SUDÁN DEL SUR:
LA CLAVE ES
EL PETRÓLEO
Se cumplen trece años de vida independiente en
Sudán del Sur y cerca de once años de un conflicto interno, que a pesar de los
numerosos intentos de acuerdos de paz, no ha logrado, hasta ahora, pacificar
por completo a este pequeño país africano. Este enfrentamiento armado no se
explica únicamente a través de las rivalidades políticas ni las tensiones entre
los dos grupos étnicos con mayor influencia en el país. Cada una de estas
etnias tiene ambiciones distintas. Es cierto y es una realidad. Siguen ocurriendo
asesinatos dirigidos a grupos étnicos por las dos partes. Se ha matado a
miembros de otras etnias o simpatizantes de ellas. Pero es sabido que los
intereses van mucho más allá.
“Sudán del
Sur es el tercer productor de crudo
del África Subsahariana”.
El origen de este conflicto se reduce a lo económico. Este país obtuvo su independencia en el 2011 con increíbles recursos naturales y minerales: petróleo, oro, mercurio y todos ellos están intactos. En todo este cruce de factores interconectados (caudillismo, étnicos, tribales, geopolíticos) destaca el petróleo. Los principales combates se producen en los estados petrolíferos del Alto Nilo y Unidad. La mayoría de los pozos han sido bloqueados por los ataques de uno u otro bando, lo que limita la extracción del recurso que supone más del 90% de los ingresos del Estado. Sudán del Sur es el tercer productor de crudo del África Subsahariana.
“Uganda, Kenia,
Ruanda y Tanzania, todos pertenecientes
a
la Comunidad de África del Este,
tienen los ojos puestos en el petróleo sursudanés”
El gran valor geopolítico y estratégico de este pequeño país del este africano, reside en su ubicación limítrofe con seis países, a pesar de ser mediterráneo (sin salida al mar). |
Tras su independencia, el país más joven del mundo se quedó con el 75% de las reservas de la totalidad del antiguo territorio de Sudán. Sin embargo, los oleoductos para exportar el petróleo y las refinerías se sitúan en el Norte -en el actual República de Sudán-. Una zona depende de la otra, pero no se lo ponen fácil. Jartum impuso unas tarifas al transporte del “oro líquido” muy superiores a lo acordado en el primer tratado de paz, un hecho que provocó el bloqueo por parte de Sudán del Sur de la extracción de crudo para exportar. El Gobierno de Juba anunció la decisión de cerrar la producción para impedir el transporte de petróleo a los mercados internacionales y la expropiación de su petróleo por parte de Sudán. El crudo es codiciado a nivel regional e internacional, hay una carrera por ver quién invierte.
Cuando Sudán del Sur se desprendió de Sudán hubo negociaciones sobre los préstamos que había pedido el país con anterioridad, unas deudas contraídas desde el anterior estado; un dinero pedido a China principalmente. Esta inversión se usó para construir infraestructuras, dinero que desafortunadamente aún se debe a China. Esa deuda sustenta el gran interés chino en la región y justifica su intervención en las diversas y frustradas negociaciones de paz.
Otra potencia interesada en este recurso estratégico es Rusia. El gobierno de Moscú viene invirtiendo en la construcción de refinerías de petróleo, incrementando significativamente la cantidad de barriles de crudo exportados desde este país africano.
Por otra parte, Uganda, Kenia, Ruanda y Tanzania, todos pertenecientes a la Comunidad de África del Este, tienen los ojos puestos en el petróleo sursudanés, están buscando una estrategia para la obtención de crudo. Sin olvidar los intereses de las grandes potencias (EE.UU y los europeos) y sus alfiles en el conflicto, las transnacionales petroleras. Sudán del Sur cumple trece años de independencia pero no hay mucho que celebrar, porque en todo este tiempo el petróleo ha sido la clave del conflicto.
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