ESTADOS FALLIDOS Y
EJERCITOS COLAPSADOS
Por: Javier Fernando
Miranda Prieto
Los Estados fallidos están íntimamente vinculados con la existencia de unas fuerzas armadas desestructuradas o ejércitos colapsados. |
En algunos medios de comunicación
y en los análisis políticos de ciertos periodistas, se suele caracterizar, con
muy poco rigor, a los países africanos como Estados
fallidos, abusando de una generalización del término que lo único que
genera es exageraciones, mitos y desinformación.
Para evitar equivocaciones cabria precisar, que el Estado fallido se caracteriza por un
fracaso gubernamental en el ámbito social, político y económico, caracterizándose por tener
un gobierno tan débil e ineficaz, que tiene poco control sobre vastas regiones
de su territorio, no provee ni puede proveer servicios básicos a su población, presentado
altos niveles de corrupción y criminalidad, una frágil institucionalidad y una
nociva interferencia militar en la política, lo cual generaría notables repercusiones
geopolíticas.
Esta caracterización del
Estado fallido, podría tener clarísimas y graves expresiones políticas como: guerras civiles; existencia de guerrillas que
disputan, con el ejército regular, el control territorial; falta de control de
sus fronteras; guerras con el exterior; por lo cual podríamos concluir que el
concepto de Estado fallido está íntimamente
vinculado con la existencia de unas fuerzas armadas desestructuradas o ejércitos colapsados.
La entrda de la guerrilla del M 23 en la ciudad de Goma en la Republica Democrática del Congo hizo huir en desbandada al ejército estatal. |
Desde fines del año
pasado un puñado de rebeldes del
autodenominado Movimiento 23 de Mayo -M 23- ponen en jaque al ejército de la
Republica Democrática del Congo en la estratégica región del este del país, entrando
y saliendo de la ciudad de Goma a su antojo y haciendo huir en desbandada al ejército
regular.
A principios de este
año, el movimiento Seleka, que aglutina distintos grupos rebeldes de la
Republica Centroafricana, se paseo por medio país en muy pocos días, ante el desconcierto
y huida de las fuerzas estatales. Rebelión que terminó con un golpe de estado y
el ingreso triunfal a la capital, la ciudad de Bangui, de las huestes
sediciosas.
Estos tres casos, a los
que podrían sumarse otros más, como Somalia, Guinea Bissau o Sudán del Sur, ilustran lo
que está sucediendo en algunos paises del continente africano, donde todo apunta a un colapso
de sus fuerzas armadas regulares. Aunque siempre habrá que partir, no obstante,
del hecho que África es un continente y la realidad puede variar de un país a
otro.
Ahora, para no generalizar ni desinformar sobre este tema, como lo advertíamos líneas arriba, habría que precisar, que únicamente la existencia de ejércitos desestructurados o desorganizados no siempre significa que estemos hablando de Estados fallidos, la falta de una buena preparación y calificación militar o la ausencia de un asesoramiento externo, podrían explicar la precariedad del ejercito.
Ahora, para no generalizar ni desinformar sobre este tema, como lo advertíamos líneas arriba, habría que precisar, que únicamente la existencia de ejércitos desestructurados o desorganizados no siempre significa que estemos hablando de Estados fallidos, la falta de una buena preparación y calificación militar o la ausencia de un asesoramiento externo, podrían explicar la precariedad del ejercito.
Entrada triunfal de efectivos del Movomiento Seleka a la capital de la Republica Centroafricana, luego de derrotar al ejército regular. |
Yendo al grano, es
porque muchos Estados africanos, están recién construyendo un proyecto de sociedad y de país.
Los intereses particulares suelen prevalecer sobre el bien común, con el
consiguiente usufructo del aparato del Estado y muy especial, de las fuerzas
armadas en pro de esos intereses individuales.
Es preciso recordar,
que luego del proceso de independencia, muchos países africanos se encontraron
con un doble ejército: el clásico o el ejército regular, nacido de la
transferencia organizacional de las metrópolis a sus antiguas colonias; y
el popular o ejercito irregular,
proveniente de las luchas locales por la emancipación, o como consecuencia de
los primeros golpes de estado. Si los ejércitos clásicos se han distinguido
siempre por su carácter apolítico y su papel de garantía de seguridad nacional
e integridad territorial, en el África postcolonial se convertirían en meros
instrumentos políticos al estilo de los ejércitos populares.
Algunos ejércitos solo defienden los intereses del gobernante de turno y no los intereses ni la soberanía de la nación. |
De hecho, nos
encontramos un ejército dentro del ejército: el núcleo duro, bien pagado y
protector del jefe y los demás, que sobreviven en base al sometimiento del
pueblo a través de prácticas corruptas.
Es por ello, que desde
hace tiempo en varios países africanos, en los llamados Estados fallidos, se desvirtuaron las funciones fundamentales
y el verdadero rol de las fuerzas armadas. La pérdida de su carácter nacional,
unitario, neutral y soberano explicaría, a nuestro entender, porqué, ante
cualquier incursión enemiga, como lo hemos visto en muchos casos recientes,
impera la desorganización, el desbande, el “sálvese quien pueda” en la mayoría
de los ejércitos y el desmoronamiento de los mismos. Poniendo en riesgo, la
integridad y seguridad del Estado y lo que es más importante, poniendo en peligro la protección y tutela de su pueblo.
Buen articulo
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