PARA ENTENDER LA TRAGEDIA
DEL CONGO
Por: Javier Fernando Miranda Prieto
En el año 2003, a las pocas semanas del inicio de los
bombardeos de la aviación norteamericana sobre las ciudades iraquíes, un
reportero de la televisión española, entrevistaba en un hospital de Bagdad, a
una víctima de estos despiadados ataques aéreos. Era una niña de ocho años con
el brazo destrozado que ya había sufrido once operaciones, la pequeña le dijo
al reportero mirando a la cámara: “Ojala
no tuviéramos petróleo”.
En el Corán o en la Biblia podrían estar, aunque no estén,
profecías como esta: “Las riquezas
naturales serán la maldición de las gentes”. Eso es lo que pienso cada vez
que leo sobre la siempre inestable y conflictiva situación política y
humanitaria que padece recurrentemente la República Democrática del Congo RDC.
Un país que atesora en su suelo una inmensa riqueza de recursos naturales, pero que a través de la historia estas mismas riquezas se han convertido en una verdadera maldición, en el origen de todos sus males. Porque lejos de ofrecerle estabilidad, desarrollo económico o bienestar a su población, fueron el origen de su crónica instabilidad política y de una violencia que trajo muerte, invasiones, guerras, atraso y la pobreza laceran en que vive su gente.
“El Congo ha sido víctima de la llamada
“maldición de los recursos”, lo que lo ha
llevado a la inestabilidad y el conflicto
permanente desde antes de su independencia”
La RDC, es uno de los países más grandes y con más recursos
naturales estratégicos de África. Su historia y geopolítica están signadas por
la lucha constante por el control de sus minerales: en su subsuelo se hayan
grandes reservas de oro y diamantes, pero también se concentra el 74% del cobalto
del mundo y el 80% del coltán, ambos esenciales para la transición tecnológica
de la competitiva industria de los equipos de comunicación de última
generación.
El Congo ha sido víctima de la llamada “maldición de los
recursos”, lo que ha llevado a que el país viva sumergido sistemáticamente en
la inestabilidad y el conflicto permanente desde su colonización y posterior
independencia hasta la actualidad.
Como se recuerda, con el reparto de África en el siglo XIX,
el Congo quedó en manos del rey belga Leopoldo II, quien controló el país de
forma brutal y asesina, con abusos sistemáticos y crímenes contra la población
originaria. Su objetivo era exportar recursos de la región como el caucho y el
marfil, materias primas muy demandadas en una época de fuerte desarrollo
industrial. En 1908, el Congo pasó a ser una colonia del reino de Bélgica, que
apenas invirtió en el desarrollo de este vasto territorio. En 1960, en pleno
proceso de descolonización tras la Segunda Guerra Mundial, nació la República
Democrática del Congo, conocida como Zaire entre 1971 y 1997.
“Toda esta situación
bélica ha causado el
desplazamiento interno de 5,6 millones
de congoleños desde comienzos de 2022”
Situada en el centro de África, este gigantesco territorio
tiene más de 105 millones de habitantes. Sin embargo, gran parte del norte del
país apenas está habitado, ya que se encuentra cubierto por una gran masa
selvática que constituye la segunda mayor superficie de bosques tropicales del
mundo, solo superada por la Amazonía. Antes de la llegada de los europeos, los
reinos de la zona, como el Kongo, se situaron alrededor de esta selva, los que
le permitía estar cerca de una gran cantidad de recursos naturales.
La zona este del Congo es la más rica en minerales. Esta
cantidad de recursos naturales y su importancia para el comercio mundial han
convertido a esta región congoleña en la más inestable del país. Ya en el
pasado, dos de sus vecinos del este, Ruanda y Uganda, entraron en la RDC y
dieron comienzo a las llamadas: Primera Guerra del Congo (1996-1997) y Segunda
Guerra del Congo (1998-2002).
Más recientemente, el pasado 27 de enero, rebeldes del grupo
M23 apoyados por el ejército ruandés se hicieron con el control de Goma, ciudad
de dos millones de personas y situada cerca de la frontera con Ruanda, en la
estratégica provincia de Kivú, que alberga al Kivú-Norte con su capital Goma y
Kivú-Sur con la ciudad de Bukavu como capital. Toda la región de kivú fue
invadida y ocupada por las tropas ruandesas. Toda esta situación bélica ha
causado el desplazamiento interno de 5,6 millones de congoleños desde comienzos de
2022.
“La densidad de población de Ruanda
está entre las más altas de África, por eso
piensa extenderse hacia las regiones
menos pobladas del Congo, como las
provincias de Kivú”
Por su parte, la región del sur congoleño está caracterizada
por una extensa sabana y una relativa tranquilidad comparada con la
inestabilidad propia de este del país. Sin embargo, es en esta zona donde se
encuentra el principal movimiento independentista que ha tenido el Congo y uno
de los más icónicos de la historia del continente africano, Katanga. Este
territorio fue independiente desde 1960 hasta 1963.
Solo en esta región del extremo sudoriental se encuentran más
reservas de cobalto que en el resto del mundo. Estos yacimientos están
conectados por vías férreas al rio Congo y sus afluentes. Además, la riqueza
minera de la región de Katanga ha atraído a empresas internacionales que
explotan los recursos de estas minas, aunque varias de estas empresas han sido
denunciadas por abusos de derechos humanos contra su población.
Un factor fundamental, para tratar de entender la tragedia
que se vive en el Congo, es el rol que desempeña la vecina Ruanda en este
conflicto. Para entender la situación de violencia que se vive en las
provincias de Kivú (norte y sur), mucho tiene que ver los anhelos
expansionistas del gobierno ruandés. Muchos informes de expertos de la ONU han
reiterado que los rebeldes que desestabilizan el este del Congo, cuentan con el
apoyo de Ruanda, que les suministran armamento y apoyo logístico.
“El crecimiento económico que disfruta Ruanda,
se sustenta en el pillaje que realiza de los minerales
ubicados en la región este del Congo”
Ruanda y su presidente Paul Kagame actúan de esa manera por
dos motivos principales: por la presión demográfica: La densidad de
población de Ruanda está entre las más altas del África subsahariana, con 230
hb/km2 (mientras que la de la RDC es de 54 hb/km2). Y para evitar el colapso,
Kagame sueña con extenderse hacia las regiones menos pobladas al este del
Congo, como es la región de Kivú. Además, los ruandeses creen que desestabilizando
esta zona del vecino país poco a poco Ruanda podría colonizarla.
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| Para entender la situación de violencia que se vive en Kivú (sur y norte), mucho tiene que ver los anhelos expansionistas de la vecina Ruanda. |
El otro motivo es el provecho económico: El crecimiento
económico, del que a todas luces disfruta Ruanda, se sustenta en el pillaje que
realiza de los minerales del Congo. Según reportes de las NN.UU. Ruanda es el
punto nodal del comercio ilegal de los minerales estratégicos robados del país
vecino. Llama poderosamente la atención que Ruanda se haya convertido en
exportador neto de minerales, como el muy estratégico coltán, cuando nunca se
ha producido y extraído de su suelo.
La tragedia del Congo se debe afrontar teniendo en cuenta los
factores externos e internos que la condicionan y la preservan, como la no
solucionada dialéctica étnica; la situación demográfica; los intereses
económicos contradictorios, generados por las grandes potencias, las empresas
transnacionales mineras y por el gran valor estratégico que tiene el país.
La solución definitiva para el conflicto político-militar en
el Congo, no solo tiene que ver con estrategias militares, con planes
ofensivos, con la conformación de comandos unificados o con acuerdos falaces
promovidos por una potencia en particular, la paz para el Congo debe pasar
principalmente por un dialogo político y directo con Ruanda, el expansionista y
agresivo vecino del Congo; por una autentica salida política al problema de los
refugiados hutus; por el retiro definitivo y sin condiciones de todos los
grupos armados provenientes de Ruanda y Uganda; pero sobre todo, por una
verdadera trasformación del Estado congoleño, una transformación en que la
población tome parte de las decisiones políticas, en la distribución y acceso
de sus recursos naturales y en las decisiones que involucren el pleno respeto a
sus derechos de participación política y derechos democráticos. Sin estas
condiciones mínimas, la paz no volverá nunca a la RDC.


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