte. |
El norte de Nigeria
está dominado por los hausa y por otros pueblos musulmanes. Allí impera desde
hace varios años, la ley coránica de la Sharía y en esa región el Islam tiene
una presencia milenaria, porque sus pobladores se han relacionado siempre con
los mercaderes árabes o han ido a peregrinar a la Meca.
Nigeria es el centro de
fuertes enfrentamientos entre etnias y credos. El más conocido de estos episodios
de violencia, fue el de Biafra (un Estado secesionista en el sureste del país,
proclamado independiente entre 1967-70 donde la mayoría de sus habitantes eran
ibos cristianos), cuya independencia fue sofocada brutalmente por el ejército
federal. Como vemos, la violencia en Nigeria nace con el país mismo.
“Existe en Nigeria una
élite económica y política,
que siempre a usufructuado ilegal e impunemente
los ingentes ingresos provenientes
de la exportación de petróleo”
Pero en la actualidad, de todos los grupos violentos que actúan en este país, el más peligroso y desestabilizador, es uno que nacía en el norte, en la ciudad de Maiduguri, capital del estado de Borno en el año 2002: Boko Haram. Este grupo de fanáticos islamistas, recluta a cientos de jóvenes empobrecidos, explotando el resentimiento de una de las regiones más islamizadas y paupérrimas de Nigeria ante la extrema desigualdad social y regional.
En la ciudad de Maiduguri, capital del estado de Borno, nace en el 2002 la banda armada Boko Haram, que en el 2009 le declara la guerra al estado nigeriano. |
Sin olvidar la más
célebre y mediática de sus acciones armadas, el secuestro de las 267 niñas de
un colegio cristiano de internas, en la ciudad de Chibock en el sufrido estado
de Borno, la madrugada del 14 de abril (leer
en este blog: Boko Haram, Las Niñas y El Petróleo). Pero la brutalidad de Boko Haram no tiene límites,
recientemente el jueves 20 de noviembre, un grupo de sus militantes fuertemente
armados entraron en la ciudad de Azaya
Kura, matando a 45 personas, quemaron las casas, robaron comida y animales, en
uno de los pueblos más pobres del estado de Borno. Todo en nombre de su plan
máximo: fundar un estado islamista o Califato en el norte de Nigeria.
Hasta ahora hay más de
10,000 muertos en el conflicto que se desató hace cinco años con la insurgencia
de Boko Haram, sin contar los cientos de miles de desplazados generados por
este grupo fanático. Tema aparte es la situación de constante riesgo que corren
los niños y niñas nigerianas, el más vulnerable sector de la población, que
Boko Haram ha convertido en sus principales víctimas. Según un informe de
UNICEF, desde el año 2009 la violencia contra los menores en el noreste de
Nigeria ha empeorado, el conflicto ha desplazado a unas 650,000 personas, fundamentalmente mujeres y niños, siendo preocupante el reclutamiento de
menores por parte tanto de Boko Haram, como de los grupos paramilitares. Cada
vez más niños son usados en primera línea.
Abubakar Shekau líder de Boko Haram, una de las caras de la violencia en Nigeria, que se interconecta con las acciones brutales y represivas de las FFAA nigerianas |
En el conflicto
nornigeriano hay más gente asesinada por las FFAA y los paramilitares que por
Boko Haram. Según un informe de Human Rights Watch -HRW-, en un solo día -el 14
de marzo del 2014- las FFAA ejecutaron a 600 detenidos. En mayo del 2,013 el
gobierno nigeriano decretó el estado de emergencia en tres Estados al norte del
país, desde entonces Amnistía Internacional, ha denunciado graves abusos
cometidos por el ejército que van desde la tortura, hasta las ejecuciones
extrajudiciales y de la que no ha sido ajena la población civil.
Además, HRW acusa también
a las autoridades nigerianas de abandonar a las víctimas de Boko Haram a su
suerte. En el informe de HRW se lee: “Las mujeres y las niñas
que hemos entrevistado representan, tan solo una fracción de las víctimas de
los grupos armados, ellas necesitan justicia por esos crímenes, necesitan información
sobre acceso a atención medica y necesitan también asistencia sicológica que
las ayuden a superar lo vivido”.
“En Nigeria se mezclan la violencia
armada del Estado y de los grupos rebeldes,
con la violencia estructural de la pobreza
y miseria de las mayorías, alimentadas
por una élite política inepta y corrupta”
Human Rights Watch le
dedica un capítulo de su informe sobre Nigeria, a la despiadada violencia
sufrida por las mujeres nigerianas a manos del ejército y de Boko Haram.
Testimonio de mujeres que han verbalizado el calvario vivido bajo el cautiverio
de la banda de fanáticos y el desinterés e indolencia del gobierno por estas víctimas.
En el informe se señala: “Hemos escuchado de su propia voz
historias de mujeres y niñas secuestradas por Boko Haram, pero existe una
cultura del silencio y cierto tabú que rodea estos hechos, especialmente en lo
que se refiere a la reticencia de la gente de admitir lo que está sucediendo, a
la negación de las autoridades de lo que está ocurriendo, por eso decidimos
iniciar nuestro informe”. Agresiones sexuales, matrimonios
forzados o conversiones al Islam, son algunos de los abusos más habituales.
En Nigeria se mezclan la violencia armada del Estado y los grupos rebeldes y la violencia estructural de la pobreza y miseria de las mayorías, alimentadas por una élite política inepta y corrupta. |
El presidente
nigeriano, Goodluck Jonathan, es un personaje que tiene las manos
ensangrentadas. Utiliza la brutalidad contra la insurgencia del noreste de su
país y con la que sacude en el delta del rio Níger, la zona donde se produce el
petróleo y donde actúan grupos de izquierda que llaman a defender la ecología y
a una menos injusta distribución de la renta petrolera. Estos últimos han
acusado al presidente de haber ejecutado un atentado terrorista el 1 de octubre
del 2010 para demonizar a sus oponentes y ganar las elecciones presidenciales de
ese mismo año.
Con esta misma perversa
lógica política, Jonathan inventó impunemente, en complicidad con el autócrata
chadiano Idriss Déby, un supuesto “acuerdo de paz” con las hordas asesinas de
Boko Haram, para incrementar sus precarios réditos políticos y presentarse como
el pacificador del país, con miras a las presidenciales del mes de febrero del
próximo año. Pero con tan mala suerte, que los asesinos de esta banda armada,
lo desmintieron perpetrando, en el último mes, el mayor número y los más violentos
atentados contra la población del noreste del país.
“Una población civil
atrapada entre dos frentes,
en una lucha por el
poder y el control
por los recursos y todo a las puertas de unas
elecciones impredecibles”
Una población civil atrapada entre dos frentes, en una lucha por el poder y el control por los recursos y todo a las puertas de unas elecciones impredecibles, en las que el inefable presidente Jonathan persiste por la reelección. Ante este ambiente electoral, hay que tener en cuenta que en los próximos meses la violencia se puede incrementar: ante un presidente que querrá victimizarse, Boko Haram que tratará de sentir su presencia con más atentados y muertos y algunos grupos locales o caudillos regionales, especialmente del noreste nigerianos, que no descartarán apoyar a los grupos armados, con el objetivo de desestabilizar el gobierno del candidato-presidente.
Petróleo, corrupción, concentración
de la riqueza y una extrema pobreza extendida; son algunas claves para poder entender
la violencia en Nigeria, una violencia que es una condena para la mayor parte
de su población.