NIGERIA: LA PARADOJA DE LA ABUNDANCIA PETROLERA
Por: Javier Fernando Miranda Prieto
El pasado mes de
setiembre, un Tribunal de la ciudad de Ámsterdam en Holanda, encontró culpable
a la multinacional anglo-holandesa Shell de la contaminación del delta del rio Níger en la República de Nigeria. Una verdadera victoria para la causa de la
protección del medio ambiente y para los agricultores nigerianos, aunque el Tribunal
declarara culpable a la Compañía sólo por uno de los derrames ocasionados en la
comunidad de Ikot Ada Udo. Aun así, esta sentencia abre las puertas a
posteriores juicios, que permitan pedir responsabilidades a las grandes
empresas por los graves impactos ocasionados en otros países y acabar con la
impunidad de las mismas.
Según la Fundación
inglesa Oxfam-África, institución que ha seguido el desarrollo del juicio, los
demandantes solicitaban a su vez un mantenimiento adecuado y periódico de los
oleoductos de Shell, ya que el deterioro de éstos y la insuficiencia en su gestión
han sido las principales causas de los vertidos. Los derrames de petróleo son
constantes en la zona y constituyen una de las principales causas del desastre
ecológico de la región.
La región del delta del Níger, ubicada al sur de Nigeria. Una zona rica en recursos petrolíferos, en donde opera la empresa Shell. |
El informe de
Oxfam-África señala, que el resultado de esta actuación irresponsable es catastrófico:
el agua, tanto de la superficie como subterránea, contaminada; aumento de los
casos de cáncer y de niños nacidos con malformaciones, destrucción de recursos
pesqueros, con la subsiguiente contaminación de las aguas de los ríos y de los
campos de cultivo. En definitiva, ante tanto destrozo ecológico, la población
se ve obligada a la migración.
El gobierno nigeriano,
ante todo esto, no se da por enterado. Parece que desea que las cosas sigan
como están. No en balde, los ingresos procedentes de la extracción de petróleo
constituyen más del 98% de lo que recibe Nigeria por divisas. Además, en la
actualidad el desarrollo de su sector gasífero es imparable y ha convertido al país
en un referente internacional como productor de este recurso. No hay que
olvidar, que tanto Nigeria, como Angola, son los dos principales productores de
crudo en el continente africano y que además, tanto Nigeria como Sudáfrica, son
las mayores potencias económicas del África. Pero estos títulos, no están a la
par, con los mecanismos de control y supervisión que debería tener el Estado
nigeriano para monitorear adecuadamente su industria petrolera.
Así quedan los campos de cultivo en las zonas próximas a los pozos petroleros en el delta del Níger, por el deficiente mantenimiento a la red de oleoductos. |
A pesar, de la producción
petrolera de esta rica región, los jóvenes de esta zona, para poder sobrevivir,
se aprovechan del mal estado de los oleoductos para refinar informal e
ilegalmente el petróleo, un petróleo que les pertenece, jugándose literalmente
la vida, mientras que otros, en Nigeria y en el extranjero, obtienen abundantes
ganancias y beneficios económicos.
“El petróleo de la
zona representa el 50% del PBI
de Nigeria, mientras el 75% de la población de esta
región vive por
debajo de la línea de la pobreza”
Los jóvenes trabajadores
sustraen el crudo del enrevesado sistema de oleoductos del delta del Níger; en
los últimos meses han surgido cientos de estas mini refinerías, mientras que la
policía y los militares, se hacen de la vista gorda. Las autoridades saben que
esta zona está poblada de pobres y se aprovechan de ellos, quienes deben de
pagar a la policía para evitar las detenciones.
El petróleo se escapa
por las fugas de las tuberías, día y noche, aquí los estándares internacionales
son irrelevantes. La corrupción y la ignorancia han causado un daño ambiental sin
precedentes en el delta del Níger. La sancionada empresa Shell extrajo petróleo
durante décadas en esta zona, muchos culpan a la petrolera de no haber actuado
oportunamente ante las fugas.
La justicia holandesa, condenó a la petrolera Shell de Nigeria, el mes de setiembre, de responasabilidad por los vertidos de petróleo en el delta del Níger. |
Muy cerca de esta zona,
los expertos ambientalista de Oxfam, han detectado que la industria petrolera
emite gases tóxicos, aunque la quema está prohibida desde hace treinta años,
liberan así 250 tipos de sustancias toxicas que pueden causar: cáncer, asma,
bronquitis crónica y mutaciones en la sangre. El gas emitido podría reutilizarse
para reducir su impacto ambiental, pero para ello debería invertirse en nuevas tecnologías.
La quema a cielo abierto es más barata, pero afecta gravemente al clima y a la
salud de los habitantes.
Mientras tanto la
empresa Shell obtuvo el año pasado, ganancias de más 31,000 millones de dólares,
mientras que la gente sigue manifestándose contra la compañia petrolera para
que se rehabilite la zona, pero para ello se necesita, según Oxfam-África,
varios miles de millones de euros.
“La quema
a cielo abierto es más barata,
pero afecta
gravemente al clima y a la salud
de los habitantes”
Debería llegar un día
en que, tanto las autoridades locales, como las empresas multinacionales petroleras
y sus gobiernos de origen, se den cuenta de que “despojar continuamente a los pueblos de sus recursos naturales sin
darles nada a cambio, es someterlos a la esclavitud. Y despojar de sus tierras
a quienes dependen únicamente de ellas para sobrevivir y rechazar pagar por ello
una compensación, es como condenarlos al genocidio”.
Estas palabras fueron
dichas por el activista y ambientalista nigeriano Ken Saro-Wiwa ejecutado en el
año 1995 por la dictadura del general Sani Abacha, que gobernaba entonces
Nigeria, tras las protestas de los campesinos, precisamente de la región del
delta del Níger, contra el desastre ecológico causado por la compañía petrolera
Shell. Pareciera que luego de diecisiete años, la muerte del activista
nigeriano, no fue en vano para la causa ambientalista, ya que el tribunal de Ámsterdam
con su fallo, terminó dándole la razón.
Será difícil que la
realidad supere la ficción, pero esperemos que algún día en África los derechos
humanos sean respetados plenamente y en especial los derechos ambientales, los
derechos que tienen todos los pueblos a respirar un aire puro y convivir en un
medio sano y libre de contaminación.
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