viernes, 18 de octubre de 2024


R.D DEL CONGO:

ENTRE EL CONFLICTO ARMADO Y EL PERIODISMO

Por: Javier Fernando Miranda Prieto 

Cada fotografía del artista congoleño Moses Sawasawa, trasluce un humanismo innato que es difícil
de conseguir al mostrar las imágenes que genera todo conflicto armado, pero el fotógrafo
africano lo logra con gran maestría. 

África es una de las regiones del mundo más afectadas por la crisis de refugiados, albergando a más del 26 % de la población de desplazados del mundo, según el último informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados ACNUR. A esto hay que sumar los refugiados internos, los que se mueven a otras regiones de su mismo país huyendo de la persecución, la violencia y el cambio climático. En el caso de RD del Congo, han abandonado sus hogares más de 6,9 millones de personas, producto del actual conflicto armado. Según ACNUR, hay más de 620 mil refugiados de RDC en más de 11 países africanos. 

La República Democrática de Congo RDC, es uno de los países más extensos del continente africano pero, sin embargo, no ocupa el espacio que debería en la agenda internacional. Es también uno de las naciones más empobrecidas del mundo. Para los ciudadanos de a pie es conocido por ser el país del coltán, debido a que posee el 80 % de las reservas mundiales de este mineral, que interesa a nivel global por su importancia para el desarrollo tecnológico de la industria de las comunicaciones. Cada uno de nosotros en su tableta o su teléfono móvil lleva un trocito de la RDC, un trocito del sufrimiento que ha supuesto para esta nación ser tan rica en esta y otras materias primas.

Más del 26% de desplazados en el mundo se ubican en África. 
En la RDC han abandonado sus hogares 6,9 millones
de personas, de ellas, 620 mil están refugiadas
en 11 naciones africanas.

Pero además, la RDC también es conocida por las secuelas de la que se conoció como la Guerra Mundial Africana (1996-2003). Conflicto armado que dejó una violencia continua, rivalidades territoriales con países vecinos (Ruanda y Uganda), incursiones de ejércitos irregulares, masacres contra la población civil y la más mediática de estas secuelas: las violaciones sexuales a mujeres y niñas. A la RDC se la ha llegado a denominar la capital mundial de las violaciones.

          “Rivalidades territoriales con Ruanda y Uganda,

         incursión de ejércitos irregulares, masacres contra 

     población civil y violaciones a mujeres y niñas, es lo que

           está generado el conflicto armado en el Congo”

Muchos consideran a la RD del Congo, como un “escándalo geográfico” en el que todo el tiempo se descubren riquezas naturales. Unas riquezas, que por décadas, los congoleños no se han beneficiado. Un país donde todas las elecciones son fraudulentas, donde no se respetan los más mínimos derechos de los congoleños. Donde la libertad de prensa e información está vedada para la población y en donde el periodismo se ha convertido en una profesión de alto riesgo.

De esta constante situación de peligro, que deben enfrentar los periodistas por encontrar la verdad de los acontecimientos y darlos a conocer, sabe mucho el reconocido y galardonado foto-periodista congoleño Moses Sawasawa. Como lo señala el mismo cronista gráfico: “mi labor desde el mismo lugar de los hechos, es tratar de poner al Congo en el radar de la prensa internacional”. Cada fotografía de Sawasawa, paradójicamente, trasluce un humanismo innato, que es difícil de conseguir al mostrar las brutales imágenes que genera todo conflicto armado, pero que el lente del periodista congoleño logra capturar con gran maestría.

En la RDC existe un archipiélago de organizaciones armadas
ubicadas en la región este del país. Estas milicias se han ido
transformándose, disolviéndose y multiplicándose.

Su valioso trabajo fotográfico lo ha expuesto en diversas muestras individuales, siendo colaborador de diferentes medios internacionales y agencias de noticias. Como lo menciona el periodista gráfico, el conflicto congoleño se ha convertido en una auténtica guerra sin fin, que se ha agudizado en el último año, al haber surgido un archipiélago de milicias armadas en el este congoleño. Las milicias se han ido transformándose, disolviéndose y multiplicándose. Por cada grupo armado, surge otro para combatirlo y otro más para oponerse al primero. Son una amalgama de guerrillas que, sin causar demasiado ruido mediático y ligadas estrechamente a la extracción y comercio de recursos naturales o al simple saqueo, continúan matando. 

      “Un país donde no se respeta los más mínimos derechos

         de los congoleños, donde no existe libertad de prensa

                   e información y en donde el periodismo 

                           es una profesión de alto riesgo”

La atomización del conflicto es tan grande que dificulta cualquier aproximación de las partes para poder negociar una posible salida pacífica. Pero la solución definitiva para esta guerra sin fin, que se vive en la RDC, no solo tiene que ver con estrategias militares, con planes ofensivos o con la conformación de comandos unificados; la paz para el Congo debe pasar principalmente por un dialogo político con Ruanda, el expansionista y agresivo vecino del Congo; por una autentica salida política al problema de los refugiados hutus; por el retiro definitivo y sin condiciones de todos los grupos armados provenientes de Ruanda y Uganda; pero sobre todo, por una verdadera transformación del Estado congoleño.

Una autentica transformación en que la población congoleña tome parte en las decisiones políticas sobre la distribución y acceso a sus recursos naturales, y en las decisiones que involucren el pleno respeto a sus derechos de participación política y libertades democráticas, sin olvidar la plena vigencia del derecho a la información y el respeto al periodismo. 

Las imágenes de Sawasawa, que ilustran esta nota, son parte de un dossier fotográfico que ha recibido varios premios internacionales, por su impecable labor de difundir, con el mayor rigor periodístico, la lacerante situación de violencia que padece, desde hace décadas, su entrañable país.









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