QUIEREN ESTAR POR ENCIMA DE LA LEY
Por: Javier Fernando
Miranda Prieto
El impresionante y
moderno edificio, construido con financiamiento chino, que alberga la sede
central de la Unión Africana -UA- en la ciudad de Addis Abeba, capital de
Etiopía, fue el escenario de la Cumbre Extraordinaria de jefes de Estado y de
gobierno de este organismo supranacional, que se reunió de emergencia el pasado
fin de semana, el 11 y 12 de octubre, convocados a solicitud de los presidentes
de las Repúblicas de Sudán y Kenia.
Por la urgencia de la
invitación y lo reservado de la agenda, parecía que se iban a tratar en esta
asamblea, los apremiantes temas de la actual agenda política y social que
agobian a los países africanos como: la pobreza que sufren millones de
africanos en muchos países del continente; la crisis humanitaria que se vive en
Sudán del Sur; la situación política y militar que sufren la República
Democrática del Congo y Somalia, que han provocado miles de muertos, heridos y
millones de desplazados; o dada la urgencia de esta sesión de la UA, podría
tratarse de la reciente tragedia de la barcaza llena de cientos de somalíes
y eritreos que murieron frente a la isla de Lampedusa.
El impresionante edificio de la UA en Etiopía, fue escenario de la asamblea extraordinaria que tuvo como único tema de agenda: "salvarles el pellejo" a los presidentes de Kenia y Sudán. |
Pero no, ninguno de
estos temas apremiantes y realmente urgentes, estuvieron en la agenda
extraordinaria, de la Cumbre de la UA. El único tema en agenda de esta sesión fue tratar de lograr, de
cualquier forma, "salvarles el pellejo" a los presidentes de Kenia y Sudán por
las gravísimas acusaciones de genocidio y violaciones a los derechos humanos
cometidos contra sus pueblos, crímenes que pesan sobre ellos y que se están
investigado y juzgando en la Corte Penal Internacional -CPI- en la ciudad
holandesa de La Haya.
Y cuando digo: “lograr,
de cualquier forma”, me refiero literalmente, a que los jefes de Estado de
algunos países africanos, plantearon denunciar el Estatuto de Roma -instrumento
jurídico que crea la CPI- y retirar de facto, a los países africanos de esta
única instancia internacional encargada de juzgar crímenes contra la humanidad.
Si no hubiese primado, en la mayoría de los Estados africanos, la ética y la
moral política y sobre todo el respeto a la vida y a los derechos humanos del
pueblo del África, en solo dos días, algunos líderes africanos habrían podido
deshacerse de una institución clave para el ordenamiento jurídico internacional,
provocando que el mundo se hubiera convertido en un lugar más peligroso.
“Retirarse de la Corte Penal Internacional,
hubiera supuesto traicionar los
principios básicos
que rigen la Unión
Africana”
La Corte Penal
Internacional, es el primer y único tribunal global capaz de investigar, juzgar
y condenar a criminales que hayan cometido delitos de lesa humanidad. Pero los
presidentes Omar Hassan Al Bachir de Sudán y Uhuru Kenyatta de Kenia,
responsables de sembrar el terror en sus respectivos países, trataron de
arrastrar a todo el continente africano fuera de la Corte, lo que les daría
libertad a ellos y a otros dictadores, para matar, violar e incentivar al odio
sin mayores consecuencias.
Pero lamentablemente,
este peligro no se ha superado, si bien es cierto los países de la UA han
abandonado la vergonzosa idea de retirarse de la CPI, en la asamblea de Addis
Abeba han adoptado finalmente, una resolución defendiendo la impunidad de los
gobernantes africanos mientras cumplan sus mandatos presidenciales frente a
cualquier tribunal internacional. Se solicitará al Consejo de Seguridad de la
ONU, a través de un grupo de contacto, para que se aplacen los juicios durante
un año, posibilidad prevista en el artículo 16 del Estatuto de la CPI y que
puede ser revocada por el Consejo de Seguridad en virtud del capítulo VII de la
Carta de las Naciones Unidas.
Los casos de los
presidentes de Sudán y Kenia, serian los primeros, en que un presidente en
funciones es sometido a un juicio internacional ante la Corte. El Consejo de
Seguridad será emplazado, por tanto, a decidir si en aras del mantenimiento de
la paz y la reconciliación debe suspender los procedimientos en los casos de
los presidentes Al Bachir y Kenyatta garantizando provisionalmente, la
impunidad a gobernantes en funciones, frente a la actuación de la CPI. Lo cual
podría ser revertido, si en el Consejo de Seguridad de la ONU, primara la razón
y la cordura en las decisiones que adoptan, pero como sabemos, en este
organismo decisorio de la ONU, las cinco potencias mundiales (EE.UU, Rusia,
Inglaterra, Francia y China) gozan del anacrónico y antidemocrático derecho a
veto.
El presidente keniano Uhuru Kenyatta |
Recordemos que en el
caso del presidente keniano Uhuru Kenyatta, la CPI lo acusa de organizar y
azuzar la ola de violencia tribal y étnica que siguió a los comicios presidenciales
del 2007 y que acabó con la vida de más de 1,300 personas y generó cerca de
500,000 desplazados de sus hogares, en un terrible episodio de violencia
política y odio tribal.
No menos dramática y
violenta fue la guerra civil, que el presidente Omar Hassan Al Bachir
emprendiera en el 2003, contra la población de Darfur, provincia occidental de
Sudán y rica en recursos energéticos; poblada por una minoría negra africana,
dentro de una población del país mayoritariamente de origen árabe. En el 2008 el fiscal de la CPI, presenta
cargos contra el presidente Al Bachir, por crímenes de guerra, genocidio y de
lesa humanidad, ordenando su captura internacional. Según cifras de las
Naciones Unidas, más de 300,000 personas han muerto en Darfur, en los seis años
de violencia y al menos 2,7 millones personas han sido forzadas a abandonar
sus hogares, viviendo, hasta la actualidad, en inhumanos campos de refugiados.
Como vemos, estos dos
casos que involucran a las máximas autoridades políticas de estos dos países,
en gravísimos delitos contra los derechos humanos de su población, no pueden
quedar impunes. Las organizaciones internacionales que luchan a favor de los
derechos elementales de las personas, deben de batallar hasta el final, contra
los que quieren estar por encima de la ley.
“por qué no se dedicó,
la cumbre extraordinaria
de la UA, a discutir temas mucho más
esenciales para los millones de africanos”
En una entrada anterior (Kenia: Un Presidente Bajo Sospecha) reconocía las graves limitaciones y presiones que tenia la CPI en su ejecutoria, principalmente por los intereses políticos, económicos y geopolíticos de las grandes potencias. Asimismo, advertía que la mayor parte de los casos judiciales abiertos ante la CPI, provenían del continente africano. Lo cual es estrictamente cierto, basta hacer un breve resumen de las principales causas que ha visto la Corte hasta ahora, para comprobarlo.
No olvidemos que la
primera sentencia dictada por este tribunal fue la condena del señor de la guerra
congolés Thomas Lubanga y la segunda también tuvo que ver con ese país, en la
persona de Germain Katanga. En la actualidad,
la CPI tiene abierta ocho casos y todos ellos tienen que ver con países
africanos: Uganda (Joseph Kony), República Democrática del Congo (cinco casos),
Darfur en Sudán, República Centroafricana, Libia, Costa de Marfil y Malí. Y de
los siete casos que se encuentran en la fase de investigación, dos tienen que
ver con Guinea y Nigeria. Es por ello que en el artículo anterior, mencionaba
que la CPI era usada como un apéndice más del neocolonialismo que subyuga al
continente africano.
Omar Hassan Al Bachir presidente de Sudán tiene orden de captura, por los delitos de genocidio y crímenes de lesa humanidad contra la población de la provincia de Darfur. |
Con el agravante, que
pese a existir en otras partes del mundo, casos comprobados y denuncias
documentadas de la ejecución de crímenes de lesa humanidad, las únicas ordenes
de arrestos emitidas e investigaciones y procedimientos judiciales en curso, se
centran solo en los países del África subsahariana. Esto en parte podría explicarse,
porque en la actualidad el continente africano, no tiene un peso político
gravitante en el mundo.
Pero de ahí, ha
retirarse de la Corte Penal Internacional, hubiera supuesto traicionar los
principios básicos que rigen la Unión Africana, que se basan en la lucha por la
justicia y contra la impunidad en el continente. Y eso es lo que han defendido
algunos líderes morales del continente como el ex Secretario General de las
Naciones Unidas, el ghanés Kofi Annan o el arzobispo sudafricano Desmon Tutu. También,
un grupo de 130 organizaciones procedentes de todas partes del mundo, lideradas
por Human Right Watch, enviaron una carta a los líderes africanos pidiendo que no
se retirasen de la CPI.
Es verdad que la Corte
Penal Internacional puede ser sujeto de muchas críticas, por sus limitaciones y
condicionalidades que le ponen algunos países, pero definitivamente no es una
excusa para abandonarla.
Al final, se ha impuesto
la cordura y la cumbre de la UA felizmente, no ha aprobado la propuesta de
retirarse en bloque de la CPI, solo ha pedido que no se juzgue a los políticos que
detentan un cargo. Obviamente, que es un pedido con nombres propios. Pero el
solo hecho de plantearse el abandonar este organismo, ha puesto en duda la capacidad de liderazgo en el continente.
Habría que preguntarles
a los líderes africanos que estuvieron cómodamente instalados en el majestuoso
edificio de la UA, por qué no se dedicó la famosa cumbre extraordinaria, a
discutir temas muchos más esenciales para los millones de personas que viven en
el continente, en vez de gastar el tiempo en ver cómo defender a un puñado de
las personas más poderosas de África.
Uno de los campos de refugiados de las víctimas de la guerra civil en Darfur, conflicto que dejó 300,000 muertos y 2,7 millones de desplazados. |
Si no lo recuerdan, en
la actualidad hay bastantes temas que necesitan mucha atención de los líderes
del África, como puede ser el de la pobreza que sufren millones de africanos en
todo el continente y que mata a miles de niños y niñas por falta de acceso a servicios primarios como: el agua potable, alimentos básicos y cuidados médicos.
También, deberían de
haber puesto en las agendas de sus asambleas extraordinarias, los motivos por
los cuales los africanos huyen de sus países temerariamente, usando precarias
barcazas arriesgando sus vidas, huyendo de los conflictos armados, la represión
y la pobreza. Para ninguno de estos temas se convoca a una cumbre
extraordinaria de la Unión Africana, pero sí para ver cómo otorgar impunidad
contra el genocidio, los crímenes de guerra y los delitos contra la humanidad a
los políticos del continente.
Solo por ese hecho cabe
sospechar que ahora mismo existe una falta de verdadero liderazgo en el
continente, los políticos piensan más en sí mismos, en mantener sus
privilegios, en enriquecerse, en querer estar por encima de la ley, que en el
bien común y las necesidades de sus ciudadanos.
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