domingo, 29 de diciembre de 2013

2013: UN AÑO CON  MATICES

Por: Javier  Fernando  Miranda  Prieto


El 2013 empieza con el envió de soldados franceses a Malí y está terminando
con tropas galas llegando a la RCA, Francia cuidadando sus intereses.
Fue un año de continuidad y cambio, de luces y sombras, de convivencias y enfrentamientos; marchas por la paz y revueltas indignadas, conflictos que esbozaban una solución y guerras olvidas que retornaban como fantasmas; lideres entrañables que se fueron y otros impresentables que se resisten a irse. Economías milagrosas que todavía no reparten sus beneficios como deberían, y crecimiento económico que ya se traduce en desarrollo. Como vemos, para el continente africano el año que se está yendo fue un año con matices, con contrastes, en un continente lleno de contrastes.

La parábola del desarrollo en África, se halla en una crítica encrucijada, por una parte la revolución en las comunicaciones y las tecnologías de la información han generado un cambio demográfico, urbano y un boom de los precios de las materias primas, que convierten al continente africano en una nueva potencia económica global. Sin embargo, la ausencia de una real agenda de desarrollo que priorice la satisfacción de las necesidades básicas de la población, ha acelerado: hambrunas, migraciones masivas, inacabables procesos de pacificación y sin olvidar la plaga del terrorismo.

Recién empezado el año, Francia enviaba sus Fuerza Armadas a Malí para detener la amenaza yihadista que controlaba el norte del país. Aunque se ha reducido la violencia, hay en la actualidad más de 300,000 desplazados. Esa misma amenaza islamista, es la que sembraba el terror en una planta de gas en Argelia; 41 rehenes fueron ajusticiados, 37 de ellos extranjeros de ocho nacionalidades. Acciones terroristas que le produjeron al mundo vergüenza. A mediados de año, huyendo del hambre y la guerra más de 350 personas de Eritrea y Somalia perecían en las costas de Lampedusa, la isla siciliana que está más cerca de África que de Europa. Lo cual fue un pequeño ejemplo de la tragedia que viven muchos africanos, que tienen como única posibilidad de huir de la pobreza, lanzarse al mar para llegar a las costas europeas.

Más de 350 muertos frente a las costas de Lampedusa, la única forma de
huir de la pobreza para los africanos.
Pero desde la otra orilla de las anheladas costas del Mediterráneo, en Túnez la vanguardia de las revoluciones árabes, ha vivido un año de renuncias. El gobierno islamista que había ganado en las urnas, debió renunciar para evitar un baño de sangre a la egipcia y pasaba la posta a un ejecutivo de técnicos e independientes. Pero para Egipto, el país árabe más poblado con 85 millones de habitantes, el 2013 ha sido un año de retos revolucionarios, protestas, golpes o no golpes de Estado, el presidente Mohamed Mursi, elegido el año anterior, era depuesto por el ejército el 3 de julio, siguiendo las mayores manifestaciones de protesta de todo el continente africano, Egipto sigue en su revolución continua.

Pero para los que ya estamos acostumbrados a la violencia en el Magreb, la sorpresa provino de Kenia. El terror sin fronteras golpeo a la ciudad de Nairobi en el 2013, un exclusivo centro comercial en la capital de Kenia, a manos de un comando de Al Qaeda, causaba 39 víctimas mortales declaradas y al menos 150 heridos. Una de las ciudades más cosmopolitas del continente, sufría la venganza de los radicales islamistas de Somalia, porque el gobierno keniano había enviado tropas para apoyar al languidecido ejercito de ese asolado país. 

Egipto vivió este año una espiral de violencia, con golpes y no golpes de
Estado. Egipto y su revolucion continua.
Pero tratándose de Kenia, habría que recordar que este año, su presidente Uhuru Kenyatta fue convocado por la Corte Penal Internacional -CPI-, para ser juzgado por los delitos de lesa humanidad cometidos durante las protestas seguidas después de las elecciones presidenciales del 2007. Un importante hecho sin precedentes de la CPI, de abrir proceso penal a un dignatario en ejercicio.

Este año en África, el continente de las guerras interminables y los conflictos encarnizados, se vivieron el fin de algunas de estos enfrentamientos. Como un presagio de ello, se pude tomar el fallecimiento este año de Mihail Kalashnikov, el inventor del ferozmente celebre AK-47 el denominado "fusil de los pobres". Según las Naciones Unidas, cerca de 30 millones de estas armas automáticas, están presente en la actualidad, en más de 30 conflictos internacionales. En esas guerras donde reinan las Kalashnikov y donde las muertes diarias no causan mucha conmoción, acaso por no ubicarse en los focos principales de la geopolítica internacional, como el continente africano, han iniciado un lento proceso de pacificación; pero en otras los señores de la guerra siguen campeando sin piedad alguna, dejando la desolación a su paso.  


La rendición sin atenuantes de la brutal guerrilla del M23 en la República Democrática del Congo, vislumbra un mejor futuro para este país, luego de décadas de conflicto y cerca de cinco millones de muertos. La región de Casamance en Senegal, se vio obligada por las derrotas de su guerrilla armada, ha acercarse al gobierno de Dakar, para firmar un Acuerdo de Paz y deponer sus aspiraciones independentistas. En Somalia durante este año, fue ostensible la disminución de los atentados y las acciones armadas de los señores de la guerra. La ofensiva de un ejército más organizado y mejor preparado, que está controlando mayores regiones en este país, puede ser parte de la explicación, pero en Somalia, nunca está dicho todo.


Nairobi una de las capitales más cosmopolitas del África, fue escenario
del terrorismo islámico de Al Qaeda.
Pero la violencia se ha vuelto incontrolable, en un país casi olvidado, la República Centroafricana que desde el golpe de Estado de marzo pasado, ha tenido que enfrentar una lucha intestina de un grupo fanático que esta asolando a este castigado país. Esta violencia sectaria ha dejado más de 500 muertos. Como siempre Francia, su antigua metrópoli, solo ha buscado la solución militar, ha desplazado soldados para tratar de contener los enfrentamientos.  En Nigeria el primer país petrolero del continente, durante todo este año ha tenido que enfrentar al grupo integrista musulmán Boko Haram, que suele atacar objetivos cristianos, dejando hasta la fecha 4,000 muertos. A poco de terminar el año, el mapa de la violencia en África se incrementó, con el estallido de los enfrentamientos en Sudán del Sur, el conflicto armado -disfrazado de guerra étnica- entre los rebeldes y el ejército del presidente Salva Kiir ha causado miles de muertos las últimas semanas, según las Naciones Unidas. A pesar de las reuniones y los llamados a la paz de parte de los países vecinos, la espiral de violencia, en este recién independizado país petrolero, sigue cobrando vidas entre la población civil.

Tropas del ejército de la RDC ingresan a la ciudad de Goma, luego de
expulsar a los sanguinarios rebeldes del M 23.
Por otra parte, la paz que ya que se había alcanzado en Mozambique hace 22 años, parece alejarse de esta ex colonia portuguesa. Desde hace meses los choques armados entre los rebeldes del viejo grupo guerrillero RENAMO –Resistencia Nacional Mozambiqueña- y los soldados del ejército regular han asolado a diferentes ciudades de este empobrecido país. Los largos años en el poder del partido oficialista, las divisiones internas y las ansias de poder de los líderes rebeldes y sobre todo el abismo social que todavía existe en la sociedad mozambiqueña, a pesar del aumento de la inversión extranjera en su economía, lamentablemente estarían  atizando este retorno a las armas.

El año 2013, también ha sido un año de protestas en las calles, de marchas pacificas en varias capitales africanas reivindicando mejores condiciones de vida o mayores derechos democráticos. De Lomé, capital de la República de Togo, hasta Asmara en Eritrea, pasado por Libreville en Gabón; Banjul en Gambia, protesta que casi terminan en golpe de Estado o Harare en Zimbabue en donde multitudinarias manifestaciones no pudieron evitar la juramentación por séptima vez de Robert Mugabe como presidente de esta sufrida Nación. Expresiones de protesta, que evidencian el hartazgo y la rabia de millones de africanos, por sus precarias condiciones de vida y sus derechos políticos conculcados;  manifestaciones que muy bien podrían ser el germen de una “primavera africana subsahariana”.

El espíritu de Madiba hizo que el presidente Obama estrechara la mano, en
público del presidente Raúl Castro, el primer acercamiento de los dos
países desde la revolución castrista de 1,959.
Diecinueve años han pasado desde que Nelson Mandela fuera elegido democráticamente como el primer presidente negro de Sudáfrica, el país del apartheid. Y precisamente este año, el gran Madiba pasó a la inmortalidad, dejando al mundo huérfano de héroes. En su entierro, que convocó a más líderes políticos de todo el mundo, que la misma Asamblea General de la Naciones Unidas, el presidente Barck Obama, aclamado como un héroe en el estadio de Soweto, daba el adiós universal al hombre convertido en símbolo. Y quizás fue el mismo espíritu de Madiba, el que hizo que el presidente Obama, en plena ceremonia, estrechara la mano del líder cubano Raúl Castro, el primer acercamiento entre Estados Unidos y Cuba, cuanto menos físico, desde la revolución castrista de 1,959.

A la luz de este breve resumen, podemos constatar que el 2013 fue para el África un año de contrastes, de luces y sombras. Varios conflictos armados pasan al 2014 sin paz en el horizonte. Sólo algunos amainaron en el año que se va y ciertas negociaciones en curso podrían arribar a buen puerto en los próximos 12 meses. Como fuere, el año que se está yendo a sido un año con matices, quizás como el que vendrá.






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