LA
TRATA DE PERSONAS: VICTIMAS DEL
OLVIDO
Por: Javier Fernando
Miranda Prieto
Las Naciones Unidas en su último informe anual, calcula tentativamente que en el año 2012 la cifra de niños africanos víctimas del tráfico de personas, llegaba a los 130,000 menores. |
El pasado lunes 23 de
setiembre se conmemoró el Día Internacional Contra la Trata de Personas, crimen
que consiste en el secuestro de individuos, especialmente mujeres y niños, para
explotarlos sexual o laboralmente o para comercializar sus órganos.
La trata de personas no
es un problema menor en el mundo y ocupa nada menos que el tercer puesto entre
los delitos más lucrativos para las mafias del crimen organizado, solo le ganan
el tráfico de drogas y el comercio ilegal de armas.
Según el último Informe
de las Naciones Unidas sobre el Tráfico de Personas, los niños es el eslabón
más débil y vulnerable de esta cadena de explotación y en especial los menores
de los países del África subsahariana. El número de menores víctimas de este
tráfico, que son obligados a trabajar o explotados sexualmente en África, sigue
creciendo cada año.
El Protocolo para
prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente de mujeres y
niños de Naciones Unidas, la define como; “la
captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas,
recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al
rapto, al fraude, al engaño, al abuso del poder o de una situación de
vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener
el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de
explotación. Esta explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución
ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados,
la esclavitud o las practicas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la
extracción de órganos”.
En el África, la pobreza extrema, la falta de educación, el desempleo, crean las condiciones que facilitan la trata de menores. |
Esta amplia y pormenorizada definición es importante, porque en muchas partes del África el uso de menores
se produce con el consentimiento de sus padres o incluso de los mismos niños o
niñas. En la mayoría de los países del continente, la pobreza extrema, el alto
número de hijos, la falta de oportunidades educativas, el desempleo, el bajo
estatus del que goza las mujeres, la ignorancia, crean las condiciones que
facilitan este tipo de prácticas.
Los menores y sus
familias son engañados, como siempre suele suceder en estos casos, con la
promesa de una vida mejor. Es así como se explica la explotación de cientos de
miles de menores cada año. La ONU en su informe, calcula tentativamente que
al año 2012 la cifra bordeaba los 130,000 menores víctimas de este tráfico de
personas.
Niñas y niños que se
les priva de su derecho a la educación, a la salud, a crecer en el seno de una
familia y a la protección contra los abusos y que se convierten, en base a esta
perversa practica, en una fuente de ingresos y negocio para los traficantes.
Como vemos, la trata de niños es una práctica que nos humilla y deshumaniza a
todos. Todos lo sabemos, sabemos que está ahí y muchas veces se nos olvida o
preferimos olvidarlo, ocultarlo, ignorarlo. Que hacen los gobiernos de los
países desarrollados para consentir semejante crimen. No se puede creer que sean
capaces de invertir altas sumas de dinero en perseguir y matar a un terrorista
en cualquier parte del mundo y no sean capaces de impedir esta barbarie.
Pero claro, mientras el
gobernante africano sea un aliado de los Estados Unidos o de Europa, puede ser
el más corrupto y no pasa nada. Si no poseen petróleo es peor, nos olvidamos de
“llevar la democracia” a los pobres africanos, es la hipocresía humana en su
máxima expresión.
Guinea Ecuatorial, dictadura que es apoyada por los paises occidentales, es uno de los principales destinos para los menores sometidos a trajos forzados, como el comercio ambulatorio. |
Según el informe de la
ONU que estamos glosando, Guinea Ecuatorial, la dictadura decana del continente, gobernada por un sátrapa, pero aliado y socio de las grandes potencias, por sus recursos petroleros, ese país, es uno de los principales destinos para
los menores sometidos a trabajos forzados. Los niños y niñas son transportados
de los países vecinos, principalmente de Nigeria, Gabón, Benín, Camerún y
obligados a trabajar como vendedores ambulantes o lavanderos. La mayoría de las
víctimas son explotadas en la capital, Malabo u otras principales ciudades de Guinea, donde la creciente industria petrolera está creando una alta demanda de
mano de obra barata y explotación sexual.
En este informe,
también se señala que en Camerún, por ejemplo, los intermediarios suelen
transportar dos o tres menores a la vez. Estos niños o niñas suelen provenir de
pequeñas aldeas rurales y se consiguen con engaños. Los padres entregan a sus
hijos a cambio de la promesa de educación o de una mejor vida en la ciudad. Sin
embargo el estudio indica que cada vez más los tratantes o traficantes recurren
al secuestro de los menores y a otras formas violentas de intimidación, ya que
gracias a las campañas de sensibilización llevadas a cabos en distintas zonas
del país, los padres son cada vez más consientes de la situación y
consecuentemente, más reacios a entregar a sus hijos o hijas a los
intermediarios.
La única solución a la trata de menores, como a tantos otros problemas que afectan a los niños africanos, radica en la educación. |
Por otro lado la Unidad
Africana, ha lanzado una iniciativa dirigida a luchar contra el tráfico humano
en África. Uno de los objetivos de la campaña es convertir esta lucha en una de
las prioridades de las agendas de desarrollo de los distintos países del
continente.
Poco a poco, se ha ido
consiguiendo que los distintos Estados introduzcan legislaciones que favorezcan
una lucha conjunta y la cooperación más allá de las propias fronteras. Sin
embargo, todavía queda un largo camino por recorrer en este campo para ser más
efectivas esas leyes, sobre todo a la hora de implementarlas.
Y a pesar de todo ello,
el número de niños y niñas victimas del tráfico o trata de menores sigue
creciendo y las técnicas utilizadas para conseguirlos son cada vez más
violentas. Quizás, la solución a este problema, como a tantos otros de los que
afectan a niños del África, radique principalmente en la educación.
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