Wednesday, January 29, 2025

 

¿RUANDA  ES  EL  ISRAEL  AFRICANO?

Por: Javier Fernando Miranda Prieto 

Desde el pasado domingo 26 de enero, miles de personas huyen de Goma, ciudad al este
de la República Democrática del Congo, ante la presencia de las milicias del M23,
despiadada banda armada proveniente de la vecina Ruanda.

La ciudad congoleña de Goma ha caído en manos del grupo rebelde M23, respaldado por la vecina Ruanda. Mientras el Gobierno congoleño habla de una “declaración de guerra”, Occidente apenas reacciona. ¿Habrá alguna acción para detener la anexión? ¿Occidente reaccionará como cuando Rusia invadió Ucrania o cuando Hamas inició su operación militar contra Israel?

El 27 de enero de 2025, el grupo rebelde M23, apoyado por Ruanda, tomó la ciudad de Goma, en el este de la República Democrática del Congo. Goma tiene 1,5 millones de habitantes y está rodeada de cientos de miles de desplazados. Es un nuevo episodio en una guerra olvidada que, desde 1996, ha causado la muerte de seis millones de personas. Estamos hablando del conflicto más sangriento de las últimas décadas.

El Movimiento 23 de Marzo M23 es un ejército rebelde que afirma defender los derechos de la comunidad tutsi congoleña, que a menudo se siente marginada y amenazada en la región. Las tensiones étnicas en la región tienen raíces profundas que se remontan al genocidio de Ruanda en 1994. Después del genocidio milicias hutus (responsables del genocidio) cruzaron la frontera hacia el Congo, lo que provocó conflictos continuos entre tutsis y hutus en la zona.

               “Las tensiones étnicas tienen raíces profundas

             que se remontan al genocidio de Ruanda de 1994”

Pero son sobre todo los motivos económicos los que desempeñan un papel importante en la motivación del M23. El este del Congo es muy rico en recursos como oro, estaño y coltán. El ejército rebelde utiliza estas riquezas como fuente de ingresos al controlar minas, gravar el comercio y exportar minerales ilegalmente a países vecinos como Ruanda. Esto le genera ingresos mensuales significativos.

La ciudad de Goma, capital de la provincia congoleña de 
Kivú Norte, está estratégicamente ubicada en una zona minera
rica en yacimientos de oro, cobalto, coltan y estaño.

El papel de Ruanda no debe subestimarse. El M23 tiene estrechos vínculos con el Gobierno ruandés, que, según informes de la ONU, apoya al grupo para mantener su influencia y acceder a los valiosos recursos del Congo. Ruanda utiliza este movimiento como una herramienta para obtener control estratégico sobre la región. Según la ONU, Ruanda ha enviado miles de tropas al otro lado de la frontera, incluidas baterías antiaéreas, francotiradores, vehículos blindados y fuerzas especiales.

La capacidad del M23 para operar tan fácilmente está relacionada con la debilidad del Gobierno congoleño. El este del país ha estado marcado durante años por una mala gobernanza, corrupción y una presencia limitada del Gobierno central. En este vacío, el M23 puede prosperar.

La toma de esta estratégica ciudad por parte del M23 ha provocado un pánico masivo entre los habitantes. Goma es un centro médico para la región. Como resultado de las hostilidades, la atención médica casi ha colapsado, lo que amenaza con provocar una catástrofe humanitaria.

Además crece la preocupación por una posible guerra regional. El presidente congoleño considera la toma de Goma como una “declaración de guerra”. Y no es una exageración. El grupo rebelde forma parte de la Congo River Alliance, una coalición de grupos rebeldes y partidos políticos liderada por Corneille Nangaa. Esta alianza busca derrocar al Gobierno congoleño. La caída de Goma podría ser, al igual que la caída de Alepo en Siria, el comienzo de la toma del poder en todo el país.

      “Occidente no quiere poner en peligro la importación

         de minerales estratégicos y, por lo tanto, no quiere

                  incomodar al presidente de Ruanda”

Sea como fuere, en una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU el último domingo 26 de enero el secretario general António Guterres hizo un llamado a la retirada inmediata de los rebeldes y destacó la necesidad de la cooperación internacional para desescalar el conflicto.

Un informe reciente de la ONU afirma que Ruanda busca ocupar a largo plazo el área alrededor de Goma, un eufemismo para “anexión”. A la luz de este informe, las alarmas deberían estar sonando en las capitales occidentales. Sin embargo no es el caso. Hay condenas, pero no se han tomado ni anunciado sanciones.

Sin embargo eso es lo que debería hacerse. Occidente podría fácilmente presionar a Ruanda y al M23. El Gobierno ruandés depende en gran medida de la ayuda externa. Al menos un tercio de su presupuesto público proviene de la cooperación internacional y el país depende de una buena reputación para atraer turistas e inversores.

Retrato de familia. Los Estados Unidos siempre han tenido
una relación privilegiada con el gobierno dictatorial de 
Paul Kagame de Ruanda.

En 2012 el M23 ya ocupó Goma, pero tras la presión occidental los rebeldes se retiraron después de diez días. Es muy cuestionable si esto volverá a suceder ahora, dados los grandes intereses en juego.

En primer lugar está el factor contan, una materia prima esencial para smartphones, laptops, la industria aeroespacial y los sistemas GPS. Entre el 60 y 80 por ciento  de las reservas de coltán se encuentran en el este del Congo. En 2023 Ruanda exportó 2,070 toneladas de coltán, lo que lo convirtió en el mayor exportador a nivel mundial. Los principales compradores incluyen a China, Estados Unidos y varios países europeos. China tiene una ventaja tecnológica en el refinamiento del coltán y ha acumulado grandes reservas.

          “Para los EE.UU Ruanda actúa como un contrapeso

             a la creciente presencia de China y Rusia en África”

Occidente no quiere poner en peligro la importación de este mineral indispensable y, por lo tanto, no quiere incomodar demasiado al presidente Kagame de Ruanda. Por otro lado, para Europa hay otro motivo adicional, ya que Kagame también es útil para sus intereses en el continente africano. Por ejemplo, la Unión Europea otorgó 40 millones de euros al ejército ruandés para una misión en Mozambique. Francia insiste en que las tropas ruandesas permanezcan en el norte de Mozambique para proteger las instalaciones de gas offshore de Total-Energies contra los rebeldes islamistas.

Además la UE y sus estados miembros invierten más de 900 millones de dólares en Ruanda a través del programa Global Gateway. Bajo el anterior Gobierno conservador, el Reino Unido quería enviar solicitantes de asilo a Ruanda para desalentar la migración ilegal.

Sin olvidar, que para los Estados Unidos Ruanda actúa como un contrapeso a la creciente influencia de China y Rusia en África, especialmente porque el país parece preferir la cooperación con los países occidentales. En una época en la que China y Rusia están ampliando su influencia en África, Washington utiliza la asociación con Kigali para reforzar la presencia de los Estados Unidos en la región.

En cierto modo Ruanda actúa en África como un Israel africano. Por esta razón es poco probable que Occidente ejerza presión significativa sobre Ruanda y el M23 como lo hizo en 2012.

Como señalaba Jason Stearns, el principal columnista del Financial Times, este lunes: “Los intereses nacionales, la migración y las inversiones comerciales pesan más que las cuestiones humanitarias. (…) No es de extrañar que Rusia sea cada vez más popular entre los congoleños”.

Tuesday, January 28, 2025

 

¿QUIÉNES ASESINARON A PATRICIO LUMUMBA Y A AMILCAR CABRAL?

Por: Javier Fernando Miranda Prieto 

Patricio Lumumba (1925-1961), líder nacionalista congoleño, fue
Primer Ministro de la actual República Democrática del Congo.

El mes de enero fue testigo de dos asesinatos en la historia de la lucha de los pueblos africanos por conquistar su libertad con dignidad. El antiguo Zaire, controlado por Bélgica, y Guinea-Bissau, colonizado por los portugueses, fueron los espacios territoriales que vieron nacer a Patricio Lumumba (1925-1961) y a Amílcar Cabral (1924-1973). Patricio Lumumba fue asesinado el 17 de enero de 1961 y Amílcar Cabral 20 de enero de 1973. Ambos líderes anticolonialista africanos se opusieron con audacia, inteligencia, constancia y una sostenida posición ideológica, sustentada con mucha transparencia y ejemplo de consistencia en la lucha por la igualdad de sus pueblos.

Patricio Lumumba, logró oponerse al imperialismo del Rey Leopoldo II de Bélgica quien, al inaugurar la Conferencia de Berlín de 1885, había convertido a la antigua Zaire en una gran paila del infierno para extraer, a costa de asesinatos, las riquezas minerales y forestales de ese territorio. Antes de Patricio Lumumba, el líder religioso Simón Kimbangu había intentado, a través de un movimiento espiritual llamado Kimbanguismo, oponerse a la explotación bestial de los belgas, pero fracasó en el intento y murió en la cárcel de Lubumbashi, actual territorio de la República Democrática del Congo,  el 12 de octubre de 1951.

          “El Congo se convertirá en un trampolín para la

               liberación de todo el continente africano”.

                                      Patricio Lumumba

Patricio Lumumba, a través de un complejo proceso histórico intelectual, militante y en el marco de una apertura democrática tutelada por los belgas, logró la magistratura de Primer Ministro y, en su célebre discurso de instalación frente a los poderes imperialistas encabezados por el Rey de Bélgica y altos representantes gubernamentales de Francia y Estados Unidos, expresó con irreverencia ese 30 de junio de 1960: “Ningún congoleño digno de llamarse así olvidará jamás que la independencia se ganó luchando (…). No podríamos estar más orgullosos de esta lucha de sangre, fuego y lágrimas, porque ha sido una pugna justa y noble”.

Los “mundeles”, como se les llamaba a los  blancos colonialistas, estaban incómodos por la firmeza con que Lumumba expresaba palabra por palabra los retos del pueblo congoleño contra el colonialismo de los belgas. La gota discursiva de Lumumba que enfureció a los belgas fue cuando expresó que “El Congo se convertirá en un trampolín para la liberación de todo el continente africano”.

Amílcar Cabral (1924-1973), intelectual y 
guerrillero de la actual Guinea Bissau, antigua 
colonia portuguesa del oeste africano.

A partir de allí, la CIA y la policía secreta de los belgas harían varios intentos de asesinar a Lumumba hasta lograr, con aliados internos como el coronel Mobuto Sese Seko, darle el golpe final el 17 de enero de 1961. Lo apresaron, le cortaron las manos y lo quemaron cuando apenas tenía cinco meses como primer ministro y 55 años de edad. En un documento desclasificado, la CIA reconoce que sí participo en ese asesinato, luego el Che Guevara ante la Conferencia de las Naciones Unidas ofreció vengarlo y es ahí cuando el Che se va al Congo y forma la guerrilla bajo el pensamiento anticolonial de Patricio Lumumba.

Doce años después, el 20 de enero de 1973, en horas de la noche, cae asesinado en Conakri, Guinea, a la edad de 48 años, unos de los líderes africanos que poseía un pensamiento denso dentro las elaboraciones teóricas contemporáneas contra el colonialismo y la liberación de África y los pueblos esperanzados del mundo. Se trataba del agrónomo revolucionario Amílcar Cabral, quien fue el liberador de dos países africanos: Guinea Bissau y Cabo Verde, repercusión independentista que se extendió a la Isla de Santo Tomé y Príncipe. Autocrítico, Cabral nunca rehuyó los diferentes frentes de batalla como la guerra de guerrillas, la diplomacia, la formación ideológica y la incesante producción intelectual como resultado de su praxis permanente.

                       “Hay que escuchar a la gente.

      Hay que aprender de la gente. No digan mentiras.

                         No canten fáciles victorias”

                                     Amílcar Cabral 

Todos los que conocieron al histórico líder guineano, siempre han hecho notar su sencillez y su gran altura intelectual, configurándolo como el prototipo del nuevo hombre africano. Amílcar Cabral fue uno de los pioneros de la lucha continental africana contra el colonialista, dejando una profunda huella para las generaciones posteriores.

Tanto su pensamiento antimperialista como su anticolonialismo interno y su honestidad revolucionaria expresan sensiblemente que su ejemplo sigue teniendo vigencia en estos momentos cruciales para el mundo, donde se hacen urgente reinventar nuevas prácticas para hacer frente a las nuevas formas de dominación y colonialismo.

El crimen de Lumumba y Cabral formó parte de una estrategia más amplia ideada por las potencias occidentales, sus antiguas metrópolis y las corporaciones mineras que tenían muchos intereses en el recién independizado continente africano. Estos agentes colonialistas recurrieron en más de una oportunidad, al asesinato de líderes revolucionarios con el objetivo de tratar de desmovilizar los movimientos de liberación. 

La infiltración en sus organizaciones políticas y militares, las divisiones internas que ellos mismos generaban y la traición fueron tácticas utilizadas por el colonialismo belga y portugués, para poder mantener su control sobre las colonias recién independizadas.     

Como vemos, el mes de enero de cada año no solo es propicio para conmemorar las muertes de Patricio Lumumba y Amílcar Cabral, sino lo más importante es seguir su ejemplo de vida, de compromiso y de lucha.

Monday, January 20, 2025

 

DONALD  TRUMP: 

EL  FASCISMO SUPÉRSTITE”

Por: Javier Fernando Miranda Prieto 

Donald Trump vuelve a la Casa Blanca como criminal convicto, con el deseo de perpetrar
la instalación de un "fascismo supérstite" en el mismo corazón del capitalismo mundial. 

Eran los últimos meses del primer reinado de Donald Trump, como presidente de los Estados Unidos y había ganado Biden, pero Trump se negaba a aceptar su derrota y desató una campaña para evitar que este asuma el poder. Inició decenas de acciones legales para subvertir los resultados y las perdió todas. Realizó actos delictivos y criminales, como forzar a una autoridad encargada de certificar los votos en Georgia para que le “consiga” algunos votos, y hasta soliviantó a turbas de seguidores para que invadieran el Capitolio y evitaran que el Congreso certifique el triunfo de Biden en una insurrección sin precedentes; un conato de golpe de Estado que se cobró la vida de varias personas, incluyendo varios policías, y puso en riesgo la vida de su propio vicepresidente y otros congresistas.

Hoy 20 de enero, Trump vuelve nuevamente a la presidencia como criminal convicto (excusado de purgar cárcel), pero no por los mencionados delitos, sino por sobornar a una actriz porno y falsificar documentos para evitar que el caso de su vínculo con ella saliera a la luz durante su primera campaña presidencial. Y pese a que las pruebas de los crímenes de Trump son contundentes, la insurrección del Capitolio fue transmitida en vivo; varios de los que participaron en ella están en la cárcel, y a su ex-abogado Rudy Giuliani le quitaron la licencia para ejercer su profesión; Trump ganó abrumadoramente. No porque muchos estadounidenses se volvieron súbitamente republicanos, sino porque millones de demócratas no vieron la razón para salir a votar por Kamala Harris.

           “El periodo que se inicia hoy, es la prueba más

                elocuente de que ahora una democracia

                                   puede ser fascista”                

La mayor paradoja es que ahora, que es un criminal convicto, es más popular que cuando gobernó por primera vez y no lo era. Además del respaldo de una parte significativa de la prensa liberal como The Washington Post y el Los Angeles Times -la misma que durante su primer gobierno llevaba la cuenta de cuántas mentiras decía Trump al día…-, Trump goza del apoyo de los empresarios más ricos de EEUU y del mundo -Bezos, Zuckerberg y Musk-, dueños de empresas tecnológicas gigantes que han transformado nuestra forma de comunicarnos, relacionarnos, comprar y hasta trabajar.

El favorito de Trump, Elon Musk, que asumirá un cargo en su Gobierno, y el hombre más rico del mundo, no solo es dueño de X (ex-Twitter), sino de Telsa, la compañía de autos eléctricos, y Starlink, la compañía espacial que posee el 60 % de los satélites que orbitan en la tierra. Estos magnates han donado cientos de millones para la campaña presidencial de Trump y para su ceremonia de inauguración. Atrás quedaron los días en que Zuckerberg y el entonces dueño de Twitter bloquearon a Trump de sus plataformas por promover falsedades y desinformación. Más bien y después del anuncio de Zuckerberg de que Meta ya no va a hacer fact-checking en Facebook, el que la verdad no importa ya es oficial.

La toma del Capitolio, hace cuatro años, por bandas armadas,
fue la expresión más evidente de la existencia de una 
conducta fascista y autoritaria en gran parte
de la población norteamericana.

Pero no nos engañemos. Trump no es un fascista que vino a destruir una democracia impoluta.  No solo porque se trata de un país profundamente racista, marcado por su historia de exterminación masiva de nativos americanos y el despojo de sus tierras, así como la esclavitud africana, sino porque su reelección no hubiera sido posible sin el acomodo liberal que acabo de describir y sin el apoyo o aquiescencia de sectores ilustrados de la prensa del mainstream, y del poder corporativo. Gracias, en buena parte, a ellos, Estados Unidos tendrá por primera vez como presidente a un criminal convicto. Trump, el millonario de la farándula, el supremacista blanco de fortunas de dudosa honestidad es el nuevo statu quo, "the new normal" como se diría en inglés. Su reelección expresa el fin de la antinomia "democracia vs fascismo" que definió la política internacional desde la Segunda Guerra Mundial. 

El periodo que se inicia, es el fin de una época. Es la prueba más elocuente de que ahora una democracia puede ser fascista, es el fascismo supérstite (sobreviviente). Y es tal vez el último estertor colonialista de un imperio decadente. No hace falta analizar mucho, porque Trump lo ha expresado claramente. Lo ha dicho sin rubor que quiere invadir Panamá para recuperar el canal, anexar Canadá y tomar Groenlandia. El "Destino Manifiesto". El mundo se divide en pueblos civilizados (los blancos) y los pueblos bárbaros (los demás) que no pueden gobernarse a sí mismos pero deben ser gobernados.  

                      “Estados Unidos tendrá por primera vez

                      como presidente a un criminal convicto”                         

El frustrante y mediocre gobierno de Joe Biden fue la antesala de este fascismo sobreviviente. A Biden le quedó chico el cargo, su pusilanimidad y la corrupción política dejaron un país a la deriva cuando tuvo que enfrentar su prueba de fuego: Gaza. Su apoyo incondicional a un genocidio de palestinos perpetrado por Netanyahu, que se ha llevado más de 64 mil vidas y ha convertido a la Franja de Gaza en un lugar inhabitable, que abrazó también la candidata demócrata Harris, resultó moralmente reprehensible para millones de estadounidenses y prácticamente les costó la elección.

¿Cómo diferenciar a un Biden rendido a los pies de Netanyahu de un republicano supremacista blanco, en su desprecio a las vidas palestinas? ¿Qué diferencia sustancial puede haber entre los demócratas que aplauden y apañan a un genocida con orden de captura por crímenes de guerra por la Corte Internacional de Justicia y los republicanos que han entronizado como presiente a un criminal convicto?

Lo que se ha inaugurado hoy en los salones del Capitolio en los Estados Unidos, son los estertores de un régimen imperial decadente, que para poder sobrevivir solo le queda aferrarse a un fascismo supérstite.

Saturday, January 18, 2025

 

CAMERÚN:

LA VIOLENCIA VISTA DESDE LA SUITE DE UN HOTEL

Por: Javier Fernando Miranda Prieto 

Desde hace cuatro años se ha agudizado la violencia en la región de habla inglesa de Ambazonía, al oeste de Camerún. Grupos armados revindican su autonomía política y una mejor y más equitativa distribución de los ingresos.

Camerún parece un país inmóvil. Las y los cameruneses solo conocen a dos presidentes desde su independencia en 1960. El primero, Ahmadou Ahidjo (presidente de 1960 a 1982), que ni siquiera puede pretender ser el padre de la independencia del país, ya que estuvo del lado de los colonizadores franceses contra la principal organización nacionalista: la Unión de los Pueblos de Camerún. En cuanto a su sucesor Paul Biya, el presidente en ejercicio desde 1982, pasa la mayor parte de su tiempo en una lujosa suite del Hotel Intercontinental de Ginebra acompañado de su esposa, la señora Chantal Biya, en unas siempre placenteras y recurrentes vacaciones. Esta inmovilidad que podría sugerir estabilidad es engañosa. Es una tranquilidad aparente que encubre una fuerte oposición violenta que socava el país. 

Una violenta extrema que proviene tanto de la región de habla inglesa, que en los últimos años ha generado un conflicto armado revindicando mayores derechos ciudadanos para la población anglófona, como de los constantes ataques de la banda yihadista nigeriana Boko Haram, que a pesar de sus divisiones internas y sus repliegues tácticos, sigue siendo una amenaza para la seguridad y tranquilidad del pueblo camerunés.

Antes de su independencia, el 85% del territorio de Camerún estaba bajo la tutela de Francia, el resto dependía de Gran Bretaña, tras la pérdida de Alemania de sus colonias africanas, a raíz de su derrota en la Primera Guerra Mundial. En el momento de la descolonización, las poblaciones de los territorios administrados por el Reino Británico solo tenían dos posibilidades: unirse al país vecino, Nigeria, una elección hecha por parte de la población de habla inglesa, mientras la otra parte prefirió asociarse con el recién independizado Camerún. Esta opción fue motivada por un acuerdo que define el país como federal. Fue precisamente este acuerdo el que Ahidjo puso en tela de juicio en beneficio de una república hiper-centralizada que rápidamente se convirtió en dictadura.

              “La corrupción demostrada, de altos oficiales

             del ejercito camerunés, le ha permitido a Biya

                 no ser derrotado por un golpe de Estado”

El actual presidente Biya tuvo que hacer ajustes cosméticos a la dictadura, para ser aceptada por la comunidad internacional, manteniendo la política de desprecio y brutalidad hacia las poblaciones angloparlantes, algunas de las cuales se han radicalizado en los últimos cuatro años. Desde fines de 2019 numerosos cameruneses anglófonos se organizaron en milicias armadas dispuestos a luchar por la independencia de la región oeste del país, proclamando la República Federal de Ambazonia, que incluye las dos provincias anglófonas y desconociendo al gobierno central camerunés, formándose un gobierno interino en el exilio. El nombre Ambazonia se deriva de la bahía de Ambas, donde los británicos llegaron a mediados del Siglo XIX. 

Paul Biya presidente de Camerún y su esposa Chantal Biya,
dos peculiares personajes, que sino fuera por su ejecutoria
corrupta y autoritaria, serían simples bufones de la política 
africana.

Los secesionistas de habla inglesa han decidido militarizar su lucha. Atacan todos los símbolos del Estado camerunés. No dudan en ejercer terror sobre las poblaciones que no siguen su lema de boicotear el Estado, llegando incluso a ejecutar a opositores. En cuanto al ejército gubernamental, este se caracteriza por una brutal violencia, alentada por la casi impunidad. En ambas partes se cometen crímenes de guerra contra civiles, realmente tomados como rehenes. Para muchos de ellos la única solución es la huida. Así, desde hace cuatro años, más de 700 mil personas están desplazadas dentro o fuera del país.

Por lo pronto, la violencia en la región de Ambazonia podría representar uno de los principales focos que amenazaría con volver a modificar el mapa político de África. Siempre es delicado tomar postura ante una situación tan grave como los movimientos secesionistas, pero no debemos negar que la solución debe partir de decisiones políticas que incluyan a todos los miembros de la Nación. 

     “Camerún mantiene una política de brutalidad y desprecio

           hacia la población angloparlante del país, las cuales

              se han radicalizado en los últimos cuatro años” 

Otro conflicto latente que padece Camerún, son las recurrentes acciones terroristas de los yihadistas de Boko Haram, ubicados en el extremo norte del país. La lucha contra el terrorismo es la puerta abierta para los soldados de elite del Batallón de Respuesta Rápida BIR, a graves violaciones de los derechos humanos. Las organizaciones humanitarias han documentado ejecuciones sumarias, aldeas incendiadas, personas arrestadas y torturadas sistemáticas. En un informe de 2019, la organización humanitaria Amnistía Internacional AI, afirmó que la sede del BIR en Salak, cerca de la ciudad de Maroua, es un centro donde se inflige tortura. Es precisamente en este cuartel, a pocos pasos de las salas de tortura, donde soldados estadounidenses y franceses están estacionados en el marco de la asistencia contra el terrorismo yihadista en esta parte de África. 

Además, la región del extremo norte se ve afectada por la escasez de recursos hídricos causada por el calentamiento global. Esto causa conflictos intercomunitarios entre ganaderos, pescadores y agricultores, un factor adicional que incrementa la violencia inter-étnica y comunitaria en esta zona de Camerún.

Camerún por su ubicación estratégica en el oeste de África,
y por sus recursos petroleros, de uno de los pocos aliados
importantes que le queda a Francia en la región.

Para permanecer a la cabeza del país, Paul Biya empuña la zanahoria y el palo. O compra líderes de la oposición y crea organizaciones de la sociedad civil por él controladas. O bien es la represión la que cae sobre los opositores. Así, muchos activistas del Movimiento por el Renacimiento de Camerún MRC, la principal organización política opositora, están encarcelados. El líder de este partido, Maurice Kamto, ex-ministro de Justicia, probablemente ganador de las elecciones presidenciales de 2018 contra Biya, fue condenado a carcelería, acusado injustamente de sedición. En su propio campo Biya despide a todas las personalidades que puedan ser una amenaza para él. Su arma favorita es el encarcelamiento por corrupción. Sorprendentemente efectivo ya que todo su clan familiar y partidario tiene sustentadas acusaciones por corrupción.         

Camerún dirigido por Biya, quien va cumplir 43 años en el poder, dispone de un ejército de más de cuarenta mil hombres, pero con militares insuficientemente capacitados y precariamente equipados, en razón de la corrupción demostrada, de altos oficiales del ejército, que desvían la mayor parte del presupuesto para defensa, a sus cuentas personales, una sórdida complicidad con el presidente, que le ha permitido, hasta ahora, no ser derrocado por un golpe de Estado. 

Como resultado de toda esta dramática situación política, el país está en la cola de la clasificación del Índice de Desarrollo Humano y con una deuda externa que se ha cuadruplicado, del 12% en el 2007 al 45,8 % en el 2020. Pero como vemos, la violencia que vive el país y su consecuente crisis económica es difícil de advertirla y abordarla desde la cómoda suite de un hotel.

Monday, January 13, 2025

 

“Au Revoir La France….”

Por: Javier Fernando Miranda Prieto 

Con la leyenda: "Francia Sal de Mi País", varias ciudades africanas fueron escenario
de multitudinarias manifestaciones contra la presencia militar gala en territorio africano.
Son ya seis naciones africanas que han exigido la expulsión de empresas y bases militares 
francesas. 

A través de un mensaje televisado, el presidente marfileño Alassane Ouattara, en un discurso al país con motivo del fin de año, expresó que el campamento militar 43º del Batallón de Infantería de Marina (BIMA), el más importante del país, situado en Port-Bouët (sur), será devuelto a las Fuerzas Armadas de Costa de Marfil desde este mes de enero.

Costa de Marfil, uno de los aliados incondicionales del gobierno galo en África,  es la última ex-colonia francesa en sumarse a la lista de naciones africanas en poner fin a su colaboración en defensa con Francia, después de Senegal, Chad, Níger, Burkina Faso y Mali. Esta salida pone fin a una presencia militar francesa que se remonta a la independencia, con ajustes estratégicos a lo largo de décadas, particularmente durante la crisis político-militar vivida en el año 2,010. El anuncio se produce también en un contexto de redefinición de las relaciones entre Francia y sus antiguas colonias africanas.

Recordemos, que los procesos anticolonialistas en Mali, Burkina Faso y Níger comenzaron como una ola de golpes de Estado, primero en Bamako en el 2,020, continuó el año siguiente en Uagadugú y, hasta ahora, su último capítulo fue en Niamey el año pasado. Los casos de Chad y Senegal se diferencian claramente de estas tres primeras naciones, porque ambos gobiernos han surgido de procesos eleccionarios, incluso avalados por Francia y otras potencias occidentales.

                “Presiones económicas, intromisiones políticas

                    y presencia abusiva de militares franceses

                                   en territorio africano”

El presidente de Senegal, Bassirou Diomaye Faye, se impuso en abril pasado, teniendo entre sus propuestas fuertes cambios en la relación con París, que, además de la expulsión de sus tropas, pretende abandonar el uso del Franco de África Occidental (CFA), la moneda creada por Francia en 1,945, con la que hasta ahora ha controlado a gran parte de sus antiguas colonias.

En el caso del Chad, el presidente, Mahamat Déby Itno, que ya gobernaba desde 2,021 tras la muerte en combate de su padre, el general Idriss Déby, legitimó su poder en mayo pasado tras un proceso eleccionario que, a pesar de sus muchísimas turbulencias, avaló el Eliseo, creyendo que Mahamat iba a seguir las políticas de contubernio con Francia que habían permitido a su padre mantenerse treinta años en el poder.

Con el retiro de militares franceses de territorio
africano, se vislumbra un cambio geopolítico en la región.
Ante la pérdida del poder de Francia, otras potencias 
tomarán su lugar.

Es evidente que más allá de las voluntades y necesidades políticas de todos estos gobiernos de quitarse de encima el yugo colonial para intentar un camino de crecimiento que jamás les permitió alcanzar la vieja metrópoli, también están interpretando la voluntad de sus pueblos, que rechazan la agobiante presencia francesa en todos los órdenes de sus vidas.

Desde lo económico, por la intromisión de las filiales de empresas y bancos franceses; en lo político, por las presiones de las embajadas, donde hasta ahora ha residido el poder real de esos países; y en lo militar, que, a partir de la asistencia de sus misiones, han generado divisiones en las fuerzas armadas, para impedir cualquier elemento de características nacionalistas que pudiera emular a un Nasser o a un Gaddafi.

La corrupción de los militares y de las clases dirigentes fue el mejor instrumento de París para mantener su influencia desde los procesos independentistas de principios de los años 60 hasta hoy.

                 “Los franceses con la excusa de la lucha contra

                      el yihadismo, cometían todo tipo de abusos

                                    contra la población civil”

Estas no han sido las únicas razones para exacerbar el sentimiento anti-francés que ha estallado en estos últimos años, en territorio africano, sino que ha coadyuvado para que se dé este fenómeno. Fue a partir de la renovada presencia de las misiones militares, fundamentalmente en los países del Sahel con la excusa de la lucha contra el terrorismo fundamentalista, al que la inteligencia francesa financió y asistió para derrocar al coronel Gaddafi en 2,010 y que desde entonces se ha hecho incontrolable.

Desde 2,011, misiones como la Serval, más tarde reconvertida en la Barkhane, inicialmente en Mali, han habilitado a los militares franceses a actuar como una fuerza de ocupación. A lo largo de todos estos años, mientras las milicias integristas se extendían desde el norte de Mali a Níger y a Burkina Faso, el ejército regular francés, con la excusa de la seguridad, cometían todo tipo de abusos contra la población civil.

Las organizaciones pertenecientes al Daesh global, Estado Islámico en el Gran Sáhara y los tributarios de al-Qaeda, bajo las banderas del Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes, rápidamente comenzaron ha expandirse más allá del Sahel, llegando a operar en Costa de Marfil, Ghana, Togo y Benín, en las orillas del Golfo de Guinea y con la suficiente potencia para sumar un nuevo grupo perteneciente a al-Qaeda al conflicto en Nigeria, donde operan libremente Boko Haram y el Estado Islámico para África Occidental ISWAP desde 2,009.

Los abusos de Francia en África tienen una larga y sangrienta historia. Después de la despiadada repartija que significó la Conferencia de Berlín entre los años 1,884 a 1,885, en donde el continente africano se vio desmembrado producto de la voracidad de las potencias coloniales de esa época.  Pasando por la locura homicida de un personaje como Leopoldo II de Bélgica, quien obro sanguinariamente, con el aval diplomático de Francia, contra el territorio de la actual República Democrática del Congo, a nombre propio, provocando entre diez y veinte millones de muertos por sobreexplotación de trabajo en el caucho, maderas preciosas y marfil.

                  “La presencia represiva de Francia en África

                        tiene una larga y sangrienta historia,

                desde la repartija de la Conferencia de Berlín”

No podemos olvidar la brutal represión francesa contra el movimiento independentista en Argelia entre 1,830 y 1,962, se estima que Francia asesinó a más de cinco millones de personas. Solo dos millones en la guerra de liberación (1,954-1,962) y un número desconocido en diferentes matanzas que perpetró a lo largo de su presencia. Como en el genocidio de Laghouat de 1,854, que está considerado como la primera masacre con armas químicas, en este caso cloroformo, contra civiles de la historia.

Como vemos, con este historial de masacres, rapiña, explotación e invasiones constantes contra el legítimo derecho de independencia y dignidad soberana de los Estados africanos, hoy el pueblo de África le dice con toda razón, orgullo y sin ningún pesar…Au revoir la France.

Friday, January 3, 2025

 

EL CLUB DE LOS LÍDERES AFRICANOS DE LA TERCERA EDAD

Por: Javier Fernando Miranda Prieto 

Hace ocho años el diario parisino "Le Monde Diplomatique", ilustraba con esta caricatura
un artículo sobre los presidentes más longevos de África, de los cinco personajes,
solo sobrevive el presidente de Camerún Paul Biya (en el centro). Los cuatro
restantes fallecieron ejerciendo el poder.

A menudo consideramos que los presidentes africanos son los de mayor edad en la escena internacional, sin embrago, no son más ancianos que sus otros colegas en el mundo. Aunque, el verdadero problemas no son los años de edad que hallan cumplido, sino la longevidad en el ejercicio del poder.

La edad de los mandatarios siempre ha sido un tema polémico en la política internacional. No se salva ni la primera potencia mundial. En el año 1984, Ronald Reagan, cuando era candidato a un segundo mandato, con 73 años de edad, declaraba lo siguiente: "No haré de la edad un problema, no voy a explotar este tema con fines políticos. La juventud y la inexperiencia de mi adversario no la voy a usar como arma política”. Con esta declaración el candidato republicano devolvía así, a favor suyo lo que a priori constituía un hándicap para él. Reagan en esas elecciones salió reelegido con una abrumadora votación.

En los Estados Unidos, en Europa y aun en los países de América Latina, la avanzada edad de sus líderes políticos, siempre se ha considerado un lastre difícil de llevar para aquellos que quisieran postular a la presidencia de su país y África no ha escapado a estos prejuicios. Un líder político de edad avanzada, muy bien puede ejercer el poder si sus facultades físicas e intelectuales se lo permiten y principalmente, si ha sido elegido libre y democráticamente por la voluntad de su pueblo. Ese es el tema de fondo. Tenemos el reciente caso de Argelia, en donde el año pasado, fue reelecto con más del 90% de los votos el actual mandatario, el abogado Abdelmadjid Tebboune con 79 años recién cumplidos.

Ahora, la mayoría de las constituciones africanas prevén una edad mínima para presentarse a la presidencia -en la mayoría de los países es 35 o 40 años-, pero pocos han legislado sobre la edad máxima. La República del Congo (70 años), Costa de Marfil (75 años), Chad (70 años) y Uganda (72 años), países que son la excepción. Pero hecha la ley también hecha la trampa. Así, en el año 2021, a la edad de 71 años, el mandatario congoleño Denis Sassou Nguesso, no tuvo impedimento para volver a postular a un tercer mandato, ya que mediante una cuestionada reforma constitucional de última hora logró ejercer la presidencia por seis años más. 

Asimismo, es el caso de Alassane Ouattara de Costa De Marfil y Yoweri Museveni de Uganda, quienes en su momento, no debieron tentar un nuevo mandato por límite de edad, pero para mantenerse en el poder, toda modificación constitucional, nueva ley interpretativa o cambios a las normas electorales, son valederas. 

De los actuales mandatarios africanos de la tercera edad
estos son los principales. De izquierda a derecha: Paul
 Biya, Alassane Ouattara, Teodoro Obiang Nguema,
Deniss Sassou-Nguesso y Yoweri Museveni.


En la mayoría de los países africanos, la edad de jubilación estándar para la fuerza laboral se sitúa en los 60 años. Sin embargo, hay presidentes africanos que siguen gobernando hasta bien entrada dicha edad. Esta convención surge de la expectativa prevaleciente de que los líderes deben acumular una larga experiencia política o militar.

Cada uno de los más longevos mandatarios africanos, han llegado a la presidencia llevando experiencias diversas, unos llegaron por golpes de Estado, por herencia política y algunos, no muchos, por elección popular. Además, algunos líderes abrazaron la presidencia más tarde en la vida, mientras que otros tomaron el mandato a una edad más temprana y posteriormente trazaron la trayectoria de sus gobiernos durante varias décadas.

En la actualidad, los principales miembros de este selecto club de mandatarios africanos de la tercera edad lo conforman: Paul Biya de Camerún con 91 años de edad y de ellos 43 años está en el poder. Biya ocupa la presidencia desde el año 1982. Es el segundo mandatario con el reinado más largo de África. Aunque es el líder más veterano de los africanos, no es el jefe de Estado de mayor edad en el planeta. 

        “Más importante que contar las velitas de cumpleaños,

          es saber con cuantos votos libres y democráticamente

              y en un marco legal confiable, fueron elegidos”

Alassane Ouattara Presidente de Costa de Marfil, nacido en 1942, tiene 83 años y 15 años en el poder. Es presidente marfileño desde el 2010. Antes fue Primer Ministro y Presidente del viejo Partido Demócrata Republicano. Teodoro Obiang N´guema presidente de Guinea Ecuatorial, con 82 años de edad y 45 usurpando el poder, considerándosele el decano de los dictadores africanos. Ostenta el récord del Presidente con más años en el cargo en el mundo. 

Denis Sassou-Nguesso actual Presidente de la República del Congo o Congo-Brazzaville, con 81 años cumplidos y con más de 35 años de vigencia en la política congoleña. Yoweri Museveni de Uganda, nacido en el año 1944 tiene 80 años de edad y este año cumplirá 40 años en el poder. Este ex-guerrillero, formó parte de los rebeldes que derrocaron a los líderes ugandeses Idi Amin Dada (1970-1979) y Milton Obote (1980-1985).  Reconocido por occidente como un héroe, modificó posteriormente las reglas electorales a su favor, eliminando los límites de los mandatos presidenciales. 

Como vemos, más importante que contar las velitas que suelen apagar cada año los líderes africanos en sus cumpleaños, es saber con cuantos votos libres y democráticamente y en un marco legal confiable, fueron elegidos.