ÁFRICA, ISRAEL Y LA TRAICIÓN DE
MARRUECOS
Por: Javier Fernando Miranda Prieto
Al final de su primer mandato, Donald Trump reconoció la
soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental a cambio que el gobierno de Rabat
firmara un acuerdo bilateral con Israel. A partir de allí, Tel Aviv pasó a ser
uno de los socios estratégicos de mayor importancia del país magrebí.
Este año los African Lion -los ejercicios militares más
importantes del Comando Africano de los Estados Unidos- no han supuesto una
novedad, pero no por ello han sido menos polémicos. Estos ejercicios
capitaneados por los norteamericanos tradicionalmente han buscado mostrar la fortaleza
de la hegemonía estadounidense en el continente, así como la relación
privilegiada con sus socios africanos. Pero desde que Washington patrocinó
acuerdos de los países árabes con Israel, la situación ha cambiado con un
invitado especial.
El primer mandato de Trump vio llegar estos acercamientos
bajo el nombre de los Acuerdos de Abraham. Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Marruecos
y Sudán aceptaban la normalización de las relaciones con Israel a cambio de
distintas cuestiones particulares. En el caso de los países del Golfo Pérsico,
la relación con Tel Aviv había sido constante durante años pero se realizaba de
manera informal. Sin embargo, los países africanos, especialmente en la zona de
mayoría árabe, parecían negociar bajo un paradigma diferente. Egipto ha
representado el mayor socio regional para Israel después del derrocamiento del
gobierno islamista de la Hermandad Musulmana en el 2013. Aunque haya tenido una
posición crítica con Israel, la cooperación en asuntos de inteligencia ha
continuado, especialmente en la península del Sinaí.
“Participaron conjuntamente batallones del
ejército marroquí y miembros de la brigada
Golaní de la infantería israelí, acusados del
asesinato de 15 paramédicos palestinos en Gaza”
Las relaciones con otras naciones africanas como Sudán, Libia
o Somalia han seguido derroteros diferentes. Solamente con Sudán alcanzó un
compromiso de acuerdos formales con Israel. El país también había vivido un fuerte
pasado islamista, durante el gobierno del dictador Hassan Al Bashir derrocado
en el 2019. Desde entonces actores cercanos a Emiratos Árabes y Turquía se han
debatido por el control de Sudán. Aunque se acordase la relación con Israel,
los socios emiratíes -más proclives al acercamiento a Tel Aviv- han perdido
gran peso a raíz de la guerra civil que azota al país africano desde el 2023.
El acuerdo estará en vigor, pero en la práctica no hay grandes relaciones con
Israel.
“Marruecos ha sido el país que más
se ha beneficiado de esta ventana de
oportunidad abierta por Donald Trump”
A pesar del fracaso con los rumoreados acuerdos con Libia y
Somalia -dos países catalogados como Estados Fallidos, por sus largas guerra
civiles- continua los conatos de negociación con territorios como Somalilandia.
Esta provincia rebelde somalí, sería reconocida por Israel a cambio de ceder
territorio para acoger a palestinos expulsados de Gaza.
Así que, sin duda, Marruecos ha sido el país que más se ha
beneficiado de esta ventana de oportunidad abierta por Trump. Ante la
destrucción de Libia por dos guerras civiles, el auge del yihadismo en la
región del sahel y las diversas guerras de alta intensidad en el Cuerno de
África, Rabat vio la oportunidad de convertirse en una potencia regional con
nombre propio, sin importarle la traición y la miserable actitud demostrada en
contra de la causa palestina y los anhelos de autonomía del pueblo saharaui.
Aunque su estrategia de anexión del Sahara Occidental ya
llevaba décadas obteniendo réditos al ofrecer sus recursos a las potencias
occidentales, fue el acuerdo con Israel el que terminó por confirmar los deseos de Marruecos. Donald Trump reconocía la
soberanía marroquí sobre el Sahara como contrapartida por su acuerdo bilateral
con Israel en el marco del famoso acuerdo de Abraham.
“Con este acuerdo Washington amplia
su influencia en el Medio Oriente y el África
Occidental, sin necesidad de una presencia
propia en el terreno”
Y con esta decisión, Israel pasó a ser uno de los socios
estratégicos de mayor calado de Rabat. Cooperación en aspectos de explotación
de recursos, energía, inteligencia y espionaje. Son algunos de los diferentes
puntos donde la nueva asociación de países ha despegado. Sin embargo, la guerra y e invasión desatada
por Israel en Palestina en el 2023 ha sido una piedra en el camino.
Marruecos ha decidido pasar por alto el tradicional compromiso árabe con la causa palestina frente a la brutal expulsión llevada a cabo por Israel en tierras gazatíes. Y ante las protestas masivas que se han vivido en el mundo árabe, destacando la valiente reacción de la población de Túnez y Argelia entre los países del Magreb, el pueblo marroquí no ha sido ajeno a ella, a pesar de la brutal represión por parte de la policía de Marruecos.
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La brutal matanza de 15 paramédicos en Gaza, a manos de la brigada Golani, grupo de asesinos israelíes, es la acción que mejor simboliza la infame traición de Marruecos a la causa palestina. |
Ante la situación de exterminio que se vive en Gaza, el gobierno de Rabat tiene otras prioridades. A pesar de las críticas, no se ha permitido que la relación con Israel se deteriore un ápice. Con el regreso de Donald Trump a la presidencia, la impunidad se ha hecho ley. Israel ha lanzado la operación Carros de Gedeón en el último mes de mayo, con objetivos que explicitan la limpieza étnica por encima de cualquier pretexto de liberación de prisioneros. Sin duda, la presencia de Israel en foros mundiales bajo este marco de impunidad, implica una aceptación de sus acciones, especialmente cuando existe tanta movilización en su contra entre la población árabe en países como Marruecos.
Más claro es aún, en el caso de los ejercicios militares en
donde participaron conjuntamente batallones del ejército marroquí y miembros de
la brigada Golani de la infantería israelí. Esta unidad habría sido la
responsable de la ejecución a tiros de los 15 paramédicos de la Media Luna Roja
en la Franja de Gaza durante la destrucción de Rafah en el mes de marzo. Tras
la ejecución, los cuerpos fueron enterrados en una fosa común, algunos
maniatados y tras haber sido torturados.
“La relación de Israel y Marruecos se ha solidificado,
bajo mezquinos intereses por asentar sus dominios
sobre Palestina y el Sahara Occidental
respectivamente”
Sin duda son muchos crímenes de guerra los que cínicamente,
han pasado por alto Marruecos. Así lo señalaba Francesca Abanese, la relatora
de la ONU para los derechos humanos en Palestina, en un comunicado. Parece que
a pesar de todo, la relación entre Marruecos e Israel se ha solidificado, bajo
mezquinos intereses cruzados de Tel Aviv y Rabat por asentar sus dominios sobre
Palestina y el Sahara Occidental respectivamente.
Estados Unidos, ante esta relación perversa, no es un
convidado de piedra que mira impasible una relación surgida de ambiciones
comunes. Washington es el principal artífice de esta unión entre sus socios, ya
que le permite profundizar su influencia desde Medio Oriente hasta África
Occidental sin necesidad de una presencia propia en el terreno.
Así, pisoteando derechos legítimos y abalando genocidios, se siguen
delineando los intereses norteamericanos con posibles negociaciones de Israel
con el nuevo gobierno del Líbano, donde Hezbolá ha perdido un notable peso, y
con la Siria post-Asad. Lo mismo ocurre
con el acuerdo que Marruecos ha ofrecido a los países del sahel, aprovechando
el deterioro de las relaciones de estos con Argelia, el principal valedor
palestino en la región. Argel ha presionado hasta el punto de expulsar a Israel
de la Unión Africana. Marruecos por su lado, parece que mira en otra dirección,
pensado en los beneficios que le puede seguir generando su infame
traición.
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