EL
LEGADO DE MADIBA
Por: Javier Fernando
Miranda Prieto
"No hay nadie más grande que él vivo en el planeta en este momento. Y solo en su caso encontré que la persona era mayor que la reputación" lo dijo el Dalai Lama. |
En estos tres últimos meses, a raíz de su internamiento de emergencia en un hospital de Pretoria, para tratarse una aguda infección pulmonar, de Nelson Mandela o Madiba (el nombre de su clan con el que le gusta preferentemente que lo llamen) se ha escrito y dicho mucho en la prensa internacional y mucho más se seguirá diciendo, pero de todas las descripciones que leído sobre él, la que más me ha impresionado fue la del Dalai Lama, el líder espiritual tibetano afirmó de Madiba lo siguiente:
“A menudo me encuentro con gente extraordinaria y especial,
líderes espirituales, realeza, premios Nobel, presidentes, iconos mundiales.
Casi siempre la reputación que les precede es algo exagerada, creando una
atmósfera de grandeza a su alrededor. Cada vez que me encuentro con ellos,
descubro que las personas no son tan grandes como su reputación. Preparando mi
encuentro con Nelson Mandela, descubrí que su reputación era, de hecho, la más grande
del mundo. No hay nadie más grande que él vivo en el planeta en este momento. Y
solo en su caso encontré que la persona era mayor que la reputación.”
Así es Madiba,
consecuente con sus ideales, coherente políticamente, desprendido de interés
personales, tenaz con lo que cree y firme en sus convicciones, pero sobre todo
profundamente humano. Mandela en la actualidad felizmente, sigue siendo la
reserva moral que le queda al mundo.
El joven Nelson Mandela cursando estudios de derecho en la ciudad de Johanesburgo. |
Para poder entender
contra qué tipo de monstruo político luchó Mandela conjuntamente con el
Congreso Nacional África –CNA-, organización política que él ayudara a fundar,
habría que recordar que la gran mayoría de la población en Sudáfrica carecía de
derechos elementales, como el derecho al sufragio, al trabajo, a la libertad
individual, al libre tránsito, a la libertad de expresión, dentro de un rígido
régimen de segregación racial.
La vida de la mayoría
negra en Sudáfrica se caracterizaba por los elevados índices de enfermedad,
hambre, desnutrición, desempleo, analfabetismo, mortalidad infantil que
resultaban de la explotación y opresión a la que eran sometidos bajo el sistema
del apartheid.
Son innumerables las
matanzas o asesinatos en masa, que cometían las fuerzas policiales y militares
racistas contra la población negra, por el único delito de rebelarse contra el régimen
segregacionista. La tarde del 21 de marzo de 1960 en la provincia de Transvaal,
la policía sudafricana abrió fuego contra una manifestación que protestaba
contra el apartheid. Murieron más de 70 personas, muchas de ellas mujeres y
niños y unas 180 resultaron heridas. Todos eran negros. Luego de la masacre el
gobierno racista declaró el estado de emergencia y detuvo a unas 12,000
personas, entre ellas a Nelson Mandela, era su primera detención como activista
político.
En 1963 es arrestado y condenado a cadena perpetua en la prisión de Robben Island. |
Se sabía, que al margen
de los discursos políticos contra el apartheid, que no eran otra cosa que
hipocresía diplomática, países como los Estados Unidos, Inglaterra, Francia,
Alemania e Israel, con mucho menos pudor, hacían negocios y comercializaban con
la racista Sudáfrica.
Es por ello que Madiba
no solo tuvo que hacer frente al apartheid dentro de su país, sino que también
luchó contra el silencio y la complicidad de muchos países en el exterior.
Inclusive fue
considerado terrorista porque dirigió el comando Umkohonto WeSzwe (Lanza de la
Nación), el legítimo brazo armado del Congreso Nacional Africano, hecho por el
que fue arrestado y condenado a prisión en 1963.
Sin embargo, en la
prisión de máxima seguridad de Robben Island condenado a cadena perpetua, junto
con la alta dirección del CNA, no pudieron doblegar sus principios y
convicciones políticas, a pesar de haber sufrido lo indecible, como lo hubiera
hecho cualquier ser humano, no solo por la falta de libertad y el maltrato,
sino por la brutal separación de su esposa e hijas.
Histórica foto de la liberación de Nelson Mandela en febrero de 1990. Luego de casi 30 años de encierro su actitud y fuerza interior lo salvaron. |
Sus carceleros quisieron
doblegar su espíritu, pero fue justo lo contrario. Su actitud y fuerza interior
lo salvaron. Pasó de ser detestado a ser admirado. Desposeído de todo, le
quedaba la dignidad y esa nunca la perdió. Y con el tiempo Madiba se convirtió en
el interlocutor necesario con un gobierno racista que se venía abajo, la crisis
económica, el fin de la guerra fría, el repudio internacional, convencieron a
la dirigencia política sudafricana que había que poner fin al apartheid. Fue en
la cárcel donde Mandela se convirtió en un símbolo.
Después de su liberación
en febrero de 1990, comienza las conversaciones directas con el gobierno sudafricano
y el desmontaje del régimen segregacionista, en 1993 recibe el Premio Nobel de
la Paz y en 1994 se convirtió en el primer presidente negro de Sudáfrica.
Madiba dejó de ser un líder de Sudáfrica para convertirse en un paradigma mundial. |
Algunos dirán que el
legado más importante de Madiba, es su lucha permanente, su gobierno de transición
preocupado por la reconciliación; otros enfatizarán su humildad al dejar todo
cargo político para pasar al retiro en su aldea familiar.
Sin embargo, Mandela es
mucho más que eso. Dejó de ser un líder de Sudáfrica para convertirse en un
paradigma mundial, porque es un hombre que luchó por valores universales, más allá
de los idiomas, religiones, creencias políticas e ideologías. Desde cualquier
pueblo del planeta podemos entender su mensaje porque tenemos las mismas
aspiraciones: vivir en un mundo con equidad, tolerancia y respeto para todos.
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