PARA ENTENDER LAS INTERMINABLES
GUERRAS AFRICANAS
Por: Javier Fernando Miranda Prieto
Milicias armadas que dominan el este de la República Democrática del Congo
Quisiera empezar este
artículo con una pregunta inevitable. ¿Por qué la mayoría de las sangrientas y
brutales guerras que se libran en el África parecen no terminar nunca?
Respuesta directa y sin rodeos: Porque no son realmente guerras en el sentido
estricto de la palabra, ni tampoco cumplen con lo que tradicionalmente se ha
considerado como tal.
A diferencia de otras
guerras que ha padecido el continente africano -la guerra secesionista de
Biafra, el conflicto entre cristianos y musulmanes en Sudan, las guerras
fronterizas de Etiopia y Somalia o Eritrea y Etiopía, los conflictos étnicos en
Burundi y Ruanda o la revuelta de los Tuareg en Malí- los combatientes de los
actuales conflictos africanos, no tienen ideologías claras, ni objetivos
definidos, ni reivindicaciones establecidas. No les interesa realmente la toma
del poder, ni mucho menos cambiar el estado de las cosas en sus países. Únicamente
quieren robar y traficar con los recursos naturales de las zonas donde operan.
Estos supuestos
combatientes, son aventureros que buscan crear una zona liberada y medrar de
las riquezas naturales del lugar, si es con el apoyo de alguna potencia extranjera
o empresa transnacional mucho mejor. Prueba de ello, es que estos
rebeldes prefieren actuar en selvas de difícil acceso. Las montañas y las
aldeas alejadas, les ofrecen el cobijo y les permiten cometer sus crímenes y
asaltos, lejos del poder del Estado y del accionar de los ejércitos regulares.
Pero estas lejanas junglas, deben de estar próximas a yacimientos de minerales
como: oro, piedras preciosas, cobre, coltan -preciado mineral que se usa en
toda la industria de equipos móviles- o a pozos o campamentos petroleros.
Estos grupos armados nunca suelen operar en zonas sin recursos naturales.
Es por ello, que el tipo
de guerras que se libran hoy en la mayor parte de los países del África, tienen
que ver más bien con un "bandolerismo oportunista", que
con una guerra propiamente dicha. Es el caso de la Republica Democrática del
Congo, la cual es escenario de una violencia descarnada, originada por grupos
armados como el M 23, que opera cerca de los yacimientos de oro y coltan en la región
de Kivu, grupo que tiene el apoyo directo de la vecina Ruanda y a través de
este país de transnacionales europeas.
Otro caso de aventurerismo
armado, es el se da en la Republica Centroafricana, país que se ve asolado por
bandas que se disputan el control de las zonas próximas a los campamentos de extracción
de cobre y oro y que recurrentemente tienen fuertes enfrentamientos con el ejército
de ese país. Esta banda armada centroafricana se ha convertido en sicarios a
sueldo, que busca el apoyo económico de las empresas que explotan las reservas
minerales de estas zonas o en caso contrario ellos mismos se adueñan de esos
recursos y los ofrecen al mejor postor.
Los casos de
violencia en las Republicas del Chad, Camerún y Uganda tienen el mismo tenor,
grupos armados que desde zonas económicas estratégicas le hacen la vida
imposible a los gobiernos de turno, usando los más sangrientos y brutales métodos
de exterminio contra la población civil: secuestro de niños para enrolarlos a
la fuerza a sus guerrillas, amputación de manos o piernas, violación a mujeres
o niñas, arrasamiento de poblaciones enteras. Un caso particularmente brutal,
es el del Ejercito de Resistencia del Señor un banda armada dirigida por el ugandés
Joseph Kony, un fanático religioso y criminal, que la Corte Penal Internacional
le abierto un proceso penal por crímenes de lesa humanidad.
Como posible solución
a este fenómeno de violencia que vive algunos países del África, gente
bienintencionada piensa que hay que persuadir a esos guerrilleros salgan de la
jungla y se sienten a negociar con sus gobiernos y abandonen las armas. Pero la
pregunta es: ¿Qué se va negociar? ¿Qué se va ofrecer a cambio? Estas guerrillas
lo único que anhelan es dinero, armas y matar. ¿Cómo se podría negociar con
gente así?
Se ha visto en el
pasado experiencias en Liberia y Sierra Leona o en los actuales conflictos en
las Republicas Democrática del Congo y Centroafricana, donde después de largas
negociaciones y supuestas integración de los rebeldes, estos han vuelto a
retomar las armas y echarse al monte.
Aunque resulte duro
decirlo y tras varios fracasos de negociación, la única solución pasa por la
captura o la eliminación de sus jefes, porque estos grupos armados suelen
desaparecer con sus jefes, porque dependen fundamentalmente de sus líderes y de
sus ansias de lucro.
A lo mejor también,
falta voluntad política a nivel internacional para poner fin a estos
conflictos, ya que África todavía, no está suficientemente visible en la actual agenda
internacional.
GUERRAS AFRICANAS
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