ALGO DE HISTORIA AFRICANA
Por: Javier Fernando Miranda Prieto
"La historia de
la opulencia de occidente es la historia de la miseria y pobreza del África".
Estas palabras del escritor nigeriano Wole Soyinka, el primer premio Nobel de
literatura del África negra, confirman una realidad histórica incontrastable.
Mapa de Africa del siglo XV |
Desde los primeros
navegantes portugueses del siglo XV, la presencia del europeo en el continente
africano estuvo caracterizada por una monstruosa acción de saqueo, rapiña y expoliación.
El mismo nombre de mucho de los actuales países africanos así lo demuestran:
Costa de Marfil, Costa del Oro -actualmente Ghana-, Costa de las Especias -la
actual Liberia-, además de Nigeria, Gabón, Benín y Togo que constituyeron la
Costa de los Esclavos, cabe mencionar el caso de Angola antigua colonia
portuguesa que desde sus costas salieron la población negra que vinieron -bajo
la forma de esclavos- a poblar y trabajar en las ciudades costeñas del Perú del
siglo XVI.
Sobre el particular
hay que recordar, que en nuestro país, a pesar de su independencia, se siguió
manteniendo el sistema esclavista como forma de explotación y enriquecimiento económico.
Fueron más de treinta años, que el Perú republicano mantuvo este régimen de explotación
inhumana, contra nuestros hermanos africanos venidos de Angola.
Como vemos, el propio
hombre africano, no fue una excepción dentro de este perverso sistema de explotación:
capturado como animal, vino hasta las costas de América para contribuir al
desarrollo de la minería y de la agricultura de esta parte del mundo. En el
pasado, el expolio colonial llego a agotar muchas de las riquezas del África.
Sin embargo, en la actualidad el continente negro sigue siendo un deposito
inmenso de recursos naturales, de ahí su importancia tanto para las grandes
potencias, como para las principales empresas extractivas.
Pero la historia
moderna del África comienza luego de la segunda Guerra Mundial. La
presencia del soldado africano, hombro con hombro al lado de los arrogantes
europeos en los campos de batalla y en las academias militares, contribuyo a
quebrar el temor a la maquinaria represora colonial. Asimismo, luego de la
contienda mundial, una ola de nacionalismo agito el continente negro. Lo cual sirvió,
tanto para afianzar la lucha por reivindicaciones culturales y sociales, como
para crear en el africano una conciencia de autonomía e independencia.
Es decir, durante los
años cincuenta y sesenta se produce la descolonización del continente africano,
debido a dos factores: a la resistencia y lucha de su pueblo, luego de la toma
de conciencia de su situación de subordinado y a la imposibilidad de los europeos
de seguir manteniendo sus colonias, ante la destrucción de sus países y el
repliegue de sus ejércitos coloniales.
Ningún país del África alcanzo su
independencia sin sacrificio y lo que mas grave los colonos europeos intentaron
por todos los medios, frustrar los deseos de libertad de sus ex colonias. La táctica
fue simple: imposibilitados de detener el huracán libertario que soplo en el
continente, las potencias europeas tuvieron que admitir la independencia política,
pero trataron de impedir, a toda costa la independencia económica.
Países como Francia, Inglaterra, Bélgica
y Portugal fueron hábiles en este juego. Además, consiguieron que algunos países
africanos -como Senegal, Costa de Marfil, Togo, Malawi o Gambia- quedasen en
manos de líderes inexpertos, no templados en la larga lucha de liberación. En
estos países africanos, las potencias europeas lograron controlar sus recursos
naturales, instalar bases militares, manejar sus asuntos políticos internos y
controlar sus alianzas diplomáticas, vergonzosa situación, que felizmente en
las últimas décadas a cambiado radicalmente.
La otra cara de la
moneda, lo constituyen los lideres emblemáticos del África libre, aquellos
conductores políticos y militares que guiaron a sus pueblos no solo por la senda
de la independencia política, sino hacia una autentica autonomía económica y
social, modelo que no significo la perniciosa autarquía económica, sino la construcción
de una sociedad libre de la dependencia extranjera, basada en un modelo económico
de capitalismo de Estado o de interesantes experiencias autóctonas de
socialismo.
Entre esos lideres emblemáticos
podemos citar a: Kwame N'Knumah de Ghana, el primer país africano en ser
independizado, Jomo Kenyata de Kenia, Amílcar Cabral de Guinea-Bissau, Julius
Nyerere de Tanzania, Milton Obote de Uganda, Patricio Lumunba de la Republica
del Congo, Sekko Tore de Guinea-Conakry o Agostino Neto de Angola. Figuras políticas
que no solo fueron y siguen siendo, ejemplo y admiración en sus respectivos países,
sino paradigmas políticos en el concierto de los países del Tercer Mundo.
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