miércoles, 25 de marzo de 2015


COSTA  DE  MARFIL: 
EL  LADO  AMARGO  DEL  CHOCOLATE

Por: Javier  Fernando  Miranda  Prieto

Costa de Marfil es el primer productor mundial de cacao. Al menos el 55% de la industria de chocolates en el mundo
se abastece de su primer insumo principalmente de esta región marfileña.

No es una novedad que Costa de Marfil, sea conocida como la cuna de los “chocolates de sangre”, por el brutal y semi-esclavista sistema de explotación de niños en las plantaciones de cacao que operan en su territorio. Pero en la actualidad, han aparecido en los medios de prensa de la ciudad de Abiyán, capital económica de este país de África occidental, denuncias bien documentadas, que confirmarían la existencia de fosas comunes o lugares de entierro en la localidad de Duekoe, zona donde predominan los cultivos de cacao en ese país.

Las probables victimas de estas matanzas, son campesinos o lugareños de esta región que se oponen a ceder sus campos de cultivo a las empresas transnacionales fabricantes de chocolate, las cuales en complicidad con el gobierno marfileño, sustentan un ejército de mercenarios dedicados a sembrar de terror esta estratégica zona agrícola. Como sabemos, el presidente Alassane Ouattara, la marioneta impuesta por Francia para defender sus intereses, desde el derrocamiento del dictador burkinés, se ha convertido en una pieza clave en la estrategia francesa en el África occidental.

Desde el año 2,002, Francia y los Estados Unidos apoyaron a Ouattara, el eterno intrigante y conspirador de la política marfileña, para llevar una guerra de rebelión contra el gobierno del presidente Laurent Gbagbo, hasta el año 2,011 donde lo derrocaron con la vergonzosa ayuda de las Naciones Unidas, el gobierno francés y las fuerzas rebeldes. Ahora, en la región de Duekoue, se calcula que más de 1,500 personas han muerto a manos de las bandas de sicarios.

Muchos niños son vendidos a los traficantes o a los dueños de las
plantaciones de cacao por sus propias familias.
Costa de Marfil es el principal productor mundial de cacao. Al menos el 55% de la industria de chocolates y caramelos del mundo, se abastece de su principal insumo en esta región marfileña, de ahí la importancia y el interés de mantener esta zona agrícola y su población bajo un estricto control de seguridad.

Hay que recordar, que en África occidental, el cacao es un producto agrícola que se produce exclusivamente para fines de exportación. Con el incremento de la industria chocolatera, a través de los años ha aumentado la demanda de cacao barato. Hoy en día, los productores de cacao a duras pena pueden ganarse la vida con la venta de los granos de cacao y con frecuencia recurren al uso de la mano de obra infantil, para abaratar los costos, a fin de que sus precios sean más competitivos.

              “las empresas transnacionales de chocolate,
               en complicidad con el gobierno marfileño,
           sustentan un ejército de mercenarios dedicados
            a sembrar de terror las plantaciones de cacao”

Los niños marfileños de zonas rurales, viven sumidos en una inmensa pobreza y la mayoría de ellos empiezan a trabajar a una edad muy temprana para ayudar a sus familias. Muchos de estos niños son “vendidos” a los traficantes o a los dueños de plantaciones de cacao por sus propias familias. Según reportes de organizaciones defensoras de derechos humanos marfileñas, también estos traficantes recurren al secuestro de muchachos de pequeños poblados de los países vecinos, como Burkina Faso o Malí. Pero no hay que olvidar, que estas plantaciones de cacao de Costa de Marfil y de los demás países productores de África occidental, suministran este insumo a compañías internacionales tan grandes como Hershey´s, Mars y principalmente Nestlé, lo cual pone en evidencia el vínculo directo de esta industria transnacional con la explotación de la mano de obra infantil, el tráfico de seres humanos y la esclavitud.

Estos niños marfileños pueden vivir en estas paupérrimas condiciones
durante meses o incluso años. 
En años recientes se ha documentado según: Raghavan S. and Chatterjee S. “A Taste of Slavery” 2011(*) casos en los que tanto niños como adultos, fueron retenidos contra su voluntad, en las plantaciones de DueKoue y obligados a trabajar, dentro de un estricto régimen de sobre-explotación, hay testimonios que hablan textualmente, que trabajan en un “sistema  esclavista”.

Hay casos que involucran actos de violencia física, como recibir azotes por no trabajar con rapidez o tratar de escapar. También se han recogido testimonios, tanto de niños como de adultos que fueron encerrados durante la noche para que no pudieran huir. Además, es común que los dueños de las plantaciones alimenten a sus subordinados, incluyendo a los niños, con los alimentos más baratos que puedan comprar, como pasta de maíz y plátanos. En algunos casos, los adultos y niños duermen todos juntos, sobre planchas de madera en pequeñas edificaciones carentes de ventanas, agua potable o servicios sanitarios. Estos niños pueden vivir bajo estas paupérrimas condiciones durante muchos meses o incluso años.

En otra investigación realizada por Karlee Sapoznik, sobre la explotación de niños en las plantaciones de cacao en Costa de Marfil, titulada: “When People Eat Chocolate, They Are Eating My Flesh” (**) se recoge el testimonio de Drissa, un niño recientemente liberado, a quien se le preguntó, qué le diría a las personas que comen chocolate producido por mano de obra esclava, él respondió que la gente disfruta de algo que a él le causó sufrimiento producir y añadió: “Cuando la gente come chocolate, está comiendo mi propia carne”.

         “Drissa, un niño recientemente liberado, respondió
              que la gente disfruta de algo que a él le causó
           sufrimiento producir y añadió: “Cuando la gente
           come chocolate, está comiendo mi propia carne”

Todo este aparato de  infame explotación, requiere todo un sistema de seguridad y de logística, que necesariamente demanda el apoyo o la complicidad las autoridades estatales, para lograr la total impunidad para estos execrables crímenes.

Es por eso, que la población de Duekuoe, sigue siendo masacrada por los rebeldes de Ouattara con total impunidad.  Se ha comprobado que las empresas occidentales han distribuido armas a dos mil sicarios en las zonas rurales de Costa de Marfil, con el objetivo de usurpar los mejores terrenos, desplazar a la fuerza a esta población, para ocupar sus tierras y crear un clima de terror en las plantaciones.

Como vemos, corre mucho dinero en este dulce y lucrativo negocio. Una actividad económica donde se mezclan: intereses transnacionales, ambiciones políticas de caudillos regionales, intereses estratégicos de potencias occidentales y un perverso sistema de explotación que contempla la esclavización de menores y el asesinato en masa de campesinos.  




1 comentario:

  1. Muy buena informacion, siempre los ninos en mayor vulnerabilidad.

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