COSTA
DE MARFIL:
LOS
VENCEDORES SIEMPRE ESCRIBEN
LA HISTORIA
Por: Javier Fernando
Miranda Prieto
El escritor e historiador español José María Gironella, autor de uno de los estudios más completos sobre la Guerra Civil Española, decía que en esta conflagración fratricida habían muerto 500 mil personas y en la postguerra otro medio millón. Luego de la guerra, cuando llegó la paz los vencedores tomaron venganza contra los perdedores.
Este dramático hecho,
no es una excepción cuando hablamos de guerras civiles o enfrentamientos
fratricidas. Los vencedores de una confrontación siempre hacen la ley y cuando
alcanzan el poder persiguen, hostigan y eliminan a sus adversarios y luego
escriben la historia. La diferencia es que antes solía ocurrir bajo regímenes
autoritarios, como en el caso del franquismo. Pero ahora, sucede en lugares en
los que se celebran elecciones.
Este mes de abril hemos recordado el genocidio en Ruanda, una autentica
tragedia que conmocionó al mundo y que lamentablemente, oculta otra
historia menos conocida, pero igual de dramática, que también tuvo lugar en
suelo africano y que marco la vida de muchas personas. Me refiero a la intervención
armada de la aviación francesa y de la misión de la ONU en Costa de Marfil, que
ocurrió en el 2011 y que resultó en el bombardeo inmisericorde
de la capital económica del país, la ciudad de Abiyán, durante una interminable semana, antes de poner fin al estallido de violencia que surgió luego de las
elecciones presidenciales de diciembre del 2010.
Vista de los bombardeos de la aviación francesa sobre Abiyán, durante las jornadas de violencia post electoral del 2011. Francia intervino para apoyar a su candidato aliado. |
Un gobierno de
concertación nacional surgió en el 2006 presidido por un moderado Laurent
Gbagbo, quien mantuvo la nación en una tensa y frágil estabilidad, hasta las
elecciones presidenciales convocadas para diciembre del 2010. La violencia vivida
en Costa de Marfil, hasta ese año, se podría explicar por recurrentes rivalidades
caudillistas, diferencias regionales, enfrentamientos étnicos y hasta por antagonismos
personales. Pero en las elecciones del 2010 por primera vez se presentaba un proyecto
de desarrollo alternativo para el país; antagónico al tradicional modelo de
dependencia heredado del periodo colonial.
Costa de Marfil desde
su independencia, como muchos países africanos, seguía dependiendo de su
antigua metrópoli; Francia dominaba todos los resortes de su economía para
beneficio de sus propios intereses. Este país tiene una moneda controlada
por Francia, un Banco Central impuesto por Francia. En realidad el agua, la
luz, el transporte, los puertos, el sector exportador está controlado por
empresas extranjeras, en especial francesas y norteamericanas.
Luego de las cuestionadas elecciones del 2010 se desata una violencia en todo el país entre ambos bandos políticos, dejando más de 30,000 muertos y cientos de miles de desplazados. |
Contra esta situación,
se levantó la postulación del ex presidente provisional Laurent Gbagbo y su
Frente Patriótico Marfileño -FPM-, convertido en un reformista radical, en un
candidato con un discurso nacionalista, que postulaba la creación de un Estado
distribuidor de la renta petrolera y agrícola, un Estado fuerte que enfrente a
los egoístas intereses foráneos. La gran mayoría de marfileños se adhirieron al
discurso y a la campaña de Gbagbo, más que por él mismo, por un sentimiento
liberador para Costa de Marfil y también por una postura frente a Francia, de
la que querían independizarse realmente. Pensaban que Gbagbo era la mejor
opción para una independencia real.
Los marfileños, tenían
fresca en su memoria la actitud prepotente y abusiva de Francia contra su país, durante la guerra
civil (2002-2006) los bancos franceses que operaban en Costa de Marfil
contribuyeron a la asfixia económica de esta nación. En el 2004, las tropas
francesas destacadas en territorio marfileño, para supuestamente pacificar el
país, atacaban a civiles desarmados en las calles de Abiyán matando a 64
personas, bombardearon a la gente en otras ciudades y la comunidad
internacional no dijo nada al respecto y eso no se podía olvidar.
Para las elecciones del
2010 Francia tenía muchos intereses en juego, por eso
apostó a Alassane Ouattara como su candidato, un político oportunista que
siempre había rondado el poder, un eterno conspirador. El día de las
elecciones, se produjo algo muy curioso, luego de los escrutinios, el Tribunal
Constitucional, los observadores de los países africanos de la Unión Africana
-UA- dan como ganador a Gbagbo, simultáneamente los delegados de Francia y los
Estados Unidos apoyan los reclamos de los seguidores de Ouattara, lo que
provocó cruentos y violentos enfrentamientos entre ambos bandos. A los pocos
días, Francia le tuerce la mano al ente electoral y éste le dan el triunfo al
candidato pro francés.
Manifestantes protestan en Abiyán, a favor de la libertad del presidente Laurent Gbagbo, quien es derrotado mediante un fraude en las elecciones del 2010. |
Entonces se produce,
ante tanta violencia, una parálisis política, tras la negativa de Gbagbo a
reconocer como legítimos, los resultados del fraude. Después de cuatro meses de
brutales enfrentamientos, que llenaron las calles de muertos, heridos y
desplazados, a fines de marzo del 2011, las bandas de mercenarios armados por
Ouattara lanzaron una ofensiva con el apoyo del ejército francés y ocuparon
casi todas las zonas que estaban en poder de las fuerzas leales al ex
presidente. Enl 11 de abril de 2011, soldados y aviones de la fuerza militar francesa
bombardearon la artillería desplegada por tropas de Gbagbo, sin hacer distingo
de las zonas civiles; bombardeando oficinas públicas, universidades, mercados, puentes,
teniendo como objetivo militar a la misma población civil.
A los pocos días y
luego de ofrecer una férrea resistencia, es detenido el ex presidente y su
esposa, quienes fueron arrestados y enviados sorpresivamente a Holanda, para
ser juzgado por la Corte Penal Internacional de La Haya por crímenes de lesa
humanidad. Francia había cobrado con bombardeos indiscriminados la osadía de su
ex colonia de elegir autoridades en contra de los intereses franceses y de paso
había movilizado a contingentes de las Naciones Unidas, para darle a esta
flagrante agresión, una apariencia de intervención humanitaria. La ONU se había prestado otra vez al juego de la potencia europea, para deshacerse de sus
opositores políticos. Los vencedores imponían sus reglas, decretaban sus leyes
y escribían la historia. Ante la pasividad de la comunidad internacional y el
mutismo de la prensa mundial.
Los medios de
comunicación internacional y en especial la prensa francesa, querían hacernos
creer que todo iba bien en Costa de Marfil, que este país era una democracia,
que Alassane Ouattara había sido elegido democráticamente por los marfileños.
Dejando de lado la existencia de pruebas de fraude electoral y de violencia en
todo el territorio; que habían torcido la voluntad popular a punta de
bombardeos ilegales y punibles.
Campo de refugiados a las afueras de la ciudad de Abiyán. Existen en la actualidad cerca de 150,000 desplazados en los países vecinos como Liberia y Ghana. |
Hay que ser claros en
un tema, tanto los seguidores de Gbagbo como de Ouattara, fueron responsables
de la espiral de violencia que se desató en su país luego de las elecciones del
2010, incluyendo graves violaciones a los derechos humanos. Pero la
responsabilidad del presidente impuesto por Francia, es mucho mayor, hay
denuncias comprobadas de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad que
involucran a Ouattara, así como su complicidad en las numerosas muertes
producto de los bombardeos de la aviación francesa contra la población civil.
El balance de esos despiadados ataques fue desolador, más de 3,000 muertos,
cientos de desplazados y un clima de inseguridad y venganza de todavía subsiste
en el país. Fue la crisis humanitaria y de derechos humanos más grave que ha
vivido Costa de Marfil.
Es por ello, que es una
injusticia y un exceso de parte de la Corte Penal Internacional -CPI- y un
desprestigio para esta institución juzgar al ex presidente Gbagbo de crímenes
de lesa humanidad. Dado que en las audiencias de confirmación de cargos, se han
hecho evidentes: la mala calidad de una acusación particularmente débil, no se
han realizados investigaciones sobre el terreno, no se han ofrecido pruebas
materiales, solo se han basado en testimonios dudosos y manipulables, con lo
cual solo se trataría de reescribir la historia de Costa de Marfil en el
sentido de hacer de Laurent Gbagbo una suerte de chivo expiatorio perfecto.
Toda una vergüenza.
Laurent Gbagbo, el presidente de Costa de Marfil derrocado e injustamente procesado en la CPI, por crímenes de lesa humanidad. |
En abril del 2011 no
llegó la paz a esta nación, sino la victoria. La victoria de unos vencedores
que impusieron la ley, el castigo, el odio y la represión a los vencidos. Desde
el gobierno se siguieron cometiendo persecuciones, violaciones y abusos a los partidarios
reales o supuestos del ex presidente.
El conflicto marfileño,
no solo tuvo connotaciones políticas, sino que también existió un sesgo étnico.
Los opositores de Ouattara tacharon al actual presidente de extranjero por su
origen burkinés y ellos, los de Gbagbo, por su discurso nacionalista aglutinaron a los llamados “marfileños puros”. No deja de ser una historia repetida entre
las muchas fronteras artificiales del continente. Otra consecuencia de la
colonización y del interés europeo de trazar líneas divisorias para explotar a
su antojo los recursos de África.
Amnistía Internacional ha documentado hasta el año pasado, que las fuerzas militares y policiales han
arrestado y detenido al margen de la ley a miles de personas, basándose en motivaciones políticas.
Los centros de detención se han multiplicado, hacinando a sus ocupantes en condiciones inhumanas. Muchas
personas han sido torturadas y algunas liberadas después de pagar un rescate. Hasta el día de hoy,
existen más de 150,000 personas refugiadas y desplazadas, sin haber regresado
aún a sus hogares por temor a sufrir represalias del gobierno actual y muchas
siguen viviendo en países vecinos como Liberia y Ghana.
Alassane Ouattara actual presidente marfileño, fue impuesto por Francia mediante bombardeos, para cuidar sus intereses económicos. |
Costa de Marfil es
hasta ahora un lugar inseguro, con un nuevo ejército pretoriano creado para
sostener con la represión, al gobierno de Ouattara. Las quejas entre los
opositores al gobierno, incluyen el acoso a los partidos de oposición; la
proscripción del partido de Gbagbo; la persecución y censura a los estudiantes
universitarios y a las propias universidades; las fuertes limitaciones para la
libertad de información y expresión; la inexistencia de un real proceso de
reconciliación nacional; la impunidad de crímenes de guerra próximos al poder,
la crítica situación de los refugiados y desplazados que todavía se encuentran
en los países vecinos y el estancamiento económico del país.
La sacrificada
oposición marfileña quiere recordar al mundo que el hecho de que Costa de
Marfil raramente aparezca en la prensa internacional, no significa que la
normalidad reine en ese país. Los vencedores no deben imponer su propia ley, ni
escribir ellos solos la historia, deben de aplicar la justicia, sancionar a los
culpables por los crímenes cometidos y reparar a las víctimas. Si no lo hacen, Costa de Marfil corre el
riesgo de enredarse en sucesivas crisis políticas que convertirán la
reconciliación nacional en una esperanza perdida.
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