Tuesday, January 28, 2025

 

¿QUIÉNES ASESINARON A PATRICIO LUMUMBA Y A AMILCAR CABRAL?

Por: Javier Fernando Miranda Prieto 

Patricio Lumumba (1925-1961), líder nacionalista congoleño, fue
Primer Ministro de la actual República Democrática del Congo.

El mes de enero fue testigo de dos asesinatos en la historia de la lucha de los pueblos africanos por conquistar su libertad con dignidad. El antiguo Zaire, controlado por Bélgica, y Guinea-Bissau, colonizado por los portugueses, fueron los espacios territoriales que vieron nacer a Patricio Lumumba (1925-1961) y a Amílcar Cabral (1924-1973). Patricio Lumumba fue asesinado el 17 de enero de 1961 y Amílcar Cabral 20 de enero de 1973. Ambos líderes anticolonialista africanos se opusieron con audacia, inteligencia, constancia y una sostenida posición ideológica, sustentada con mucha transparencia y ejemplo de consistencia en la lucha por la igualdad de sus pueblos.

Patricio Lumumba, logró oponerse al imperialismo del Rey Leopoldo II de Bélgica quien, al inaugurar la Conferencia de Berlín de 1885, había convertido a la antigua Zaire en una gran paila del infierno para extraer, a costa de asesinatos, las riquezas minerales y forestales de ese territorio. Antes de Patricio Lumumba, el líder religioso Simón Kimbangu había intentado, a través de un movimiento espiritual llamado Kimbanguismo, oponerse a la explotación bestial de los belgas, pero fracasó en el intento y murió en la cárcel de Lubumbashi, actual territorio de la República Democrática del Congo,  el 12 de octubre de 1951.

          “El Congo se convertirá en un trampolín para la

               liberación de todo el continente africano”.

                                      Patricio Lumumba

Patricio Lumumba, a través de un complejo proceso histórico intelectual, militante y en el marco de una apertura democrática tutelada por los belgas, logró la magistratura de Primer Ministro y, en su célebre discurso de instalación frente a los poderes imperialistas encabezados por el Rey de Bélgica y altos representantes gubernamentales de Francia y Estados Unidos, expresó con irreverencia ese 30 de junio de 1960: “Ningún congoleño digno de llamarse así olvidará jamás que la independencia se ganó luchando (…). No podríamos estar más orgullosos de esta lucha de sangre, fuego y lágrimas, porque ha sido una pugna justa y noble”.

Los “mundeles”, como se les llamaba a los  blancos colonialistas, estaban incómodos por la firmeza con que Lumumba expresaba palabra por palabra los retos del pueblo congoleño contra el colonialismo de los belgas. La gota discursiva de Lumumba que enfureció a los belgas fue cuando expresó que “El Congo se convertirá en un trampolín para la liberación de todo el continente africano”.

Amílcar Cabral (1924-1973), intelectual y 
guerrillero de la actual Guinea Bissau, antigua 
colonia portuguesa del oeste africano.

A partir de allí, la CIA y la policía secreta de los belgas harían varios intentos de asesinar a Lumumba hasta lograr, con aliados internos como el coronel Mobuto Sese Seko, darle el golpe final el 17 de enero de 1961. Lo apresaron, le cortaron las manos y lo quemaron cuando apenas tenía cinco meses como primer ministro y 55 años de edad. En un documento desclasificado, la CIA reconoce que sí participo en ese asesinato, luego el Che Guevara ante la Conferencia de las Naciones Unidas ofreció vengarlo y es ahí cuando el Che se va al Congo y forma la guerrilla bajo el pensamiento anticolonial de Patricio Lumumba.

Doce años después, el 20 de enero de 1973, en horas de la noche, cae asesinado en Conakri, Guinea, a la edad de 48 años, unos de los líderes africanos que poseía un pensamiento denso dentro las elaboraciones teóricas contemporáneas contra el colonialismo y la liberación de África y los pueblos esperanzados del mundo. Se trataba del agrónomo revolucionario Amílcar Cabral, quien fue el liberador de dos países africanos: Guinea Bissau y Cabo Verde, repercusión independentista que se extendió a la Isla de Santo Tomé y Príncipe. Autocrítico, Cabral nunca rehuyó los diferentes frentes de batalla como la guerra de guerrillas, la diplomacia, la formación ideológica y la incesante producción intelectual como resultado de su praxis permanente.

                       “Hay que escuchar a la gente.

      Hay que aprender de la gente. No digan mentiras.

                         No canten fáciles victorias”

                                     Amílcar Cabral 

Todos los que conocieron al histórico líder guineano, siempre han hecho notar su sencillez y su gran altura intelectual, configurándolo como el prototipo del nuevo hombre africano. Amílcar Cabral fue uno de los pioneros de la lucha continental africana contra el colonialista, dejando una profunda huella para las generaciones posteriores.

Tanto su pensamiento antimperialista como su anticolonialismo interno y su honestidad revolucionaria expresan sensiblemente que su ejemplo sigue teniendo vigencia en estos momentos cruciales para el mundo, donde se hacen urgente reinventar nuevas prácticas para hacer frente a las nuevas formas de dominación y colonialismo.

El crimen de Lumumba y Cabral formó parte de una estrategia más amplia ideada por las potencias occidentales, sus antiguas metrópolis y las corporaciones mineras que tenían muchos intereses en el recién independizado continente africano. Estos agentes colonialistas recurrieron en más de una oportunidad, al asesinato de líderes revolucionarios con el objetivo de tratar de desmovilizar los movimientos de liberación. 

La infiltración en sus organizaciones políticas y militares, las divisiones internas que ellos mismos generaban y la traición fueron tácticas utilizadas por el colonialismo belga y portugués, para poder mantener su control sobre las colonias recién independizadas.     

Como vemos, el mes de enero de cada año no solo es propicio para conmemorar las muertes de Patricio Lumumba y Amílcar Cabral, sino lo más importante es seguir su ejemplo de vida, de compromiso y de lucha.

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