sábado, 9 de noviembre de 2024

 

REFLEXIONES ANTE LOS ESCOMBROS DE UN MURO CAÍDO

Por: Javier Fernando Miranda Prieto  

 

Un día como hoy, hace 35 años, se iniciaba anticipadamente el siglo XXI, con el desmoronamiento de uno de sus principales e icónicos símbolos de la centuria anterior: el muro de Berlín.

Hace 35 años, la tarde del 9 de noviembre de 1989, cayó el Muro de Berlín  y con él las ideologías que se creían absolutas. Con el derrumbe del Muro, que dividió en dos a Alemania y a toda Europa, se redefinió la geopolítica de la región y la correlación de fuerzas en el viejo continente.

Un modelo económico agotado; el repunte industrial de la Alemania Occidental; el despertar democrático no solo de los alemanes del este sino de todo el bloque socialista y la incapacidad de Rusia y en especial de Boris Yelsín, de negociar acuerdos y potestades más equilibradas, que podrían haber evitado la expansión militar de la OTAN sobre el este europeo, fueron las causas que carcomieron los cimientos del llamado Muro de la Vergüenza.

Triste fin de lo que fueron hermosas ideas a comienzos del siglo XX. Con la caída de este muro, terminó una época, cayeron ciertos supuestos teóricos y fracasó una manera de ver la vida y el mundo. Una concepción que fue voluntarista en sus inicios, para convertirse en dictatorial e intolerante en su auge; que aun así fue apreciada en su momento por algunas izquierdas como revolucionaria y defendida como paradigma, descubriéndose súbitamente en el ocaso su faz conservadora y reaccionaria.

        “Origen: el repunte industrial de Alemania Occidental,

            el despertar democrático de los alemanes del este

       y de todo el bloque socialista y la incapacidad de Rusia

        de negociar acuerdos más equilibrados con occidente”

Cuánta sangre derramada, cuántas vidas entregadas generosamente por miles de hombres del pueblo que creyeron tomar el cielo por asalto. Cuántos sueños, cuántas esperanzas de las viejas generaciones, hoy envejecidas por el tiempo, revindicando propagandas cada vez menos populares, arrinconadas en el amarillento dogmatismo o echadas simplemente al canasto. Pero también cuántos presos, torturados, exiliados o asesinados por los regímenes que cayeron con el muro, luchadores que con el tiempo, fueron revindicados por la historia. 

       “Causas: nacionalismo radical en Rusia, expansionismo

          de la OTAN, auge de la extrema derecha, una nueva

            “guerra fría” económica, comercial y tecnológica

      y postergación de regiones como: África, Sudeste asiático,

                            Mundo Árabe y Latinoamérica”

Este hecho histórico, que precipitó el inicio del siglo XXI, delineó geopolíticamente lo que vendría después y lo mucho que vivimos actualmente en el mundo: el resurgimiento de un nacionalismo radical en Rusia y su deseo de ampliar sus fronteras ante el expansionismo de la OTAN; el auge de la extrema derecha, principalmente en Europa y los Estados Unidos; la postergación de regiones estratégicas en el orbe como: África, el Sudeste Asiático, el Mundo Árabe y Latinoamérica; y el inicio de una nueva “guerra fría”, menos ideologizada pero igual de beligerante en los campos económicos, comerciales y tecnológicos. 

Pero hoy, 35 años después, barridos los escombros del muro, y a pesar de los condicionamientos que imponen el nuevo orden mundial, se abren también posibilidades de creación de nuevos proyectos socialistas o de un capitalismo más democrático e inclusivo, nacidos de las condiciones económicas, sociales y tecnológicas que surgieron con este siglo. 

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