Friday, February 7, 2025

 

GAZA,  ÁFRICA  Y  EL  TRASPIÉS  DE  TRUMP

Por: Javier Fernando Miranda Prieto 

Habitantes palestinos caminan entre las ruinas de la ciudad de Gaza. Según la propuesta 
del presidente Trump esta población debería abandonar a la fuerza este lugar, para 
dar inicio a un millonario proyecto turístico inmobiliario.   

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sigue sorprendiendo -¿horrorizando?- al mundo con propuestas radicales y disparatadas. La de esta semana tiene que ver con Gaza, devastada por los persistentes ataques israelíes durante cinco meses de horror. Su “plan” no es, como debería ser, para la reconstrucción de Gaza, sino para que EE.UU. “asuma el control” del territorio. Dentro de ello, propone el desplazamiento forzado de sus aproximadamente 1.8 millones de habitantes palestinos a países vecinos y la “reconstrucción” de la zona para convertirla en una "Riviera" de lujo en Oriente Medio.

Una atrocidad que comenzaría con la expulsión de cerca de dos millones de personas, negando y desconociendo no solo la historia, sino también obligaciones fundamentales del derecho internacional que todos los países deben cumplir y hacer cumplir, como las resoluciones vinculantes del Consejo de Seguridad de la ONU.

Es una burda pretensión neocolonial de Trump. No hay otra calificación posible. Por ello, debería generar el inmediato rechazo del mundo, y dentro de él, del mundo árabe y del continente africano, cuya interacción ha sido muy débil en esta crisis derivada del genocidio israelí contra Gaza.

                  “El Plan de Trump comenzaría con la expulsión

         de dos millones de personas, negando no solo la historia

                      sino también el Derecho Internacional”

En la actualidad, esperar una reacción conjunta y solidaria de los países árabes sobre este tema, es muy ingenuo. Sus estrechos lazos con Israel, las pugnas internas dentro de la comunidad de naciones que conforman tanto la Liga Árabe como la Conferencia Islámica, son una evidencia del poco compromiso e interés que han demostrado estos países en relación a la defensa de la causa palestina.

Otra ha sido la ejecutoria asumida y el predicamento de las naciones africanas sobre el brutal genocidio que viene perpetrando el Estado israelí en el territorio de la Franja de Gaza.

A la Izquierda el mapa actual de los territorios palestinos luego
de la guerra de 1,967, a la derecha la propuesta de Trump y
Netanyahu de arrinconar a Palestina a una reducida Cisjordania

Ante ello, se puede comprender las primeras reacciones del presidente de Sudáfrica Cyril Ramaphosa, frente a la insólita propuesta de los Estados Unidos, el mandatario sudafricano adelantó algo crucial: “¿Y a dónde van los palestinos? ¿Dónde van a vivir?”. Precisando esta semana lo siguiente: “Lo que ha ocurrido en Gaza es un genocidio y, sinceramente, no sé si Estados Unidos, que es parte de todo esto, es el país que debería hacerse cargo de Gaza. Quien tiene que hacerse cargo de Palestina son los mismos palestinos”.

La propuesta de Trump es inviable y contraria al derecho internacional. Primero, porque implica la expulsión de los palestinos residentes de Gaza, “reasentándolos” en naciones árabes vecinas. Jordania y Egipto ya han rechazado esta idea, mostrando reticencia a aceptar un gran número de refugiados palestinos.

El plan de Trump, en el que se redibujaría un Estado Palestino totalmente menguado, estaría ubicado solo en Cisjordania, reconociendo la inmensa mayoría de los asentamientos ilegales como territorio israelí. Asimismo, se asignaría el valle del rio Jordán a Israel, arrebatando a Palestina toda la frontera que tiene con Jordania. El Estado Palestino propuesto por Trump y Netanyahu, en consecuencia, sería un territorio completamente rodeado y controlado por Israel, que ni siguiera tendría derecho a crear sus propias fuerzas armadas.

El anuncio de Trump, considerado por muchos como un traspié diplomático, ha generado una amplia gama de reacciones a nivel mundial. Algunos lo califican como una forma de limpieza étnica, argumentando que el desplazamiento forzoso de la población palestina constituye una grave violación de los derechos humanos.

                  “Se redibujaría un Estado Palestino totalmente

                       menguado, ubicado solo en Cisjordania,

                 completamente rodeado y controlado por Israel”

Las cancillerías africanas han tenido una voz coordinada en anteriores crisis en el Medio Oriente. Y eso no debe perderse, pese a que, en la actual guerra contra Gaza, no ha habido una articulación ni reacción conjunta entre estas. Tras cerca de 50,000 palestinos muertos en un virtual genocidio en ejecución, desde el territorio africano han surgido voces de alerta y repudio ante esta brutal agresión. Un caso significativo, fue la denuncia penal presentada por la República de Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justica de las NN.UU contra el Estado de Israel, por crímenes de lesa humanidad y Genocidio cometidos contra la población palestina.

Es indispensable recuperar el espacio que África ocupó en otras crisis. Por ejemplo, en la “guerra de los seis días” de 1967, cuando Israel ocupó territorios palestinos (Cisjordania y Jerusalén),  egipcios (península del Sinaí) y sirios (meseta del Golán), la posición de los Estados africanos fue clara, en especial de líderes como: el primer Presidente y líder independentista de Tanzania Julius Nyerere, el presidente de Mali Modibo Kaita y el mandatario y jefe de la Revolución del Congo-Brazzaville Marien Ngouabi, ellos en una declaración conjunta que suscribieron la totalidad de las cancillerías africanas de la época, exigieron que “Israel debía desocupar los territorios arrebatados a Palestina”. Esto derivó en la Resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU en noviembre de 1967, que estableció dos principios fundamentales:

I.- La retirada de Israel de los territorios ocupados en la Guerra de los Seis Días.

II.-El reconocimiento de la soberanía, integridad territorial e independencia política de todos los Estados de la región, así como su derecho a vivir en paz dentro de fronteras seguras y libres de amenazas o actos de fuerza.

Netanyahu y Trump hermanos gemelos y co-autores del
genocidio contra la población palestina en Gaza. 

Han pasado casi 60 años, de este Mandato de las Naciones Unidas e Israel sigue incumpliendo esta resolución, ocupando irregularmente Gaza y Cisjordania.

Altos funcionarios de la administración Trump intentaron “suavizar” su idea de expulsar a la población palestina y “tomar el control” de Gaza. Afirmaron que Trump no se había comprometido a utilizar tropas estadounidenses para “despejar” el territorio y que cualquier reubicación de palestinos sería temporal.

Sin embargo, socios clave de EE.UU. calificaron la idea como una violación del derecho internacional, lo que dejó la propuesta sin sustento. Evidenciando el traspiés diplomático y político del iracundo y desatado mandatario norteamericano.

Es momento de dejar atrás el silencio y la pasividad y relanzar una campaña global a favor de la causa Palestina.

Desde 1967, la ONU (Asamblea General y Consejo de Seguridad) ha emitido resoluciones exigiendo que Israel desocupe los territorios ocupados ese año. Siguen sin cumplirse. África ha tenido un papel clave en la diplomacia internacional en estas cuestiones, y debe recuperarlo.

Ahora se espera que la región vuelva a ser protagonista. África tiene una historia de participación activa en la defensa del derecho internacional. Hoy les corresponde actuar articuladamente y apuntar a un pronunciamiento claro en la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de la ONU.

                             “Las cancillerías africanas siempre

                       han tenido una voz coordinada en defensa

                    de los legítimos derechos del pueblo palestino”

Es una oportunidad crucial para que la voz y presencia de la diplomacia africana vuelva a resonar, en articulación con otras regiones del mundo en desarrollo (Medio Oriente, Sudeste Asiático, América Latina) cuyo silencio e inacción son, a estas alturas, inaceptables.

Los gobiernos africanos, tanto individualmente como a través de foros como Unión Africana y los países del BRICS (de cuyos diez miembros cuatro son africanos) deben rechazar la disparatada y peligrosa propuesta de Trump y demandar el respeto al derecho internacional. África y el mundo deben pronunciarse en defensa del principio de autodeterminación del pueblo palestino y denunciar el carácter ilegal de la iniciativa de Trump, rechazando cualquier intento de apropiación de Gaza y exigiendo respeto a la soberanía palestina.

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