domingo, 29 de diciembre de 2013

2013: UN AÑO CON  MATICES

Por: Javier  Fernando  Miranda  Prieto


El 2013 empieza con el envió de soldados franceses a Malí y está terminando
con tropas galas llegando a la RCA, Francia cuidadando sus intereses.
Fue un año de continuidad y cambio, de luces y sombras, de convivencias y enfrentamientos; marchas por la paz y revueltas indignadas, conflictos que esbozaban una solución y guerras olvidas que retornaban como fantasmas; lideres entrañables que se fueron y otros impresentables que se resisten a irse. Economías milagrosas que todavía no reparten sus beneficios como deberían, y crecimiento económico que ya se traduce en desarrollo. Como vemos, para el continente africano el año que se está yendo fue un año con matices, con contrastes, en un continente lleno de contrastes.

La parábola del desarrollo en África, se halla en una crítica encrucijada, por una parte la revolución en las comunicaciones y las tecnologías de la información han generado un cambio demográfico, urbano y un boom de los precios de las materias primas, que convierten al continente africano en una nueva potencia económica global. Sin embargo, la ausencia de una real agenda de desarrollo que priorice la satisfacción de las necesidades básicas de la población, ha acelerado: hambrunas, migraciones masivas, inacabables procesos de pacificación y sin olvidar la plaga del terrorismo.

Recién empezado el año, Francia enviaba sus Fuerza Armadas a Malí para detener la amenaza yihadista que controlaba el norte del país. Aunque se ha reducido la violencia, hay en la actualidad más de 300,000 desplazados. Esa misma amenaza islamista, es la que sembraba el terror en una planta de gas en Argelia; 41 rehenes fueron ajusticiados, 37 de ellos extranjeros de ocho nacionalidades. Acciones terroristas que le produjeron al mundo vergüenza. A mediados de año, huyendo del hambre y la guerra más de 350 personas de Eritrea y Somalia perecían en las costas de Lampedusa, la isla siciliana que está más cerca de África que de Europa. Lo cual fue un pequeño ejemplo de la tragedia que viven muchos africanos, que tienen como única posibilidad de huir de la pobreza, lanzarse al mar para llegar a las costas europeas.

Más de 350 muertos frente a las costas de Lampedusa, la única forma de
huir de la pobreza para los africanos.
Pero desde la otra orilla de las anheladas costas del Mediterráneo, en Túnez la vanguardia de las revoluciones árabes, ha vivido un año de renuncias. El gobierno islamista que había ganado en las urnas, debió renunciar para evitar un baño de sangre a la egipcia y pasaba la posta a un ejecutivo de técnicos e independientes. Pero para Egipto, el país árabe más poblado con 85 millones de habitantes, el 2013 ha sido un año de retos revolucionarios, protestas, golpes o no golpes de Estado, el presidente Mohamed Mursi, elegido el año anterior, era depuesto por el ejército el 3 de julio, siguiendo las mayores manifestaciones de protesta de todo el continente africano, Egipto sigue en su revolución continua.

Pero para los que ya estamos acostumbrados a la violencia en el Magreb, la sorpresa provino de Kenia. El terror sin fronteras golpeo a la ciudad de Nairobi en el 2013, un exclusivo centro comercial en la capital de Kenia, a manos de un comando de Al Qaeda, causaba 39 víctimas mortales declaradas y al menos 150 heridos. Una de las ciudades más cosmopolitas del continente, sufría la venganza de los radicales islamistas de Somalia, porque el gobierno keniano había enviado tropas para apoyar al languidecido ejercito de ese asolado país. 

Egipto vivió este año una espiral de violencia, con golpes y no golpes de
Estado. Egipto y su revolucion continua.
Pero tratándose de Kenia, habría que recordar que este año, su presidente Uhuru Kenyatta fue convocado por la Corte Penal Internacional -CPI-, para ser juzgado por los delitos de lesa humanidad cometidos durante las protestas seguidas después de las elecciones presidenciales del 2007. Un importante hecho sin precedentes de la CPI, de abrir proceso penal a un dignatario en ejercicio.

Este año en África, el continente de las guerras interminables y los conflictos encarnizados, se vivieron el fin de algunas de estos enfrentamientos. Como un presagio de ello, se pude tomar el fallecimiento este año de Mihail Kalashnikov, el inventor del ferozmente celebre AK-47 el denominado "fusil de los pobres". Según las Naciones Unidas, cerca de 30 millones de estas armas automáticas, están presente en la actualidad, en más de 30 conflictos internacionales. En esas guerras donde reinan las Kalashnikov y donde las muertes diarias no causan mucha conmoción, acaso por no ubicarse en los focos principales de la geopolítica internacional, como el continente africano, han iniciado un lento proceso de pacificación; pero en otras los señores de la guerra siguen campeando sin piedad alguna, dejando la desolación a su paso.  


La rendición sin atenuantes de la brutal guerrilla del M23 en la República Democrática del Congo, vislumbra un mejor futuro para este país, luego de décadas de conflicto y cerca de cinco millones de muertos. La región de Casamance en Senegal, se vio obligada por las derrotas de su guerrilla armada, ha acercarse al gobierno de Dakar, para firmar un Acuerdo de Paz y deponer sus aspiraciones independentistas. En Somalia durante este año, fue ostensible la disminución de los atentados y las acciones armadas de los señores de la guerra. La ofensiva de un ejército más organizado y mejor preparado, que está controlando mayores regiones en este país, puede ser parte de la explicación, pero en Somalia, nunca está dicho todo.


Nairobi una de las capitales más cosmopolitas del África, fue escenario
del terrorismo islámico de Al Qaeda.
Pero la violencia se ha vuelto incontrolable, en un país casi olvidado, la República Centroafricana que desde el golpe de Estado de marzo pasado, ha tenido que enfrentar una lucha intestina de un grupo fanático que esta asolando a este castigado país. Esta violencia sectaria ha dejado más de 500 muertos. Como siempre Francia, su antigua metrópoli, solo ha buscado la solución militar, ha desplazado soldados para tratar de contener los enfrentamientos.  En Nigeria el primer país petrolero del continente, durante todo este año ha tenido que enfrentar al grupo integrista musulmán Boko Haram, que suele atacar objetivos cristianos, dejando hasta la fecha 4,000 muertos. A poco de terminar el año, el mapa de la violencia en África se incrementó, con el estallido de los enfrentamientos en Sudán del Sur, el conflicto armado -disfrazado de guerra étnica- entre los rebeldes y el ejército del presidente Salva Kiir ha causado miles de muertos las últimas semanas, según las Naciones Unidas. A pesar de las reuniones y los llamados a la paz de parte de los países vecinos, la espiral de violencia, en este recién independizado país petrolero, sigue cobrando vidas entre la población civil.

Tropas del ejército de la RDC ingresan a la ciudad de Goma, luego de
expulsar a los sanguinarios rebeldes del M 23.
Por otra parte, la paz que ya que se había alcanzado en Mozambique hace 22 años, parece alejarse de esta ex colonia portuguesa. Desde hace meses los choques armados entre los rebeldes del viejo grupo guerrillero RENAMO –Resistencia Nacional Mozambiqueña- y los soldados del ejército regular han asolado a diferentes ciudades de este empobrecido país. Los largos años en el poder del partido oficialista, las divisiones internas y las ansias de poder de los líderes rebeldes y sobre todo el abismo social que todavía existe en la sociedad mozambiqueña, a pesar del aumento de la inversión extranjera en su economía, lamentablemente estarían  atizando este retorno a las armas.

El año 2013, también ha sido un año de protestas en las calles, de marchas pacificas en varias capitales africanas reivindicando mejores condiciones de vida o mayores derechos democráticos. De Lomé, capital de la República de Togo, hasta Asmara en Eritrea, pasado por Libreville en Gabón; Banjul en Gambia, protesta que casi terminan en golpe de Estado o Harare en Zimbabue en donde multitudinarias manifestaciones no pudieron evitar la juramentación por séptima vez de Robert Mugabe como presidente de esta sufrida Nación. Expresiones de protesta, que evidencian el hartazgo y la rabia de millones de africanos, por sus precarias condiciones de vida y sus derechos políticos conculcados;  manifestaciones que muy bien podrían ser el germen de una “primavera africana subsahariana”.

El espíritu de Madiba hizo que el presidente Obama estrechara la mano, en
público del presidente Raúl Castro, el primer acercamiento de los dos
países desde la revolución castrista de 1,959.
Diecinueve años han pasado desde que Nelson Mandela fuera elegido democráticamente como el primer presidente negro de Sudáfrica, el país del apartheid. Y precisamente este año, el gran Madiba pasó a la inmortalidad, dejando al mundo huérfano de héroes. En su entierro, que convocó a más líderes políticos de todo el mundo, que la misma Asamblea General de la Naciones Unidas, el presidente Barck Obama, aclamado como un héroe en el estadio de Soweto, daba el adiós universal al hombre convertido en símbolo. Y quizás fue el mismo espíritu de Madiba, el que hizo que el presidente Obama, en plena ceremonia, estrechara la mano del líder cubano Raúl Castro, el primer acercamiento entre Estados Unidos y Cuba, cuanto menos físico, desde la revolución castrista de 1,959.

A la luz de este breve resumen, podemos constatar que el 2013 fue para el África un año de contrastes, de luces y sombras. Varios conflictos armados pasan al 2014 sin paz en el horizonte. Sólo algunos amainaron en el año que se va y ciertas negociaciones en curso podrían arribar a buen puerto en los próximos 12 meses. Como fuere, el año que se está yendo a sido un año con matices, quizás como el que vendrá.






miércoles, 25 de diciembre de 2013

Había una vez un Rey…

Por: Javier  Fernando  Miranda  Prieto


La coronación del Emperador Bokassa I  monarca del Imperio Centroafricano, fue uno de los episodios más infames
y grotescos de la historia reciente del África, que tuvo como mentor  y cómplice a la ex metrópoli francesa.


Con el titulo de esta entrega se suele empezar recurrentemente los cuentos infantiles, aquellas historias fabuladas de valientes monarcas y mágicos reinos, que llevan a sus jóvenes lectores hacia un mundo de fantasía e imaginación; pero lamentablemente en esta ocasión, esta frase nos sirve para acercarnos a un personaje escabroso que no tiene nada de valiente o mágico, pero que se convirtió en uno de los gobernantes africanos más corruptos y despóticos que haya gobernado en las últimas décadas ese continente. Si en todo cuento de malos siempre existe un poder detrás del trono, en este caso sería una potencia colonial, que para poder preservar sus propios intereses, fue capaz de sustentar y respaldar a una de las más infames de las dictaduras africanas. 

Nuestro personaje es Jean Bédel Bokassa, militar golpista que se hizo del poder en la República Centroafricana -RCA- en 1,966 y que de buenas a primera se coronó Emperador de ese empobrecido país, convirtiéndolo en el Imperio Centroafricano, dando inicio así a una caricaturesca historia de represión y corrupción, que tuvo como su principal mentor a la civilizada y democrática República Francesa. 

La entronización de Bokassa I le costó al pueblo
centroafricano 28 millones de dólares, solo la
larga capa de 12 metros se valoró en 2 millones.
Esta insólita historia, que no sale precisamente de un libro de cuentos, nos hace recordar lo que se está viviendo hoy en la misma República Centroafricana, que luego de casi cincuenta años, enfrenta otro golpe de Estado, donde esta vez una triunfante milicia depredadora está controlando la mayoría del país, fomentando las tensiones sectarias entre cristianos y musulmanes ante la anuencia de la antigua potencia colonial.

El grotesco episodio de la entronización del autonombrado emperador del Imperio Centroafricano Bokassa I, resultó de gran utilidad para desnudar ante la comunidad internacional la naturaleza del neocolonialismo francés. Toda la retórica empleada para tratar de convencer, que se daba inicio a una nueva relación entre una antigua metrópoli europea, como Francia, que dejaba atrás sus ambiciones de dominio de ultramar y sus antiguas colonias africanas, se convirtió gracias a este triste y patético capítulo vivido por los centroafricanos, en una gran denuncia del nuevo colonialismo francés implantado en África.

Ha quedado claro ante todos, que la concesión de la independencia por parte de Francia a la República Centroafricana en 1,960 fue una gran formalidad. Desde entonces y hasta hoy, todos los que detentaron el poder en Bangui, fueron hombres más leales al régimen de París que a sus propios pueblos. París continuó dictando la conducta política de la RCA como en el pasado colonial. Si algo cambió fueron las relaciones económicas, pero para peor  porque la explotación de los recursos naturales de los centroafricanos por parte de las transnacionales francesas se acentuó desde su independencia.

           “El grotesco episodio de la coronación
          de Bokassa I, desnudó la naturaleza real
                   del neocolonialismo francés”

En 1,966 era presidente de la RCA David Dacko, obviamente un hombre impuesto por la metrópoli, el Jefe del Estado Mayor del Ejército centroafricano y primo del presidente era Jean Bédel Bokassa, quien en enero de ese año derroca a Dacko. Bokassa había acrecentado con sangre su lealtad a la metrópoli. De joven se enroló en el ejército francés, combatió en Indochina al servicio de los franceses matando asiáticos que luchaban por su liberación, adquiriendo el grado de capitán y la ciudadanía francesa. En fin, era un hombre de fiar.

A pesar de las graves denuncias el presidente Giscard D´Estanig siempre
continúo apoyando a su aliado africano. Los regalos de diamantes a la
familia del presidente galo fue uno de los motivos de esa alianza.
Era de sobra conocido que Bokassa era un megalómano, un dictador que abusaba con crueldad de su pueblo, sin contar las serias sospechas de sus monstruosos hábitos de canibalismo, además era un dilapidador de los fondos públicos en beneficio propio y de su familia. En 1,972 se proclamó Presidente Vitalicio, en 1,974 se designó pomposamente Mariscal de Campo y en diciembre de 1,977, en una farsa que asombró al mundo se coronó emperador. Pero si alguien conocía en todos sus detalles los horrores que practicaba su súbdito Bokassa, era el propio gobierno del presidente francés Valery Giscard  D´Estaing, y por la misma profunda dependencia que sufría y sufre hasta hoy la RCA con relación a Francia, hubiera bastado un empeño firme del gobierno de París para poner fin a sus desmanes y crueldades. Pero Francia tenía sus propios intereses que proteger.

El acto de coronación de Bokassa I fue una faustuosa ceremonia, copiada al estilo napoleónico, pero solo tuvo como invitados más notables al Ministro de Relaciones Exteriores de Francia y a un representante de la Santa Sede; lamentablemente y como era de esperarse las principales casas reales europeas se negaron a asistir a tremenda farsa. Pero lo que no fue una comedia, fueron los ingentes recursos públicos que sirvieron para cubrir estos onerosos gastos; se habla de más de 28 millones de dólares lo que el Estado centroafricano desembolso para este despropósito, siendo uno de los países más pobres del mundo. Solo la capa de terciopelo rojo de 12 metros de largo costó 2 millones de dólares, el equivalente a todo el presupuesto anual del sector educación de los centroafricanos.

            “Bokassa era el reflejo deformado y
        caricaturesco de la civilización occidental,
       él y Francia fueron los verdugos del pueblo
                             centroafricano”

El díscolo emperador, justificó el cambio de régimen político al de una Monarquía Constitucional, argumentando que al crear una monarquía ayudaría al país a desmarcarse del resto del continente y a obtener el respeto del mundo. Muchos pensaron que Bokassa estaba loco, y se le comparó con el dictador ugandés Idí Amín Dada por sus egocéntricas extravagancias, como mandar instalar un baño de oro en su palacio. A pesar de los evidentes rasgos despóticos y dictatoriales del régimen de Bokassa, Francia siempre continúo apoyando a su aliado. El presidente Giscard  D´Estaing era amigo y fiel defensor del emperador y suministró a su gobierno importante ayuda económica y militar. En respuesta, Bokassa llevaba frecuentemente a su homologo galo a excursiones de caza en África y lo alojaba como huésped en uno de sus palacios que había comprado en Europa, donde Bokassa frecuentemente se alojaba en sus acostumbradas visitas a París. 

La megalomanía de Bokassa lo llevó a imprimir billetes de mil francos
centroafricanos con su "imperial" imagen.
Esta amistad se sustentaba en los importantes intereses económicos y estratégicos que tenia Francia en el país africano. El caso del uranio es revelador, su extracción estaba en manos de una empresa suiza, que fue desplazada de este negocio por indicación de Francia. A través del Consorcio de la Energía Atómica de Francia dirigida por el primo del presidente francés, se negoció con la RCA acuerdos de explotación de uranio con la compañía Urca, donde la familia Giscard  D´Estaing tenía una importante cantidad de acciones, lo cual fue una ventajosa operación comercial para la familia del presidente galo.

Pero este idilio entre un presidente elegido democráticamente y un dictador empezó a enfriarse; la prensa francesa se fue volviendo cada vez más crítica de esta cercana relación, particularmente después que se revelara que el emperador Bokassa asiduamente daba diamantes como regalo a la familia Giscard D´Estaing en retribución a sus favores políticos. Al escándalo de los diamantes se añadió la masacre de los escolares en Bangui.

En mayo de 1,978 Amnistía Internacional denunció el asesinato, ordenado por el sanguinario emperador de un centenar de escolares, quienes venían manifestándose en las calles de Bangui, capital del país,  exigiendo el aumento de mayores recursos económicos para las escuelas estatales y la reducción del pasaje del servicio público de pasajeros, legitimas reivindicaciones que fueron salvajemente reprimidas por la policía militarizada del dictador. Al principio, el gobierno francés continúo su política de omisión, pero cuando una comisión comprobó la veracidad de la denuncia, el gobierno de París se vio forzado a suspender su ayuda económica a Bokassa.

A esa altura de las cosas, el impresentable emperador ya resultaba incomodo a Francia, siendo para todos evidente que el país africano dependía completamente de ex-metrópoli, sus atrocidades lo asociaban ante la opinión interna e internacional, y más aún estando a dos años de las elecciones presidenciales, Giscard  D´Estaing necesitaba desembarazarse de su incomodo aliado.

Sello postal conmemorando la coronación del decadente
sápatra centroafricano.
A principios de 1,980 la farsa llegaba a su fin, el Emperador del Imperio Centroafricano Jaen Bédel Bokassa es derrocado con apoyo de la aviación francesa. Después de trece años de dictadura, el ex emperador fue acusado de genocidio y canibalismo. Los testigos que entraron a sus suntuosos palacios declararon haber encontrado en los congeladores cadáveres humanos a los que le faltarían algunos miembros. Bokassa escapa a Costa de Marfil y posteriormente vive exiliado en París, pero vuelve de su exilio dorado en 1,986. Fue arrestado y juzgado por traición, asesinato, canibalismo y apropiación ilícita de fondos públicos. Durante el juicio los cargos de canibalismo fueron levantados por falta de pruebas, no pudieron ser demostrados. El tribunal republicano condenó a muerte al ex emperador, pero la sentencia fue conmutada a cadena perpetua, la cual se redujo posteriormente a 20 años de prisión.

En los cuentos infantiles, los reyes suelen morir en el campo de batalla luchando por su reino y por su honor, pero Bokassa que tenia más de bufon que de rey, murió solo en una cama de un hospital en 1,996, luego de varios ataques cerebrales, enfermo del corazón y de los riñones. Su socio y mentor el presidente Giscard D´Estaing perdió abrumadoramente las elecciones presidenciales en 1,981 a manos del candidato socialista Francois Mitterrad. Pero en esta historia la que perdió más, fue la pobre República Centroafricana que siguió su destino fatal: el depender política y económicamente de su antigua metrópoli europea.

Bokassa fue el reflejo deformado y caricaturesco de la civilización occidental, mientras pudo ocultar, en complicidad con Francia, las manchas de sangre de su larga capa de armiño, convivieron por años, como socios, aliados y cómplices, pero cuando lo grotesco perdió toda gracia, la potencia europea vergozosamente le dió la espalda, olvidando que para el mundo ambos fueron siempre, los verdaderos verdugos del pueblo centroafricano.




sábado, 21 de diciembre de 2013

REPÚBLICA CENTROAFRICANA:
UNA CARTA ABIERTA ESCLARECEDORA


La prestigiosa organización medico-humanitaria internacional Médicos Sin Fronteras -MSF- galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 1,999, conocida por su trabajo de asistencia a poblaciones en situación precaria y a víctimas de catástrofes y conflictos armados en los lugares más remotos e inhóspitos del planeta. Publicó recientemente una valiente y esclarecedora Carta Abierta a nivel internacional, sobre las graves deficiencias y acciones inaceptables que se han advertido en las operaciones realizadas por las agencias humanitarias de la Organización de las Naciones Unidas -ONU- destacadas en la República Centroafricana -RCA-, a raíz de la ola de violencia desencadenada, en este país africano desde hace un año.

Este accionar irresponsable, ineficiente y riesgoso de parte de las agencias humanitarias de la ONU, que denuncia documentalmente MSF, se manifiesta entre otros hechos: en la falta de una respuesta rápida e inmediata ante la urgencia sanitaria que se declaró en la RCA en noviembre del año pasado y que cobró la vida de más de 500 niños. La demora en la llegada de la ayuda humanitaria luego del golpe de Estado en marzo de este año. Asimismo, en las ciudades de Bangui y Bossangoa, lugares donde los grupos rebeldes se han ensañado más contra la población civil, los agentes de la ONU han priorizado más su seguridad personal al apoyo inmediato, para la seguridad y bienestar de las víctimas civiles.

Esta misiva de MSF, nos devela la falta de liderazgo humanitario en los agentes de las Naciones Unidas, más preocupados, como buenos burócratas, en el análisis y elaboración de planes a largo plazo, que recién empezarían el próximo año, que a una asistencia humanitaria inmediata ante una población exhausta y traumatizada por los brutas hechos de violencia. Esta completa desconexión con el entorno social, de parte de los agentes humanitarios de la ONU destacados en la RCA, solo sirve para desacreditar y deslegitimar aún más a esta organización mundial.

Cabe señalar, que cuando MSF se refiere a los organismos o agencias humanitarias de las Naciones Unidas, se está refiriendo a las muy prestigiosas y boyantes en presupuestos, que son financiadas por dinero público de todos los Estados miembros de la ONU, como: el Programa Mundial de Alimentos PAM, UNICEF, UNESCO, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados ACNUR, OMS, la Oficina de Naciones Unidas para el Desarrollo Social UNDSS, entre otras agencias humanitarias más.

Seguidamente, le reproducimos el texto completo de este importante documento de difusión internacional, que fue enviado por José Antonio Bastos Presidente de Médicos Sin Frontera España a Valerie Amos Vice Secretaria General para Asuntos Humanitarios y Coordinadora de Emergencias de la Organización de las Naciones Unidas -ONU-.

                                                                              Javier  Fernando Miranda  Prieto


 
Mientras los burocratas de la ONU se refugiaban en un cuartel militar en la ciudad de Bangui capital de la
República Centroafricana, activistas de Médicos Sin Fronteras -MSF- se enfrentaban a los soldados para
hacer respetar los derechos de la población civil. (Foto: MSF)


Con esta Carta Abierta, Médicos Sin Fronteras -MSF- quiere expresar su profunda preocupación por la actuación inaceptable del sistema humanitario de las Naciones Unidas (ONU) en la República Centroafricana a lo largo del último año. En diciembre del 2012, cuando la primera ofensiva rebelde llegó a tan solo unos kilómetros de la capital, la ciudad de Bangui, la mayoría del personal de la ONU fue evacuado de esa localidad y de las distintas poblaciones en las que estaban trabajando. Tras el golpe de Estado, la ONU tardó más de seis meses en desplegar a su personal más allá de la capital, alegando motivos de seguridad para tomar dicha decisión.

Los directores de emergencias dirigieron una tardía evaluación en octubre. Durante la emergencia que se ha ido agravando durante los últimos tres meses y que desde hace tan solo unos días toca de lleno a la capital, no habido evidencia de una reacción humanitaria que se adecue a las necesidades generadas tras los reiterados estallidos de violencia. Las únicas acciones llevadas a cabo por los agentes de la ONU ha sido la recogida de datos en relación a la violencia y algunas, muy escasas evaluaciones de las necesidades, que confirman la urgencia de proporcionar una respuesta inmediata. A pesar de los resultados de estas evaluaciones, llevadas a cabo, tras evidentes signos de la existencia de necesidades y de las numerosas reuniones de coordinación que han llevado a cabo, al día de hoy no habido una acción concreta en las principales zonas afectadas por la violencia. 

Hay dos ejemplos recientes que ilustras esta situación, MSF ha pedido reiteradamente a las agencias de la ONU que repartieran comida, tiendas de campaña y jabón para unas 15,000 personas desplazadas en los alrededores del aeropuerto de Bangui, sin que haya habido reacción alguna por parte de las agencias de la ONU; mientras en Bossangoa, los trabajadores humanitarios de la ONU, que estaban encerrados por seguridad dentro del edificio de FOMAC, ni siguiera dieron asistencia a los desplazados que se cobijaban dentro del mismo edificio, forzando a MSF a intervenir una vez más. Tras los enfrentamientos en Bossagoa el personal de la ONU siguió encerrado dentro del edificio por motivos de seguridad durante varios días, abandonando a más de 30,000 desplazados en los campos de Bossangoa, mientras que MSF trabajaba para tratar de dar respuesta a las emergencias necesarias.

Familias desplazadas a la ciudad de Bossangoa al nor-este de la RCA
hay más de 230,000 desplazados en todo el país. (Foto: MSF)
Pese que a nivel internacional el conocimiento sobre la crisis ha aumentado en los últimos meses, ni siquiera las duras condiciones de vida de decenas de miles de personas desplazadas en Bossangoa desde principios de setiembre del 2013, han llevado a un despliegue de más trabajadores humanitarios experimentados, o la puesta en marcha de una respuesta de emergencia efectiva. La ampliación de la asistencia humanitaria para una población desplazada, que necesita de una forma urgente agua y asistencia en saneamiento, sigue sin llegar.

La población civil está desesperada, y no ha recibido ni siquiera lo que se considera el mínimo necesario en estas situaciones de emergencia.

Ni siquiera el conocimiento interno del mal liderazgo humanitario, ni la inexistencia de una respuesta adecuada, ni de la necesidad urgente de mejorar radicalmente su actuación, han llevado a cambios perceptibles en los procesos y actividades de la ONU. Por otro lado, habido largas discusiones sobre el diseño de un programa de emergencia humanitaria (Plan de 100 días) que se pondrá en marcha en enero del 2014, dejando de esa manera a la población de la República Centroafricana exhausta y traumatizada, sin asistencia para el futuro más próximo y más aún teniendo en cuenta que se necesitarán semanas e incluso meses para implementarlo.

El niño Jovachi Mongomuo tras el brutal ataque de los rebeldes de Seleka,
grupo de fanáticos musulmanes. (Foto: Amnistia Internacional)
Para agravar una situación, ya de por si funesta, parece que serias discrepancias de percepción sobre la inseguridad a la que se enfrentan tanto los trabajadores de las agencias de la ONU, como los trabajadores de campo de MSF. Por otro lado la ONU tampoco ha querido llevar a debate las conclusiones de sus análisis, en los que se indica que el riesgo al que se enfrentan los trabajadores humanitarios es extremadamente alto. Las imágenes distorsionadas de las amenazas a las que se enfrentan las organizaciones humanitarias en la RCA, que han llevado a los trabajadores de la ONU  a llevar cascos militares y chalecos antibalas en un entorno que no requiere semejante protección, no se puede aceptar si supone una restricción a la hora de asistir a una población que se encuentra en un estado de necesidad extrema. No hay que menospreciar algunos riesgos aislados, sin embargo MSF considera que las apreciaciones de la ONU sobre la seguridad, son desproporcionadas en relación a la realidad del terreno.

Esta percepción desproporcionada que tienen las agencias de la ONU, se está traduciendo en un bloqueo y en una excusa recurrente para posponer su aplicación de actividades. Esta completa desconexión con el entorno sólo sirve para desacreditar y deslegitimar a las agencias de la ONU y sus contrapartes, poniendo en peligro las actividades futuras e impactando negativamente en la protección y en la asistencia que se da a la población de la RCA en su conjunto.

La negligencia de la ONU ha provocado que hasta hoy la población en riesgo
en la RCA, no haya recibido lo mínimo necesario para su sobrevivencia.
(Foto: MSF)
Además, de recordar la necesidad urgente e inmediata de ampliar la intervención humanitaria para aliviar el sufrimiento de la población local e insistir en la importancia de un redespliegue de personal y recursos más allá de la ciudad de Bangui, MSF lamenta la desastrosa actuación de las agencias de la ONU y les recuerda su responsabilidad de movilizar y coordinar una acción humanitaria efectiva y basada en los principios humanitarios básicos, de abogar por los derechos de las personas que lo necesitan y de facilitar soluciones sostenibles a la crisis actual. Los principales dirigentes de las Naciones Unidas deberían considerar la posibilidad de iniciar una investigación interna e independiente para entender mejor las fallas que están cometiendo y por así garantizar que en el futuro se aprenderán de estas lecciones.

Las respuestas a las emergencias humanitarias suponen siempre un riesgo, pero MSF ha demostrado en el último año en la RCA que se pueden ampliar las actividades operacionales a través de un mayor despliegue de personal internacional. A pesar de los incidentes sufridos, MSF nunca ha limitado sus proyectos y de hecho, ha ampliado su presencia en seis de las zonas más afectadas por la violencia. Sin embargo, a pesar de los importantes esfuerzos que hemos hecho de manera competente en la RCA, al día de hoy estamos muy lejos de poder cubrir todas las necesidades de la población. Es por ello, que las agencias de la ONU deben de reforzar su capacidad en el terreno. Muchas organizaciones de ayuda necesitan que se lleve a cabo un importante despliegue para poder operar de una manera segura y eficiente bajo su paraguas.


viernes, 20 de diciembre de 2013

UNA AGONÍA SILENCIOSA  EN EL CORAZÓN DE ÁFRICA

Por: Javier  Fernando  Miranda  Prieto

La República Centroafricana es un país que debido a su nombre, no resulta difícil ubicarlo en el mapa, sin embargo
se conoce poco de la inseguridad permanente y el miedo generalizado, en que vive el pueblo centroafricano.
 
Doscientos treinta mil desplazados, setenta dos mil refugiados en los países vecinos, más de 600 muertos en las dos últimas semanas, esa es la fotografía de la violencia que se vive actualmente en la casi desconocida República Centroafricana -RCA-. Desde el golpe de Estado, del 24 de marzo pasado, la RCA se hunde en el caos y en una agonía silenciosa. Las señales de alarma fueron lanzadas por la ONU en setiembre y finalmente, parece que han despertado de su letargo a la comunidad internacional. Pero ¿Serán suficientes las resoluciones de la ONU y los 1,200 soldados que ha enviado Francia a su antigua colonia? 

Recordemos que en el mes de setiembre en plena Asamblea General de las Naciones Unidas, se mencionó repetidamente el nombre de un país africano, que apenas se conocía: la República Centroafricana. Los que más lo evocaron fueron la delegación francesa, el mismísimo canciller galo Laurent Fabius declaró: “No queremos dejar que una situación, ya muy grave, degenere dentro de un Estado, que de Estado no tiene más que el nombre, y que por contagio, supone una situación extremadamente difícil en el conjunto de la región”. Como es posible que el jefe de la diplomacia francesa, se exprese de esa manera de la precariedad institucional y política de la RCA, de su ex colonia, cuando son los franceses los únicos responsables de la fragilidad del Estado centroafricano y de la brutal violencia sectaria desatada en esa Nación desde hace nueve meses.

Los rebeldes de Seleka tomarón el poder el pasado 24 de marzo en la RCA
desde entonces se han sucedido las más brutales violaciones contra los
derechos humanos de la població civil.
Desde el año 1,960, cuando Francia concede la independencia a la RCA, los franceses nunca se retiraron por completo del territorio y continuaron dominando y manejando la situación política del país, con el único fin de preservar sus intereses económicos, a través de los diversos caudillos o presidentes de turno que se alternaban en el poder. Las ingentes reservas de oro, diamantes, recursos forestales y principalmente uranio, fueron el principal motivo de la presencia y permanencia de Francia, hasta el día de hoy, en su antigua colonia. Y decimos principalmente uranio, porque este metal radioactivo es vital para la economía francesa, ya que el 80% de la energía que usan los franceses provienen de sus centrales nucleares y es de sus ex colonias como: Níger, Mali y la RCA de donde extrae este vital mineral.

Es por ello que, por décadas Francia directamente o a través de sus aliados en la región, manejó la política y el Estado centroafricano, sin importarle la voluntad del pueblo centroafricano, ni la violencia que generó las dictaduras que protegía. Primero fue David Dakco el primer presidente de la RCA, que por su puesto, fue impuesto por Francia hasta que su sobrino le dio un golpe de Estado en 1,966; Jaen Bédel Bokassa inauguró en ese país un régimen represivo y sanguinario, que devino en un gobierno caricaturesco, al convertir la República Centroafricana en el Imperio Centroafricano, un demencial proyecto político, que a pesar de la represión y la corrupción que trató de perpetuar, siguió manteniendo el apoyo incondicional de Francia, hasta que su propio ejército destituyó al emperador Bokassa I en 1,979.

“Los franceses son los únicos responsables de         la brutal violencia sectaria desatada en la
                República Centroafricana"           

Restaurada la República siguió una larga década de inestabilidad política, hasta que en 1,992 Felix Patasse llega a la presidencia con el apoyo militar del sátrapa zaireño Mobutu Sese Seko, un antiguo peón de Francia en la región. Pero Zaire, la actual República Democrática del Congo, no era la única pieza francesa usada para defender sus intereses estratégicos y geopolíticos en el África; la República de Chad y su casi vitalicio presidente Idriss Deby jugó un papel importante en el año 2,003 ante el caos en que vivía la RCA por esa época. Deby apoya el golpe de Estado promovido por el general Francois Bozizé, contra el debilitado gobierno de Patasse.

Milicias de Seleka ingresan a la ciudad de Bangui capital de la RCA, donde
realizan acciones hostiles contra la población cristiana.
A fines del año pasado, la RCA era un violento campo de batalla, el movimiento guerrillero Seleka -que significa Alianza en la lengua sango y que es una coalición de varios grupos armados liderada por Michel Djotodia- le había declarado la guerra al presidente Bozizé. La debilidad del gobierno, su incapacidad en el manejo militar y el temor que los rebeldes de Seleka tomen la ciudad de Bangui, capital del país, Francia y el presidente chadiano le bajan el dedo a Bozizé y el 24 de marzo pasado Seleka lo desaloja del poder. Desde entonces, se han sucedido y exacerbado las más brutales violaciones de derechos humanos en contra de la población civil.

Tras proclamarse presidente, el general Michel Djotodia líder de Seleka, se presenta como la carta que le dará la seguridad a las fronteras de su vecina Chad y la protección a los intereses franceses en la RCA, es decir aparentemente, todo volvería a la normalidad. Pero no se tenía en cuenta, que Djotodia desataría una nueva caza de brujas contra todos los opositores y éstos, lejos de entregar las armas, plantan cara a las nuevas autoridades. Adicionalmente, el nuevo gobierno militar no goza del apoyo incondicional de todas las fracciones de Seleka –algunos se han incorporado al ejército regular del nuevo gobierno, pero otros han preferido seguir al margen- y en algunas partes del país, sus comandantes imponen su propia ley.  Y por si fuera poco, el grupo más radical de Seleka, antagonista del actual gobierno, vinculado a las confesiones musulmanas, han empezado a cobrar venganza contra la mayoritaria población cristiana. Estos fanáticos musulmanes con machete en malo asolan y matan a los moradores de las ciudades rurales que se encuentran en su camino.

Por otra parte, la otrora pacifica población cristiana, se han organizado mediante brigadas armadas llamadas “anti-balakas” (anti-machetes) con el fin de cobrar venganza, por las matanzas perpetradas por los islamistas radicales contra la comunidad cristiana. Un enfrentamiento insólito e inédito en la historia reciente de la RCA, en donde por décadas existió una convivencia pacífica y solidaria entre ambas comunidades religiosas.


   “Las reservas de oro, diamantes y  uranio, 
      son el motivo de la presencia de Francia 
                     en su antigua colonia”

El actual presidente y ex guerrillero Michel Djotodia, apoyado por el ejército
de Chad y defensor de los intereses de Francia.
Como vemos, esta violencia religiosa sería el primer caso registrado en la historia de la RCA, en donde una mayoría cristiana (80% de su población) está gobernada por rebeldes musulmanes. Por otro lado muchos observadores, ya están situando a este país al borde de la somalización. Es decir, al haber desaparecido el poder estatal, existiría el riesgo de que el territorio centroafricano, se convierta en refugio para los señores de la guerra o para los grupos integristas islámicos ubicados en otras regiones del África, convirtiéndose en un santuario para terroristas.  Y si esto ocurre, la RCA se convertiría en un gravísimo problema para todo el continente.

Pareciera que tanto Francia, como el presidente Deby de Chad, jugaron con fuego al apoyar incondicionalmente a la guerrilla de Seleka para que llegue al poder y estabilice el país, y ahora podrían estar quemándose.

Por otro lado, la RCA es un país que debido a su nombre no resulta difícil ubicarlo en el mapa. Sin embargo, apenas se sabe nada de las condiciones de vida de su población. Según el Índice de Desarrollo Humano de este año, la República Centroafricana ocupa el puesto 180 de 187 países estudiados, tiene una esperanza de vida de menos de 50 años y el 62% de sus cuatro millones y medio de habitantes vive por debajo del índice de la pobreza. La realidad es dura, a pesar de ser, como ya se ha indicado, un país rico en minerales muy preciados. Sobre esta contradicción, ya sabemos las causas y los responsables de esta injusta situación.

La actual violencia política y religiosa que sufre la República Centroafricana, según Médicos Sin Fronteras -MSF- ha desplazado desde diciembre del 2012, cuando se radicalizan las acciones armadas de Seleka, hasta setiembre del 2,013, cuando ya estaba en el poder, a unas 230,000 personas y ha obligado huir del país a más de 72,000 sobre todo mujeres y menores, quienes buscan refugio en las naciones vecinas como: República Democrática del Congo, Chad y Camerún, lugares donde sobrevivir también es un lujo.

  “Tanto Francia como el Chad, jugaron con             fuego al apoyar a la guerrilla de Seleka 
         en llegar al poder en la RCA, ahora
                podrían estar quemándose”

Son más de 1,200 soldados franceses los destacados en la RCA, la solución
militar como unica política disuasiva de Francia en el África.
En la República Centroafricana se vive una situación de inseguridad permanente y de miedo generalizado, nueve meses después de que Seleka llegó al poder, la violencia se ha agudizado. Esta espiral de violencia tiene dos actores principales: por un lado las milicias de auto defensa, los anti-balakas, los cuales se defienden y cobrar venganza a los ex-rebeldes y a los musulmanes; del otro lado, la represión ciega y desproporcionada de los rebeldes de Seleka. Según reportes de Médicos Sin Frontera -MSF-, la única organización humanitaria que se ha quedado en la República Centroafricana, los fanáticos musulmanes de Seleka han atacado a civiles alrededor de todo el país, ejecutando, torturando y arrasando comunidades, violando mujeres y reclutando a menores de edad para sus tropas, pero nadie rinde cuenta por ello. El clima de impunidad es total.

Ante esta grave situación en el corazón de África, según Francia la solución es mandar más tropas, la salida militar como única solución a los problemas que ellos mismo generaron en su antigua colonia. Francia luego de más de cincuenta años entrometiéndose en la política centroafricana, ahora propone como única solución al problema centroafricano: aumentar el contingente de sus soldados, pero acompañados de otros 1,200 efectivos de la Misión Militar de los Países del Centro de África.

230,000 desplazados y 72,000 refugiados en los paises vecinos, es el saldo
que esta dejando el último año de violencia vivida en la RCA.
Pero no debemos extrañarnos del accionar de Francia en la escena africana: ¿Qué hizo Francia en pleno genocidio en Ruanda? ¿No colaboró con la huida de hutus hacia el Congo? ¿Cuál fue la intención de Francia al intervenir militarmente en Costa de Marfil y destituir al presidente que no respondía a sus intereses? Francia, como ya ocurrió en la República Democrática del Congo, Mali, Costa de Marfil y ahora en la República Centroafricana, ya tomó la decisión de ejercer su papel de potencia colonial en el continente africano, para ello utiliza, otra vez, el paraguas de la ONU.

Ahora, Francia tiene el camino allanado para solucionar los problemas en la República Centroafricana a su manera, con la acción militar; pero de la inseguridad alimentaria, la desnutrición, las carencias sanitarias, la falta de educación, el expolio de los recursos naturales, es decir, de los impostergables problemas de los centroafricanos no se habla nada. Por supuesto que la ayuda humanitaria e internacional debe de intervenir en la RCA, pero no al dictado de Francia, no enviando a más soldados, antes de utilizar la diplomacia en el terreno. No después de desoír todo tipo de denuncias respecto a lo que estaba ocurriendo. Y no como se ha hecho en Mali y Costa de Marfil. Estamos asistiendo a la neocolonización amparada por la ONU, que con sus famosas resoluciones no conoce otra forma de intervenir.

Mientras tanto, muchos actores, pocas soluciones efectivas y una grave situación de violencia indiscriminada. Medicos Sin Fronteras ha hecho un llamado a la comunidad internacional para que tome medidas eficaces para restablecer la ayuda humanitaria y poner fin a esta devastadora crisis. Mientras ese llamado se atiende, una herida de más de cincuenta años continua abierta, prolongando una agonía silenciosa en el corazón de África. 
 




martes, 17 de diciembre de 2013

SUDÁFRICA SIN MANDELA

Por: Javier  Fernando  Miranda  Prieto

Vista del multitudinario funeral  que el mundo le tributó a Nelson Mandela en el Estadio de Soweto

La otra tarde conversando con mi hermano sobre el legado de Nelson Mandela, sobre la herencia que deja al mundo, al África y principalmente a su país Sudáfrica; coincidíamos ambos que lo más preciado que nos deja, un hombre extraordinario como el gran Madiba, es su ideario político, su promesa de un país más integrado socialmente, más humano; su agenda para un mundo más justo, más hermanado, más democrático. Después de Mahatma Gandhi, después de Martin Luther King, el mundo parece quedarse huérfano de héroes.

La gran obra de Mandela, de reconciliar a una sociedad fragmentada, lacerada por la segregación racial, está cumplida, los sudafricanos en la hora presente, ya no conviven con el oprobioso apartheid. Como me señalaba mi hermano, ahora los sudafricanos deben de lidiar con otro tipo de monstruo, el apartheid social y económico, representado por la gran brecha social que se vive en Sudáfrica y la escandalosa corrupción que existe en ese país.

La historia está llena de símbolos y lo que se vivió en el multitudinario funeral que el mundo le tributó a Mandela en el Estadio de Soweto, es una muestra de ello. Sintetiza las urgencias y necesidades que tienen ahora la sociedad sudafricana y nos confirma la permanencia y continuidad del ideario de Madiba.


      “Ahora los sudafricanos deben de lidiar con un
        apatheid social y económico, representado por
     la gran brecha social y la escandalosa corrupción”

El evento en el Estadio acabó siendo una especie de plebiscito del sentimiento de las masas hacia sus políticos. Algunos recibieron ovaciones, otros fueron abucheados. El mayor repudio fue para el actual presidente Jacob Zuma; mientras que uno de los que fue más sentidamente ovacionado fue Frederick De Klerk, el último presidente blanco de Sudáfrica, un antiguo defensor del viejo régimen, conocido por su conservadurismo durante la mayor parte de su trayectoria política.

Un niño sudafricano se despide de Mandela, ante el paso del cotejo
funebre durante su recorrido por las calles de la ciudad de Soweto.
Ese símbolo lo dice casi todo, De Kleck era blanco, pero fue socio de Mandela en la transición y al final, cedió el poder al primer presidente negro del país de manera negociada, civilizada. El público de Soweto lo reconoció como uno de los suyos, como un digno compatriota. El hecho de que Zuma fuera uno de los suyos con respecto al color de la piel fue, para aquel sector representativo de la Sudáfrica negra, irrelevante. Porque –y aquí está la cuestión- en el ranking de problemas que tiene Sudáfrica ahora el racial, es casi inexistente, está muy por debajo de otros mucho más apremiantes, que el gobierno de Zuma se ha mostrado incapaz de resolver.

Como vemos, Sudáfrica está muy lejos de una conflagración racial, como absurda e irresponsablemente lo vaticinaban algunos despistados y desinformados comentaristas internacionales. No se han matado los unos a los otros, no hubo una temida contrarrevolución blanca, ni emergió ningún grupo terrorista de extrema derecha, después de la muerte del gran Madiba. Los negros y los blancos viven el día a día entre sí con más naturalidad en Sudáfrica, que en muchos países en el mundo, lo cual es bastante decir tras haber transcurrido tan poco tiempo desde que el apartheid se borró de la constitución sudafricana.


        “Hace 20 años el concepto clase media era
         desconocido en Sudáfrica, hoy 9 millones
                 de negros son de clase media”


Las maravillosas escenas de solidaridad en la calle, fuera de la casa donde vivió Mandela sus últimos días, fue una confirmación de que la encarnecida lucha de razas, ha sido felizmente desterrada de estas tierras africanas. En esas vigilias callejeras, hubo un flujo constante de gente de todos los colores, razas y religiones. A ningún negro se le hubiese ocurrido cuestionar el derecho de los blancos a sentirse dueños del legado de Mandela.

El presidente Jacob Zuma es abucheado durante su discurso, por presidir
un gobierno incapaz y corrupto.
En la actualidad las prioridades de la agenda social en Sudáfrica, son las mismas que proclamó e ideó Mandela durante su abnegada lucha contra el antiguo régimen y que no pudo terminar en su periodo presidencial, pero que lamentablemente no fueron continuadas por los siguientes gobiernos: el suministro de viviendas, el acceso a los servicios de agua potable y luz para los más pobres, mejorar el sistema de educación, frenar la delincuencia y la inseguridad. Por otro lado está, la creciente corrupción dentro del aparato estatal que dirige el Congreso Nacional Africano -CNA- partido de gobierno que lo conduce Zuma, organización cuyos valores morales se han alejado mucho de lo que eran cuando lo presidía Mandela.

Un símbolo de la decadencia del CNA y de la ineficiencia estatal del gobierno del presidente Zuma ha sido la desigualdad entre ricos y pobres, una brecha de las más amplias en el mundo. Y aunque es cierto que un sector de la población blanca sigue poseyendo un desproporcionado trozo del pastel nacional, también es cierto que los ingresos de los negros sudafricanos, han crecido en un porcentaje muy superior al de los blancos, desde que Mandela llegó al poder. Un hecho crucial, es que hace 20 años el concepto “clase media negra” era prácticamente desconocido en Sudáfrica, hoy se calcula que, en un país de 50 millones de habitantes unos 9 millones de negros son de clase media.

La juventud sudafricana es la heredera directa del legado de Nelson Mandela
y los obligados hacer realidad su modelo de sociedad.
Como vemos, en la actualidad Sudáfrica todavía tiene una pésima distribución del ingreso entre sus habitantes. Asimismo, la equidad en el reparto de la tierra no ha cambiado mucho. Sin embargo, aunque el presente sudafricano está lleno de desafíos económicos, sociales y ético-morales, también está presente el ideario y la agenda pendiente elaborada por Mandela para la construcción de una nueva sociedad sudafricana, más igualitaria, solidaria y democrática, modelo de Nación que la juventud de este país está obligada hacer realidad.

Una juventud que es heredera directa del proyecto de país que creó su padre Mandela y que ellos deberán ejecutar para preservar el espíritu y el legado de Madiba. Cuando digo población joven, me refiero a los jóvenes del CNA o de otros partidos políticos, como la Alianza Democrática -AD- el principal partido de la oposición, un grupo liberal progresista o de nuevas formas de representación política que puedan surguir, como los activistas de los colectivos ambientalistas, feministas, de las minorías sexuales o de las redes anti-corrupción, colectivos muy activos en la sociedad sudafricana.

Es decir, toda esa masa crítica de la población sudafricana que estuvo en la primera línea de combate contra el sistema segregacionista y que hoy veinte años después, ellos y sus hijos, siendo los verdaderos dueños de la herencia política de Mandela, son los que deben de realizar el sueño de construir un país más justo, más igualitario y más humano.