sábado, 6 de septiembre de 2014

EL CONFLICTO DEL SAHARA OCCIDENTAL

Por: Javier  Fernando  Miranda  Prieto

Campo de refugiados de Tifariti en el sahara occidental, dominado militar e ilegalmente por la monarquía marroquí.
Lugar en donde el hacinamiento hacen muy precarias las condiciones de vida de los saharauis.


Una amiga que sigue con frecuencia los artículos que escribo en mi blog, me preguntó el otro día, ¿Cuántos países existen en la actualidad en el continente africano? Su interrogante, más que banal, tenía mucha pertinencia, dado que anteriormente le había señalado que eran 56 las naciones que conformaban el territorio de África, pero ella se había informado, según la última cumbre de países de la Unión Africana -UA-, que oficialmente existían 55 países africanos.

La aparente contradicción tenía una explicación, que se la hice notar con mucha paciencia, hasta el día de hoy -porque muchas cosas pueden ocurrir en un continente tan inestable como África- existen 56 naciones africanas, incluyendo la más joven de ellas, Sudán del Sur con apenas tres años de vida independiente y la República Árabe Saharaui Democrática -RASD-, nación reconocida por las Naciones Unidas y que forma parte de la UA, pero que desde hace cerca de cuarenta años se encuentra sometida militarmente por el ejército de Marruecos. 

Es precisamente por este hecho, que existe esta contradicción de cifras; dado el reconocimiento internacional del Sahara Occidental y su participación como miembro pleno en la UA, desde 1984 la monarquía marroquí se retiró unilateralmente de la organización de integración africana.

Sahara occidental, antigua colonia española, rica en reservas de fosfatos y uno
de los principales bancos de pesca en el mundo.
Lo que les cuento, no solo evidencia, el terco interés de mí amiga por conocer la realidad de los países africanos; sino principalmente, nos devela la persistencia de conductas colonialistas y expansionistas en algunos países de África, así como los fuertes intereses económicos y estratégicos de potencias extra regionales que influyen en la perpetuación de esta insostenible situación colonial. El conflicto del sahara occidental, el último reducto colonial de África, lamentablemente es poco tratado por la comunidad internacional y frecuentemente, está fuera de los radares de la prensa mundial, a pesar del largo tiempo transcurrido y de la terca lucha independentista del pueblo saharaui.


Durante siglos los saharauis fueron nómadas que vivían en el desierto del sahara, esa extensa y árida región de más de 9 millones de kilómetros cuadrados que se extiende al norte de África, estos nómadas se movían libremente por el desierto en busca de los mejores pastos y agua para sus rebaños de camellos y cabras. En 1885 en la famosa Conferencia de Berlín, en donde los europeos se repartieron el continente africano, todas esas potencias recibieron su parte. España obtuvo la región conocida hoy, como Sahara Occidental, ubicada en la costa noroeste del continente, abarcando una superficie de más de 280,000 kilómetros cuadrados.

              África fue dividida por fronteras improvisadas,
                      aquellos que fueron nómadas libres,
                        se vieron de pronto aprisionados 
                    por barreras artificiales,y sometidos 
                             a una autoridad colonial. 

Desde entonces, África fue dividida por fronteras improvisadas, aquellos que fueron nómadas libres, organizados en familias tribales, como los saharauis, se vieron de pronto aprisionados por barreras artificiales que llamaban fronteras y sometidos a una autoridad colonial. Esta injusta y arbitraria redistribución territorial, impuesta por las potencias coloniales, es el origen de muchos de los conflictos que afrontan hoy en día los países africanos.

Campo de refugiados de Tindouf en Argelia, en donde los saharauis huyeron
de la represión y el sometimiento de Marruecos.
La monarquía española, al igual que las demás potencias coloniales, empezó a explotar los recursos naturales que le ofrecía el continente africano. En el año 1963 España descubrió la mayor reserva de fosfatos en el sahara, riqueza que transformó el futuro de los saharauis para siempre.

Las enormes riquezas naturales de este país desértico, explican el ensañamiento del colonialismo. El Banco Mundial, define al Sahara Occidental como el territorio más rico de todo el Magreb, por contar con el 33% de las minas de fosfatos del mundo, con una reserva de mil 700 millones de toneladas y además, por poseer el más importante banco pesquero del planeta.

Durante décadas los saharauis convivieron de forma conflictiva con los colonos  españoles, pero en los años setenta se desarrolla en toda África un sentimiento nacionalista. Los saharauis empezaron a sentir que el Saharaui Occidental era su tierra, su nación. Las Naciones Unidas, por ese entonces, estaba inmersa en el proceso de descolonización de toda África, en ese ambiente de independentismo, España fue presionada  para abandonar esos territorios y empezó a negociar, de mala manera, la independencia con los saharauis. Pero el rey de Marruecos, el autoritario y corrupto rey Hassan II, reivindicó que  esos territorios eran y que siempre habían sido parte de Marruecos.

Desde 1961 el monarca marroquí, comenzó a reclamar los territorios que fueron gobernados por las dinastías que habían reinado en Marruecos; sustentando sus ambiciones expansionistas, en cuestionados e inexactos argumentos históricos. Si algo de asidero jurídico, hubieran tenido las reivindicaciones territoriales marroquí, hoy no solo el sahara occidental formaría parte de Marruecos; la zona occidental de Argelia, todo Mauritania y el norte de Mali, también estarían bajo el dominio marroquí, todo un disparate. Quedando demostrado, que el interés de Marruecos por el sahara occidente, obedecía más a ambiciones económicas y estratégicas, que a reivindicaciones históricas.

El sahara occidental dividido entre dos territorios por un muro infame de
2,500 kilómetros. Una parte bajo el yugo marroquí y el otro por el
Frente Polisario, auténtico representante de los saharauis.
En 1975, con el dictador Franco en su lecho de muerte, Hassan II organiza la “Marcha Verde”, una invasión al territorio saharaui llevada a cabo por 350,000 personas y 25,000 soldados marroquíes. A la vez, el gobierno marroquí firmaba con España los Acuerdos Tripartitos en Madrid,  España cedió la administración del Sahara Occidental, pero no  la soberanía. El ejército español  salió del territorio de la noche a la mañana, abandonando a la población saharaui a su suerte; comenzando así, la guerra de Marruecos con el Frente Polisario, organización política militar, que representa al pueblo saharaui y que controla toda la franja oriental del país, como se gráfica en el mapa adjunto. 

Parte de la población saharaui huyó a Argelia y creó los campamentos de refugiados saharauis en el desierto. La otra parte quedó en los territorios ocupados, bajo la opresión marroquí.

             Parte de la población saharaui huyó a Argelia
         y creó los campamentos de refugiados en el desierto   
           La otra parte quedó en los territorios ocupados,
                          bajo la opresión marroquí. 


Argelia aliada directo de Rusia armó al Polisario y Estados Unidos y Francia armaron a Marruecos, eran los tiempos de la pugna este-oeste. Durante largos años de conflicto armado, el ejército marroquí no logró derrotar a las guerrillas del Polisario. En 1981 Marruecos empezó a construir, con el respaldo de los EE.UU y Francia, un gran muro defensivo de 2,500 kilómetros dividiendo el sahara en dos. Cuando terminó la guerra fría, los americanos decidieron que esta guerra debía de terminar. Pero sin abandonar sus intereses económicos en esta estratégica región.

En  1991 ambos bandos aprobaron un Plan de Paz preparado por las Naciones Unidas, con una única condición, que se efectué un referéndum, donde los saharauis decidieran el futuro del Sahara Occidental. El gobierno marroquí adoctrinó a la población colono en la lengua, las costumbres y la cultura saharaui para incluir a los colonos en el censo saharaui.

Hasta la actualidad Marruecos no ha permitido que se lleve a cabo el referéndum aprobado por la ONU, durante 20 años EEUU y Francia han apoyado en la ONU a su aliado Marruecos, para evitar que se lleve a cabo el Plan de Paz. Esto ha dado lugar al status quo. La mitad de los saharauis esperan una solución en los campos de refugiados, como el de Tindouf en Argelia y la otra mitad permanecen bajo la ocupación marroquí en el Sahara occidental.

Las calles de la ciudad de El Aaiún capital del sahara occidental, están
vigiladas por las fuerzas militares de Marruecos.
Son más de cuarenta años de lucha y resistencia de un pueblo que tercamente  está agotando todas las vías pacíficas y diplomáticas para la resolución de este conflicto y exigiendo su legítimo derecho de autodeterminación, ante el desinterés y la pasividad de la comunidad internacional y el mutismo de los medios de prensa mundial. Este conflicto, que parece permanecer anclado en el olvido, en ocasiones consigue burlar el bloqueo mediático a costa de más vidas del pueblo saharaui.

En noviembre del 2010, en el campo de refugiados de Gdein Izik, campamento donde se alojaban, en precarias e insalubres condiciones, más de 20,000 saharauis, surgió una protesta pacífica precisamente por sus inhumanas condiciones de vida. Manifestaciones que fueron brutalmente reprimidas por la soldadesca marroquí, quienes en pocas horas arrasaron con todo el campamento, produciendo víctimas mortales y numerosos heridos, detenidos y desaparecidos.

             Hasta la actualidad Marruecos no ha permitido
         que se lleve a cabo el referéndum, durante 20 años
       EEUU y Francia han apoyado a su aliado Marruecos,
            para evitar que se lleve a cabo el Plan de Paz.

Este hecho criminal, marcó el inicio del despertar de la conciencia del mundo árabe, la masacre del campamento de refugiados de Gdein Izik, en el sahara occidental, aunque no lo percibió la prensa internacional, fue el primer detonante de la llamada "primavera árabe". Un movimiento popular, que lamentablemente se agotó por la aptitud autoritaria de los gobiernos de la región y por la nefasta intervención de las potencias occidentales, más interesadas en proteger sus intereses geopolíticos y estratégicos, que en preservar los derechos democráticos del pueblo árabe.

Para comprender el conflicto del sahara occidental, debemos de verlo como una lucha de liberación nacional, entender que el sahara occidental es un territorio pendiente de descolonización. La última colonia de África, tiene el legitimo derecho, amparado en las resoluciones de las Naciones Unidas, de exigir la realización inmediata de un referéndum imparcial y democrático, que ratifique la soberanía e independencia del pueblo saharaui.




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