lunes, 23 de septiembre de 2024

 

EL MAGREB,

EL SAHARA OCCIDENTAL Y

UN NUEVO ENFOQUE

Por: Javier Fernando Miranda Prieto

La estratégica región del Magreb, muy cerca de Europa y de la ruta del petróleo, está condicionada por factores como: las migraciones ilegales, el petróleo, la inestabilidad política y el descontento social.

El Magreb es la región norte del continente africano, en árabe “Al- Magrib”, significa “Poniente”, no obstante es la terminología geopolítica la que domina esta extensa región bañada por el mar Mediterráneo al Norte, el océano Atlántico al Oeste y el desierto del Sáhara al sur. Lo conforman seis países: Mauritania, Marruecos, Argelia, Libia, Túnez y el Sahara Occidental. En estos momentos, el área del Magreb está condicionada por factores como: las presiones migratorias, la seguridad energética, el descontento social y los cambiantes y persistentes re-acomodos políticos, propios de una región con un gran valor estratégico y geopolítico.

La composición de los regímenes políticos que conforman la región del Magreb, combinan dictaduras que no lo parecen con democracias que solo lo parecen: Egipto, un país dominado por un líder militar que sustenta su poder en el principal partido político: el ejército. Marruecos, una corrupta monarquía autoritaria, muy amiga de las potencias occidentales. Túnez y Argelia, naciones con gobiernos civil-militares, pero con apariencia democrática. Mauritania, un régimen islámico, con fuertes vínculos con grupos yihadistas que operan en la zona.  

       “El Magreb está condicionado por: descontento social,

               presiones  migratorias, seguridad energética

                       y por su gran valor geopolítico”

Este mapeo político del Magreb, confirma su crónica inestabilidad, favoreciendo la extensión de determinados asuntos que ponen en peligro la seguridad de esta región. En primer lugar, el tráfico de armas, de drogas y de personas. En segundo lugar, la constante y sistemática violación de los derechos humanos en los países de la zona y por último, una población mayoritariamente joven que se encuentra frustrada por una situación inestable, por la ausencia de libertad y de oportunidades, expuesta a las enseñanzas del fundamentalismo islámico que se extiende desde los países norafricanos hasta las naciones del sahel. Por tanto, el área del Magreb en la actualidad, debería convertirse en una de las prioridades no solo de organismos como las NN.UU, sino de entidades regionales próximas, como la Unión Europea UE, para lograr reconciliar los diferentes intereses económicos, políticos y de seguridad que los enfrenta.

Asimismo, el Magreb al margen de su posicionamiento geopolítico, es una de las pocas regiones en las que la descolonización, que cambió la fisonomía de África en la segunda mitad del siglo XX, no ha concluido. El Sáhara Occidental, situado en el corazón de esta región, continúa siendo la última colonia africana a la que no le han permitido aún optar por su independencia. El Sáhara Occidental, reconocido como territorio no autónomo a la espera de descolonización, está situado entre Marruecos, Argelia, Mauritania y el océano Atlántico. Sus 250.000 kilómetros cuadrados de territorio se encuentran habitados por una población autóctona de más de 200.000 habitantes. Dos tercios de su suelo se hallan bajo ocupación militar y colonizada efectivamente por Marruecos. Además, el país ocupante viola de manera sistemática los derechos humanos y las libertades fundamentales de su población y de manera terca y abusiva no acepta los principios de la ONU y de la legislación internacional.

           “El Sahara Occidental espera su descolonización

     y el reconocimiento del Frente Polisario, como su único

               representante político, diplomático y militar”

El Sahara Occidental es la última colonia en África que espera 
su independencia. Invadida por la monarquía corrupta
de Marruecos, tiene un gran valor estratégico.

Ante la larga duración de este conflicto, que está mellando los legítimos derechos soberanos del pueblo saharaui, se debe emprender un nuevo enfoque para solucionar este largo contencioso. Un nuevo enfoque que comprendería los siguientes aspectos:

1.- El Alto Representante de la UE para Política Exterior, el español Josep Borrell, debería incluir en la agenda política del organismo europeo, la asunción de un papel más activo en los países del Magreb. 2.- debería nombrarse un enviado especial para la región, con un mandato para la descolonización del Sáhara Occidental. 3.- la UE debería exigir un mandato para que la Minurso (Misión de la ONU para la organización de un referéndum de autodeterminación para el Sáhara Occidental) asuma el control sobre la situación de los derechos humanos en la zona. 4.- las NN.UU deberían mantener la ayuda humanitaria para el pueblo saharaui, evitando una crisis en los próximos meses. 5.- el Parlamento Europeo y su delegación para las relaciones con los países del Magreb, deberían incluir en su agenda la cuestión de la descolonización del Sáhara Occidental y permitir al Frente Polisario –único representante del pueblo saharaui reconocido por la ONU– que haga oír su voz en sus debates.

Este enfoque podría servir de base para un acuerdo más global, que incluiría a las NN.UU, ya que por su valor geopolítico y su proximidad geográfica a la Unión Europea, el Magreb, deberá cumplir un papel más protagónico en el mundo en los siguientes años, pero dentro de un nuevo enfoque participativo, respetuoso de los derechos de su población, respetuoso de sus recursos naturales y principalmente democrático.













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