Saturday, October 18, 2025

 

THOMAS SANKARA:

SÍMBOLO DE DIGNIDAD Y SOBERANÍA EN ÁFRICA

Por: Javier F. Miranda Prieto

El gobierno de Thomas Sankara, en apenas cuatro años (1983-1987), logró implementar reformas que transformaron 
diversos sectores de la sociedad y la económica de Burkina Faso, dejando
un legado tangible que se percibe hasta hoy.

El pasado 15 de octubre se cumplieron 38 años del asesinato de Thomas Sankara (1949-1987). Hoy su figura y memoria están más vivas y vigentes que nunca en la memoria del pueblo burkinés. Por ello es importante analizar su impacto histórico, su innovador enfoque panafricano, su legado social y cultural y la vigencia de sus ideas en los procesos de cambio contemporáneo en África.

Sankara no fue solo un presidente de Burkina Faso, sino un arquitecto de la revolución social africana. Su enfoque integral combinó justicia social, emancipación económica, soberanía política y promoción de la identidad cultural africana. Su gobierno de cuatro años (1983-1987) implementó reformas que transformaron la agricultura, la salud, la educación y los derechos de las mujeres, dejando un legado tangible que se percibe hasta hoy.

Sankara promovió la producción local y la autosuficiencia alimentaria, logrando un crecimiento del 75% de cereales básicos según información de la FAO, mediante organizaciones de campesinos autogestionarios, orientados a la producción y comercialización de alimentos. Además, implemento campañas de vacunación masivas que redujeron drásticamente la mortalidad infantil y programas de alfabetización que incrementaron la educación escolar del 13% al 25% en menos de cuatro años, fortaleciendo el capital humano del país.

            “Para Sankara, la independencia económica era

             inseparable de la libertad política, y su gobierno

            aplicó medidas para disminuir la vulnerabilidad

                        frente a los intereses extranjeros”

Su modelo económico fue un ejemplo de innovación africana: limitó el gasto gubernamental innecesario, promovió cooperativas locales y fomentó la producción industrial básica con tecnología local, demostrando que un país africano podía aspirar a la autosuficiencia sin depender exclusivamente de la ayuda extranjera. Para Sankara, la independencia económica era inseparable de la libertad política, y su gobierno aplicó medidas concretas para disminuir la vulnerabilidad frente a los intereses extranjeros, en especial de la antigua metrópoli francesa.

El llamado pensamiento sankarista, transcendió las fronteras nacionales: su visión de panafricanismo planteaba la unidad política y económica de África frente a la injerencia extranjera y la explotación económica de al potencias occidentales. Criticó la deuda externa impuesta a los países africanos y promovió la idea de que la emancipación debía ser autogestionada, soberana y basada en la cooperación sur-sur.

Sankara en política exterior, mantuvo relaciones estrechas con líderes mundiales como Indira Gandhi, Fidel Castro, Muamar Gadafi, Jerry Rawling y Samora Machel, buscando establecer un eje progresista en el África occidental que combinara desarrollo económico, integración regional y defensa frente a la presión de organismos financieros internacionales. Sus discursos y políticas reflejan un profundo compromiso con el respeto a la soberanía: “No podemos pagar la deuda externa porque no solos responsables de ella. Fue impuesta por las potencias coloniales para mantenernos esclavos. Si Burkina Faso se levanta solo, no estaré en la próxima reunión. Pero si todos nos levantamos juntos. No podrán cobrarnos”

            “Criticó la deuda externa impuesta a los países

       africanos y promovió la idea de que la emancipación

               debía ser autogestionada, soberana y basada

                              en la cooperación sur-sur”

Este enfoque han inspirado a líderes contemporáneos como: Ibrahim Traoré de Burkina Faso, Assimi Goita en Mali y Abdourahamane Tiani en Níger, quienes retoman explícitamente principios sankaristas en la lucha contra la corrupción, la dependencia económica y la influencia externa, así como en la promoción de proyectos regionales de desarrollo autónomo.

Sankara comprendió que la transformación africana requería cambios sociales y culturales profundos. Su gobierno impulsó la liberación de la mujer, prohibiendo prácticas  como matrimonios forzados y la poligamia y promoviendo su participación en la política, cooperativas y actividades económicas. Esta política no solo mejoró la equidad de género, sino que fortaleció la economía comunitaria al involucrar a todas las capas de la sociedad en la producción y gestión local.

Culturalmente, Sankara fomentó el uso de lenguas africanas en la administración y en la educación, promovió la vestimenta tradicional como símbolo de identidad y apoyó el desarrollo de las artes y del cine nacional. Además, su énfasis en la educación, la salud pública y la protección del medio ambiente sentó las bases de un modelo de desarrollo integral, donde la mejora material se vinculaba a la conciencia social y la responsabilidad ciudadana.

           “Su imagen y frases célebres han sido estampadas

               en carteles portados por jóvenes manifestantes

         de la autodenominada “Generación Z”, protagonista 

                de las revueltas populares que han remecido

         diversas capitales africanas en las últimas semanas”

Como vemos, el pensamiento sankarista se refleja en la actualidad en estrategias de desarrollo autónomo, resistencia frente a la presión económica internacional y políticas inclusivas que priorizan la educación, la salud y la participación ciudadana. Hoy, jóvenes líderes y movimientos sociales suelen citar a Sankara como referente ético y político en campañas contra la corrupción y la dependencia externa. Su imagen y frases célebres han sido estampadas en carteles portados por jóvenes manifestantes de la autodenominada “Generación Z”, protagonistas de las revueltas populares que han remecido diversas capitales africanas en las últimas semanas.

Treinta y ocho años después de su asesinato, Thomas Sankara sigue siendo un símbolo de dignidad y soberanía en África. Sus ideas continúan guiando a líderes y ciudadanos comprometidos con la construcción de un continente libre, justo y unido, demostrando que la emancipación africana depende de la acción colectiva, la coherencia ética y la recuperación de la identidad y los recursos africanos.      

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