sábado, 21 de diciembre de 2013

REPÚBLICA CENTROAFRICANA:
UNA CARTA ABIERTA ESCLARECEDORA


La prestigiosa organización medico-humanitaria internacional Médicos Sin Fronteras -MSF- galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 1,999, conocida por su trabajo de asistencia a poblaciones en situación precaria y a víctimas de catástrofes y conflictos armados en los lugares más remotos e inhóspitos del planeta. Publicó recientemente una valiente y esclarecedora Carta Abierta a nivel internacional, sobre las graves deficiencias y acciones inaceptables que se han advertido en las operaciones realizadas por las agencias humanitarias de la Organización de las Naciones Unidas -ONU- destacadas en la República Centroafricana -RCA-, a raíz de la ola de violencia desencadenada, en este país africano desde hace un año.

Este accionar irresponsable, ineficiente y riesgoso de parte de las agencias humanitarias de la ONU, que denuncia documentalmente MSF, se manifiesta entre otros hechos: en la falta de una respuesta rápida e inmediata ante la urgencia sanitaria que se declaró en la RCA en noviembre del año pasado y que cobró la vida de más de 500 niños. La demora en la llegada de la ayuda humanitaria luego del golpe de Estado en marzo de este año. Asimismo, en las ciudades de Bangui y Bossangoa, lugares donde los grupos rebeldes se han ensañado más contra la población civil, los agentes de la ONU han priorizado más su seguridad personal al apoyo inmediato, para la seguridad y bienestar de las víctimas civiles.

Esta misiva de MSF, nos devela la falta de liderazgo humanitario en los agentes de las Naciones Unidas, más preocupados, como buenos burócratas, en el análisis y elaboración de planes a largo plazo, que recién empezarían el próximo año, que a una asistencia humanitaria inmediata ante una población exhausta y traumatizada por los brutas hechos de violencia. Esta completa desconexión con el entorno social, de parte de los agentes humanitarios de la ONU destacados en la RCA, solo sirve para desacreditar y deslegitimar aún más a esta organización mundial.

Cabe señalar, que cuando MSF se refiere a los organismos o agencias humanitarias de las Naciones Unidas, se está refiriendo a las muy prestigiosas y boyantes en presupuestos, que son financiadas por dinero público de todos los Estados miembros de la ONU, como: el Programa Mundial de Alimentos PAM, UNICEF, UNESCO, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados ACNUR, OMS, la Oficina de Naciones Unidas para el Desarrollo Social UNDSS, entre otras agencias humanitarias más.

Seguidamente, le reproducimos el texto completo de este importante documento de difusión internacional, que fue enviado por José Antonio Bastos Presidente de Médicos Sin Frontera España a Valerie Amos Vice Secretaria General para Asuntos Humanitarios y Coordinadora de Emergencias de la Organización de las Naciones Unidas -ONU-.

                                                                              Javier  Fernando Miranda  Prieto


 
Mientras los burocratas de la ONU se refugiaban en un cuartel militar en la ciudad de Bangui capital de la
República Centroafricana, activistas de Médicos Sin Fronteras -MSF- se enfrentaban a los soldados para
hacer respetar los derechos de la población civil. (Foto: MSF)


Con esta Carta Abierta, Médicos Sin Fronteras -MSF- quiere expresar su profunda preocupación por la actuación inaceptable del sistema humanitario de las Naciones Unidas (ONU) en la República Centroafricana a lo largo del último año. En diciembre del 2012, cuando la primera ofensiva rebelde llegó a tan solo unos kilómetros de la capital, la ciudad de Bangui, la mayoría del personal de la ONU fue evacuado de esa localidad y de las distintas poblaciones en las que estaban trabajando. Tras el golpe de Estado, la ONU tardó más de seis meses en desplegar a su personal más allá de la capital, alegando motivos de seguridad para tomar dicha decisión.

Los directores de emergencias dirigieron una tardía evaluación en octubre. Durante la emergencia que se ha ido agravando durante los últimos tres meses y que desde hace tan solo unos días toca de lleno a la capital, no habido evidencia de una reacción humanitaria que se adecue a las necesidades generadas tras los reiterados estallidos de violencia. Las únicas acciones llevadas a cabo por los agentes de la ONU ha sido la recogida de datos en relación a la violencia y algunas, muy escasas evaluaciones de las necesidades, que confirman la urgencia de proporcionar una respuesta inmediata. A pesar de los resultados de estas evaluaciones, llevadas a cabo, tras evidentes signos de la existencia de necesidades y de las numerosas reuniones de coordinación que han llevado a cabo, al día de hoy no habido una acción concreta en las principales zonas afectadas por la violencia. 

Hay dos ejemplos recientes que ilustras esta situación, MSF ha pedido reiteradamente a las agencias de la ONU que repartieran comida, tiendas de campaña y jabón para unas 15,000 personas desplazadas en los alrededores del aeropuerto de Bangui, sin que haya habido reacción alguna por parte de las agencias de la ONU; mientras en Bossangoa, los trabajadores humanitarios de la ONU, que estaban encerrados por seguridad dentro del edificio de FOMAC, ni siguiera dieron asistencia a los desplazados que se cobijaban dentro del mismo edificio, forzando a MSF a intervenir una vez más. Tras los enfrentamientos en Bossagoa el personal de la ONU siguió encerrado dentro del edificio por motivos de seguridad durante varios días, abandonando a más de 30,000 desplazados en los campos de Bossangoa, mientras que MSF trabajaba para tratar de dar respuesta a las emergencias necesarias.

Familias desplazadas a la ciudad de Bossangoa al nor-este de la RCA
hay más de 230,000 desplazados en todo el país. (Foto: MSF)
Pese que a nivel internacional el conocimiento sobre la crisis ha aumentado en los últimos meses, ni siquiera las duras condiciones de vida de decenas de miles de personas desplazadas en Bossangoa desde principios de setiembre del 2013, han llevado a un despliegue de más trabajadores humanitarios experimentados, o la puesta en marcha de una respuesta de emergencia efectiva. La ampliación de la asistencia humanitaria para una población desplazada, que necesita de una forma urgente agua y asistencia en saneamiento, sigue sin llegar.

La población civil está desesperada, y no ha recibido ni siquiera lo que se considera el mínimo necesario en estas situaciones de emergencia.

Ni siquiera el conocimiento interno del mal liderazgo humanitario, ni la inexistencia de una respuesta adecuada, ni de la necesidad urgente de mejorar radicalmente su actuación, han llevado a cambios perceptibles en los procesos y actividades de la ONU. Por otro lado, habido largas discusiones sobre el diseño de un programa de emergencia humanitaria (Plan de 100 días) que se pondrá en marcha en enero del 2014, dejando de esa manera a la población de la República Centroafricana exhausta y traumatizada, sin asistencia para el futuro más próximo y más aún teniendo en cuenta que se necesitarán semanas e incluso meses para implementarlo.

El niño Jovachi Mongomuo tras el brutal ataque de los rebeldes de Seleka,
grupo de fanáticos musulmanes. (Foto: Amnistia Internacional)
Para agravar una situación, ya de por si funesta, parece que serias discrepancias de percepción sobre la inseguridad a la que se enfrentan tanto los trabajadores de las agencias de la ONU, como los trabajadores de campo de MSF. Por otro lado la ONU tampoco ha querido llevar a debate las conclusiones de sus análisis, en los que se indica que el riesgo al que se enfrentan los trabajadores humanitarios es extremadamente alto. Las imágenes distorsionadas de las amenazas a las que se enfrentan las organizaciones humanitarias en la RCA, que han llevado a los trabajadores de la ONU  a llevar cascos militares y chalecos antibalas en un entorno que no requiere semejante protección, no se puede aceptar si supone una restricción a la hora de asistir a una población que se encuentra en un estado de necesidad extrema. No hay que menospreciar algunos riesgos aislados, sin embargo MSF considera que las apreciaciones de la ONU sobre la seguridad, son desproporcionadas en relación a la realidad del terreno.

Esta percepción desproporcionada que tienen las agencias de la ONU, se está traduciendo en un bloqueo y en una excusa recurrente para posponer su aplicación de actividades. Esta completa desconexión con el entorno sólo sirve para desacreditar y deslegitimar a las agencias de la ONU y sus contrapartes, poniendo en peligro las actividades futuras e impactando negativamente en la protección y en la asistencia que se da a la población de la RCA en su conjunto.

La negligencia de la ONU ha provocado que hasta hoy la población en riesgo
en la RCA, no haya recibido lo mínimo necesario para su sobrevivencia.
(Foto: MSF)
Además, de recordar la necesidad urgente e inmediata de ampliar la intervención humanitaria para aliviar el sufrimiento de la población local e insistir en la importancia de un redespliegue de personal y recursos más allá de la ciudad de Bangui, MSF lamenta la desastrosa actuación de las agencias de la ONU y les recuerda su responsabilidad de movilizar y coordinar una acción humanitaria efectiva y basada en los principios humanitarios básicos, de abogar por los derechos de las personas que lo necesitan y de facilitar soluciones sostenibles a la crisis actual. Los principales dirigentes de las Naciones Unidas deberían considerar la posibilidad de iniciar una investigación interna e independiente para entender mejor las fallas que están cometiendo y por así garantizar que en el futuro se aprenderán de estas lecciones.

Las respuestas a las emergencias humanitarias suponen siempre un riesgo, pero MSF ha demostrado en el último año en la RCA que se pueden ampliar las actividades operacionales a través de un mayor despliegue de personal internacional. A pesar de los incidentes sufridos, MSF nunca ha limitado sus proyectos y de hecho, ha ampliado su presencia en seis de las zonas más afectadas por la violencia. Sin embargo, a pesar de los importantes esfuerzos que hemos hecho de manera competente en la RCA, al día de hoy estamos muy lejos de poder cubrir todas las necesidades de la población. Es por ello, que las agencias de la ONU deben de reforzar su capacidad en el terreno. Muchas organizaciones de ayuda necesitan que se lleve a cabo un importante despliegue para poder operar de una manera segura y eficiente bajo su paraguas.


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