Tuesday, September 16, 2025

 BURKINA FASO: TRAS EL LEGADO DE SANKARA

Por: Javier Fernando Miranda Prieto

Una semana antes de ser asesinado, Thomas Sankara expresó ante su pueblo, lo que sería su propio epitafio.
El legado del líder burkinés sigue guiando los pasos de "la Nación de los hombres íntegros".

El actual liderazgo de Ibrahim Traoré en Burkina Faso ha despertado ecos del pasado. Como en los tiempos de su referente histórico Thomas Sankara, el joven presidente africano desafía el orden internacional con una visión y ejecutoria nacionalista y panafricana.

Esta aptitud lo coloca en la mira de las grandes potencias, tal como ocurrió con figuras emblemáticas como Patricio Lumumba del Congo, Amílcar Cabral en Guinea Bissau, Kwame Nkrumah de Ghana o el propio Sankara en Burkina Faso. ¿Su “pecado”?  Enfrentar el colonialismo, defender la autodeterminación africana y reclamar los ricos recursos del continente para su pueblo.

Traoré asumió el poder el 6 de octubre de 2022 a través de un golpe de Estado, uno más en la larga lista de golpes en África durante los siglos XX y XXI. La historia de África se resume en pocas líneas, desde la llegada de las potencias coloniales, con la llamada “civilización occidental y cristiana” la cual colonizó el continente a sangre y fuego. Alemania, Francia, España, Portugal, Italia y Reino Unido se repartieron el continente y se enriquecieron extrayendo sus riquezas naturales a través del tráfico de esclavos.

Crearon países a su conveniencia con lápiz y regla sobre el mapa, y fueron crueles con las poblaciones nativas. Vale la pena recordar que algunas de las peores matanzas del siglo XX ocurrieron en el África subsahariana y fueron cometidas por quienes siguen arrogándose un “espíritu” civilizatorio.

             “La historia de África se resume en pocas líneas,

             con la llamada: civilización occidental y cristiana

              la cual colonizó el continente a sangre y fuego”

A comienzos de la década de 1960, gran parte del continente alzó su independencia impulsada por jóvenes líderes nacionalistas, decididos a romper los lazos con las antiguas potencias coloniales. Sin embargo, la mano “invisible” de Europa estuvo presente en numerosos golpes de Estado y en el asesinato de varios de ellos, con la complicidad de “compañeros de ruta” que luego disfrutaron de los privilegios y prebendas que les ofrecía occidente. Mientras les fueron útiles.

En 1960 se proclamó la independencia de Alto Volta, un nombre impuesto por Francia en alusión al rio Volta que atraviesa el país. Esta no fue fruto de una revuelta popular, como en el caso de Argelia, sino el resultado de un acuerdo en el marco de la política de descolonización impuesta por el presidente francés Charles De Gaulle tras la proclamación de la V República en 1958.

El nuevo país nació rodeado de Mali, Níger, Benín, Togo y Costa de Marfil, todos ellos también creados artificialmente por Francia; y de Ghana, creada por los británicos. Como tantos otros países “independizados” por la metrópoli, la dependencia era tan grande que sin ella no podían sobrevivir. De hecho, las excolonias francesas siguieron usando el Franco de las Colonias, una moneda creada en 1945, anclada al franco francés (ahora al euro) y cuya paridad era manejada desde Paris. 

              “Las excolonias francesas siguieron usando

            el Franco de las Colonias, anclada al Franco

        francés y cuya paridad era manejada desde París”

El 4 de agosto de 1983, el joven militar de apenas 33 años tomó el poder mediante un golpe de Estado. Rápidamente impuso una reforma agraria, la autosuficiencia alimentaria y amplias campañas de alfabetización y de vacunación masivas. Por otra parte, se negó a pagar la deuda externa y criticó las políticas de ajuste del Fondo Monetario Internacional FMI.

El 4 de agosto de 1984, en el primer aniversario de la revolución, utilizando expresiones en lenguas locales reemplazo el nombre de Alto Volta por Burkina Faso (Nación de los Hombres Íntegros). Dos meses después, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, pronuncio un discurso de fuerte tono nacionalista y antiimperialista.

Le explicó al mundo que su país era muy rico -especialmente en oro- pero su pueblo también muy pobre. Criticó la herencia colonial, citó al líder independentista cubano José Martí, y pidió la liberación de Nelson Mandela, cuando pocos lo hacían fuera de África y en gran parte del mundo occidental se le consideraba un “terrorista”.

                “Ha encendido las alarmas en Francia por la

                Alianza estratégica con Mali y Níger, así como

             por la expulsión de las bases militares y las tropas

                               francesas de su territorio”

Las ideas de Sankara debían de ser frenadas a toda costa. En 1987, un golpe de Estado liderado por su “compañero” Blaise Compaoré lo derrocó, y poco después Sankara fue asesinado. Rápidamente se desmantelaron las políticas sociales y económicas progresistas, retomándose las buenas relaciones con Francia y embarcando al país en una espiral de duda externa con los organismos de crédito internacional.

Compaoré gobernó durante 27 años, hasta que fue derrocado en el 2014 por un levantamiento popular. Luego de varios gobiernos de transición, elecciones y golpes, en setiembre de 2022 el capitán Ibrahim Traoré tomó el poder y revindico la figura y el legado de Sankara tras décadas de persecuciones y proscripciones del histórico líder y sus seguidores.

Traoré se presenta como el heredero de Sankara. Aunque por ahora su discurso es más moderado, ya ha encendido las alarmas en Francia por la alianza estratégica que selló con Níger y Mali, así como por la expulsión de las bases militares y las tropas francesas de su territorio. Como si esto fuera poco, el 9 de mayo participó en Moscú en el 80 aniversario de la victoria sobre el nazismo, junto a otros líderes mundiales invitados por Vladimir Putin.

África no es un continente pobre, sino empobrecido, suele afirmar Traoré. “Estamos aquí pasa seguir el legado de Thomas Sankara”...¿Lo dejarán?

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