sábado, 3 de agosto de 2024

 

45 AÑOS 

DE UN SÁTRAPA 

EN EL  PODER

Por: Javier Fernando Miranda Prieto

 

El siniestro dictador de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema cumple 45 años en el poder, más que cualquier otro mandatario no monárquico en la actualidad.

Según el Índice Anual de “Libertad en el Mundo”, elaborado por la prestigiosa fundación Freedon House, en la actualidad existen en el continente africano 22 dictaduras, países considerados “no libres”. Otras 22 naciones son "parcialmente libres", regímenes híbridos en los que conviven elementos democráticos con autoritarios, y sólo diez son democracias plenas.

De estas dictaduras africanas, destaca el decano de los tiranos del continente: Teodoro Obiang Nguema, el actual presidente de Guinea Ecuatorial, quien hace 45 años llegó al poder mediante un golpe de Estado. Este 3 de agosto, Obiang Nguema cumple 45 años ininterrumpidos en el poder, más que cualquier otro mandatario no monárquico en la actualidad. Desde un principio el control del aparato de gobierno fue total, aunque suele dotar su 'reinado' de mascaradas electorales en las que siempre vence por mayoría absoluta. Su régimen se basa en el miedo y la cleptomanía. 

Al golpe de Estado que perpetró, lo bautizó como "el golpe de la libertad". No lo dio contra un rival, sino contra su propio tío, Francisco Macías Ngema, apodado El Tigre, la persona que lo había aupado a la élite. Pero lo ejecutó sin contemplaciones. España, la metrópoli, estuvo de acuerdo. Esa ejecución del tirano trajo esperanzas de apertura y progreso a la población. De aquello ya no queda ni el recuerdo. El dictador más longevo del mundo ha basado su régimen en dos líquidos que mezclan mal: la sangre y el petróleo.

         “uno de los países más ricos en petróleo de toda África,

                   pero con tres cuartas partes de su población

                sobreviviendo con menos de dos dólares al día”

Ya como presidente, creó el primer partido político del país, el Partido Democrático de Guinea Ecuatorial, que de democrático nunca tuvo nada. La oposición con él siempre tuvo tres espacios posibles: el exilio, la cárcel o el cementerio. Su país es hoy el mismo reino del terror que heredó de su tío. En cambio a los suyos los ha colocado en los mayores puestos de responsabilidad de Guinea Ecuatorial, uno de los países más ricos en hidrocarburos de toda África, pero donde tres cuartas partes de la población sobreviven con menos de dos dólares al día.

Su hijo, Teodorín, investigado por corrupción en Francia, ha pasado por importantes cargos de gobierno: vicepresidente y ministro de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, desde donde puedo saquear los beneficios que dejaba la venta de madera. Teodoro Obiang es polígamo y tiene cinco esposas con sus respectivos hijos de cada matrimonio, a los que ha colocado también en su régimen. Por ejemplo, Gabriel Ngema Obiang, hijo de su segunda esposa, Celestina Lima, es ministro de Hidrocarburos. Así, la familia se asegura de controlar el recurso más preciado del país. Gabriel y Teodorín mantienen una lucha por ganarse la confianza de su padre como herederos únicos de su reino feudal.

El poder de este dictador se explica por las ingentes reservas de petróleo
que están depositadas en sus costas y en el zócalo continental.

Como a Obiang no le gusta la prensa libre, ningún medio de su país puede publicar alga noticia contra el gobierno. Lo que sí se publican son reportajes de color y comunicaciones propagandísticas del régimen. Los periodistas extranjeros no son bienvenidos, ni menos las organizaciones humanitarias o las defensoras de los derechos humanos.  

Teodoro Obiang Ngema, dictador de Guinea Ecuatorial, el único país africano en el que se habla español, fue antes jefe de la policía, responsable de todo el sistema carcelario y teniente coronel del ejército. Es decir, conoce y maneja todos los resortes represivos del Estado. Cada elección es una nueva mascarada de barniz democrático en la que el candidato supera el 90% de los votos. Él aprovecha para detener a disidentes, clausurar las redes sociales, cortar las líneas de móviles y prohibir la emisión de noticias de agencias extranjeras, el manual básico del sátrapa. También usa tácticas intimidantes como el llamado "voto patriótico". Es decir, el deber de enseñar la papeleta antes de votar para demostrar que no se elige a la oposición.

        “El dictador más longevo del mundo basa su régimen

       en dos líquidos que mezcla mal: la sangre y el petróleo”

El dictador ha sabido congraciarse con los más importantes 
líderes mundiales, a quienes no les ha importado, la 
dramática situación de los DD.HH en su país.

Cuesta encontrar, incluso en África, dictadores con un historial de saqueo y corrupción similar al de Teodoro Obiang. Él y su hijo Teodorín han sido investigados en Francia por el robo de 110 millones de euros de las arcas de Guinea Ecuatorial. El vástago, que lleva una vida de sultán, está condenado a tres años de prisión (aunque no pisará la cárcel) y una multa de 30 millones de euros por lavado de dinero, malversación, desvío de fondos públicos, abuso de confianza y corrupción, además de confiscarle bienes equivalentes a 100 millones de euros. Por no hablar de su suntuosa colección de deportivos Ferrari, Lamborghini o Porsche.

Ambos han intentado sacar y blanquear las enormes ganancias de sus actividades en terceros países. Hace cuatro años la policía brasileña sorprendió a Teodorín cuando trataba de introducir en el país 16 millones de dólares en billetes y joyas, incluido un reloj valorado en 3,5 millones de euros. Frank Rubby, ex embajador norteamericano en Guinea Ecuatorial, lo definió como "el gobernante más asesino y ladrón del mundo".

En África sólo hay dos maneras de mantenerte en el cargo tantos años. O no importar a nadie, como los presidentes de países como Eritrea, Chad o Yibuti, o importarle mucho a determinada gente. Teodoro Obiang, cuyo poder hunde sus raíces en enormes barriles de petróleo, es de los segundos. Es por eso, que Joe Biden, Bill Clinton, George Bush, Emmanuel Macron o a Vladimir Putin se han permitido llamarle amigo.

Pese a su pequeño tamaño, Guinea Ecuatorial posee enormes reservas de crudo explotadas sobre todo por multinacionales estadounidenses a razón de 300 mil barriles al día. Los beneficios de esta extracción alimentan las cuentas bancarias suizas de la familia Obiang Nguema, el mejor argumento para seguir atornillado al sillón.

 

 

 

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