Monday, November 17, 2025

 

MARRUECOS E ISRAEL:

LA MISMA OCUPACIÓN, LA MISMA IMPUNIDAD

Por: Javier F. Miranda Prieto 

La cooperación militar, política y diplomática entre Marruecos e Israel continua a pesar
del brutal genocidio israelí sobre Gaza y la usurpación y explotación de los recursos 
naturales del pueblo saharaui de parte de la monarquía marroquí.

Marruecos e Israel son regímenes gemelos en la ocupación y la represión. El primero mantiene desde 1975 la ocupación ilegal del Sáhara Occidental, el segundo impone a la fuerza desde 1948 un régimen de apartheid y colonización sobre Palestina. Ambos vulneran de forma flagrante el derecho internacional, las Resoluciones de las NN.UU y las sentencias de tribunales internacionales.

En el caso de Palestina, la Asamblea General de las Naciones Unidas, la Corte Internacional de Justicia CIJ y el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional han dejado claro que la colonización de territorios ocupados, el desplazamiento forzoso de la población y los ataques deliberados contra civiles constituyen crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad. La masacre permanente en Gaza no es un “conflicto armado” sino un genocidio planificado, que busca borrar al pueblo palestino de sus tierras.

En el caso del Sáhara Occidental, la CIJ en su dictamen de 1975, la Asamblea General de la ONU, según Resolución 1514 sobre Descolonización, han afirmado de forma inequívoca que Marruecos no tiene soberanía ni administración legítima sobre el territorio saharaui, y que cualquier explotación de sus recursos naturales sin consentimiento del pueblo saharaui es ilegal. Antecedentes legales y jurisprudencia internacional que no puede desconocer la Resolución del Consejo de Seguridad de la ONU aprobada el pasado 31 de octubre a iniciativa y presión de los Estados Unidos. A pesar de ello, Rabat sigue ocupando el territorio saharaui, reprimiendo a su población y levantando un muro de más de 2,700 kilómetros con minas antipersonales para dividir a familias y comunidades.

                       “La masacre permanente en Gaza

                         no es un “conflicto armado” sino

                      un genocidio planificado, que busca

                 borrar al pueblo palestino de sus tierras”

Ambos Estados comparten algo más que métodos represivos, comparten alianzas políticas y militares. Marruecos ha firmado acuerdos estratégicos con Israel en materia defensa, inteligencia y tecnología represiva, consolidando un eje de ocupación y violencia colonial que amenaza a toda la región.

Frente a esta realidad, no podemos aceptar que Marruecos e Israel intenten lavar su imagen a través del deporte o la cultura. La normalización internacional es su mejor arma: Marruecos con su candidatura mundialista para ser sede de la Copa de Futbol 2030, e Israel con su participación en competiciones musicales y culturales europeas, quieren mostrarse como Estados “normalizados” mientras cometen crímenes de lesa humanidad.

En el caso de Marruecos, este repudio popular contra su política represiva, ha generado desde el pasado mes de octubre, diversas y multitudinarias marchas de protesta contra el gobierno corrupto de Mohamed VI, liderada por el autodenominado “Movimiento Generación Z”. A ojos de la población, la situación de pobreza y corrupción, contrasta con las cuantiosas inversiones destinadas a la construcción de diversas instalaciones deportivas de cara al Mundial de Futbol 2030. En la actualidad, el país norafricano está construyendo tres gigantescos estadios de futbol y renovando o ampliando hasta seis de los ya existentes. Los canticos oídos en las protestas lo dejaban claro: “Los estadios están aquí, pero donde están los hospitales, las escuelas”. Estas protestas también han evidenciado el rechazo social frente a la cada vez más visible política de normalización y estrechamiento de lazos estratégicos entre Rabat y Tel Aviv.

                         “Marruecos no tiene soberanía

                         ni administración legítima sobre

              el territorio saharaui, y cualquier explotación

              de sus recursos naturales sin consentimiento

                          del pueblo saharaui es ilegal”

Como señalábamos en un artículo anterior, el precedente histórico es claro: el aislamiento deportivo y cultural fue una herramienta decisiva para derrotar al apartheid en Sudáfrica. En  la actualidad, frente al apartheid israelí y a la ocupación marroquí, la respuesta debe ser la misma: Boicot a Israel por el genocidio en Palestina; Boicot a Marruecos por la ocupación ilegal y represiva del Sáhara Occidental; Boicot al Mundial de Futbol 2030, que pretende normalizar y legitimar la ocupación marroquí.

La legalidad internacional está de lado de Palestina y del Sáhara Occidental. Lo que falta es la voluntad política y la movilización social. Por eso, se debe de lanzar un llamamiento urgente a los movimientos sociales, organismos internacionales, colectivos mundiales de artistas, deportistas y ciudadanía del mundo consiente: que no se puede legitimar con nuestra presencia ni con nuestro silencio a quienes asesinan, colonizan y roban la tierra de otros pueblos.

Marruecos e Israel son la misma cosa: ocupación, represión, apartheid y genocidio. Frente a ellos, la respuesta es boicot, resistencia y solidaridad internacional.

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