viernes, 29 de noviembre de 2024

 

EL SAHARA,

UCRANIA y

EL CINISMO INTERNACIONAL

Por: Javier Fernando Miranda Prieto 

La heroica lucha del pueblo saharaui por su independencia y soberanía territorial del sáhara occidental,
lo ha enfrentado por más de 40 años al régimen despótico de la monarquía marroquí, quien
tiene todo el apoyo diplomático, militar y político de las potencias occidentales.

Un sentimiento de solidaridad y humanidad sacude a todos los países occidentales: Estados Unidos, las naciones de la Unión Europea y gran parte de sus aliados en el mundo. Los Gobiernos de los distintos países aliados de occidente, de forma contundente, y con toda razón, condenan la guerra en Ucrania, y señalan a su “feroz culpable”, Vladimir Putin. Desde el primer momento, las potencias occidentales se mostraron abiertos a recibir a los refugiados ucranianos que, huyendo de la guerra, buscaban un nuevo hogar. 

Los países europeos, no podían quedarse atrás, de hecho, hicieron todo lo posible por estar en primera fila y formar parte del exclusivo grupo de naciones que lideran la opinión, acción y posición de la UE y la OTAN. “Lanzamos un mensaje rotundo, a Vladimir Putin, de que deje en paz a Ucrania, que respete su integridad territorial, su soberanía nacional y su capacidad para elegir libremente sobre su futuro”, estas fueron las palabras del Jefe de la diplomacia europea Josep Borrell, en la asamblea parlamentaria de la OTAN celebrada en Madrid el pasado 21 de noviembre. No es la primera vez que las potencias europeas hablan de este asunto, de hecho, en su afán por estar en ese exclusivo grupo de decisión, la UE no ha dejado de repetir una y otra vez su rechazo a la “ocupación ilegal” de Rusia a Ucrania y expresar en varias ocasiones su condena a Putin a quien llegaron a calificar como “criminal de guerra». 

Lo que es notablemente llamativo, es que estos mismos países, y al mismo tiempo que abanderan este discurso, no dudan en apoyar a un verdadero criminal de guerra, un dictador sin escrúpulos, un autócrata declarado, como lo es Mohamed VI, el Rey de Marruecos. Con el agravante, que las potencias occidentales, en más de una ocasión, han tratado de legitimar la brutal ocupación ilegal que Marruecos ejerce en el Sahara Occidental desde el año 1975.

          “¿Es posible pedir a Putin respetar la legalidad

               internacional en Ucrania y al mismo tiempo

              apoyar a Mohamed VI en su ocupación ilegal

                              del Sahara Occidental?”

Desde el primer momento de la guerra en Ucrania, los líderes
europeos manifestaron su apoyo incondicional al pueblo y 
al gobierno de Kiev, condenando la invasión rusa, aptitud
distinta ante el sufrimiento del pueblo saharaui, que vive 
la opresión de Marruecos.

Ante tanto cinismo internacional, deberíamos hacer estas pertinentes y valederas preguntas:

¿Es posible pedir a Putin respetar la legalidad internacional en Ucrania y al mismo tiempo apoyar a Mohamed VI en la violación de esa misma legalidad internacional, en el Sahara Occidental? 

¿Es posible reivindicar de forma reiterada el derecho del pueblo ucraniano a elegir su futuro en libertad, y al mismo tiempo declarar que lo mejor para el pueblo saharaui es vivir bajo la feroz ocupación marroquí? 

¿Es comprensible pedir sanciones a los países que venden armas a Rusia mientras diversos gobiernos occidentales venden modernos equipos bélicos a Marruecos, que son utilizados para reprimir al pueblo saharaui?

¿Es posible defender los derechos humanos y la acogida de refugiados ucranianos en Europa, al mismo tiempo que se apoya a Marruecos, quien viola los derechos humanos y condena a miles de saharauis a un eterno refugio en el desierto? 

Lejos de la Realpolitik, de los intereses y de las maniobras políticas, que muchas veces carecen de moral, creo firmemente que en este caso estamos ante el ejemplo más claro y evidente de hipocresía política. Estamos ante un conjunto de potencias cínicamente incongruentes, que no dudan en pisotear las más de 60 resoluciones de la ONU que piden un referéndum de autodeterminación en el Sahara Occidental. 

              “¿Es posible defender los derechos humanos

           y la acogida de refugiados ucranianos en Europa,

               al mismo tiempo que se apoya a Marruecos,

         quien viola los derechos humanos y condena a miles

            de saharauis a un eterno refugio en el desierto?”

Un grupo de prósperas economías, que sobrepasan los dictámenes del Tribunal de La Haya, las sentencias del Alto Tribunal de la Unión Europea o los informes y peticiones de Unión Africana, donde todos reclaman un referéndum de autodeterminación para poner fin a la ocupación ilegal de Marruecos en el Sahara Occidental. Pero para estas grandes potencias, nada es válido, solo su criterio, solo su postura, que en este caso contradice completamente la legalidad internacional. La misma legalidad, que Europa y los Estados Unidos, reclaman respetar en Ucrania.

Un verdadero escándalo de cinismo internacional, que es ignorado por los medios de comunicación, los políticos interesados, los amantes de los grandes negocios y los amigos y cómplices de Marruecos, que siempre, a cambio de dinero, han sido capaces de ignorar hasta las más salvajes e inhumanas decisiones de un conjunto de potencias, que se han vendido traicionando no solo al pueblo saharaui, sino también a los más básicos y elementales derechos humanos.

 

martes, 26 de noviembre de 2024

 

LOS  REFUGIADOS AFRICANOS:

ESOS  OLVIDADOS

Por: Javier Fernando Miranda Prieto 

Según el último informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados ACNUR, en la actualidad
el continente africano tiene más de 4 millones de refugiados y 12  millones y medio de desplazados internos en más de 15 países del continente.

Mientras los países europeos se resisten a afrontar de forma cabal y realista la grave crisis de refugiados, que cada año llegan a sus costas de una manera exponencial, provenientes del Medio Oriente, del centro de Asia y de las naciones de Europa central, huyendo de sus países asolados por una crisis que las mismas potencias europeas han generado, nadie recuerda que más de dos millones y medio de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares en el último año, procedentes de varios países africanos para refugiarse, en las peores condiciones, en países vecinos.

Según el informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados -ACNUR- el italiano Filippo Grandi, el continente africano tiene en la actualidad más de 4 millones de refugiados y 12 millones y medio de desplazados internos. Lo cual podría generan en un breve tiempo, aunque no se quiera reconocer, una grave crisis humanitaria y sanitaria de grandes proporciones. 

La combinación de nuevas emergencias y conflictos prolongados, plantean enormes desafíos tanto para los gobiernos receptores de estos desplazados, como para los miembros de las comunidades locales, quienes súbitamente tienen que convivir en espacios reducidos y compartir sus escasos servicios con miles de personas víctimas de la violencia. Esta masa humana que huye de conflictos armados sobrevive en insalubres e inhumanos campos de refugiados, y en donde los niños -las principales víctimas- tienen que convivir en espacios hacinados y sin las mínimas condiciones sanitarias, agudizadas ante el inclemente frio por la proximidad del invierno europeo. 

La crisis de refugiados que vive el continente africano,
tiene mucho que ver con las políticas económicas y militares
que impusieron, por décadas, las potencias occidentales,
a las naciones de África. 

Los numerosos refugiados subsaharianos provienen de diferentes países: República Centroafricana, que viene saliendo de un conflicto de tintes religiosos que enfrentó, desde marzo del 2013, a los balakas -machetes- musulmanes radicales y los anti-balakas, bandas de autodefensas cristianas, lo cual generó una marea de desplazados internos y refugiados que traspasaron sus fronteras, instalándose en los territorios vecinos de Camerún, R.D del Congo y Chad. El norte de Nigeria, cuya violencia fue desatada por las demenciales acciones terroristas de Boko Haram, ha dejado más de 4 millones de desplazados internos y 2 millones de refugiados nigerianos en  otras naciones de la región; Sudán del Sur, conflicto que el próximo mes cumple once años de fuertes enfrentamientos entre las dos más importantes comunidades étnicas de este joven país, una guerra civil entre dinkas y nuers, que esconde un férreo enfrentamiento entre caudillos regionales por los recursos petroleros. Este martirizado país alberga a 2,3 millones de desplazados internos. 

                “el continente africano tiene en la actualidad

                        más de 4 millones de refugiados

                y 12 millones y medio de desplazados internos”

Ante esta dura realidad y sin una firme voluntad política de parte de los gobiernos de estas naciones, todo lo que la comunidad internacional pueda hacer, es seguir corrigiendo sus consecuencias con sumas de dinero cada vez más escasas. Lo que se debe hacer, en palabras del comisionado del ACNUR es lograr un “pacto de solidaridad extendido” que comprenda a los gobiernos afectados por la violencia, a las naciones que reciben a los refugiados y a las propias poblaciones que se ven afectadas. Para alcanzar este pacto se requiere principalmente, voluntad y decisión política de los propios Estados.

Por otro lado, la situación de los países africanos que padecen el surgimiento de bandas armadas yihadistas o islamistas radicales, como los que existen en Somalia o en las naciones del sahel como Malí, Níger, Burkina Faso, o en Costa de MarfilMozambique y Somalia entre los principales, hay que vincularlo con la crisis política que se vive en el Medio Oriente, Yemen o Afganistán y con el rol jugado por las potencias occidentales en su origen y fortalecimiento. Las acciones demenciales de Al Qaeda y el Daesh, luego de su derrota en la frontera de Irak y Siria en el año 2016, se han desplazado al territorio africano en busca de un utópico y esquivo Califato.

Campo de refugiados en territorio de Camerún, en donde
se han instalados más de 200 mil personas, provenientes
de la R. Centroafricana que sufre más de 10 años de
una larvada violencia armada.

El informe de ACNUR, lo reconoce al señalar: “los países occidentales tienen una responsabilidad compartida en el surgimiento de las bandas armas yihadistas y del fenómeno terrorista y si el mundo lo ignora, la inseguridad va a llamar a las puertas de todos”, como lo vivió en varias oportunidades más de un país europeo. La región del Sahel central -que abarca Mali, Níger y Burkina Faso- atraviesa una grave crisis humanitaria y de seguridad, generada por el accionar de estas bandas yihadistas, que ha desplazado a millones de personas. En la actualidad, la situación política, económica y de protección a las poblaciones civiles, que se caracteriza por la inestabilidad, no deja de agravarse. 

Si bien más de medio millón de personas han sido forzadas a abandonar sus países de origen (y por lo tanto, se han convertido en refugiadas), más de 3,8 millones de personas han sido desplazadas dentro de su propio territorio. Las restricciones a la circulación de personas y los desafíos económicos continúan acentuando la  fragilidad de la resiliensia de diversas poblaciones. 

Además, la región del sahel se encuentra en la primera línea de la crisis climática: la temperatura ha aumentado 1.5 veces en relación con el promedio mundial. Por otra parte, se han intensificado los conflictos por la escases de recursos, lo cual hace que la vida sea aún más difícil para las personas forzadas a huir. 

Como vemos, el terrible problema de los refugiados en el mundo y en especial en África, no es solo una cuestión de solidaridad internacional. La paz y la seguridad de la región están en juego y con ello la de millones de personas que lo han perdido todo.

miércoles, 13 de noviembre de 2024

 

UCRANIA

METIENDO  LAS  NARICES  EN  ÁFRICA

Por: Javier Fernando Miranda Prieto 

La misma prensa de Ucrania ha confirmado la presencia de soldados, mercenarios, armamento y drones ucranianos en territorio al norte de Mali, en el África occidental, para luchar a favor de las milicias yihadistas
que se enfrentan al gobierno maliense. 

Luego del estrepitoso fracaso de la contraofensiva ucraniana, iniciada en el mes de junio, contra el avance ruso dentro de su territorio, el gobierno de Kiev ha configurado una nueva estratégica, en esta ya larga guerra de desgaste en que se ha convertido el conflicto armado entre Rusia y la OTAN, en donde Ucrania pone el escenario y los muertos. Este nuevo enfoque consistiría en trasladar este conflicto armado que libra contra Moscú, al territorio africano, en donde Rusia presta una cuantiosa asistencia militar (armamento, tropas, asesores) a varios países del sahel (Burkina Faso y Mali) en su guerra contra la subversión integrista.

Recordemos, que junto con Asia, África fue el continente más reacio a condenar la invasión rusa de Ucrania en la votación de las Naciones Unidas del 2 de marzo de 2022, al mes siguiente del inicio de la ofensiva de Moscú contra el país europeo. Un tercio de los países africanos se abstuvieron (17) de votar para oponerse frontalmente a la agresión rusa, incluidas algunas economías importantes: Sudáfrica, Argelia y Angola, en particular. Además, Ucrania, desde el año pasado, ha abierto cuatro embajadas en África, y ya planea abrir seis más. Además de reforzar los vínculos económicos y comerciales con los países africanos, Kiev pretende contrarrestar la difusión de la narrativa bélica rusa. 

En este juego de posiciones con Rusia, en el tablero africano, Ucrania viene colocando sus piezas militares en la región norteña de Mali, en el territorio de Azawad, zona reivindicada por los tuareg, milenario grupo étnico que lucha por su autodeterminación. Ante el apoyo ruso al gobierno maliense, a través de las milicias del África Corps, como se conoce ahora al antiguo Grupo Wagner, el gobierno de Kiev ha desplazado artillería pesada, drones artillados, personal militar y mercenarios europeos y africanos, a los desiertos de Azawad, para entrometerse en la guerra de secesión que los tuareg le han declarado al Estado maliense.

La región de Azawad, es revindicada, desde hace décadas,
por la población tuareg, pero su justa lucha es empañada  
por la intervención de grupos terroristas yihadista y
de mercenarios y soldados ucranianos, en la convulsa
región del sahel, en el occidente africano.

Con la excusa de revindicar la lucha del pueblo tuareg, por reconquistar su territorio, en la actualidad el norte de Mali, se ha visto invadido, por agentes y militares del gobierno ucraniano, que se han unido, en una extraña alianza, no solo a los grupos independentista tuareg, sino también a las milicias fundamentalistas radicales del sahel vinculadas a Al Qaeda, que bajo diferentes nombres vienen operando en la región desde el 2012.

A esta dispar e interesada coalición, se han unido, además de la inteligencia norteamericana, país que se disputa militarmente con Rusia y comercialmente con China, cada rincón del continente africano, los servicios secretos franceses, regentes en gran parte del sahel, hasta que fueron expulsados a partir de los cambios de régimen político producidos en Mali (2020), Burkina Faso (2022) y Níger (2023). Es en este contexto que las potencias occidentales, han incrementado su apoyo a los grupos yihadistas de la zona, quienes vienen operando desde hace doce años, cuando desde el norte de Malí, fueron irradiando sus acciones terroristas hacia Burkina Faso, Níger y los países del golfo de Guinea.

       “Este nuevo enfoque, consistiría en trasladar el conflicto              Rusia-Ucrania a territorio africano, en donde Moscú                         presta una cuantiosa asistencia militar a Mali,                                         en su guerra contra el yihadismo”    

Si bien, este conflicto lleva ya muchos años, miles de muertos y millones de desplazados, se puede decir que, a partir de las operaciones terroristas que se extendieron entre julio y agosto de este año, con la presencia de mercenarios ucranianos, la guerra por el Sahel, ha tomado una mayor envergadura. 

La prensa ucrania le ha adjudicado el éxito de las operaciones militares ubicadas en el norte de Mali, a los mercenarios enviados por Kiev. Esa información incluso fue avalada por el vocero de la inteligencia de ese país, Andriy Yusov. Según este funcionario del gobierno ucraniano, los terroristas habrían recibido la información, que le permitió emboscar con éxito a los “criminales de guerra rusos”, agregando que “habrá más por venir”. Confirmando explícitamente, el apoyo y equipamiento militar, del gobierno de Ucrania, a los grupos terroristas yihadistas que operan contra el Estado maliense. 

Asimismo, el vocero ucraniano, también adjudico a la inteligencia y a las fuerzas especiales ucranianas éxitos similares en Sudán y Siria, como parte de un plan por parte de Kiev de hostigar a todas las fuerzas rusas, que operen fuera de su país y las que podrían ser trasladadas en algún momento a Ucrania. Además de dificultar el ingreso de los activos saqueado por Rusia en esas naciones, para posteriormente volcarlos en su guerra contra la OTAN en Ucrania.  

           “A partir de la presencia de mercenarios ucranianos                            en África, la guerra en la región del sahel,                                              ha tomado una mayor envergadura                                                    a favor de los terroristas yihadistas"

Según Kiev, en estos dos últimos años Moscú, habría “robado” 2.500 millones de dólares en oro, de los países en que opera con sus propias fuerzas o el Grupo Wagner (Sudán, República Centroafricana, Mali, Burkina Faso, Níger, Siria y quizás algún otro), para invertirlo en la guerra en Ucrania.

En la campaña mediática con la que Zelensky, aspira a ganar una guerra, que militarmente, ha perdido desde el comienzo, a pesar de que las mayores potencias occidentales, a riesgo de hacer zozobrar sus propias economías están detrás, en junio pasado se difundieron imágenes en que se observaban hombres de las fuerzas especiales ucranianas, luchando junto a rebeldes sirios, contra hombres del Wagner. Más tarde en febrero, en otro video se veían a militares ucranianos interrogando a prisioneros rusos aparentemente del Grupo Wagner, que admitían haber estado en la guerra civil de Sudán. 

Ante este amplio y comprobado despliegue de militares, mercenarios y armamento ucraniano, luego de surcar miles de millas, desde el centro europeo hasta los desiertos de la región africana del sahel, y mientras la población ucraniana sigue padeciendo, en su propio país, una infame guerra que no tiene fin, Volodímir Zelenski  y su cúpula de militares y oligarcas que lo protegen, continua metiendo las narices en África.


 

martes, 12 de noviembre de 2024

 

IN   MEMORIAM

John Jerry Rawlings

22 junio 1947 - 12 noviembre 2020

 

Hijo de un boticario escocés y de una ghanesa de la tribu minoritaria ewe, John Jerry Rawlings, varias veces Presidente de su país y artífice de la democratización de Ghana, estudió en la Escuela para cadetes de la Fuerza Aérea y en la Academia Militar de Teshie, de donde en 1969 salió con el grado de subteniente de aviación. Desde joven sabía que su destino era servir a su país y al pueblo ghanés. En mayo de 1979 fue arrestado por haber tomado parte en una conspiración de jóvenes oficiales contra el gobernante militar del momento. Ideológicamente, abrazaba los principios nacionalistas, progresistas y panafricanos del recordado Kwame Nkrumah, el líder de la independencia de Ghana y primer Presidente de la Nación.

Rawlings fue parte de una generación de jóvenes líderes africanos que proponían un cambio de régimen político más vinculado a las necesidades de sus pueblos, como Thomas Sankara en Burkina Faso, Samuel Doe en Liberia y un joven Mahammadu Buhari, el que fue presidente de Nigeria, pero que en 1,984 condujo un golpe de Estado con ideas revolucionarias. Se le aparejaron también similitudes ideológicas con el Coronel libio Muammar al Gaddafi, con quien estableció una estrecha relación de amistad y con el líder cubano Fidel Castro.

Jerry Rawlings, muere un día como hoy, hace cuatro años, alejado de la actividad política y luego de haber enrumbado a su país por la senda democrática. El día de su partida publiqué la última entrevista que concediera el líder político ghanés a un medio de prensa, en donde condensa, con la claridad y lucidez que siempre se le reconoció, la situación del mundo, las dificultades que deben de afrontar los países africanos, y el futuro promisor que anhelaba para el continente.

                                                                                                                                                        J.F.M.P

 

 

 

PALABRA DE

JERRY RAWLINGS

Por: Javier Fernando Miranda Prieto

Jerry Rawlings ofrece su última entrevista
al prestigioso diario ghanés Accra Daily
Graphic un mes antes de su muerte.

El ex–presidente de Ghana Jerry Rawlings habló claro y directo en una entrevista otorgada hace dos semanas al diario de Accra Daily Graphic. El reputado político ghanés que ocupó varias veces la presidencia de su país y al que los ghaneses le guardan un especial cariño y respeto, no tuvo ningún reparo en enfilar sus baterías contra el rol que las Naciones Unidas, las potencias occidentales o las transnacionales vienen ejecutando con toda impunidad en tierras africanas.

Jerry Rawligns llegó al poder en Ghana, tempranamente a los 28 años, encabezando una Junta Militar a fines de los años setenta, instalando la Tercera República. Su gobierno tuvo un matiz socialista y nacionalista, Rawlings tuvo buenas relaciones con líderes socialistas como Fidel Castro, pero sobre todo con Thomas Sankara, con quien tuvo una gran amistad en la época en la que este era presidente de Burkina Faso. Con el fin de la guerra fría, Rawligns convoca en 1,991 a las primeras elecciones democráticas multipartidarias, saliendo elegido abrumadoramente presidente de su país, cargo que ocuparía hasta el 2,001.

     "Los países occidentales aplican un sistema democrático

                 envidiable de libertades en su propia  casa, 

              pero lamentablemente, los aplica de otro modo 

              en casas ajenas, justificando golpes de Estado  

                                      y largas dictaduras"                                                     

En esta larga entrevista, que no ha tenido mayor difusión en occidente, el líder ghanés condenó firmemente lo que llamó el "doble estándar" de los occidentales. "Los países occidentales aplican un sistema democrático envidiable, de libertades y de respeto a los ciudadanos en su propia casa, pero lamentablemente, los aplica de otro modo en casas ajenas”, debilitando y vulnerando los derechos de muchos africanos. 

Con mucha lucidez, Rawlings advierte que el desarrollo urbano y de infraestructura que hacen gala algunos países africanos no es signo de desarrollo ni de buena salud de sus economías. "Seguramente ustedes han visto, en ciertos países africanos, infraestructuras modernas como autopistas, rascacielos, puentes a desnivel, pero estas gigantescas obras no son reflejo de avance ni de justicia social en estos países. Muy por el contrario, es el reflejo de una clase política muy corrompida que intenta gobernar con apariencias y regalos maquillados a un pueblo descontento y desamparado" acusó con firmeza, antes de añadir que los países occidentales explotan justamente estas debilidades de ciertos gobernantes africanos, para que sean estas naciones más vulnerables a sus designios.  

El Capitán de la Aviación JJ Rawlings, fue miembro de una 
generación de líderes africanos como Thomas Sankara,
con quien compartía más que una entrañable amistad.

Según Jerry Rawligns, los Estados Unidos o los países europeos, han tratado de desestabilizar muchos países para poder controlar sus recursos naturales llevándolos a la quiebra. Así, en respuesta al hundimiento de la guerra fría y el comunismo, hace casi 30 años, el tercer mundo había esperado una cara más humana y considerada de los países capitalistas. Pero “por desgracia, nos encontramos con lo que el Papa Juan Plablo II llamó acertadamente, “el capitalismo salvaje”. "Estamos viviendo la expresión más descarnada del capitalismo financiero transnacional, que ha generado que en muchos países, los ricos sean más ricos y los pobres más pobres". 

Por otro lado, para Rawlings, "la manera en la que la guerra en Siria, como antes en Iraq, fue emprendida por los Estados Unidos, reflejó uno de los peores daños que los occidentales infringieran a la moral humana, en el sentido que la fuerza del derecho fue reemplazada por el derecho de la fuerza. Este modo de actuar de los poderosos envió un mal mensaje a muchos países en desarrollo, en donde muchos de ellos sacaron provecho de esta lección, haciendo campear la corrupción y la impunidad en más de un país africano”. 

      "Rusia se ha plantado fuerte ante los Estados Unidos, 

         los casos de Ucrania, Siria e Irán, son una prueba 

                     que Rusia sabe tomar la iniciativa”                           

En otro pasaje de la entrevista, Rawligns no fue nada cariñoso con Francia en particular. Al diario ghanés le hace recordar: "Vimos en Libia la manera en que eliminaron al ex–líder libio Gaddafi, tratándolo como un perro. A aquel que meses antes de los brutales ataques aéreos sobre Trípoli, el ex presidente Nicolas Sarkosy se tomaba fotos y lo recibía en el Palacio del Elíseo como su mejor amigo. Que catadura moral puede tener un mandatario occidental como Sarkosy y sus sucesores, para dictar cátedra de moralidad y democracia a los africanos. Luego fueron condenados a muerte los generales libios que gobernaron con Gaddafi, acusados de crímenes de lesa humanidad, pero a sus aliados, a sus cómplices y a sus protectores occidentales, a aquellos que les vendía las armas que condena van a tener. Esa es la doble moral de occidente”. 

Francia también fue severamente cuestionada, a propósito de su intervención en la crisis política vivida en Costa de Marfil en el 2,010: “La grosera y abusiva utilización de la ONU por parte de Francia en Costa de Marfil, para derribar a un gobierno democráticamente elegido y encarcelar a su líder injustamente en La Haya, va ser recordada como uno de los pasajes más infames de la diplomacia francesa”. 

Para finalizar, Rawligns advierte sobre la nueva correlación de fuerzas que puede imperar en el mundo después de la pandemia, cuando el planeta se oriente hacia un mejor mundo multipolar. El hombre de Estado ghanés, afirma que la manera arbitraria con la cual ciertas superpotencias ejercen su autoridad unilateralmente no puede perdurar más, porque esto es perjudicial para la estabilidad mundial. Según él: "Rusia y China tienen buenas posibilidades de reequilibrar las fuerzas en el mundo. Rusia, a pesar de su situación económica, se ha plantado fuerte ante los Estados Unidos, los casos de Ucrania, Irán, Siria y las negociaciones sobre limitación de armas nucleares con los EE.UU, es una prueba palpable que Rusia sabe tomar la iniciativa”. “El mundo habría aceptado de buena gana el liderazgo unilateral de los Estados Unidos, si este no estuviera moralmente desfalleciente”, concluyó lapidariamente el recordado líder ghanés.


 

domingo, 10 de noviembre de 2024

 

SOMALIA:

UNA  EJEMPLAR SANCIÓN 

Por: Javier Fernando Miranda Prieto    

Desde el año 2007, viene operando en territorio somalí, las fuerzas de paz de la AMISOM, un grupo de profesionales armados proveniente de una doce de países africanos, cuya supuesta misión es el cuidado y protección de la población más vulnerable: las mujeres y niños.

En el último informe del mes de octubre de la ONG humanitaria Human Rights Watch HRW, organización dedicada a la defensa de los Derechos Humanos en el mundo, se informa que quince oficiales del ejército de Uganda, de alta graduación, entre los que hay dos generales destacados en Somalia, fueron suspendidos, dados de baja y procesados penalmente, luego de denuncias de abuso sexual contra mujeres, adolescentes y por lo menos una niña. Repudiables actos que habrían sido cometidos en el cuartel de la AMISOM ubicado en la capital somalí.

Estas inéditas como plausibles medidas sancionadoras, fueron tomadas luego que se publicara afines de agosto otro informe de HRW, en el cual se incluyen denuncias de violencia sexual cometida entre el 2015 y el 2018 en dos bases de soldados burundeses, kenianos y ugandeses en Mogadiscio. Los militares sancionados también habrían prometido ayudas humanitarias a cambio de "favores sexuales". 

Como se sabe, los militares ugandeses participan en una misión de la Misión de la Unidad Africana en Somalia AMISOM, que apoya al gobierno somalí en su lucha contra los rebeldes islamistas de Al Shabaab, asistencia militar que comprende paradójicamente, el cuidado, la protección y la ayuda humanitaria a favor de la población civil. Pero lamentablemente, los supuestos protectores se habían convertido, desde hace años en los verdugos del sector más vulnerable y débil de la población. 

Enclavada en el Cuerno de África, Somalia es un país de 
gran valor estratégico, que viene sufriendo las acciones 
armadas de grupos yihadistas como Al-Shabaab, 
milicias apoyadas por Al-Qaeda.

Este país del este africano, viene de sufrir una ola de violencia desenfrenada desde hace varios años, el último accionar terrorista de esta banda yihadista se produjo en el mes de setiembre, produciendo la muerte de ocho soldados del gobierno somalí, cuando combatientes del grupo yihadista atacaron la base del Ejército Nacional Somalí (SNA) en la región de Bajo Shabelle. 

La AMISOM es una misión de mantenimiento de la paz regional operada por la Unión Africana con la aprobación de las Naciones Unidas en Somalia. Fue creada e instalada en territorio somalí desde el año 2007, para apoyar al gobierno de Mogadiscio y poner en práctica un plan de seguridad nacional, creando un entorno seguro para la entrega de ayuda humanitaria a este convulsionado país africano, que desde principios de los años noventa padece una crisis sistémica por la violencia desatada por infinidad de grupos islamistas radicales, entre ellos Al Shabaab una franquicia de Al Qaeda en el Cuerno de África. 

La milicia de Al Shabaab, surgió en el año 2006, en pleno proceso de la desintegración del Estado somalí, cuando este país se precipitaba a la condición de “Estado Fallido”. Apareció como el brazo juvenil de la Unión de Tribunales Islámicos, que con una conducción unificada se constituyó en la organización política y militar más importante del país. Este grupo yihadista, desde los años ochenta, ya tenía una subordinación total a Al-Qaeda. En plena anarquía los Tribunales impusieron a la fuerza, a toda la población, la sharia (ley coránica), apoyados por grupos estudiantiles radicalizados, comerciantes y líderes clánicos, que subsistieron a los años de la guerra civil, que se inició en 1991, con la caída del presidente Said Barré y con diferentes alternativas sigue hasta hoy.   

Esta severa sanción, proporcional a los graves delitos cometidos por este grupo de militares ugandeses, debe de servir de ejemplar antecedente, para fiscalizar y supervisar las acciones y conductas de los integrantes de las misiones militares que están esparcidas en diferentes países africanos y que bajo el ala protectora y cómplice de las Naciones Unidas suelen cometer abominables violaciones contra los derechos humanos de la población más desprotegida.

 

sábado, 9 de noviembre de 2024

 

REFLEXIONES ANTE LOS ESCOMBROS DE UN MURO CAÍDO

Por: Javier Fernando Miranda Prieto  

 

Un día como hoy, hace 35 años, se iniciaba anticipadamente el siglo XXI, con el desmoronamiento de uno de sus principales e icónicos símbolos de la centuria anterior: el muro de Berlín.

Hace 35 años, la tarde del 9 de noviembre de 1989, cayó el Muro de Berlín  y con él las ideologías que se creían absolutas. Con el derrumbe del Muro, que dividió en dos a Alemania y a toda Europa, se redefinió la geopolítica de la región y la correlación de fuerzas en el viejo continente.

Un modelo económico agotado; el repunte industrial de la Alemania Occidental; el despertar democrático no solo de los alemanes del este sino de todo el bloque socialista y la incapacidad de Rusia y en especial de Boris Yelsín, de negociar acuerdos y potestades más equilibradas, que podrían haber evitado la expansión militar de la OTAN sobre el este europeo, fueron las causas que carcomieron los cimientos del llamado Muro de la Vergüenza.

Triste fin de lo que fueron hermosas ideas a comienzos del siglo XX. Con la caída de este muro, terminó una época, cayeron ciertos supuestos teóricos y fracasó una manera de ver la vida y el mundo. Una concepción que fue voluntarista en sus inicios, para convertirse en dictatorial e intolerante en su auge; que aun así fue apreciada en su momento por algunas izquierdas como revolucionaria y defendida como paradigma, descubriéndose súbitamente en el ocaso su faz conservadora y reaccionaria.

        “Origen: el repunte industrial de Alemania Occidental,

            el despertar democrático de los alemanes del este

       y de todo el bloque socialista y la incapacidad de Rusia

        de negociar acuerdos más equilibrados con occidente”

Cuánta sangre derramada, cuántas vidas entregadas generosamente por miles de hombres del pueblo que creyeron tomar el cielo por asalto. Cuántos sueños, cuántas esperanzas de las viejas generaciones, hoy envejecidas por el tiempo, revindicando propagandas cada vez menos populares, arrinconadas en el amarillento dogmatismo o echadas simplemente al canasto. Pero también cuántos presos, torturados, exiliados o asesinados por los regímenes que cayeron con el muro, luchadores que con el tiempo, fueron revindicados por la historia. 

       “Causas: nacionalismo radical en Rusia, expansionismo

          de la OTAN, auge de la extrema derecha, una nueva

            “guerra fría” económica, comercial y tecnológica

      y postergación de regiones como: África, Sudeste asiático,

                            Mundo Árabe y Latinoamérica”

Este hecho histórico, que precipitó el inicio del siglo XXI, delineó geopolíticamente lo que vendría después y lo mucho que vivimos actualmente en el mundo: el resurgimiento de un nacionalismo radical en Rusia y su deseo de ampliar sus fronteras ante el expansionismo de la OTAN; el auge de la extrema derecha, principalmente en Europa y los Estados Unidos; la postergación de regiones estratégicas en el orbe como: África, el Sudeste Asiático, el Mundo Árabe y Latinoamérica; y el inicio de una nueva “guerra fría”, menos ideologizada pero igual de beligerante en los campos económicos, comerciales y tecnológicos. 

Pero hoy, 35 años después, barridos los escombros del muro, y a pesar de los condicionamientos que imponen el nuevo orden mundial, se abren también posibilidades de creación de nuevos proyectos socialistas o de un capitalismo más democrático e inclusivo, nacidos de las condiciones económicas, sociales y tecnológicas que surgieron con este siglo. 

sábado, 2 de noviembre de 2024

 

ETIOPÍA – SOMALIA:

UN  CONFLICTO  QUE  NADIE  HABLA

Por: Javier Fernando Miranda Prieto    

Etiopía traslada tropas y vehículos blindados a la frontera con Somalia, tras la firma del acuerdo
con Somalilandia, la provincia rebelde somalí. Según el Acuerdo se le arrienda un puerto
y base militar por 50 años a Etiopía, en las costas del estratégico Mar Rojo.  

En la literatura oral somalí hay un famoso refrán que dice: “Los problemas tienen cuernos de los que agarrarse. Pero no colas”. Esta sabia frase, sugiere que un desastre puede prevenirse, pero no controlarse con facilidad. Esta descripción parece muy adecuada para lo que está sucediendo en la región del Cuerno de África. 

Los problemas en esta parte de África han llegado a un punto de no retorno, debido a las ambiciones expansionistas y los designios temerarios del Primer Ministro etíope Abiy Ahmed. La región del oriente africano está en el umbral de un conflicto que pondría en peligro a toda una región y tendría repercusiones en el resto del continente. Hay que detenerla antes que sea demasiado tarde.

El catalizador del conflicto es la obsesión de Abiy por convertir a Etiopía en un país costero. Salida al mar que este país perdió, luego que la vecina Eritrea lograra su independencia en 1993. El año pasado el gobierno de Addis Abeba declaró que no podía seguir sin salida al mar y que tenía que tener acceso a este, ya sea por negociación o por la fuerza. Somalia, el más débil de los cinco países costeros que colindan con Etiopía, es el objetivo más obvio.

El 1 de enero de este año, Abiy firmo un memorándum de entendimiento con el presidente de Somalilandia, una república secesionista autoproclamada en el noroeste de Somalia, y que no está reconocida por ningún país de las NN.UU. A cambio de acreditar a Somalilandia como nación soberana, Etiopía obtendría, por 50 años, una base naval de más de 19 kilómetros en el estratégico Golfo de Adén, en la región de Berbera, muy próxima al encuentro de los mares Rojo y Arábico y a menos de trescientos kilómetros del Estrecho de Bab el-Mandeb, el pase del Golfo de Adén al Mar Rojo.

      “El catalizador del conflicto es la obsesión de Abiy Ahmed,

              por una salida al mar. Reconoció a Somalilandia 

               como nación soberana a cambio de un puerto 

                  y una base naval frente al Golfo de Adén”

Se trata de una clara violación de la soberanía y la integridad territorial de Somalia, que recuerda el largo historial de intromisión diplomática y militar, que por décadas impuso Etiopía a su otrora provincia rebelde (Eritrea). Somalia ha rechazado dicho memorando, iniciado una ofensiva diplomática para explicar al concierto de naciones de la región y a las potencias mundiales que Etiopía busca el control del territorio somalí por medios ilegales. Las Naciones Unidas, la Unión Africana, los Estados Unidos y la Unión Europea respaldaron la postura de Somalia, haciendo énfasis en el respeto de la soberanía y de las fronteras establecidas.

Etiopía ocupará una base militar y un puerto de 
19 km. en Berbera, muy cerca al mar Rojo y Arábico, 
frente al Golfo de Adén, pase obligado de los
buques-tanques petroleros.

Sin embargo, a pesar de la presión internacional, sobre todo del gobierno de Joe Biden, el gobierno etíope se ha mantenido firme. Parece creer que ahora es el momento adecuado para llevar a cabo su plan expansionista, mientras Somalia enfrenta un recrudecimiento de la insurgencia yihadista y el gobierno estadounidense está distraído en las próximas elecciones del 5 de noviembre y por los conflictos armados que se dan en el Medio Oriente (Gaza, Líbano, Irán) y Europa (Rusa y Ucrania).

Las tensiones, latentes durante todo el año, se han intensificado en los últimos meses. En un alarde de poder, Etiopía envió sus soldados a Somalia en dos ocasiones en el mes de setiembre. El 18 de octubre  una milicia local somalí saqueó dos camiones cargados de armas y municiones enviados por el ejército etíope, lo que sugiere que también han entrado armas en el país.

Por otro lado, Somalia también amenazó con expulsar a los soldados etíopes de las fuerzas africanas de mantenimiento de la paz emplazados en ese país y en una medida audaz, aprobó en el mes de octubre un Pacto de Defensa Mutua con Egipto, la primera potencia militar de la región, que se suma al que firmó a principios de año con Turquía. El gobierno de Ankara ha intervenido para mediar, pero ha sido incapaz de encontrar una solución aceptable para las dos partes. Con ambos rivales fuertemente enfrentados, la región es una bomba de tiempo.

                “Somalia se recupera de una larga guerra civil" 

        “Mientras Etiopía está inmerso en rivalidades étnicas                            y conflictos, por el agua, con Sudán y Egipto”

Una guerra sería devastadora en esta región. Con la participación de naciones rivales y bien armadas, comunidades étnicas y grupos religiosos irreconciliables, el conflicto generaría un derramamiento de sangre y un desastre económico para ambos países. Somalia, que se recupera lentamente de una cruenta guerra civil de tres décadas, apenas podría soportarlo. Mientras Etiopía está inmersa en múltiples conflictos dentro de sus fronteras: las luchas tribales y étnicas con los pueblos de Tigray, Oromia y Amhara, y guerras latentes con sus vecinos: Egipto, Sudán y Eritrea. Otro frente armado, a miles de kilómetros, podría llevar al país al colapso.

La región, ya asolada por la guerra civil en Sudán, que lleva más de un año, se volvería más inestable. El conflicto podría atraer a países del Mar Rojo como: Arabia Saudita, Egipto, Yemen, Sudán, Yibuti y Eritrea, todos los cuales consideran el caudal del rio Nilo, asunto en disputa entre Etiopia, Sudán y Egipto, como un tema de seguridad nacional. Adicionalmente, los Estados Unidos, China y algunas naciones europeas ya tienen presencia militar en el Mar Rojo. Con este nuevo conflicto, la región podría convertirse rápidamente en un peligroso campo de batalla para las potencias mundiales y regionales.

            “El Mar Rojo y el Golfo de Adén son demasiado

          importantes para convertirlo en una zona de guerra

                 y el Cuerno de África es demasiado frágil

                             para aventuras temerarias” 

A pesar de su precariedad, la costa del África Oriental es vital para el comercio y la seguridad internacional. El Golfo de Adén y el mar Rojo conectan Asia con Europa y América, mientras que el Cuerno de África es la puerta de Asia a todo el continente africano. Al interrumpir estas rutas marinas clave, la guerra en esta zona pondría en peligro el comercio mundial. Igualmente preocupante sería el recrudecimiento de grupos extremistas islámicos como Al-Shabaab, que opera desde hace más de una década en Somalia, que ya afirmó haber reclutado a miles de jóvenes somalíes para luchar contra el ejército invasor etíope.

Ante este escenario, el tiempo apremia. Para evitar que la región caiga en un conflicto catastrófico, el mundo -en especial los Estados Unidos- debe comunicar a Abiy que no tolerará sus ambiciones expansionistas. Etiopía, como cualquier otra nación sin litoral, debe buscar el acceso comercial al mar a través de la cooperación y la integración económica, y no mediante ilegales acuerdos secesionistas. Washington, que ha invertido mucho en la región, también debe presionar a los líderes del África Oriental para que promuevan el dialogo y la reconciliación entre Somalia y Somalilandia.

Sabemos que no será fácil. Pero el Mar Rojo y el Golfo de Adén son demasiado importantes para convertirse en otra zona de guerra, y el Cuerno de África es demasiado frágil para aventuras temerarias. Parafraseando al refrán somalí, el mundo debe tomar este problema por los cuernos. Porque una vez que cobre fuerza, no habrá cola por la cual sujetarlo.