EL SECRETO DE MADIBA
Por: Javier Fernando Miranda Prieto
Las piedras no se
marchitan, permanecen para siempre. Las imágenes de la televisión internacional
nos han estado mostrando en estos días a cientos de personas frente a la residencia
de Nelson Mandela en Johannesburgo, depositando flores y piedras con mensajes
escritos muy personales, le reconocen como un icono y le agradecen su
sufrimiento. Estas piedras colocadas en el jardín del Padre ausente, son como
semillas que germinaran en la casa del político más venerado de la historia
reciente, quien se fue
despidiendo lentamente de la vida tal como la vivió, resistiendo.
Aunque, Mandela deje
atrás una familia dividida por su herencia, un país y un partido en crisis y un
mundo huérfano de líderes morales, varias generaciones se rinden ante el legado
del hombre que protagonizó el milagro político y humano más sobrecogedor del
siglo XX. Millones de personas en el mundo reconocen que Madiba, como le
llamaban los suyos, el primer presidente negro de Sudáfrica, el que unió a un
pueblo dividido en dos bandos irreconciliables, poseía un secreto que lo
convierte en leyenda.
Ciento de personas depositan flores y piedras con mensajes personales, en el jardín de la casa de Nelson Mandela en Johannesburgo. |
Como lo mencionaba en
una entrada anterior, Mandela tenía la sonrisa más famosa del mundo y el enorme
merito de haberla mantenido, a pesar de ser un hombre que envejeció en la
cárcel. Fueron más de 27 años de un encierro injusto, los cuales no pudieron
doblegar su carácter, su coraje, ni sus ideales. A pesar de todos los
sufrimientos, Mandela bregó siempre para que el resto del planeta, difunda su
mensaje, el secreto de su éxito político y humano: no haber tratado a sus
enemigos, como ellos lo trataron a él. Cuando alguien sufre penalidades, no se puede jamás humillar a los otros. Ese rasgo de negarse a subyugar a sus rivales, es
lo que le convierte en un líder universal.
“Mandela entendió que la generosidad y la reconciliación eran los métodos más eficaces para lograr sus fines”
“Mandela entendió que la generosidad y la reconciliación eran los métodos más eficaces para lograr sus fines”
Esta nobleza de
sentimientos, paradójicamente fueron incubadas en la conciencia de Madiba, en
los momentos más dramáticos e injustos de su existencia. Mandela es detenido,
torturado y acusado de conspiración para derrocar al gobierno que ha permitido
sucesivas masacres de manifestantes, en una Sudáfrica sacudida por la lucha
racial. Condenado a cadena perpetua no será liberado hasta la década de los
noventa.
“Mandela va liberar a los negros de
la esclavitud, pero también a los blancos
de sus
propios miedos”
Luego de su liberación
en 1,990 y tras su abrumador triunfo electoral cuatro años después, Mandela va
trabajar sin descanso para librar a los negros de la esclavitud, pero también
para librar a los blancos de sus propios miedos, paso a paso va dirigir el
camino de la reconciliación. Una de sus primeras medidas desde el gobierno, va
ser desmontar las secuelas de un régimen, que años atrás parecía eterno, sienta
las bases de lo que parecía imposible, que la sociedad negra y la blanca fueran
capaces de entenderse después de la devastación colonial y la inhumanidad del
apartheid.
Mandela y su valiente esposa Winnie, quien estuvo al frente del partido y lideró la lucha anti-apartheid durante los 27 años en que su esposo sufrió carcelería. |
Madiba tenía la
capacidad de identificar esas áreas de encuentro común, entendió muy bien que
blancos y negros tenían mucho que ganar si colaboraban y mucho que perder si no
lo hacían, en un momento de transición, en un momento de grandes cambios como
los que vivía Sudáfrica en ese tiempo. Es decir, Mandela ante todo entendió que
el perdón, la generosidad y la reconciliación eran los instrumentos políticos
más eficientes, más prácticos para lograr sus fines. Si Mandela hubiera salido
de la cárcel, convencido que el método más eficaz, más práctico para llegar a
la democracia era la lucha armada, lo hubiera hecho, pero no pensaba así.
Ahora este gran hombre,
desde la inmortalidad empieza a cosechar ese reconocimiento producto de haber sembrado,
durante décadas y con paciencia los valores humanos contrarios a los del
sistema al que se opuso, valores como la generosidad, la amabilidad, la
modestia y la cortesía, que tampoco parecen imperar en la sociedad actual. Tal
vez ahí, resida el secreto de Madiba, en demostrar que las autenticas cárceles
son el odio y el miedo; en compensar el sufrimiento de las víctimas, con la
transformación de la sociedad y en mantener y proclamar una fe inquebrantable en que hay un germen de bien en la mayor parte de la humanidad. Un germen como las piedras escritas, depositadas como ofrenda, en el jardín de la casa del Padre ausente.
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