Wednesday, November 12, 2025

EL CUERNO DE ÁFRICA: NAVEGANDO POR AGUAS TURBULENTAS

Por: Javier F. Miranda Prieto

Los expertos atribuyen la actual oleada de conflictos e inestabilidad en el Cuerno de África a fuerzas externas,
principalmente a la presencia de potencias occidentales, las guerras de los Estados del Golfo
y la creciente influencia de Rusia y China.

A lo largo de la historia, el Cuerno de África ha sido una de las regiones más inestables y conflictivas del mundo, caracterizada por conflictos de larga duración, disputas transfronterizas, extremismo violento, mala gobernanza y prestación deficiente de servicios estatales. Los graves efectos del cambio climático, también han afectado de forma desproporcionada al África subsahariana y han empeorado esta situación. En los últimos años, el Cuerno de África ha experimentado un estallido de turbulencias más complejo y distinto de los anteriores. Esta región atraviesa uno de sus periodos más peligrosos, con conflictos armados interestatales y una mayor fragmentación política.

El valor geopolítico del Cuerno de África se podría definir por su ubicación estratégica como ruta comercial a través del Mar Rojo y el Estrecho de Bab El-Mandeb y su proximidad a dos  zonas vitales: el Magreb a través de Egipto y la región del Sahel por Sudán. Sin olvidar, la creciente competencia de las potencias extranjeras por influenciar en la región. Esta competencia incluye a potencias como: China, Estados Unidos, países del Golfo (Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos) y Rusia, que buscan establecer bases militares y asegurar intereses económicos y de seguridad.

Esta región africana controla una de las rutas marítimas más importantes del mundo, que detenta el 12% y 20% del comercio mundial, conectando con Oriente Medio y el Océano Indico, lo que la convierte en un punto estratégico para el comercio y la proyección de poder. En la actualidad, Etiopía, Somalia, Yibuti y Eritrea, juntos con Sudán y Kenia son lugares de alta violencia política, conflictos armados, insurgencias y violencia de grupos yihadistas como AlShabab.

                  “El valor geopolítico del Cuerno de África

                se podría definir por su ubicación estratégica

                  como ruta comercial a través del Mar Rojo

                         y el Estrecho de Bab El-Mandeb”

Sudán está inmerso en una devastadora guerra civil, que desestabiliza aún más la región. En Etiopía, la secuela de las guerras inter-étnicas con sus provincias autónomas ha dejado al país sumido en la inestabilidad, la fragmentación política y crisis humanitarias. Las tensiones entre Etiopía y Somalia en torno al Memorándum de Entendimiento entre Etiopía y Somalilandia -la provincia que se ha auto-independizado de Somalia-, en torno al acceso de los etíopes al puerto de Berbera, añaden otra capa de complejidad y amenazan la seguridad regional. Además, las tensiones históricas -fronterizas y de acceso al mar- entre Etiopía y Eritrea han reaparecido, algo que obstaculiza la cooperación regional y los esfuerzos de estabilidad.

El Estrecho de Bab el-Mandeb, "La Puerta de las Lagrimas" 
en árabe, es una de las rutas petroleras más importantes
del mundo. Se ubica entre El Cuerno de África
y el Golfo de Adén.

Adicionalmente, la disputa por recursos hídricos, especialmente en torno a la gigantesca presa del Gran Renacimiento de Etiopía es una inacabable fuente de tensión con países vecinos como Egipto y Sudán. Mientras el gobierno de Addis Abeba quiere utilizar este proyecto hidráulico para la industrialización de su economía, Sudán y Egipto temen que la disminución drástica del caudal del rio Nilo, pueda afectar drásticamente su agricultura. La postura de Egipto y Sudán es histórica respecto al uso del agua del Nilo, ya que fue crucial para sus poblaciones desde la antigua civilización de los faraones. Mientras Etiopía se urbaniza e industrializa a costa del uso del agua del Nilo, Egipto y Sudán no podrían vivir con un recorte sustancial de su caudal.

En medio de estos conflictos, el pequeño Yibuti parece destacar como un ancla de estabilidad en las tumultuosas aguas del Cuerno de África. Pero realmente, esta pequeña y antigua colonia francesa, se ha convertido en una clave “plataforma militar” estratégica en África, al albergar las bases militares de varias superpotencias mundiales debido a su ubicación privilegiada. Cerca del Estrecho de Bab el-Mandeb, lo convierte en un punto vital para el comercio marítimo y las operaciones militares globales, alojando en su suelo a bases de Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Japón, Turquía, Reino Unido, entre otros. Como consecuencia de ello, la región es ahora susceptible de sufrir amenazas e injerencias externas, disturbios entre la población y crisis que obstaculicen su desarrollo.

                  “Este déficit de liderazgo es evidente en

                     la prolongada guerra civil en Sudán,

                           las crisis -internas y externas-

                    sin resolver de Etiopía y las tensiones

                   persistentes entre los Estados vecinos”

Los expertos y los actores regionales atribuyen la actual oleada de conflictos, tensiones e inestabilidad en el Cuerno Africano a fuerzas externas, principalmente a la presencia de las potencias occidentales, las guerras próximas de los Estados del Golfo y la creciente influencia de Rusia y China. Sin embargo, los dirigentes de esta región tienen una gran responsabilidad en la situación actual. A pesar de las presiones externas, los líderes regionales han mostrado colectivamente una falta de liderazgo, al no abordar cabalmente las disputas internas y los problemas de gobernanza y no ofrecer un espacio de mediación a los vecinos beligerantes.

Este déficit de liderazgo es evidente en la prolongada guerra civil en Sudán, que ha derivado en un brutal genocidio contra la población negra de las diferentes etnias darfuríes -provenientes de la martirizada región de Darfur-, las crisis -internas y externas- sin resolver de Etiopía y las tensiones persistentes entre los Estados vecinos -Etiopía contra Sudán, Egipto y Somalia; Somalia contra Kenia; Somalia contra Somalilandia y Eritrea contra Etiopía-.

A pesar de sus esfuerzos por mediar y resolver estos conflictos, organizaciones regionales como la Unión Africana UA y la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo del África Oriental IGAD han tenido dificultades para repetir sus éxitos del pasado. El fracaso a la hora de abordar eficazmente las crisis actuales de Sudán y Etiopía pone de manifiesto las limitaciones de estos organismos para gestionar la dinámica cambiante de los conflictos de la región. La lenta aplicación del Acuerdo de Pretoria, sobre la crisis en Etiopía y las posiciones irreductibles enquistadas en los bandos en pugna en la guerra de Sudán, han obstaculizado los esperados Acuerdos de Paz, algo que evidencia la necesidad de enfoques más realistas, integradores y mejor coordinados para la resolución de estos conflictos.

                 “El Cuerno de África aloja en su suelo

                     bases militares de Estados Unidos,

                Rusia, China, Francia, Japón, Turquía,

                           Reino Unido, entre otros”

Mientras el Cuerno de África continúa navegando por aguas turbulentas, el papel de los líderes y las organizaciones regionales y mundiales sigue siendo crucial.  Un liderazgo eficaz, que sepa responder a los anhelos y necesidades de los pueblos involucrados en estos conflictos y unos esfuerzos diplomáticos que respondan a los principios elementales del derecho humanitario serán esenciales para abordar las cusas profundas de la inestabilidad que se vive en esta estratégica región africana. El compromiso de la comunidad internacional para poner freno a la intromisión voraz de las grandes potencias mundiales en esta zona, será vital para garantizar que el Cuerno de África pueda avanzar hacia la paz y la estabilidad.  

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