COSTA DE MARFIL:
TRATANDO DE NEGAR LA HISTORIA
Por: Javier Fernando Miranda Prieto
La historia no es una ciencia exacta. Es una disciplina que
trata de explicar los hechos y las conductas de los personajes de una época,
teniendo en cuenta su debido contexto. La historia suele ofrecer márgenes de
interpretación de acuerdo a parámetros diversos, pero en ningún caso se puede suprimir
o tergiversar hechos históricos para defender intereses particulares.
Este tipo de negación y tergiversación histórica es lo que
siempre ha tratado de hacer el gobierno francés, en complicidad con el gobierno
marfileño, cuando ha intentado negar sistemáticamente, su participación en un
hecho histórico irrebatible como fue el brutal ataque aéreo perpetrado contra
la ciudad de Abiyán, Costa de Marfil en el año 2011, posterior a los
turbulentos comicios celebrados un año antes.
La fotografía que acompaña esta nota, fue tomada en el mismo
Palacio Presidencial marfileño, lo cual comprueba fehacientemente, que el ejército
francés intervino con unidades de la aviación y soldados de tierra en el
operativo que buscaba derrocar al gobierno marfileño recién reelegido,
presidido por Laurent Gbagbo.
El líder marfileño, luego de los bombardeos dirigidos por
Francia, fue golpeado, vejado, secuestrado y enviado ilegalmente a la ciudad de
La Haya en el Reino de los Países Bajos, para ser encarcelado y juzgado por la
Corte Penal Internacional CPI por delitos de lesa humanidad. Como es sabido,
luego de diez años de un largo y engorroso proceso penal, en abril de 2021, la
CPI absolvió al ex-presidente Gbagbo de todos los cargos penales que fue
absurdamente acusado.
“Fue Francia la que decidió y ejecutó la operación
militar y el bombardeo contra el pueblo marfileño”
Esta violenta y concertada operación militar tuvo como
cuartada una supuesta acción humanitaria promovida por las Naciones Unidas. Lo
cual demuestra que el presidente francés de ese entonces, Nicolás Sarkozy
planificó esta misión armada y el subsiguiente bombardeo a la capital económica
del país africano, con la única finalidad de defender los intereses políticos, económicos
y estratégicos que tiene Francia en esta región de África.
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Costa de Marfil un tradicional aliado de Francia en el África occidental, no podía caer bajo un gobierno nacionalista y ajeno a la defensa de los intereses geopolíticos de Francia. |
Recordemos que para las elecciones generales del 2011 Francia
tenía muchos intereses en juego, el gobierno de Gbagbo de tinte nacionalista y
progresista no era del agrado de Paris, por eso apostó por la candidatura de
Alassane Ouattara, un político conservador, un oportunista que siempre había rondado
el poder, un eterno conspirador. El día de los comicios ocurre algo muy
curioso, luego de los escrutinios el Tribunal Electoral, los observadores de
los países de la Unión Africana UA, dan como ganador al candidato Gbagbo, simultáneamente
los delegados de Francia y de los Estados Unidos apoyan los reclamos y computo
de los seguidores de Ouattara, lo que ocasionó fuertes y violentos
enfrentamientos entre ambos bandos. A los pocos días, Francia le tuerce la mano
al ente electoral y éste le da el triunfo al candidato pro-francés.
Después de cuatro meses de brutales enfrentamientos, que
llenaron las calles de muertos, heridos, detenidos y desplazados, las bandas de
mercenarios armados por Ouattara, lanzaron una ofensiva final apoyados por el ejército
y la aviación francesa. En mayo de 2011 soldados y aviones galos bombardearon,
sin hacer ningún distingo de las zonas civiles, la ciudad de Abiyan, en donde
se había instalado la artillería del ejército marfileño. Destruyeron escuelas,
universidades, mercados, puentes, teniendo como objetivo militar a la misma población
civil. A los pocos días era arrestado el presidente Gbagbo y su esposa.
“Fue Francia la que buscó el voto de las potencias
occidentales para la infame Resolución de las NN.UU”
Francia había coronado con estos bombardeos indiscriminados, la
osadía de su ex-colonia de elegir autoridades con posiciones políticas contrarias
a los intereses franceses y de paso había movilizado a contingentes de las
Naciones Unidas, para darle a esta flagrante agresión, una apariencia de intervención
humanitaria.
Fue Francia la que decidió y ejecuto todo el operativo
militar contra el pueblo marfileño. Fue Francia la que redactó e hizo aprobar
la Resolución 1975 del Consejo de Seguridad de las NN.UU. del 30 de abril de
2011, en donde se condena increíblemente, al gobierno del presidente Laurent
Gbagbo por oponerse a dejar el poder e instando a que lo hiciera de inmediato,
además imponiendo sanciones económicas contra él y contra su círculo más
cercano de colaboradores.
“Francia coronó con estos bombardeos la osadía
de su ex-colonia de elegir autoridades con políticas
contrarias a los intereses franceses”
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El presidente Gbagbo fue injustamente detenido y procesado por delitos de lesa humanidad en la CPI en La Haya. Luego de diez años fue absuelto de toda culpabilidad. |
Fue Francia la que buscó entre las potencias occidentales, el voto favorable para esta infame resolución. Fue Francia la que comprometió el voto y la complicidad del presidente norteamericano Barak Obama en esta operación de asalta a un país soberano. Fue Francia la que reclutó a energúmenos africanos como el presidente de Nigeria Gooldluk Jonathan, al de Senegal Abdoulaye Wade y al inefable Jacob Suma de Sudáfrica, asignándoles el triste papel de comparsa africana ante esta arremetida golpista. Fue Francia la que comprometió a Alassane Ouattara, el ambicioso e intrigante mandatario marfileño, que en la actualidad ejerce su ilegal tercer mandato presidencial, para que perpetrara el asalto final contra la democracia de Costa de Marfil.
En definitiva fue Francia la que detuvo en su propia
residencia al candidato legítimamente electo Laurent Gbagbo, y la que hizo los
arreglos diplomáticos al más alto nivel, para que sea deportado y juzgado en la
Corte Penal Internacional de La Haya. Todo lo cual nos hace comprender que toda
la historia africana, que Francia nos quiere contar, es una larga e inadmisible
sarta de embustes.