Wednesday, January 29, 2025

 

¿RUANDA  ES  EL  ISRAEL  AFRICANO?

Por: Javier Fernando Miranda Prieto 

Desde el pasado domingo 26 de enero, miles de personas huyen de Goma, ciudad al este
de la República Democrática del Congo, ante la presencia de las milicias del M23,
despiadada banda armada proveniente de la vecina Ruanda.

La ciudad congoleña de Goma ha caído en manos del grupo rebelde M23, respaldado por la vecina Ruanda. Mientras el Gobierno congoleño habla de una “declaración de guerra”, Occidente apenas reacciona. ¿Habrá alguna acción para detener la anexión? ¿Occidente reaccionará como cuando Rusia invadió Ucrania o cuando Hamas inició su operación militar contra Israel?

El 27 de enero de 2025, el grupo rebelde M23, apoyado por Ruanda, tomó la ciudad de Goma, en el este de la República Democrática del Congo. Goma tiene 1,5 millones de habitantes y está rodeada de cientos de miles de desplazados. Es un nuevo episodio en una guerra olvidada que, desde 1996, ha causado la muerte de seis millones de personas. Estamos hablando del conflicto más sangriento de las últimas décadas.

El Movimiento 23 de Marzo M23 es un ejército rebelde que afirma defender los derechos de la comunidad tutsi congoleña, que a menudo se siente marginada y amenazada en la región. Las tensiones étnicas en la región tienen raíces profundas que se remontan al genocidio de Ruanda en 1994. Después del genocidio milicias hutus (responsables del genocidio) cruzaron la frontera hacia el Congo, lo que provocó conflictos continuos entre tutsis y hutus en la zona.

               “Las tensiones étnicas tienen raíces profundas

             que se remontan al genocidio de Ruanda de 1994”

Pero son sobre todo los motivos económicos los que desempeñan un papel importante en la motivación del M23. El este del Congo es muy rico en recursos como oro, estaño y coltán. El ejército rebelde utiliza estas riquezas como fuente de ingresos al controlar minas, gravar el comercio y exportar minerales ilegalmente a países vecinos como Ruanda. Esto le genera ingresos mensuales significativos.

La ciudad de Goma, capital de la provincia congoleña de 
Kivú Norte, está estratégicamente ubicada en una zona minera
rica en yacimientos de oro, cobalto, coltan y estaño.

El papel de Ruanda no debe subestimarse. El M23 tiene estrechos vínculos con el Gobierno ruandés, que, según informes de la ONU, apoya al grupo para mantener su influencia y acceder a los valiosos recursos del Congo. Ruanda utiliza este movimiento como una herramienta para obtener control estratégico sobre la región. Según la ONU, Ruanda ha enviado miles de tropas al otro lado de la frontera, incluidas baterías antiaéreas, francotiradores, vehículos blindados y fuerzas especiales.

La capacidad del M23 para operar tan fácilmente está relacionada con la debilidad del Gobierno congoleño. El este del país ha estado marcado durante años por una mala gobernanza, corrupción y una presencia limitada del Gobierno central. En este vacío, el M23 puede prosperar.

La toma de esta estratégica ciudad por parte del M23 ha provocado un pánico masivo entre los habitantes. Goma es un centro médico para la región. Como resultado de las hostilidades, la atención médica casi ha colapsado, lo que amenaza con provocar una catástrofe humanitaria.

Además crece la preocupación por una posible guerra regional. El presidente congoleño considera la toma de Goma como una “declaración de guerra”. Y no es una exageración. El grupo rebelde forma parte de la Congo River Alliance, una coalición de grupos rebeldes y partidos políticos liderada por Corneille Nangaa. Esta alianza busca derrocar al Gobierno congoleño. La caída de Goma podría ser, al igual que la caída de Alepo en Siria, el comienzo de la toma del poder en todo el país.

      “Occidente no quiere poner en peligro la importación

         de minerales estratégicos y, por lo tanto, no quiere

                  incomodar al presidente de Ruanda”

Sea como fuere, en una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU el último domingo 26 de enero el secretario general António Guterres hizo un llamado a la retirada inmediata de los rebeldes y destacó la necesidad de la cooperación internacional para desescalar el conflicto.

Un informe reciente de la ONU afirma que Ruanda busca ocupar a largo plazo el área alrededor de Goma, un eufemismo para “anexión”. A la luz de este informe, las alarmas deberían estar sonando en las capitales occidentales. Sin embargo no es el caso. Hay condenas, pero no se han tomado ni anunciado sanciones.

Sin embargo eso es lo que debería hacerse. Occidente podría fácilmente presionar a Ruanda y al M23. El Gobierno ruandés depende en gran medida de la ayuda externa. Al menos un tercio de su presupuesto público proviene de la cooperación internacional y el país depende de una buena reputación para atraer turistas e inversores.

Retrato de familia. Los Estados Unidos siempre han tenido
una relación privilegiada con el gobierno dictatorial de 
Paul Kagame de Ruanda.

En 2012 el M23 ya ocupó Goma, pero tras la presión occidental los rebeldes se retiraron después de diez días. Es muy cuestionable si esto volverá a suceder ahora, dados los grandes intereses en juego.

En primer lugar está el factor contan, una materia prima esencial para smartphones, laptops, la industria aeroespacial y los sistemas GPS. Entre el 60 y 80 por ciento  de las reservas de coltán se encuentran en el este del Congo. En 2023 Ruanda exportó 2,070 toneladas de coltán, lo que lo convirtió en el mayor exportador a nivel mundial. Los principales compradores incluyen a China, Estados Unidos y varios países europeos. China tiene una ventaja tecnológica en el refinamiento del coltán y ha acumulado grandes reservas.

          “Para los EE.UU Ruanda actúa como un contrapeso

             a la creciente presencia de China y Rusia en África”

Occidente no quiere poner en peligro la importación de este mineral indispensable y, por lo tanto, no quiere incomodar demasiado al presidente Kagame de Ruanda. Por otro lado, para Europa hay otro motivo adicional, ya que Kagame también es útil para sus intereses en el continente africano. Por ejemplo, la Unión Europea otorgó 40 millones de euros al ejército ruandés para una misión en Mozambique. Francia insiste en que las tropas ruandesas permanezcan en el norte de Mozambique para proteger las instalaciones de gas offshore de Total-Energies contra los rebeldes islamistas.

Además la UE y sus estados miembros invierten más de 900 millones de dólares en Ruanda a través del programa Global Gateway. Bajo el anterior Gobierno conservador, el Reino Unido quería enviar solicitantes de asilo a Ruanda para desalentar la migración ilegal.

Sin olvidar, que para los Estados Unidos Ruanda actúa como un contrapeso a la creciente influencia de China y Rusia en África, especialmente porque el país parece preferir la cooperación con los países occidentales. En una época en la que China y Rusia están ampliando su influencia en África, Washington utiliza la asociación con Kigali para reforzar la presencia de los Estados Unidos en la región.

En cierto modo Ruanda actúa en África como un Israel africano. Por esta razón es poco probable que Occidente ejerza presión significativa sobre Ruanda y el M23 como lo hizo en 2012.

Como señalaba Jason Stearns, el principal columnista del Financial Times, este lunes: “Los intereses nacionales, la migración y las inversiones comerciales pesan más que las cuestiones humanitarias. (…) No es de extrañar que Rusia sea cada vez más popular entre los congoleños”.

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