PAUL KAGAME: MESÍAS
O DICTADOR
Por: Javier Fernando
Miranda Prieto
La última semana del
mes de enero, en sus habituales y muy concurridas conferencias de prensa, el
presidente ruandés Paul Kagame, rodeado de su sequito de seguridad y de sus
incondicionales adherentes, sorpresivamente se refirió a las próximas
elecciones previstas para el 2,017. En tono severo, el presidente manifestó que
era muy probable que no postule a una tercera elección como presidente. Ante el
bullicio y las suplicas de sus seguidores, Kagame emprendió la retirada del
recinto de prensa.
Por supuesto, que estas
declaraciones presidenciales, nadie las cree. A esta puesta en escena, le
siguieron a los pocos días, declaraciones de sus partidarios, comunicados de
prensa del Frente Patriótico Ruandés -FPR- el partido de gobierno y encuestas
que reclamaban y exigían la postulación de su líder y presidente.
Esta forma de
manipulación y desinformación usada con mucha frecuencia, por el presidente
Kagame, es una expresión de la megalomanía y el carácter autoritario de un
personaje que ha hecho de Ruanda su feudo propio y de los ruandeses sus
súbditos incondicionales. Pero toda esa población que sigue y aclama a su
presidente. ¿Apoyan realmente a Kagame o son simples mercenarios? Este es el
tipo de apoyo con que el presidente Kagame cree que cuenta, el mismo apoyo
ilusorio que dicen tener otros dictadores africanos, que se inventan una
realidad paralela para perpetuarse en el poder o enriquecerse con el dinero del
Estado. Al presidente ruandés no le
gustó el documental de la BBC que mostraban sus mentiras y las del FPR. La
historia que cuenta Kagame, y que todo el mundo se cree, es muy diferente a la
situación real que lo llevó al poder hace veinte años, después del genocidio de
1,994.
“Pero toda esa población que sigue y aclama
a su presidente. ¿Apoyan
realmente a Kagame
o son simples mercenarios?”
¿Es
Kagame un mesías para Ruanda como nos quiere hacernos creer o es un simple
dictador? Ahora mismo, es el único presidente en el mundo, que atrae a
multitudes de adversarios allá donde va. Por ello su gobierno debe agenciarse
de una “portátil” de simpatizantes a sueldo, para enfrentarse a sus opositores.
Pero lo más lamentable, es que parte de sus simpatizantes más incondicionales,
Kagame los ha encontrado entre los principales dignatarios de las grandes potencias.
Los presidentes norteamericanos, republicanos y demócratas, como George Bush,
Bill Clinton o Barack Obama, o los Primeros Ministros ingleses conservadores o
laboristas, como David Cameron o Tony Blair, no han ahorrado elogios para
describir las cualidades políticas, del poco democrático presidente ruandés.
El presidente Obama no ha ahorrado elogios para describir las cualidades políticas, del poco democrático presidente ruandés. |
Tony Blair afirmó el
año pasado, en la Cumbre de Inversión para África, que Kagame era “un dirigente
visionario”, mientras Bill Clinton, en una visita a Ruanda manifestó, sin
ningún rubor, que su anfitrión era “uno de los mejores dirigentes mundiales de
nuestra época” y el actual jefe de gobierno inglés, David Cameron parecía igual
de encantado con el presidente Kagame, cuando visitó Ruanda el año pasado. Una
veneración de estas características suele reservarse a personales africanas
como Nelson Mandela. Sin embrago, Blair, Clinton, Bush y Cameron se estaban
refiriendo al cuestionado y autoritario presidente Paul Kagame.
Es una pena y una
vergüenza para el pueblo inglés y norteamericano, que fueron testigos en varias
oportunidades, de manifestaciones de protesta y de lanzamiento de huevos, saber que sus autoridades halagan y premian, a un hombre que muchos consideran un asesino en serie. El hecho que varios
gobiernos democráticos, sigan extendiendo la alfombra roja al presidente
Kagame, mancha el orgullo y la reputación democrática de los pueblos de esos
países. Además, estas mismas potencias gestionan ingentes donaciones y créditos
a Ruanda, que caen en manos de Kagame, para supuestamente reconstruir su país,
luego del genocidio. En lugar de esto, el mundo debería advertir a Kagame, de
que podría enfrentarse a persecuciones legales por los asesinatos cometidos por
el pueblo ruandés y por otros crímenes contra la humanidad perpetrados, durante
largo años contra su vecino, la República Democrática del Congo -RDC-.
Paul Kagame quiso reescribir la historia de su país, desde la perspectiva del vencedor, imponiendo un régimen represivo y autoritario. |
Un país
que sufrió el hostigamiento militar, las invasiones de grupos rebeldes y el
saqueo de sus recursos naturales de manos del gobierno de Kagame. Es una vergüenza, que
el presidente de Ruanda pueda asistir frecuentemente a eventos internacionales
y sentarse con otros jefes de Estado para discutir acerca del desarrollo, el
respeto a los derechos humanos, el avance de la democracia en el mundo, cuando
él mismo ha negado los derechos más básicos y fundamentales a su propio pueblo.
Paul Kagame está
convencido que es: el reconstructor de Ruanda, el padre de su segunda
independencia, porque simplemente él y el FPR salieron vencedores, con el apoyo
de los Estados Unidos y otras potencias, del genocidio oficial de 1,994. Con la
entrada de los guerrilleros tutsis del FPR
a la ciudad de Kigali, ese año,
se puso fin al llamado “genocidio oficial” aquella matanza que solo
reconoce la historia. Porque de las brutales represalias de los tutsis contra
los hutus, de ese genocidio solo hay silencio.
Los jefes militares del FPR
pasaron a ser el gobierno de Ruanda, desde esa posición siguieron persiguiendo
y asesinando a los refugiados hutus, que habían huido en estampida de las
ciudades, para refugiarse en la antigua Zaire. Desde ese momento empezó el genocidio
del pueblo hutu, el no reconocido por la historia oficial, pero ¿Por qué?
Porque simplemente, estas acciones de exterminio estuvieron apoyadas militar y
diplomáticamente, por las grandes potencias, porque las empresas
transnacionales mineras de esos países, que tienen muchos intereses económicos
en la región de los grandes lagos (que comprende a la RDC, Burundi, Uganda y
Ruanda) tenían que estabilizar esta estratégica región y ante esta situación el
FPR le era muy funcional a sus intereses.
“El gobierno ruandés durante estos años,
ha asesinado a opositores, periodistas y
activistas,
desplegando unos recursos humanos y económicos
inmensos para manipular e imponer esta historia oficial”
Luego de un gobierno de
transición que él lo presidio, se convocaron a elecciones en el 2,003 y en el
2,010, unas amañadas y poco transparentes elecciones que le dieron el triunfo.
Kagame logró estabilizar económica y políticamente su país, a costa de sus inocultables ambiciones
autoritarias y expansionistas. Paul Kagame quiso poner punto final al genocidio
que sufrió su país, reescribiendo la historia desde la perspectiva del
vencedor, imponiendo a su pueblo un régimen represivo y autoritario, a cambio
de una estabilidad política y económica.
El gobierno ruandés durante estos años, ha asesinado a una larga lista de opositores, periodistas y activistas, desplegando unos recursos humanos y económicos inmensos para manipular e imponer esta historia oficial, tratando de ocultar sus propios crímenes.
Si el mundo y en
especial las grandes potencias, que se han comportado todo este tiempo como los
amigos, aliados y cómplices de Kagame, continúan ignorando las lágrimas de los
ruandeses y congoleños, el costo tanto económico, como en pérdidas humanas será
muy elevado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario