Saturday, January 18, 2025

 

CAMERÚN:

LA VIOLENCIA VISTA DESDE LA SUITE DE UN HOTEL

Por: Javier Fernando Miranda Prieto 

Desde hace cuatro años se ha agudizado la violencia en la región de habla inglesa de Ambazonía, al oeste de Camerún. Grupos armados revindican su autonomía política y una mejor y más equitativa distribución de los ingresos.

Camerún parece un país inmóvil. Las y los cameruneses solo conocen a dos presidentes desde su independencia en 1960. El primero, Ahmadou Ahidjo (presidente de 1960 a 1982), que ni siquiera puede pretender ser el padre de la independencia del país, ya que estuvo del lado de los colonizadores franceses contra la principal organización nacionalista: la Unión de los Pueblos de Camerún. En cuanto a su sucesor Paul Biya, el presidente en ejercicio desde 1982, pasa la mayor parte de su tiempo en una lujosa suite del Hotel Intercontinental de Ginebra acompañado de su esposa, la señora Chantal Biya, en unas siempre placenteras y recurrentes vacaciones. Esta inmovilidad que podría sugerir estabilidad es engañosa. Es una tranquilidad aparente que encubre una fuerte oposición violenta que socava el país. 

Una violenta extrema que proviene tanto de la región de habla inglesa, que en los últimos años ha generado un conflicto armado revindicando mayores derechos ciudadanos para la población anglófona, como de los constantes ataques de la banda yihadista nigeriana Boko Haram, que a pesar de sus divisiones internas y sus repliegues tácticos, sigue siendo una amenaza para la seguridad y tranquilidad del pueblo camerunés.

Antes de su independencia, el 85% del territorio de Camerún estaba bajo la tutela de Francia, el resto dependía de Gran Bretaña, tras la pérdida de Alemania de sus colonias africanas, a raíz de su derrota en la Primera Guerra Mundial. En el momento de la descolonización, las poblaciones de los territorios administrados por el Reino Británico solo tenían dos posibilidades: unirse al país vecino, Nigeria, una elección hecha por parte de la población de habla inglesa, mientras la otra parte prefirió asociarse con el recién independizado Camerún. Esta opción fue motivada por un acuerdo que define el país como federal. Fue precisamente este acuerdo el que Ahidjo puso en tela de juicio en beneficio de una república hiper-centralizada que rápidamente se convirtió en dictadura.

              “La corrupción demostrada, de altos oficiales

             del ejercito camerunés, le ha permitido a Biya

                 no ser derrotado por un golpe de Estado”

El actual presidente Biya tuvo que hacer ajustes cosméticos a la dictadura, para ser aceptada por la comunidad internacional, manteniendo la política de desprecio y brutalidad hacia las poblaciones angloparlantes, algunas de las cuales se han radicalizado en los últimos cuatro años. Desde fines de 2019 numerosos cameruneses anglófonos se organizaron en milicias armadas dispuestos a luchar por la independencia de la región oeste del país, proclamando la República Federal de Ambazonia, que incluye las dos provincias anglófonas y desconociendo al gobierno central camerunés, formándose un gobierno interino en el exilio. El nombre Ambazonia se deriva de la bahía de Ambas, donde los británicos llegaron a mediados del Siglo XIX. 

Paul Biya presidente de Camerún y su esposa Chantal Biya,
dos peculiares personajes, que sino fuera por su ejecutoria
corrupta y autoritaria, serían simples bufones de la política 
africana.

Los secesionistas de habla inglesa han decidido militarizar su lucha. Atacan todos los símbolos del Estado camerunés. No dudan en ejercer terror sobre las poblaciones que no siguen su lema de boicotear el Estado, llegando incluso a ejecutar a opositores. En cuanto al ejército gubernamental, este se caracteriza por una brutal violencia, alentada por la casi impunidad. En ambas partes se cometen crímenes de guerra contra civiles, realmente tomados como rehenes. Para muchos de ellos la única solución es la huida. Así, desde hace cuatro años, más de 700 mil personas están desplazadas dentro o fuera del país.

Por lo pronto, la violencia en la región de Ambazonia podría representar uno de los principales focos que amenazaría con volver a modificar el mapa político de África. Siempre es delicado tomar postura ante una situación tan grave como los movimientos secesionistas, pero no debemos negar que la solución debe partir de decisiones políticas que incluyan a todos los miembros de la Nación. 

     “Camerún mantiene una política de brutalidad y desprecio

           hacia la población angloparlante del país, las cuales

              se han radicalizado en los últimos cuatro años” 

Otro conflicto latente que padece Camerún, son las recurrentes acciones terroristas de los yihadistas de Boko Haram, ubicados en el extremo norte del país. La lucha contra el terrorismo es la puerta abierta para los soldados de elite del Batallón de Respuesta Rápida BIR, a graves violaciones de los derechos humanos. Las organizaciones humanitarias han documentado ejecuciones sumarias, aldeas incendiadas, personas arrestadas y torturadas sistemáticas. En un informe de 2019, la organización humanitaria Amnistía Internacional AI, afirmó que la sede del BIR en Salak, cerca de la ciudad de Maroua, es un centro donde se inflige tortura. Es precisamente en este cuartel, a pocos pasos de las salas de tortura, donde soldados estadounidenses y franceses están estacionados en el marco de la asistencia contra el terrorismo yihadista en esta parte de África. 

Además, la región del extremo norte se ve afectada por la escasez de recursos hídricos causada por el calentamiento global. Esto causa conflictos intercomunitarios entre ganaderos, pescadores y agricultores, un factor adicional que incrementa la violencia inter-étnica y comunitaria en esta zona de Camerún.

Camerún por su ubicación estratégica en el oeste de África,
y por sus recursos petroleros, de uno de los pocos aliados
importantes que le queda a Francia en la región.

Para permanecer a la cabeza del país, Paul Biya empuña la zanahoria y el palo. O compra líderes de la oposición y crea organizaciones de la sociedad civil por él controladas. O bien es la represión la que cae sobre los opositores. Así, muchos activistas del Movimiento por el Renacimiento de Camerún MRC, la principal organización política opositora, están encarcelados. El líder de este partido, Maurice Kamto, ex-ministro de Justicia, probablemente ganador de las elecciones presidenciales de 2018 contra Biya, fue condenado a carcelería, acusado injustamente de sedición. En su propio campo Biya despide a todas las personalidades que puedan ser una amenaza para él. Su arma favorita es el encarcelamiento por corrupción. Sorprendentemente efectivo ya que todo su clan familiar y partidario tiene sustentadas acusaciones por corrupción.         

Camerún dirigido por Biya, quien va cumplir 43 años en el poder, dispone de un ejército de más de cuarenta mil hombres, pero con militares insuficientemente capacitados y precariamente equipados, en razón de la corrupción demostrada, de altos oficiales del ejército, que desvían la mayor parte del presupuesto para defensa, a sus cuentas personales, una sórdida complicidad con el presidente, que le ha permitido, hasta ahora, no ser derrocado por un golpe de Estado. 

Como resultado de toda esta dramática situación política, el país está en la cola de la clasificación del Índice de Desarrollo Humano y con una deuda externa que se ha cuadruplicado, del 12% en el 2007 al 45,8 % en el 2020. Pero como vemos, la violencia que vive el país y su consecuente crisis económica es difícil de advertirla y abordarla desde la cómoda suite de un hotel.

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