sábado, 25 de enero de 2014

LOS OBJETIVOS DEL MILENIO EN ÁFRICA:
FALTA MUCHO POR HACER

Por: Javier  Fernando  Miranda  Prieto

La realización plena de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio -ODM- acordados en las Naciones Unidas
en el año 2000 le cambiaría el rostro al continente africano.

La erradicación de la pobreza en el mundo sigue siendo uno de los principales desafíos de nuestro tiempo y debería de ser una de las principales preocupaciones de la comunidad internacional. Pero para poner fin a este flagelo se necesitan los esfuerzos combinados de las organizaciones de la sociedad civil, del sector privado, de la ayuda financiera internacional y principalmente de la decisión política de los gobiernos.

En la reunión de las Naciones Unidas realizada en Nueva York en el año 2000, precisamente en los albores del nuevo siglo, se delinearon los Objetivos de Desarrollo del Milenio -ODM- un conjunto de ocho políticas sectoriales, orientadas a paliar la pobreza extrema en el mundo para el año 2015. Con estos objetivos se fijaron metas con plazos determinados, mediante los cuales se pueden medir los progresos en lo tocante a los ocho objetivos a ejecutar: la erradicación de la pobreza extrema y el hambre; lograr la enseñanza primaria universal; promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer; reducir la mortalidad infantil; mejorar la salud materna; combatir el sida, el paludismo y otras enfermedades; garantizar el sustento del medio ambiente y fomentar una asociación mundial para el desarrollo, lo que se llama el fomento de las relaciones Norte-Sur.


Los ocho ODM son un conjunto de políticas sectoriales, orientadas a
paliar la extrema pobreza en el mundo para el año 2015.
La fundación internacional Oxfam-AFRICA, ha realizado un interesante y voluminoso informe sobre el avance de las metas logradas, hasta la fecha de estos ocho objetivos sectoriales en los países del África subsahariana, a poco más de un año del plazo (año 2015) para lograr estos objetivos, acordado por las Naciones Unidas.

Han pasado catorce años desde que se fijaron los ODM y ya podemos hacer un balance provisional, de los objetivos que lograron mayores avances en los países africanos. Según Oxfam los resultados fueron diferentes en cada uno de los países, un Estado pudo haber cumplido un objetivo que otro no alcanzó y viceversa, dependiendo fundamentalmente de la voluntad política de cada gobierno. Dicho esto, la meta de lograr la educación primaria universal es la que probablemente alcancen todos los países subsaharianos. La matricula escolar superó el 71% en la mayoría de las naciones africanas en el 2010. Hubo también, grandes avances en materia de empoderamiento de género. Países como: Ruanda, Uganda, Tanzania, Nigeria, Sudáfrica, Malawi y Zambia están cerca de alcanzar este objetivo. Por otra parte, Ghana y la mayoría de las naciones de África del norte están por cumplir todos y hasta superarlos.


        “La matricula escolar superó el 71% en la
       mayoría de las naciones africanas en el 2010,
      logrando además el emporamiento de género”
  
La otra cara de la moneda se da en los precarios avances en la equidad de género y en el mejoramiento de la salud materna. Salvo en los países citados líneas arriba, en la mayoría de las naciones africanas, se matriculan menos niñas que varones en la educación primaria y su índice de deserción escolar aumenta a medida que avanzan en la escolaridad.

Adicionalmente, siguen muriendo muchas africanas durante el parto. El riesgo de sufrir muerte materna por cusas evitables, durante el ciclo reproductivo es de 4,5%, comparado con el 0,01% de los países industrializados.


El empoderamiento y la mejora de la situación de las mujeres tiene una
relevancia significativa para el logro de los ODM.
Viendo estas cifras podemos aseverar, que el principal escollo es la falta de voluntad política tanto de los países del sur -subdesarrollados- como los países del norte –industrializados-. Las naciones desarrolladas, salvo por unos pocos, no cumplieron con su promesa en relación al objetivo ocho, fomentar una asociación mundial, que incluye la reducción de la deuda externa de los países pobres y la creación de un sistema financiero y comercial más abierto, que no sea discriminatorio.

Salvo por 16 países, la deuda externa de la mayoría de las naciones africanas no fueron condonadas, como se prometió. Asimismo, los países del norte no eliminaron las barreras comerciales, como los aranceles a los productos africanos.  Tampoco aumentaron la asistencia al desarrollo como habían prometido y la calidad de la ayuda sigue siendo motivo de preocupación.

Por otro lado, los estados africanos, en teoría se dedicaron a crear condiciones favorables, pero si se analizan los planes de acción y los presupuestos se observa una falta de compromiso. Muchas de estas naciones africanas, creen que los ODM ofrecen una oportunidad más para mendigar. Pero no es cuestión de ayuda, sino de priorizar y hacer un uso adecuado de los recursos que se generen en el ámbito interno; administrar mejor los propios recursos nacionales.

           “Las naciones desarrolladas no cumplieron
           con su promesa de reducir la deuda externa
        de los países pobres y la creación de un sistema
           financiero y comercial menos discriminatorio”

De hecho, hay países que no necesitan ninguna ayuda, sólo gobiernos responsables, interesados en sus problemas y democráticos. Pero lo único que vemos, es que se entregan financiamiento para el desarrollo a funcionarios, políticos o empresarios privados locales. Esta nociva practica, atenta contra la posibilidad que este dinero llegue a los más pobres, a las embarazadas, a las niñas y niños, quienes no podrán recibir una mejor educación o mayores medicamentos. Lo cual nos confirma que los ODM solo y prioritariamente pueden lograrse con acciones en el ámbito local y nacional y no desde Nueva York o Londres.


Avanzar en la lucha contra la malaria y otras enfermedades
como el sida es una de las metas prioritarias de los ODM
Una de las conclusiones del informe de Oxfam-África, se refiere a la relevancia que se le asigna al empoderamiento y a la mejora de la situación de las mujeres para el logro de los ODM.  Hay que tener en cuenta que el 60% de las personas pobres en el mundo son mujeres, niñas y niños, los eslabones más débiles de una sociedad. La crisis financiera del 2008, tuvo consecuencias devastadoras sobre las mujeres, quienes hoy asumen el 66% del trabajo realizado en el mundo, pero reciben escasamente el 10% del ingreso y poseen el 1% de la propiedad.

Ese fue el contexto en que se diseñaron los ODM, es evidente que erradicar la pobreza extrema está en función de asegurar la educación de las niñas y niños, de garantizar los derechos de las mujeres y de que ocupen cargos de decisión claves, para incidir en las políticas de sus países. Los gobiernos reconocen que la pobreza tiene rostro de mujer, pero lo que falta, es lo que mencionábamos líneas arriba, decisión política para ejecutar las reformas necesarias.

Sobre los objetivos relacionados a la educación primaria universal, la erradicación de la pobreza, el empoderamiento de la mujer y la reducción de la mortalidad materna, se han logrado avances significativos en países como: Kenia, Ghana, Camerún, Tanzania, Uganda y Ruanda. En estas naciones habido un incremento importante en sus presupuestos en educación, alcanzando el 20%, que es mucho más que el objetivo fijado.

    “Muchas naciones africanas creen que los ODM
        ofrecen una oportunidad más para mendigar,
             pero es cuestión de administrar mejor
                   los propios recursos nacionales”

Asimismo, vemos que los gobiernos de Kenia y Camerún han destinado más recursos en proyectos de desarrollo, como el Fondo de Desarrollo Comunitario, que tiene un alcance nacional y cubre sectores como educación y salud. Por otro lado en Ruanda, existe más de 60% de mujeres en el parlamento. Todo ello se debe a iniciativas como los grupos parlamentarios para los ODM, creados en Kenia, Uganda, Camerún y Ruanda.


La universalización de la educación primaria o básica debe contemplar
la disminución de la deserción escolar y el acceso de más niñas a la escuela.
 
Según este informe de Oxfam, a pesar de sus limitaciones los países africanos encabezan la lista de naciones que más avances han logrado en los esfuerzos para alcanzar los ODM, aseguran que 11 de los 20 países que más terreno han avanzado en términos absolutos en la lucha contra la pobreza son africanos, mientras que tres son latinoamericanos y el resto asiáticos. También afirma que cerca de la mitad de los países africanos están en camino de lograr reducir la pobreza extrema a la mitad en el 2015, respecto a los niveles de 1990, que es el primero de los ODM.


Además, la mayoría de los países de ingresos bajos y medios -Níger, Togo, Gabón, Chad, Botswana- han logrado mejorar en algo algunos objetivos como: mejorar la salud de la madre gestante y la reducción de la mortalidad infantil. Y otros como: Etiopía, Uganda, Madagascar o Namibia se han destacado en asegurar un medio ambiente más seguro, mediante el cuidado de su bio-diversidad y promoviendo el uso de materiales bio-degradables.

Los responsables de este informe consideran, que si bien es cierto, que sus conclusiones contradicen las percepciones pesimistas de que los esfuerzos para combatir la pobreza en África han fracasado, también es cierto que falta muchísimo por hacer, en la mayoría de las naciones africanas para lograr cumplir con los ocho objetivos del milenio.

Países como: Benín, Mali, Guinea Bissau, Burkina Faso y Gambia están en la cola de los países que han logra algún avance en los ODM, principalmente por falta de decisión política de sus gobernantes en rendir cuenta de su accionar, en dar prioridad al desarrollo de sus presupuestos y en aplicar adecuadas políticas públicas. Como vemos, a un año de la rendición de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, todavía falta mucho por hacer para sacar de la extrema pobreza a millones de personas. Pero en lugar de lamentarse de que África no pueda cumplir plenamente los ODM, deberían de acelerar los cambios necesarios y tomar la decisión política más acertada para mejorar la vida de millones de pobres en el continente africano.











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