viernes, 10 de enero de 2014

Ruanda, Kenia y Uganda:
Tres  Buenas  Noticias

Por: Javier  Fernando  Miranda  Prieto


Ruanda "el país de las mil colinas" luego de veinte años del genocidio,
ha cambiado mucho, hoy prima la creatividad y la inventiva de la
pujante población ruandesa.
Lo más acertado es empezar un año nuevo con optimismo, con la certeza que estamos yendo por buen camino, con la seguridad de no perder nunca la esperanza. Por eso, en esta primera entrada del año 2014, lo haremos con tres buenas y positivas noticias, que evidencian la inventiva, la creatividad y la confianza del pueblo africano por un porvenir mejor.

En Ruanda se ha dado una idea genial, están impulsando proyectos ecológicos energéticos financiados por el Fondo Climático; en Kenia un grupo de jóvenes artistas del todo el mundo se han embarcado en una hermosa aventura, ayudar a más un millón de niños huérfanos de padres víctimas del Sida; y en Uganda el swahili, el idioma de habla mayoritaria en los países del este del continente, será enseñado oficialmente en todas las escuelas públicas de ese país.

¿Cómo funciona el comercio de Certificados de Emisiones Contaminantes? Responder esta pregunta, nos servirá para explicar el proyecto ecológico que se está ejecutando en Ruanda. Una empresa industrial de un país desarrollado paga una buena cantidad de dinero, para tener derecho a contaminar el aire, ese monto se invierte luego en un fondo internacional para la protección del clima que, a su vez, se destina a proyectos medioambientales. En Ruanda están convencidos que están utilizando bien ese dinero, concretamente para financiar inventos que ayuden a proteger el clima.

    “En Ruanda están convencidos que
   están usando bien el Fondo Climático
         para financiar inventos para
                  proteger el clima”

El gobierno ruandés ha encontrado, en la ciudad de Nasho al este del país, un pequeño proyecto que será financiado con este fondo. Se trata una mini central hidro-energética que brinda electricidad a todos los habitantes de esta población rural. Lo interesante de este proyecto, es que la misma comunidad ha diseñado y construido la represa, encausando el rio más próximo de la zona, para utilizar la fuerza del agua como motor del generador eléctrico. Esta inventiva comunal, les ha cambiado la vida a las doscientas familias que la conforman, antes no tenían luz eléctrica, se alumbraban con generadores que se alimentaban de gasolina o petróleo diesel, contaminando el ambiente.

Funcionarios ruandeses supervisan los diversos proyectos agrícolas
financiados por el Fondo Climático. 
Los habitantes de esta remota región de Ruanda tradicionalmente han vivido de lo que cultivan o recogen del bosque, es por ello que con la llegada de la electricidad, esta población puede dedicarse a brindar servicios -artesanos, peluqueros, soldadores- o a la actividad comercial. Además, las autoridades ruandesas apoyan este tipo de pequeñas inventivas, como esta represa hidroeléctrica, porque están empeñados en fomentar las energías renovables. Estos proyectos financiados por el Fondo Climático, sirven para proteger el medio ambiente, porque al aprovechar las energías renovables, reducen la dependencia de los combustibles fósiles y del petróleo.

Es por eso, que en muchos poblados rurales, del país de las mil colinas, como se le conoce a Ruanda, han surgido estas pequeñas iniciativas productivas comunales, que promueven la conservación del medio ambiente y contribuyen a mejorar la vida de sus habitantes. Cuando en este año los ruandeses recuerdan los veinte años del genocidio entre hutus y tutsis que asolo a su país, Ruanda ha cambiado mucho, ya no hay tiempo para riñas, ni rivalidades étnicas, solo para la creatividad y la inventiva de la pujante población ruandesa.

Talleres de pintura en Kenia, orientados a niños huerfanos
de padres víctimas del sida. Una forma de expresión y
de terapia a través del arte.
Más de 17 millones de niños en el mundo han perdido, al menos, a uno de sus padres a causa del Sida. En Kenia, artistas internacionales regalan esperanza a estos niños huérfanos, que no solo deben hacer frente a la pobreza, sino también al trauma de haber perdido a sus padres.  Un proyecto muy especial, financiado por Oxfam-África, orientado a niños del puerto de Mombasa en Kenia, una ayuda que llega a través de la pintura, una forma de expresión y de terapia.

Jóvenes pintores de Estados Unidos, Inglaterra y Corea del Sur han llegado a la más importante ciudad portuaria de este país, para enseñar sus habilidades artísticas a estos niños. En los talleres instalados en sus propias escuelas cerca de Mombasa, los niños no solo aprenden a pintar sino además intentan expresar sus sueños y esperanzas. Para muchos de estos huérfanos es su primera experiencia con un pincel y los colores, pero con la ayuda de sus maestros y la intrínseca imaginación y creatividad de los niños, el resultado es alentador.

La mayoría de estos doscientos niños viven con la enfermedad y son pobres, para ellos los colores y el pincel son un lujo, porque no suelen tener muchas oportunidades para expresarse. Según los expertos, para estos niños estos cursos, que tienen el apoyo del gobierno de Kenia, son una buena oportunidad para olvidar su dura realidad y les aporta cierta autonomía. Estas clases de pintura, no les va cambiarla vida a los menores, pero sin duda los ayudará a pensar de otra forma y a desarrollar su imaginación.

  “Los niños huérfanos de padres con sida,
      encuentran en los talleres de pintura
       una forma de expresión y de terapia
                      a través del arte”

Lo que sí es cierto, es que el encuentro con estos artistas y con su expresión pictórica, le va dar a los menores mayor seguridad en sí mismos para la vida cotidiana en sus escuelas y en sus aldeas. Experiencias como estas, financiadas por la cooperación internacional y apoyadas por los países receptores, deben de multiplicarse en el resto del continente africano, región donde, lamentablemente, el sida ha cobrado muchas víctimas.

En Uganda se darán clases en swahili en las escuelas públicas, lengua que
es hablada por cerca de 100 millones de africanos. Una acertada medida
de integración cultural y social.
Y para terminar esta primera entrada del año, nos desplazamos a Uganda, en donde a partir de este año las escuelas públicas ugandesas darán clases obligatorias de swahili. Esta noticia podría pasar desapercibida –y así lo ha hecho- pero es interesante porque es un paso más hacia la integración de los países del este del continente. Kenia, Uganda, Tanzania, Ruanda y Burundi conforman la Comunidad del África Oriental, un proyecto político y económico similar a otras experiencias de cooperación regional o subregional, como la Unión Europea o el Mercosur en América Latina, y que persigue la creación de un mercado y una moneda única -originalmente prevista para este año- y una federación política para el año 2015.

De momento, el proceso integracionista va con retraso debido a la lentitud e ineficacia de sus burocracias y gobiernos. Otras dificultades son las diferencias en el tamaño de sus economías y la falta de infraestructuras viales que permitan el mejor transporte de bienes y personas.

Pero a pesar de estas limitaciones, la oficialización del swahili como materia de estudio obligatorio en las escuelas públicas, es muy importante para una de las lenguas más habladas del África. La población africana, que tiene como su primera lengua al swahili, bordea los cien millones de personas, distribuidas en la región oriental del continente. Lo cual es un avance para una mayor integración cultural y social de la región.






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