sábado, 2 de noviembre de 2024

 

ETIOPÍA – SOMALIA:

UN  CONFLICTO  QUE  NADIE  HABLA

Por: Javier Fernando Miranda Prieto    

Etiopía traslada tropas y vehículos blindados a la frontera con Somalia, tras la firma del acuerdo
con Somalilandia, la provincia rebelde somalí. Según el Acuerdo se le arrienda un puerto
y base militar por 50 años a Etiopía, en las costas del estratégico Mar Rojo.  

En la literatura oral somalí hay un famoso refrán que dice: “Los problemas tienen cuernos de los que agarrarse. Pero no colas”. Esta sabia frase, sugiere que un desastre puede prevenirse, pero no controlarse con facilidad. Esta descripción parece muy adecuada para lo que está sucediendo en la región del Cuerno de África. 

Los problemas en esta parte de África han llegado a un punto de no retorno, debido a las ambiciones expansionistas y los designios temerarios del Primer Ministro etíope Abiy Ahmed. La región del oriente africano está en el umbral de un conflicto que pondría en peligro a toda una región y tendría repercusiones en el resto del continente. Hay que detenerla antes que sea demasiado tarde.

El catalizador del conflicto es la obsesión de Abiy por convertir a Etiopía en un país costero. Salida al mar que este país perdió, luego que la vecina Eritrea lograra su independencia en 1993. El año pasado el gobierno de Addis Abeba declaró que no podía seguir sin salida al mar y que tenía que tener acceso a este, ya sea por negociación o por la fuerza. Somalia, el más débil de los cinco países costeros que colindan con Etiopía, es el objetivo más obvio.

El 1 de enero de este año, Abiy firmo un memorándum de entendimiento con el presidente de Somalilandia, una república secesionista autoproclamada en el noroeste de Somalia, y que no está reconocida por ningún país de las NN.UU. A cambio de acreditar a Somalilandia como nación soberana, Etiopía obtendría, por 50 años, una base naval de más de 19 kilómetros en el estratégico Golfo de Adén, en la región de Berbera, muy próxima al encuentro de los mares Rojo y Arábico y a menos de trescientos kilómetros del Estrecho de Bab el-Mandeb, el pase del Golfo de Adén al Mar Rojo.

      “El catalizador del conflicto es la obsesión de Abiy Ahmed,

              por una salida al mar. Reconoció a Somalilandia 

               como nación soberana a cambio de un puerto 

                  y una base naval frente al Golfo de Adén”

Se trata de una clara violación de la soberanía y la integridad territorial de Somalia, que recuerda el largo historial de intromisión diplomática y militar, que por décadas impuso Etiopía a su otrora provincia rebelde (Eritrea). Somalia ha rechazado dicho memorando, iniciado una ofensiva diplomática para explicar al concierto de naciones de la región y a las potencias mundiales que Etiopía busca el control del territorio somalí por medios ilegales. Las Naciones Unidas, la Unión Africana, los Estados Unidos y la Unión Europea respaldaron la postura de Somalia, haciendo énfasis en el respeto de la soberanía y de las fronteras establecidas.

Etiopía ocupará una base militar y un puerto de 
19 km. en Berbera, muy cerca al mar Rojo y Arábico, 
frente al Golfo de Adén, pase obligado de los
buques-tanques petroleros.

Sin embargo, a pesar de la presión internacional, sobre todo del gobierno de Joe Biden, el gobierno etíope se ha mantenido firme. Parece creer que ahora es el momento adecuado para llevar a cabo su plan expansionista, mientras Somalia enfrenta un recrudecimiento de la insurgencia yihadista y el gobierno estadounidense está distraído en las próximas elecciones del 5 de noviembre y por los conflictos armados que se dan en el Medio Oriente (Gaza, Líbano, Irán) y Europa (Rusa y Ucrania).

Las tensiones, latentes durante todo el año, se han intensificado en los últimos meses. En un alarde de poder, Etiopía envió sus soldados a Somalia en dos ocasiones en el mes de setiembre. El 18 de octubre  una milicia local somalí saqueó dos camiones cargados de armas y municiones enviados por el ejército etíope, lo que sugiere que también han entrado armas en el país.

Por otro lado, Somalia también amenazó con expulsar a los soldados etíopes de las fuerzas africanas de mantenimiento de la paz emplazados en ese país y en una medida audaz, aprobó en el mes de octubre un Pacto de Defensa Mutua con Egipto, la primera potencia militar de la región, que se suma al que firmó a principios de año con Turquía. El gobierno de Ankara ha intervenido para mediar, pero ha sido incapaz de encontrar una solución aceptable para las dos partes. Con ambos rivales fuertemente enfrentados, la región es una bomba de tiempo.

                “Somalia se recupera de una larga guerra civil" 

        “Mientras Etiopía está inmerso en rivalidades étnicas                            y conflictos, por el agua, con Sudán y Egipto”

Una guerra sería devastadora en esta región. Con la participación de naciones rivales y bien armadas, comunidades étnicas y grupos religiosos irreconciliables, el conflicto generaría un derramamiento de sangre y un desastre económico para ambos países. Somalia, que se recupera lentamente de una cruenta guerra civil de tres décadas, apenas podría soportarlo. Mientras Etiopía está inmersa en múltiples conflictos dentro de sus fronteras: las luchas tribales y étnicas con los pueblos de Tigray, Oromia y Amhara, y guerras latentes con sus vecinos: Egipto, Sudán y Eritrea. Otro frente armado, a miles de kilómetros, podría llevar al país al colapso.

La región, ya asolada por la guerra civil en Sudán, que lleva más de un año, se volvería más inestable. El conflicto podría atraer a países del Mar Rojo como: Arabia Saudita, Egipto, Yemen, Sudán, Yibuti y Eritrea, todos los cuales consideran el caudal del rio Nilo, asunto en disputa entre Etiopia, Sudán y Egipto, como un tema de seguridad nacional. Adicionalmente, los Estados Unidos, China y algunas naciones europeas ya tienen presencia militar en el Mar Rojo. Con este nuevo conflicto, la región podría convertirse rápidamente en un peligroso campo de batalla para las potencias mundiales y regionales.

            “El Mar Rojo y el Golfo de Adén son demasiado

          importantes para convertirlo en una zona de guerra

                 y el Cuerno de África es demasiado frágil

                             para aventuras temerarias” 

A pesar de su precariedad, la costa del África Oriental es vital para el comercio y la seguridad internacional. El Golfo de Adén y el mar Rojo conectan Asia con Europa y América, mientras que el Cuerno de África es la puerta de Asia a todo el continente africano. Al interrumpir estas rutas marinas clave, la guerra en esta zona pondría en peligro el comercio mundial. Igualmente preocupante sería el recrudecimiento de grupos extremistas islámicos como Al-Shabaab, que opera desde hace más de una década en Somalia, que ya afirmó haber reclutado a miles de jóvenes somalíes para luchar contra el ejército invasor etíope.

Ante este escenario, el tiempo apremia. Para evitar que la región caiga en un conflicto catastrófico, el mundo -en especial los Estados Unidos- debe comunicar a Abiy que no tolerará sus ambiciones expansionistas. Etiopía, como cualquier otra nación sin litoral, debe buscar el acceso comercial al mar a través de la cooperación y la integración económica, y no mediante ilegales acuerdos secesionistas. Washington, que ha invertido mucho en la región, también debe presionar a los líderes del África Oriental para que promuevan el dialogo y la reconciliación entre Somalia y Somalilandia.

Sabemos que no será fácil. Pero el Mar Rojo y el Golfo de Adén son demasiado importantes para convertirse en otra zona de guerra, y el Cuerno de África es demasiado frágil para aventuras temerarias. Parafraseando al refrán somalí, el mundo debe tomar este problema por los cuernos. Porque una vez que cobre fuerza, no habrá cola por la cual sujetarlo.

 

 

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