RUANDA:
¿ALGÚN DÍA
SE HARÁ JUSTICIA?
Por: Javier Fernando Miranda Prieto
Este 2024 se cumplieron 30 años del llamado “genocidio de Ruanda”, perpetrado en abril de 1,994, en donde casi un millón de ruandeses de las etnias tutsis y hutus fueron masacrados por sus propios conciudadanos. Luego de tres décadas, el Tribunal Penal Internacional para Ruanda -TPIR- desde su sede en Arusha Tanzania, el pasado 1 de octubre condenó a cadena perpetua a los altos dirigentes del Movimiento Republicano Nacional para la Democracia y el Desarrollo (MRND) partido del ex presidente ruandés Juvenal Habyarimana, quien fue asesinado el 6 de abril de 1994, hecho que sirvió de pretexto para el inicio del genocidio.
Matthieu Ngirumpatse y Edouard Karemera, ex miembros de la alta jerarquía política hutu, permanecen bajo custodia del TPIR mientras se decide donde serán encarcelados de por vida. Pero en honor a la verdad estas condenas solo están sancionando al llamado “genocidio oficial”, aquella matanza conducida por la mayoría hutus en contra de los tutsis, el genocidio que solo reconoce la historia. Porque de las brutales represalias tutsis contra los hutus, de ese genocidio solo hay silencio.
Los jefes militares tutsis del Frente Patriótico Ruandés -FPR- cuando pasaron a ser el gobierno oficial de Ruanda empezaron a perseguir y asesinar a los refugiados hutus que habían huido en estampida de las ciudades para refugiarse en la antigua Zaire. Desde ese momento empezó el genocidio hutu, el no reconocido por la historia oficial, ¿Por qué? Porque simplemente estas acciones estuvieron apoyadas militar y diplomáticamente por las grandes potencias.
“Los
militares tutsis luego de formar gobierno,
empezaron a perseguir y asesinar a los refugiados hutus
que habían huido en
estampida de las ciudades
para refugiarse
en la antigua Zaire”
Asimismo, las empresas transnacionales mineras, que tenían y tienen muchos intereses económicos en la zona de los Grandes Lagos (el este de la RDC, Burundi, Ruanda y Uganda) necesitaban estabilizar esta estratégica región y el FPR, el partido de los tutsis, le era muy funcional para sus intereses. Por eso los autores y ejecutores del "otro genocidio de Ruanda", el que tuvo como ejecutor principal al actual presidente ruandés Paul Kagame, aliado incondicional y cómplice de los Estados Unidos en la región, nunca serán juzgados en los Tribunales de Arusha.
Ruanda forma parte de la estratégica región de los "Grandes Lagos" al lado de Uganda, Burundi y la zona este de la RDC, lugar con ingentes recursos minerales. |
Nunca se sabrá con detalle la forma en que fueron exterminados la población hutu. La minoría tutsi, provista de un paraguas protector acondicionado por las potencias occidentales, empezaron su venganza atacando con armamento pesado a los diferentes campos de refugiados hutus, los cuales estaban hacinados de niños, mujeres, ancianos y enfermos. Los escuadrones de la muerte, organizados por Kagame, asesinaron selectivamente a determinadas personas hutus: políticos, académicos, periodistas, abogados, sacerdotes, empresarios. La “crema innata” de la sociedad civil hutu fue aniquilada en pocos días, como si quisieran borrar todo vestigio del pensamiento y la cultura hutu.
“El gobierno ruandés ha desplegado inmensos recursos
humanos y económicos con el
objetivo de manipular
e imponer una historia
oficial que oculte
el brutal genocidio perpetrado contra la población hutu”
Hay que recordar, que el triunfo de los tutsis y del FPR en Ruanda, catapultó a Paul Kagame como una figura prominente en la región, quien logró estabilizar económica y políticamente su país a costa de sus inocultables ambiciones autoritarias y expansionistas. Kagame quiso poner punto final al genocidio sufrido en su país, reescribiendo la historia desde la perspectiva del vencedor, desde la visión y los intereses de los tutsis, imponiendo a su pueblo un régimen represivo y autoritario a cambio de estabilidad política y económica.
El gobierno ruandés durante estos años, ha asesinado a una larga lista de opositores, periodistas y activistas, desplegando inmensos recursos humanos y económicos con el objetivo de manipular e imponer una historia oficial que oculte e invisibilize el brutal genocidio perpetrado contra la población hutu, tratando así de ocultar sus propios crímenes.
“La diferencia
con el conflicto en Yugoslavia,
fue que los afectados eran europeos
“blancos”,
mientras los ruandeses tutsis o hutus
eran
tan solo africanos “negros”
Pero
para quienes piensen que la historia no se repetirá, recordemos que mientras el
genocidio de Ruanda se llevaba a cabo, en Europa sucedía la guerra de
Yugoeslavia. ¿Cuál era la diferencia? Para frenar el expansionismo serbio y las matanzas
contra sus vecinos, la OTAN empleó durante diez semanas mil aeronaves, lanzó
miles de misiles de crucero desde el Adriático y los aviones occidentales
llevaron a cabo 38 mil misiones de combate para frenar las ambiciones
territoriales del presidente serbio y salvar la vida de croatas, bosnios y
albano kosovares. Quizás la diferencia con Ruanda, es que en el caso de
Yugoslavia, los afectados eran europeos “blancos”, mientras los ruandeses
tutsis o hutus eran tan solo africanos “negros”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario