SOMALIA:
¿UN ESTADO FALLIDO?
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Al Shabaab, la banda yihadista somalí, controla una parte importante de su territorio. Su objetivo es crear un Estado Islámico en el Cuerno de África. |
Todas las guerras traen muerte, destrucción y violencia, sin embargo parece que importan más unas que otras, como el conflicto armado entre Rusia y Ucrania en pleno territorio del este de Europa. Pero también hay querrás en otras partes del mundo que a nadie le interesan, quizás porque no afectan directamente a las grandes potencias o porque se dan en lugares lejanos y con poco valor estratégico como África. La mayoría de los medios de comunicación enmudecen tanto ante el sufrimiento de las víctimas de estos conflictos como por la destrucción que generan estas lejanas acciones armadas.
Las imágenes que con frecuencia nos llegan de la
remota y casi desconocida Somalia, es un ejemplo de ello. La violencia extrema,
la hambruna, los piratas despiadados y el extremismo islámico, configuran la
realidad de un verdadero “Estado Fallido”. Una idea que se refuerza con esas
recurrentes visiones de jóvenes fuertemente armados y drogados o de mujeres
esqueléticas rodeadas de moscas y con niños muriéndose de hambre en sus brazos.
Estas imágenes acertadas o erróneas o quizás interesadas, se han sucedido en
Somalia en las tres últimas décadas.
Las causas de esta pavorosa realidad, pueden encontrarse en los lastres de una lacerante herencia colonial proveniente de Francia, el Reino Unido o Italia, o será quizás, por la constelación de sultanatos separatistas que aún existen, o mejor todavía, habrá que echarle la culpa a la Guerra Fría, cuando los soviéticos apoyaron en un principio, al gobierno progresista de Mohammed Siad Barre (1969-1991), régimen que se convirtió luego en colaborador de la CIA y del Pentágono. O tal vez, fue por el apoyo que Estados Unidos prestó a los señores de la guerra que sucedieron a Barre, la causa del actual desmadre. ¿O será por los sueños secesionistas de las regiones de Somalilandia y Puntlandia? ¿O por el respaldo de los príncipes saudíes a los fundamentalistas de Al-Shabaab?
Ante estas interrogantes, no hay una respuesta clara. La red de causas potenciales es demasiada intrincada. Al-Shabaab, el grupo yihadista somalí heredero de Al Qaeda, surgió en el 2006, controlando gran parte del territorio (fuera de los mayores núcleos de población). El principal objetivo de Al-Shabaab es el establecimiento de un Estado islámico en el Cuerno de África, basado en la sharia (ley islámica) y la eliminación de la influencia secular y extranjera (occidental), incluso por medios y acciones terroristas.
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Somalia tiene el litoral más extenso de África, ubicado en el estratégico Golfo de Adén, vía obligada de los buque-tanques petroleros del mundo. |
Entre los años 2009 y 2011, Al-shabaab controlaba la mayor parte de Somalia, pero en el 2011 esta banda yihadista se vio obligada a abandonar Mogadiscio tras una fuerte intervención de ejércitos combinados de países vecinos como Kenia, Uganda y Etiopía. Localizando sus acciones y objetivos armados en las ciudades del interior. Esta reversión de sus objetivos y desplazamientos se vincula también con la llegada, por el año 2016, de cientos de nuevos combatientes provenientes de los frentes desactivados por el Daesh, tras sus derrotas en Siria e Irak.
Pero no todos los muyahidines trasladados a África han quedado en territorio de Somalia; cientos de ellos, tras un largo periplo que los obligó a cruzar hasta ocho y diez fronteras, llegaron a Mozambique para fortalecer al grupo Ansar al-Sunna -Partidarios de la tradición-, con epicentro en la norteña provincia de Cabo Delgado, y también a las Fuerzas Democráticas Aliadas FDA, uno de los grupos más activos en el convulsionado este de la República Democrática del Congo RDC.
“Al Shabaab heredero de Al Qeda, tiene como objetivo
establecer un Estado Islámico en el Cuerno de África,
imponiendo la Sharia (ley islámica)”
En la actualidad, vivir en Somalia supone estar a merced de los ataques de la banda yihadista, de las acciones abusivas y violentas del ejército regular contra la población civil o por el fuego de los abundantes drones artillados norteamericanos, que sobrevuelan con permiso para matar en cualquier momento del día. Las ciudades somalíes son un “entorno tan rico en objetivos”, que los drones de la CIA están por todas partes. Despegan desde portaviones o desde las sorprendentemente numerosas bases regionales estadounidenses, incluyendo una secreta en la misma capital Mogadiscio.
Somalia, bendecida con el litoral más extenso del continente africano, fue un tiempo un afamado puerto comercial medieval (la región nororiental de Somalia, conocida como Puntlandia, está estratégicamente situada a lo largo del flanco meridional del Golfo de Adén). Pero sus riquezas se han evaporado. Hoy en día es un desierto cívico sin apenas instituciones funcionales. El “país” si se podría llamar así, tiene una población de unos 16 millones, con 2 millones de desplazados internos, la mayoría a causa de la violencia terrorista de Al-Shabaab, de las fuerzas estatales que les combaten, o de los mortíferos drones, que no distinguen objetivos militares o civiles.
“Somalia está a merced de la banda yihadista,
de las acciones violentas del ejército regular
y del fuego de los drones norteamericanos”
Lo que es seguro, es que Somalia es una versión especialmente intrincada de un Estado fallido africano. Al menos un millón de refugiados han huido del país. Muchos cientos de miles se han visto obligados a buscar asilo en los países vecinos (Kenia, Yibuti y Etiopía) desde 1991, cuando Barre fue asesinado y se inició el actual ciclo de violencia e inhumanidad. Son más de 30 años, contados en sangre somalí.
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A países vecinos como Kenia, Yibuti y Etiopía, han migrado desde 1,991 cientos de miles de refugiados somalíes. |
La problemática actual procede de un desgraciado cúmulo de circunstancias. Ningún factor, ningún vector resulta prometedor. Las superpotencias dejaron en el limbo a Somalia y las bandas yihadistas, promovidas en un principio por occidente, anegaron el país de corrupción e iniquidad. En la actualidad, la república se está desmoronando, la autoridad central solo se ejerce en el Palacio Presidencial, pero la violencia se sufre en todo el territorio.
Como para añadir más crisis a la crisis, el actual presidente Hassan Sheikh Mohamud, elegido por el parlamento en el año 2022, se sustenta en una frágil alianza partidaria, que goza por ahora, del tutelaje de una alianza de países occidentales. Pero al margen de estos manejos políticos, las personas comunes y corrientes, asoladas por la pobreza desde hace tiempo, subsisten aterrorizadas a duras penas, contemplando desde lejos las pugnas y rivalidades de sus políticos.
“Un millón de refugiados han huido del país,
cientos de miles están asilados en países vecinos
como Kenia, Yibuti y Etiopía desde 1991”
En los últimos tiempos, los somalíes, además de sufrir la plaga de la guerra, tiene que enfrentar una grave crisis de desnutrición entre su población infantil, agravada por una seguía extrema y por el colapso de su sistema sanitario. Médicos Sin Fronteras MSF informa que más de 18 mil niños estarían presentando síntomas de una desnutrición aguda severa, una forma grave de desnutrición que suele ser mortal.
Como vemos, la vida de los somalíes es un infierno. Después de más de 30
años, Somalia sigue padeciendo un conflicto armado sin fin, con muerte y
destrucción cada día, aunque su eterna guerra interna no le interese a nadie y
por lo tanto no aparezca cada noche en el resumen de los telediarios.