miércoles, 9 de octubre de 2013

HESSÉNE  HABRÉ:
EL  PINOCHET  DE  ÁFRICA

Por: Javier  Fernando  Miranda  Prieto

Hesséne Habré el ex dictador de Chad, llamado el Pinochet de África, luego de 23 años de impunidad, fue detenido el pasado mes de julio, para ser juzgado por crímenes de lesa humanidad, perpetrados durante sus ocho años (1982-1990) de gobierno autoritario.

El 16 de octubre de 1998, hace quince años, el ex dictador chileno Augusto Pinochet Ugarte, era detenido por la policía en la ciudad de Londres, obedeciendo una solicitud de extradición presentada por el juez español Baltasar Garzón. Pinochet era formalmente acusado por los delitos de genocidio, secuestro y ejecución extrajudicial. Su arresto domiciliario fue motivo de primeras planas en la prensa mundial, debido tanto al hecho que Pinochet había encabezado por largos diecisiete años una férrea dictadura en su país, como por la novedad de la aplicación del principio de la Jurisdicción universal para los delitos contra los derechos humanos. 

Pero lamentablemente, tras un largo proceso relativo a la procedencia de la extradición, el sátrapa chileno fue finalmente liberado por el gobierno británico en marzo del año 2000, siendo autorizado a regresar a Chile. Pinochet muere seis años después, sin pasar un solo día en prisión por las graves violaciones contra los derechos humanos cometidas durante su largo gobierno, ni por los delitos económicos vinculados a millonarias cuentas secretas que se le imputaban.


                  “La detención de Pinochet en Londres,
      creó una jurisprudencia internacional sin precedentes,
             para los delitos contra los derechos humanos”


Pero a pesar de ello, la detención de Pinochet en Londres creó una jurisprudencia internacional sin precedentes: ante la posibilidad de que una persona, aunque haya ocupado un alto cargo político, y sea acusada por crímenes de lesa humanidad, esta pueda ser juzgada en cualquier parte del mundo y sin el temor que estos graves delitos prescriban.

El joven Hesséne Habré a fines de los años 70, cuando jefaturaba el Ejército
del Norte, organización musulmana que se enfrenraba a los cristianos y
animistas del sur.
A los pocos meses de iniciado el proceso judicial contra Pinochet, las organizaciones internacionales defensoras de los derechos humanos como: Amnistía Internacional y Human Rights Watch activaron los procedimientos jurídicos internacionales, para solicitar la detención y juzgamiento de otro dictador, el ex presidente chadiano Hesséne Habré autoexiliado en Senegal, por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante sus ocho años (1982-1990) de gobierno dictatorial.

Es por ello, que desde entonces, la prensa internacional lo llama: el Pinochet del África. Sin embargo el caso de Hesséne Habré se parece más al de Jorge Rafael Videla, figura emblemática de la dictadura argentina, juzgado y condenado por sus crímenes de lesa humanidad, o al del ex presidente guatemalteco Efraín Ríos Montt, procesado por genocidio en su país, que al de Augusto Pinochet, quien murió sin ser juzgado por este tipo de delitos.

Hesséne Habré podría convertirse en el primer líder africano acusado de atrocidades en ser juzgado en África y no en un tribunal internacional, como se está ejecutando ahora con otros dictadores africanos, lo que convertiría a su juicio en un hecho histórico.


       “Habré podría convertirse en el primer líder africano
           acusado de atrocidades. en ser juzgado en África,
         lo que convertiría a su juicio en un hecho histórico”


El sanguinario dictador chadiano, bajo cuyo mandato fueron asesinadas unas 40,000 personas y torturadas de manera cruel más de 200,000, vive desde hace 23 años en la ciudad de Dakar, capital de Senegal, aparentemente sin demasiados sobresaltos. Hasta ahora, los intentos de que fuera llevado ante la justicia por parte de las asociaciones de víctimas y de las organizaciones de Derechos Humanos, siempre tropezaron con el muro de protección que el presidente senegalés, de ese entonces, Abdoulaye Wade había construido entorno a Habré. La ciada de Wade, a fines del año pasado, ha cambiado el escenario y todo apunta a que el dictador chadiano, con más de setenta años, será juzgado en Senegal este mismo año.

La República de Chad, antigua colonia francesa independizada en 1960,
país mediterrámeo, que tuvo que afrontar una nefasta herencia colonial.
La Republica del Chad, país centroafricano sin salida al mar, tuvo que hacer frente, desde su independencia de Francia en 1960, a una crónica inestabilidad política, generada por rivalidades étnicas y tribales, pugnas confesionales entre musulmanes y cristianos y enfrentamientos regionales entre el norte y el sur del país, dramático cuadro originado por la nefasta herencia colonial dejada por los franceses. Hesséne Habré tras su participación desde muy joven, en varios grupos guerrilleros y haber alcanzado el puesto jefe del Ejercito del Norte, organización musulmana que se enfrentaba a los cristianos y animistas del sur, en 1982 se aúpa a la presidencia de su país, tras liderar un golpe de Estado que contó con el decisivo apoyo francés y norteamericano.

Por aquel entonces, Libia había ocupado militarmente el norte de Chad, apoyando a las guerrillas sureñas, ante ello las potencias occidentales temiendo el expansionismo del coronel Gadafi, apuestan por Habré, quien pretendía expulsar al ejercito libio del suelo  chadiano.

Sin embargo, Habré no solo arremetió a fondo contra el ejército libio, al que acabó de echar de Chad en 1987, sino que destinó buena parte de sus energías en una brutal campaña contra sus opositores y miembros de otras etnias del país. Organizaciones internacionales, aseguran que durante sus ocho años de mandato –en 1990 fue derrocado por un golpe de Estado tras perder el apoyo de occidente- el régimen asesinó a unas 40,000 personas y torturó salvajemente a otras 200,000.

En el último mes de julio, luego de 23 años de impunidad,
Habré fue detenido para ser juzgado por un tribunal
africano, convirtiendo a su juicio en un
 hecho histórico.
La represión que alcanzó a todos los rincones de Chad era dirigida por la policía secreta de Habré, la temida Dirección de Documentación y Seguridad conocida como la DDS, que se hizo tristemente famosa por su crueldad. Numerosas pruebas y testimonios de lo ocurrido en Chad durante esos años, han sido documentadas por diversas organizaciones defensoras de los Derechos Humanos. Asimismo, las diferentes formas de tortura como: ahogamiento, uso de corriente eléctrica, mutilaciones y otras técnicas de suplicio, han sido debidamente probadas y presentadas como pruebas ante la justicia, por Amnistia Internacional y Human Rights Watch.

Tras ser derrocado con la ayuda de los servicios secretos franceses, por el que fuera su jefe de Estado Mayor y actual presidente chadiano Idriss Déby, el dictador Habré huyó a Camerún y se exilió, poco después, en Senegal.

En el año 2000, asociaciones de víctimas de la dictadura chadiana, hicieron una petición a Senegal, para que el ex dictador sea juzgado por los crímenes cometidos, pero en aquella ocasión los tribunales de justicia Senegaleses declararon su falta de jurisdicción en este caso. Pero los familiares de las victimas de Habré, no desmayaron en su intento de buscar justicia, acudieron a un  tribunal de Bélgica, que en el año 2005, aplicando el principio de justicia universal, pidió a Senegal que entregue al ex dictador para ser juzgado en el país europeo, Senegal fue requerido cuatro veces y en las cuatro oportunidades se negó a la extradición.

Mientras tanto, en el año 2008 un tribunal chadiano juzgó a Habré en ausencia, condenándolo a la pena capital. Pero Habré, seguía gozando de la protección del gobierno senegalés.  Hasta que su buena suerte se acabó en diciembre del año pasado, cuando la Corte Internacional de Justicia, organismo de las Naciones Unidas, dictaminó que Senegal debía de elegir entre, juzgar al ex dictador en su territorio o enviarlo a que lo juzguen en otro país.  Ante ello, Senegal y la Unión Africana firman un Acuerdo, por el cual Senegal, tras modificar su legislación, establecería un tribunal mixto compuesto de jueces senegaleses y de otros países de África, con el objetivo de investigar y juzgar al ex líder chadiano por los crímenes de lesa humanidad que se le imputan.

Como vemos, este largo y complejo recorrido que han tenido que atravesar los familiares de las víctimas del sanguinario Hesséne Habré, para encontrar justicia, ha sido coronado con los festejos y estallido de alegría, que se vivió en Senegal y Chad, al saber de la detención e inicio del proceso penal contra el ex dictador chadiano.

Por fin todo está listo para que Habré se vea las caras con la justicia y por otro lado, las victimas chadianas, por fin, ven una luz al final de este largo túnel con el que será sin duda, uno de los juicios más importantes que se haya celebrado nunca antes, en suelo africano.



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