lunes, 6 de julio de 2015

IDRISS  DÉBY:
EL  NAPOLEÓN  AFRICANO
Por: Javier  Fernando  Miranda  Prieto

La prensa adicta al gobierno del presidente chadiano Idriss Déby, no tiene ningún empacho en calificar a su
mandatario como el "napoleónico" gendarme africano.

La prensa chadiana, muy propensa a exaltar las cualidades de estadista de su presidente, en estos días no pierde oportunidad en enaltecer las dotes de gran estratega militar del mandatario Idriss Déby, a propósito de la última ofensiva armada del Ejército Nacional de Chad, contra las bases militares de las huestes terroristas nigerianas de Boko Haram, instaladas tanto en el territorio de su vecina Camerún, como en el propio suelo nigeriano.

Ni los brutales ataques terroristas, que asolaron a la misma capital chadiana, no han menguado el prestigio, ni la gran reputación de su líder máximo. “El Chad no se había comprometido en la lucha contra Boko Haram esperando escapar sin daño. Sabíamos desde el principio que había un precio que pagar. La guerra contra Boko Haram no ha terminado. Pero sabemos que vamos a ganar. Contamos para ello con un gran ejército, el más poderoso de la región y con un gran general, estratega y invencible, el napoleónico Idriss Déby”, parte del insólito editorial del diario chadiano “Le Vespéral” publicado el pasado 16 de junio.

A pesar de lo que escriba la genuflexa prensa chadiana, Idriss Déby no es un Napoleón africano, aunque muchos de sus seguidores lo consideren así. El mandatario del Chad, es simplemente un caudillo muy hábil, que durante un cuarto de siglo, ha sabido esquivar a sus enemigos, evitando los golpes bajos y logrando salir bien parado de situaciones críticas, siempre con la ayuda de Francia, su antigua aliada y cómplice. Logrando sobrevivir en una región africana particularmente inestable. En el antiguo “imperio colonial francés”, donde muchos jefes de Estado están sentados en asientos eyectables, él es un ejemplo de estabilidad.

Un joven Idriss Déby en los años ochenta, como jefe rebelde
de las guerrillas del Ejército del Norte.
Pero esta longevidad política no es una casualidad. Es el fruto de una inteligencia táctica, que sus adversarios la califican de maquiavélica. Combinada con una total falta de escrúpulos, que lo llevado a eliminar físicamente a sus opositores y aterrorizar a sus adversarios, lo que le ha ganado el calificativo de tirano y acusaciones reiteradas de crímenes contra la humanidad. Pero, como el buen Idriss es reelegido en elecciones pluralistas, aunque amañadas y fraudulentas, permanece como un fiel demócrata y un aliado incondicional de su antigua metrópoli y en recompensa, Francia le ha otorgado durante todo este tiempo, una confianza casi ilimitada.

Aunque Idriss Déby empezó su vida pública como un militar disciplinado, sin saberlo o quizás sin quererlo, jugó como una pieza de recambio a favor de los intereses de franceses, luego que el otrora poderoso Hisséne Habré, se desmarcara demasiado de los parámetros impuestos desde Paris. En 1,990 las tropas de Déby se enfrentaron con el ejército del ex-dictador Habré, hasta que el 2 de diciembre ocuparon la capital del país, la ciudad de Yemena, haciéndose del gobierno y nombrando a Déby nuevo presidente. Idriss Déby es un hombre con suerte, ha visto caer al más profundo abismo, tanto a su antiguo compañero de aventuras Hisséne Habré, como a su aliado y socio africano Moamar Gadafi, en ambos casos por la ingrata e inapelable y muy temida decisión de Francia.

         “Déby ha logrado sobrevivir en una región africana
            muy inestable. En donde muchos jefes de Estado
                    están sentados en asientos eyectables,
                        él es un ejemplo de estabilidad”

Pero el presidente de Chad, no parece que vaya conocer un destino tan funesto. Todo parece indicar que goza de una posición más ascendente ante la política francesa. Especialmente, gracias a la renta del petróleo que ha empezado a ser explotada desde hace unos diez años y gracias a un aguerrido ejército, el más profesional, mejor entrenado y con mayor equipamiento en toda el África francófona. Profesionalismo y eficiencia ganada durante los largos años que tuvo que lidiar, con los más diversos grupos rebeldes, de todo signo: ideológico, tribal o confesional y teniendo como escenario de estos conflictos, los inhóspitos y temerarios desiertos chadianos.

El ejército chadiano es el más profesional, mejor entrenado y con mayor
equipamiento militar de toda el África francófona. 
La eficacia militar de los ejércitos de Déby, también le han prestado asistencia a los militares franceses en su lucha contra el terrorismo en el norte de Malí, asimismo, ha desempeñado temporalmente el papel de Cascos Azules en la República Centroafricana RCA, después que Déby sembrara de muerte y desorden, al armar y financiar a las milicias de Seleka, y ahora prestando sus servicios al norte de Camerún, contra la ofensiva de Boko Haram. Es decir, todo el aparato militar, del mejor ejercito de la región, al servicio de los intereses geopolíticos de Francia. Con esta ejecutoria, es más que seguro, que Idriss Déby, tenga asegurado un lugar privilegiado en el Parnaso francés erigido para los tiranos consentidos. 

Pero volviendo a lo que la prensa chadiana está elogiando con tanta elocuencia durante estos días, es decir, a la ofensiva militar del Chad contra el terrorismo yihadista; habría que preguntarse: ¿Qué mosca le ha picado a Déby para que ahora ataque a Boko Haram, un movimiento terrorista al que abrigó no hace mucho tiempo? ¿Está quizás tocado por la gracia de la lucha contra el terrorismo? ¿Actúa solo por cuenta de Francia o tienen un juego propio en la región? Lo cierto, es que desde el mes de abril de este año, sus ejércitos han llegado al norte de Camerún con cientos de hombre y de vehículos militares, para hacer de policías, en un país totalmente incapaz de defenderse por sí mismo. Camerún gobernado por Paul Biya desde hace 33 años, dispone sin embargo de un ejército de cuarenta mil hombres. Pero son militares insuficientemente capacitados y escasamente equipados, en razón: de la endémica corrupción de los generales cameruneses, que desvían buena parte de los presupuestos militares, y sobre todo de la desconfianza de Biya hacia los hombres vestidos de uniforme, lo que ha permitido, hasta ahora, evitar ser derrocado por un golpe de Estado.

Camerún, el otro aliado de occidente tiene un aparato militar de pacotilla, en comparación con la del Chad, dotado de aviones Shukhois de fabricación rusa, helicópteros de combate Mi24 y Mi17 y desde hace algunos meses de los caza bombarderos Mig29, contando también con una unidad anti-terrorista formada y adiestrada por militares norteamericanos desde el año 2,004.

     “Para atajar la amenaza yihadista, el gobierno chadiano
        acaba de ejecutar un gigantesco operativo de capturas
           deteniendo en Yamena, a miles de sospechosos de                                       tener simpatías con Boko Haram”

Ahora, al desplegar tal fuerza ofensiva contra Boko Haram, Déby sabía que corría el riesgo de ser atacado en su propio suelo por esta organización yihadista, quien disponía de una base de retaguardia en Níger y venía llevando a cabo acciones armadas en Camerún, con el objetivo de implantarse también, en la vecina República Centroafricana RCA.  Para atajar está continua amenaza, el gobierno chadiano acaba de ejecutar un gigantesco operativo de capturas y redadas, deteniendo en la ciudad de Yamena, a más de mil sospechosos de tener simpatías yihadistas.

Pero como se vio en Nigeria, la respuesta exclusivamente militar a la barbarie de los barbudos, no conlleva a la reducción de sus acciones, ni a la mengua de su expansionismo en la zona. En un país completamente corrupto, como la Nigeria que dejó el presidente Jonathan, las poblaciones del Norte, que se sienten abandonadas del poder de Lagos, continúan aportando un apoyo pasivo a los islamistas nigerianos, con la complicidad de las elites y los políticos locales, disgustados por su condición de eternos marginados. El nuevo gobierno del presidente Buhari, debe saber que sin medidas políticas y sociales destinadas a reducir su influencia, el yihadismo en Nigeria no va ser derrotado de manera duradera.

Confiado en su buena estrella, que le ha permitido librarse sin daño, de la aventura contra los islamistas malienses, Idriss Déby no hace consideraciones, ni cálculos políticos. Al mandar a sus tropas contra Boko Haram, como buen estratega militar, Déby espera matar dos pájaros de un tiro. 1.- Proteger los intereses económicos de su propio país, totalmente encerrado geográfica y económicamente. El Chad no dispone de otra salida que Camerún para asegurar su abastecimiento, mediante una línea de ferrocarril y para sacar su petróleo, a través de un oleoducto de un millar de kilómetros. Dos cordones umbilicales amenazados por la presencia de Boko Haram. 2.- Fortalecer su estatus de gobernante ineludible y confiable ante los ojos de occidente y en especial de Francia, para seguir siendo, no solo el napoleónico gendarme africano, sino el tirano consentido que tanto necesita occidente en África.







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