En el África subsahariana, como en cualquier rincón del
mundo, la gente cuenta historias para dar sentido al mundo y para instruir,
para recordar las gestas de los antepasados o simplemente, para entretenerse.
Si vemos cada cultura como una estrella, en el África no encontraríamos
constelaciones, sino varias galaxias entrelazadas. La enorme extensión del
continente, con su variedad de ecosistemas y diferentes paisajes geografícos, así como la multitud de leguas, dialectos y la
diversidad de religiones, culturas y modos de vida que se despliegan sobre él, son los insumos insuperables para una oceánica creación
literaria.
Una característica de la milenaria, amplia y rica tradición oral africana, es que esta no deviene de un país en particular, sino de una entidad más importante aún para estas culturas, provienen de la tribu, de la etnia, de esa comunidad ancestral que le da origen. Las fronteras que vemos hoy día en los mapas del África, son en gran medida, el resultado del despojo y repartija que los europeos hicieron en ese continente y de sus recursos naturales.
En el África, raras son las etnias cuya presencia se limita a un solo país y raro es el país que este habitado por una sola etnia y si tenemos en cuenta que en ese continente conviven cerca de 2,000 grupos étnicos, podemos comprobar la amplitud y riqueza literaria que poseen.
Una característica de la milenaria, amplia y rica tradición oral africana, es que esta no deviene de un país en particular, sino de una entidad más importante aún para estas culturas, provienen de la tribu, de la etnia, de esa comunidad ancestral que le da origen. Las fronteras que vemos hoy día en los mapas del África, son en gran medida, el resultado del despojo y repartija que los europeos hicieron en ese continente y de sus recursos naturales.
En el África, raras son las etnias cuya presencia se limita a un solo país y raro es el país que este habitado por una sola etnia y si tenemos en cuenta que en ese continente conviven cerca de 2,000 grupos étnicos, podemos comprobar la amplitud y riqueza literaria que poseen.
A partir de esta entrada, regularmente estaremos ofreciéndoles
diversas muestras de la tradición oral africana, para poder dar una idea cabal
de la inabarcable riqueza de la literatura oral del continente donde nació
la humanidad.
En esta primera entrega les brindamos tres cuentos de la región de Los Grandes Lagos:
“El Chimpancé y Los Hombres”, “Los Dos
Hermanos” y “El Origen de los Pájaros”, que los difruten.
Javier Miranda Prieto
El Chimpancé y Los Hombres
El chimpancé era perseguido a diario por los niños de las
aldeas. Le disparaban montones de flechas y proyectiles de todo tipo. Sin
embargo cierto día, dejo de huir. Para asombro de todos, lo vieron acercarse
armado con una lanza y llego incluso a matar a un hombre.
Entonces uno de los jefes le preguntó al gran simio:
-¿Quién te ha dado esa lanza?
El simio replicó:
-Soy yo quien os pregunto: ¿quién me ha robado las lanzas? ¿Acaso
no estaba yo aquí antes de vosotros?
¿Acaso, hombre, no has tomado mi lugar?
¿No soy yo tu padre?
Los
Dos Hermanos
Dos hermanos, llevando consigo a una pintada, fueron al país de
la Lluvia, donde vivía su hermana. Pues dijeron:
-Queremos ver a nuestra hermana y saber cómo le va.
Su hermana, al verlos llegar por el camino, dijo:
-A estos hombres no los conozco. Sin duda se acercan con
malas intenciones. Este no es lugar para hombres malvados.
Tras llegar al país de Lluvia, los dos hermanos, agotados por
el largo viaje, se tumbaron a dormir, no sin antes arrojar a la pintada a la
copa de un árbol y decirle:
-Haz guardia tú, buena pintada y avísanos a tiempo para que
no nos sorprenda ningún peligro.
Bien, por la mañana temprano, la pintada vio aproximarse a
unos hombres que caminaban a hurtadillas. Y gritó fuerte para despertar a los
hermanos dormidos. Pero ellos dormían profundamente y ni se movieron. La
pintada gritó, diciendo:
-¡Despertad, despertad, despertad! ¡Se aproxima el peligro!
Pero ellos no se despertaban. Y los hombres que se acercaban
a hurtadillas cayeron sobre ellos y mataron a los dos hermanos mientras dormían.
La pintada, con el batir de alas de la tristeza, regresó
junto a la madre de los hermanos. La madre se llamaba Tura. La pintada se posó
en un árbol delante de la casa de la madre y exclamó:
-¡Tura, Tura! ¡Tus hijos han muerto en el país de la Lluvia!
La madre llamó al padre de sus hijos, diciendo:
-¡Ven corriendo! ¡Oh ven corriendo! Escucha lo que dice la
Pintada.
Y posada en el árbol, la Pintada dijo:
-¡Tura, Tura! ¡Tus hijos han muerto en el país de la Lluvia.
La madre le dijo al padre:
-Esas son las palabras que quería que escucharas, esas
terribles palabras.
Y el padre se levantó, pues ahora era Viento y la madre
Fuego. Y juntos se adentraron en el país de la Lluvia devastándolo y aniquilando
a aquella gente malvada.
El Origen de los Pájaros
Un labrador tenía un campo de sorgo. El sorgo estaba maduro. Todos los
días, dos pájaros venían a comer sus granos. Con fibras de sisal, el labrador
fabricó pequeñas trampas y las ató a las espigas del sorgo.
días, dos pájaros venían a comer sus granos. Con fibras de sisal, el labrador
fabricó pequeñas trampas y las ató a las espigas del sorgo.
El pájaro macho se dejó coger y el hombre le arrancó las
plumas de las alas. Después, entregó el pájaro a los niños y les ordenó que les
cortasen el cuello. Los niños cogieron un cuchillo. Pero el pájaro hembra
apareció y les gritó:
-¿Por qué queréis cortar el cuello a mi marido?
Los niños no respondieron. El macho le gritaba:
-Amiga mía, déjalos hacer.
Empezaron a quitarle todas las plumas de todo el cuerpo. La
hembra volvió a aparecer y les preguntó:
-¿Por qué le quitáis las plumas a mi marido?
-Deja que lo hagan –repitió el macho.
Empezaron entonces a asarlo:
-¿Por qué asáis a mi marido? –preguntó la hembra.
-Amiga mía, deja que lo hagan.
Cuando terminaron, cortaron al pájaro macho en pedacitos.
Cada vez que cortaban un pedazo, la hembra preguntaba por qué lo trataban así. Y
cada vez le contestaba el macho que les permitiera hacerlo.
Cuando se comieron el pajarito, todos los niños se vieron
transformados en pajaritos de la misma especie. Son los que todavía vemos. Anteriormente,
no había sobre la tierra nada más que estos dos pájaros de los que yo acabo de
contar la historia.
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