RASD: 1976 - 2025
LA TERCA APUESTA POR UN SÁHARA LIBRE
Por: Javier Fernando Miranda Prieto
Hoy se celebra 49 años de la proclamación de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), por parte del único y legítimo representante, el Frente Polisario, coincidiendo con el abandono aquel día de las tropas españolas de su provincia 53 cedida de forma ilegal a Marruecos y Mauritania. Pero al margen de efemérides, en la actualidad, ¿hay realmente algo que celebrar?
Al
día de hoy, no se ha cumplido con el anhelado referéndum, ordenado por las
Naciones Unidas hace más de 30 años, tampoco este organismo internacional ha
velado por el respeto de estos acuerdos, ni España ha intercedido en favor de
los saharauis; más aún, Marruecos ha encontrado un apoyo incontestable, el de
los Estados Unidos. Además, Marruecos ha construido un muro de contención para
detener el avance del Polisario, límites que se llenaron de minas antipersona,
y el pueblo saharaui quedó dividido entre quienes hicieron su vida en los
campos de Tindouf, donde se estableció la RASD, y quienes quedaron en el
verdadero Sáhara Occidental, cuya capital es El Aiún.
¿Por qué no se celebró el referéndum? Hubo varios motivos, pero el fundamental fue la gran disputa del censo, pues los marroquíes lo inflaron de colonos con el objetivo de que ganara la opción de pertenecer a Marruecos. El viejo truco que siempre paraliza a la ONU. Las consecuencias son conocidas: décadas de guerra, generaciones nacidas y crecidas en campos de refugiados, persecución y represión en los territorios ocupados y mucha desinformación por parte de Marruecos.
En diciembre de 2019, durante el XV Congreso del Frente Polisario, los saharauis anunciaron su intención de volver a las armas. Respondían así a la nueva estrategia de Marruecos de cambiar las reglas del juego, desconocer los acuerdos de 1991 y ofrecer como única alternativa una autonomía para el Sáhara Occidental, aprovechando el apoyo de Francia y Estados Unidos, el siempre silencio de España, y la debilidad del entonces presidente argelino, Abdelaziz Buteflika.
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Por su estratégica ubicación y sus valiosos yacimientos de gas, petróleo y fosfatos, las potencias occidentales se resisten a declarar la independencia de la RASD. |
El golpe de efecto tardaría un año en llegar, en octubre de 2020, fecha en la que el Polisario organiza una protesta en Guerguerat, una ‘zona de no intervención’ en la frontera de Mauritania, con el consiguiente bloqueo de la circulación de camiones con mercancías. La respuesta no se hizo esperar y Marruecos envío tropas. El siguiente capítulo fue una declaración de guerra por parte del Polisario, generando enfrentamientos armados y más represión en el Sáhara Occidental, donde la resistencia del pueblo saharaui la vivió al límite. Fue una acción desesperada del Polisario para llamar la atención de la comunidad internacional y casi lo consigue.
“Con
el regreso de Trump a la Casa Blanca,
arropado
por la extrema derecha empresarial,
la
represiva y corrupta monarquía marroquí
va sentir la protección desde Washington”
Pero semanas después, aun tras haber perdido las elecciones en EEUU en el 2020, Donald Trump reconoce la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental a cambio de que Rabat establezca relaciones diplomáticas con Israel. Jaque mate al pueblo saharaui. De nuevo nadie dice nada y se suspende la cumbre bilateral que iban a celebrar antes de fin de año los Gobiernos de Marruecos y España. Lo que esperaba Rabat por fin lo consiguió, el Ejecutivo español del Presidente Pedro Sánchez salió de su ‘zona de confort’ y se alineo a EEUU y Francia en su posición sobre la antigua provincia.
Ahora con el regreso de Trump a la Casa Blanca, reforzado y arropado por la extrema derecha empresarial norteamericana, la política expansionista y represiva de la corrupta monarquía marroquí va sentir la tutela y la protección desde Washington.
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El Frente Polisario siempre fue el legítimo representante político, militar y diplomático del pueblo saharaui. |
Mientras tanto, no cesan las escaramuzas entre combatientes del Polisario y del ejército marroquí, tampoco las violaciones a los derechos humanos en el territorio ocupado. En los últimos días, diversas organizaciones humanitarias, han dado cuenta de palizas, secuestros, detenciones y vejaciones contra activistas y población civil. A medida que crece la represión también crece la respuesta del pueblo saharaui. Y es que el Polisario, desde su feudo en el desierto argelino y convencido de que la situación no es buena para sus planes de independencia, busca más acción al interior del Sáhara Occidental, busca ruido desde las zonas ocupadas, una mayor resistencia; y esto va a llevar a una política marroquí más represiva. Esa es la razón por la que crecen los bloqueos, el seguimiento, las detenciones, los allanamientos a viviendas, y esto no se va detener.
En la suma está el factor Argelia, ya recuperada de la crisis interna tras la salida del poder y posterior muerte de Bouteflika, que ha movido tropas hacia la frontera, con una cúpula militar totalmente comprometida con la causa saharaui. Y esto a Marruecos no le gusta. Y para poner estos hechos en contexto hay que tener en cuenta que Marruecos y Argelia están enfrentados no sólo por la cuestión saharaui, también se juegan el control de la entrada al Sahel, una zona clave de seguridad para Europa por los flujos migratorios y el yihadismo, donde se da una pelea por el control de África Occidental.
Al
margen de estos condicionamientos geopolíticos y de las acciones e intereses
unilaterales de los países involucrados, lo único cierto es que después de 49
años de la fundación de la RASD y más de 30 de los Acuerdos para la realización
del esperado referéndum independentista, el pueblo saharaui sigue apostando
tercamente por un Sáhara libre.