martes, 10 de diciembre de 2013

GUERRA, PERO TAMBIÉM  PAZ
EN  ÁFRICA

Por: Javier Fernando  Miranda  Prieto

Mapa de los conflictos armados que se darrollan en la actualidad en el continente africano, como se ve los
más graves enfrentamientos bélicos (pintados de rojo) se ubican en Somalia, República Centroafricana,
Sudán, República del Congo y hasta hace poco en Malí , Niger y Kenia.

Recién se ha ido y ya lo estamos extrañando.  A Nelson Mandela no solo se le recordará por sus dotes de gran concertador de voluntades, de persistente conciliador, quien bregó durante años por la convivencia pacífica entre negros y blancos en un país como Sudáfrica, que salía de un perverso sistema de segregación racial. Sino que también,  será recordado como un gran líder continental,  un estratega de la paz, que desplegó una enorme labor de mediación internacional, ante los diferentes conflictos bélicos que asolaron al continente africano en las últimas décadas.

Mandela, contribuyó de manera decisiva a calmar los ánimos entre las etnias de los hutus y tutsis en Ruanda y Burundi, luego del genocidio de 1,994. Asimismo, el ex presidente sudafricano medió en la guerra en la República Democrática del Congo -RDC-, conflicto internacional que comprometió a siete países de la región entre los años de 1,998 al 2,003. Sin olvidar su preocupación como estadista, por los conflictos fronterizos entre Eritrea y Etiopía o Uganda y Tanzania, o las guerras civiles que se vivieron en Angola, Liberia, Sierra Leona y Somalia.

En todos estos conflictos armados, Mandela no solo demostró preocupación por las víctimas civiles, por los refugiados y desplazados que generaban estos enfrentamientos, sino que trató, por la vía diplomática o a trvés del acercamiento personal, de aproximar a las partes en conflicto, para buscar una solución pacifica y negociada a las controversias.

El ejército de la RDC ingresa a la estratégica ciudad de Goma para desalojar
a los rebeldes de la guerrilla del M 23. 
Este recuerdo del Mandela negiciador de la paz, del pacificador de conflictos bélicos en el continente africano, viene a nuestra memoria, porque hace algunos días, el Instituto para la Paz y la Economía ha publicado el Índice Global de la Paz 2,013 -GPI, en sus siglas inglesas-, una clasificación en la que analiza hechos y tendencias vinculadas a conflictos armados en 162 países del mundo. Entre ellos, Somalia, República Democrática del Congo, Sudán y República Centroafricana, según esta clasificación, se ubican entre los peores del planeta. Sin embargo, hay otros países africanos que se encuentran mejor colocados en este ranking mundial de conflictos armados.

La amarga herencia colonial, la ilegitima ascensión al poder de algunos gobernantes, la sucesión de golpes de Estado, la injusta distribución de los recursos o los rezagos de la guerra fría, son en líneas generales, las principales causas generadoras de estos conflictos, en cuyo origen casi nunca se encuentra un único foco incendiario. Las guerras africanas solo se pueden entender desde el análisis de un entramado complejo de actores, con intereses económicos y políticos diversos, pero que tienen una capacidad suficiente de perpetuar acciones de violencia.

     “Las guerras africanas solo se pueden entender,
          como un entramado complejo de actores,      
       con intereses económicos y políticos diversos”

Desde el final de la gran descolonización del continente, en el año 1,960, casi 30 países africanos han sufrido o se han visto sometidos a diferentes conflictos armados. Nigeria fue escenario del primer gran enfrentamiento bélico del África libre, a pocos años de su independencia Nigeria enfrenta la guerra secesionista de Biafra (1967- 1970); Sudáfrica tuvo que enfrentar por décadas un conflicto fratricida por las condiciones inhumanas, que se le imponían a la mayoría negra durante el apartheid; la guerra civil en Angola (1975-2002) fue una guerra encubierta entre la racista Sudáfrica y el régimen socialista angoleño; Ruanda y Burundi en 1,994 se les recuerda por las masacres interétnicas entre hutus y tutsis y en Costa de Marfil entre los años del 2002 al 2011 las diferencias religiosas y étnicas estallaron en una guerra civil, luego de unas cuestionadas elecciones presidenciales. 

El conflicto entre Sudán y Sudán del Sur, llamada la "guerra del oro
negro"a originado miles de refugiados y desplazados
.
Otros países africanos también han tenido un pasado violento: Guinea Bissau el países africano que tiene el record en golpes de Estado, vivió entre 1,998 y 1,999 una guerra civil que empezó con un magnicidio; Liberia y Sierra Leona por los años 1,990 al 2,002 tuvieron que enfrentar la llamada "guerra de los diamantes de sangre", conflicto que les dejó más de dos millones de refugiados; Sudán fue escenario de la más larga guerra del continente (1958-2005) entre musulmanes y cristianos, que terminó con la creación de la Rpública de Sudán del Sur; Somalia desde el año 1,990 hasta hoy, tiene que convivir con una violencia generada por los señores de la guerra, quienes controlan la mayor parte del país, y entre los años 1,998-2003 en la República Democrática del Congo, se origina una guerra que involucró a siete países de la región por el control de vastos yacimientos mineros, un conflicto que no estuvo exento de la presencia de los intereses de las transnacionales europeas y norteamericanas.

Todos estos conflictos, suman décadas de enfrentamientos, con una lista de víctimas muy difícil de estimar, pero que produce escalofríos solo de pensar en el resultado final. Este historial de guerras abiertas junto a levantamientos armados, como los actuales de República Centroafricana y los todavía recientes de Malí y Kenia, han ayudado a encuadrar entre la opinión pública internacional a África como un continente del que la paz se ausenta con demasiada frecuencia.

                 “El concepto de paz incluye tanto
                         la ausencia de violencia,
            como la ausencia del temor a la violencia”

Este planteamiento se relativiza un poco, en un documento como el Índice Global de la Paz 2013. Una instantánea del estado global de la paz, en el que analiza la situación de paz o de ausencia de la misma, en más de 160 países del mundo y ofrece, como conclusión, un listado que encabeza Islandia por el lado amable y que cierra Afganistán, como el país más belicoso. El GPI divide su análisis por áreas geográficas incluyendo un total de 50 países africanos, de ellos 44 pertenecen al África subsahariana.

Tropas bien armadas del Movimiento Seleka, quienes dieron un golpe de
Estado en la República Centroafricana, generando una mayor violencia
en este sufrido país.
De estos Estados africanos, los que merecen una especial atención por parte del GPI, son: Somalia, República Democrática del Congo, Sudán y República Centroafricana. Somalia, después de ocupar dos años el último lugar de la lista, este año ha escalado un puesto. Para el GPI, en este movimiento ha influido de forma significativa el marcado descenso del números de fallecidos en el conflicto interno y el mayor control del ejercito somalí en una mayor parte del territorio nacional. Asimismo, otro elemento a tener en cuenta, paradójicamente ha sido, el recrudecimiento de la violencia en Afganistán y la aparición del demencial conflicto armado en Siria, ambos escenarios de guerra han relegado y atenuado la sensación de violencia armada en Somalia.

En el caso de la RDC, como este informe recoge estadística del último año, no se ha considerado la información sobre los últimos éxitos militares del ejército regular congoleño, ni el control de la estrategica región de los grandes lagos, por parte de las tropas regulares, así como la rendición en octubre pasado de la guerrilla del M 23, el grupo rebelde más violento de la RDC. Todo lo cual, está abriendo el camino hacia una lenta estabilización política y posiblemente, el fin de esta eterna guerra vivida en tierras congoleñas.

Guerrilleros somalíes dirigidos por "señores de la guerra", quienes controlan
la mayor parte del territorio somalí.
En el informe del GPI, se señala que el concepto de paz incluye tanto “la ausencia de violencia como la ausencia del temor a la violencia”. Según esta idea, los países con menos riesgos para la paz en el continente africano son: las islas Mauricio, Botsuana, Namibia, Zambia, Tanzania, Ghana, Sierra Leona y Mozambique. La mayoría de estas naciones llevan acumulados largos períodos de estabilidad interna y en sus relaciones con sus países vecinos han creado una comunidad de cooperación económica y política muy ventajosa para estas naciones. Estos países se encuentran situados entre, los nada desdeñables puestos 21 y 63, sobre un total de 162 naciones analizadas.

En el GPI se indica que, la posición de estos países, en parte, es reflejo del crecimiento económico que ha experimentado la zona en los últimos años, crecimiento que ha superado el que ha experimentado cualquier otra región del mundo; e irónicamente, la tradicional marginación económica de la región africana, ha contribuido a aislarla de los efectos de la crisis financiera global del 2008.

Como vemos, en líneas generales el informe de este año del Índice Global de la Paz -GPI- incluye a los países del África subsahariana -en términos de paz- por encima, de áreas como: Medio Oriente, África del Norte -zona claramente influenciada por las revueltas árabes- y el sur y centro de Asia.

Aunque parezcamos demasiado optimistas, el continente africano en un breve plazo, estará avanzando con firmeza hacia una nueva y expectante situación de ausencia de conflictos. El cese de las acciones armadas en el continente africano, el fin de estos conflictos tanto internos, como fronterizos, será un tributo a la memoria del gran Nelson Mandela, el forjador de la reconciliación y la paz en tierras africanas.






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