DENIS SASSOU
NGUESSO: EL PERFIL DEL CAMALEÓN
Denis Sassou Nguesso el déspota presidente de la República del Congo, que durante 35 años ha tenido una gravitación y dominio de decisión en la política de su país. |
La República del Congo, no el antiguo feudo del ex-dictador Joseph Kabila, sino la que se ubica a la otra orilla del gran río africano,
viene sufriendo durante más de treintaicinco años la presencia y vigencia
política de su casi eterno mandatario, Denis Sassou Nguesso, quien durante más
de tres décadas no ha tenido ningún escrúpulo en asumir diversas posturas
ideológicas, distintos discursos programáticos o haber llevado a cabo las más
dispares alianzas geopolíticas con potencia mundial conocida, con tal de seguir
manteniéndose en el poder, convirtiéndose en un auténtico "hombre
camaleón".
El antiguo revolucionario e izquierdista pro-soviético de los años del reinado del partido único (1979-1992), el liberal, pro-capitalista y aliado de Francia y los Estados Unidos, que promovió la cruenta guerra civil de 1997 al 2002 o el pragmático y autoritario autócrata, que sin ningún escrúpulo viene acumulando cuatro periodos de gobierno (2002-2009, 2009-2016, 2016-2023 y 2023-), nos evidencia el carácter camaleónico, oportunista e inmoral de una figura política que hizo de todo con tal de eternizarse en su cargo.
“Durante más de tres décadas no ha tenido
ningún escrúpulo en asumir las más dispares
alianzas geopolíticas”
En un gobierno como el de Sassou Nguesso que controla los diversos poderes del Estado, que amordaza a los medios opositores, que persigue, tortura y elimina a sus rivales políticos, que dispone de ingentes recursos públicos para enriquecerse y sustentar sus propias campañas reeleccionistas, cada convocatoria a elecciones fueron un mero formalismo, una parodia eleccionaria que solo le sirve al dictador para guardar las molestas apariencias democráticas. Un régimen político que siempre tuvo el padrinazgo y complicidad de Francia, la antigua potencia colonial.
Por su ubicación geográfica, limita con 5 países, el Congo-Brazaville, tiene una gran influencia geopolítica en la región central africana. |
Hay que recordar que un día como hoy, hace ocho años, el 19 de junio de 2016, la candidatura presidencial de Sassou Nguesso fue posible gracias a una cuestionada reforma constitucional que él mismo propuso y que fue ratificada en un amañado referéndum, con lo cual hizo saltar por los aires los cerrojos legales que le prohibían postular a un tercer mandato.
La
nueva ley fundamental, hecha a su medida, se promulgó después de su aprobación
mediante una consulta popular que fue boicoteada por la totalidad de los
partidos de oposición y por diversas organizaciones ciudadanas pro-democracia,
quienes rechazaron los resultados en multitudinarias jornadas de protesta que
fueron reprimidas por la policía militarizada. Una espuria reforma
constitucional que le sirvió para elegirse mandatario por cuarta vez
consecutiva en el 2023.
“Siempre gozando de la
complicidad de Francia,
la antigua potencia colonial”
En la actualidad diversas organizaciones defensoras de derechos humanos y pro-democracia en el Congo-Brazzaville, están intentando informar a la opinión pública mundial sobre lo que sucede en su país y movilizar a los propios congoleños para evitar que dictadores como el inefable Sassou Nguesso se eternicen en su cargo. Además, el actual contexto regional podría estar jugando en contra de este sátrapa africano.
La democratización iniciada en el vecino Congo-Kinshasa, el despertar de la población africana en los países del oeste y centro del continente por mayores libertades democráticas y los cambios de gobierno, vía pronunciamientos militares progresistas, que se han dado el Mali, Burkina Faso, Níger y Guinea Conakry, con un gran contenido panafricanista y anti-francés, pueden estar creando un influjo geopolítico que arrincone, en un breve tiempo, al dictador congoleño.
La larga y camaleónica ejecutoria política de un personaje como Denis Sassou Nguesso, nunca respondió a auténticas motivaciones ideológicas o reivindicaciones políticas, sino simplemente a desmedidas ambiciones de poder, añadida a un fuerte componente personalista autoritario, rasgo que también ha caracterizado la azarosa historia de la República del Congo desde su independencia.
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